Servicios de inteligencia y espías mambises en Holguín

Revisión del 13:20 18 sep 2025 de Yurisay Hist Ban (discusión | contribuciones) (Página creada con «{{Ficha_Hecho_Histórico |hecho= Servicios de inteligencia y espías mambises en Holguín |imagen = |pie = |fecha= 1868-1870 |resumen= Durante el tiempo que Julio Grave d…»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Servicios de inteligencia y espías mambises en Holguín
Información sobre la plantilla
Fecha:1868-1870
Lugar:Holguín
Descripción:
Durante el tiempo que Julio Grave de peralta operó en los campos cubanos logró crear una red de agentes y espías en las filas enemigas. Todo esto le ofrecía información sobre los planes de las tropas españolas, lo que les permitía prepararse en función de hacerlos fracasar.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
Agentes y espías de Julio Grave de Peralta

Servicios de inteligencia y espías mambises en Holguín. Durante las guerras de independencia los mambises utilizaron la inteligencia militar para conocer los planes de los enemigos y preparar sus ataques. En ella un aspecto importante fue la evaluación de la información obtenida. Sin ese análisis no serían confiables los datos aportados por los agentes, la exploración o por otros medios. De igual forma el espionaje fue fundamental. Cada jefe cubano y español utilizó espías según sus posibilidades. El General holguinero Julio Grave de Peralta no fue una excepción. Logró infiltrar en las filas contrarias a numerosos agentes que le ofrecían información sobre los españoles.

Servicios de inteligencia militar desarrollados por Julio Grave de peralta en Holguín

El general Julio Grave de Peralta[1] se caracterizaba por evaluar la información que llegaba a su poder. Por su arraigo en la zona, valor personal, y entrega a la causa revolucionaria se convirtió en el jefe natural de los holguineros. Aunque no siempre estuvo al frente de la jurisdicción su papel era decisivo en el campo insurrecto.

Durante el tiempo que operó en los campos cubanos Julio logró crear una verdadera red de agentes en las filas enemigas. Además muchos vecinos de forma espontánea le brindaron información. Utilizó de forma constante los exploradores. Todo esto le ofrecía una gran cantidad de datos sobre los contrarios.

Al analizar la información brindada por los agentes cubanos a Julio se puede considerar que estos habían logrado obtenerla de personas muy cercanas al mando enemigo en la jurisdicción, lo que les permitía conocer bastante detallados los planes españoles y prepararse en función de hacerlos fracasar. Sobre una columna que desde Holguín marcharía hacia Tunas, el 11 de enero de 1870 le escribió al general Vicente García, jefe de la vecina división tunera:

“Acabo de tener un aviso de Holguín participándome q. de mañana 12 al 13 ha de salir de aquel punto una colugna de 800 hombres dirigiendose á las Calavasas seguira su excursión por S. Lorenzo, Buenaventura, Magibacoa y la Herradura yendo a parar a las Tunas V. sabe como me hallo de parque por lo tanto espero acceda V si puede con sus fuerzas sobre Magibacoa haber si todos reunidos aun cuando no podamos detenerlo al menos les haremos todo el daño posible.”[2]

El conocimiento detallado de los planes del enemigo con anticipación le permitió tomar medidas para contrarrestar la superioridad en armas, parque y hombres de las tropas españolas, incluso preparar operaciones con la participación de fuerzas de otras divisiones. Además de avisarle a Vicente García, le escribió al general Luís Figueredo, que operaba entre Holguín, Las Tunas y Bayamo. La propuesta de Julio a estos generales era que los tres concentraran sus fuerzas sobre Majibacoa. Les decía: “Haber si todos reunidos aun cuando no podamos detenerlo al menos les haremos todo el daño posible”.[3]

Al Gobernador mambí de Holguín le pormenorizó el recorrido de la columna y le agregó además:

“(…) deteniendose algunos días en este trayecto con objeto de coger familias ó acuartelarse donde mejor le convenga por cuya razón espero prevenga V las familias no sea cosa que los cojan de sorpresa y al mismo tiempo reitero a V Mi comunicación 869 fecha 7 del que cursa en la cual pedía a V redijera prisión a todos los peninsulares que se encontrasen en ese punto sin ocupación en el servisio de la republica y que seguramente no son adictos a nuestra causa en particular varios que hay por San Agustin y que de ningún modo deben quedar allí.[4]

Sin embargo, los españoles variaron sus planes, y decidieron enviar la columna hacia la porción oriental de Holguín. Los agentes cubanos en la ciudad de inmediato le comunicaron a Julio los nuevos planes del enemigo. El 13 de enero de 1870 Julio le ofrecía a Máximo Gómez en una carta los pormenores de los nuevos planes enemigos:

“(…) recibí por el mismo conducto otro aviso manifestándome que no se efectuaría por ahora este movimiento por haber dado contra orden el jefe de aquella fuerza para salir sobre Bijaru, porque recibió un aviso de que teniamos ausilio por esa costa venido de los Estados Unidos”.[5]

Esta noticia sobre la expedición desembarcada por la porción oriental de Holguín, que luego resultó ficticia, da una idea de cómo Julio realizaba la evaluación de la información que le llegaba por diferentes vías. El 12 de enero le escribió al general Luis Figueredo:

”La noticia de la espedision no me la aseguran pero si me dicen que alli corre como muy valida y á esto corrobora el hecho de la salida de la tropa sobre aquel punto y que según me dicen que in individuo que ha llegado hoy al realengo, punto donde se encuentra el Gral. Gomez habra cosa de cinco o seis dias se hoyó un gran cañonea en la Boca de Nipe tanto que Gomez mando 15 hombres sobre aquel punto con objeto de enterarse de la causa de aquel gran fuego.”[6]

Para hacer una evaluación de la información Julio utilizaba tres fuentes. En este caso los rumores que le habían llegado desde Holguín sobre la llegada de una expedición, la noticia del agente y la información de un individuo procedente de la zona de operaciones de Gómez. De todas formas, Julio consideraba que no tenía bastantes elementos, y no llega a una conclusión definitiva sobre la veracidad de la noticia. Toma la decisión más acertada, manda una comisión al campamento de Máximo Gómez para que le esclarezca la noticia. Otro elemento de evaluación de la información realizada por Julio se refiere a la brindada por un agente del general Luis Figueredo. El 20 de enero le escribió Grave de Peralta al general Vicente García:

“Con fecha 17 me dice el ciudadano General Figueredo después de otra cosa lo siguiente: En este momento se me da noticias por uno de mis corresponsales que se prepara una columna enemiga para marchar a Limpio Chiquito conduciendo cuarenta carretas cuya expedición se dirige a ese lugar con la idea de fijarse en esta y se lo aviso para su conocimiento.”[7]

Grave de Peralta, que poseía más información sobre las operaciones enemigas y las características de esa zona, al valorar la noticia del agente, en esa misma carta del 20 de enero de 1870 para Vicente García, le expresaba: “El lugar a mi me parece de poca importancia y creo que no puede dirigirse alli para nada”.[8]

Pero la experiencia de guerrillero le había enseñado que a veces planes completamente ilógicos pueden llevarse a cabo con éxito, por lo que recurre a la exploración para confirmar la información del agente. En la misma carta agrega, sin embargo, “como nada tendría de extraño muy fácil puede ser y para saverlo con exactitud mando a explorar aquella parte si ocurre algo de nuevo le dare aviso”.[9] En ocasiones Julio trataba de confirmar la información que le hacían llegar sus agentes. El 21 de enero le escribió a Vicente García:

”Hoy se me comunica por uno de mis corresponsales que un comboy debe salir de Gibara para las Tuna debiendo efectuarse por San Agustín esto quisa no sea cosa segura. Sin embargo se lo participo para su inteligencia y gobierno. Yo estare pendiente y de lo que ocurra le dare aviso”.[10]

Julio decidió comprobar la veracidad de la información por lo que le ordenó al teniente coronel Nicomedes Ochoa: “Tome ud. todas las medidas necesarias para logar saber su salida y dirección”.[11]

Al capitán Miguel Pérez le escribió: “(…) tome Ud las medidas necesarias para que sepamos su aprocimacion a ese sitio con un dia de anticipación”.[12] Julio estaba al tanto del desarrollo de la contienda en la jurisdicción y los planes españoles de operar en la zona de Bijarú, y le escribió a uno de sus oficiales: “(…) quizás no suceda la incursión española porque ha salido tropa para Vijaru”.[13]

Todavía a principios de febrero los españoles no habían llevado a cabo sus planes de conducir un convoy a Las Tunas. Los agentes cubanos en Holguín le informan que: “(…) parece que se demora a consecuencia de hallarce estropeada la columna que debe conducirlo”.[14] No fue hasta mediados de ese mes que los españoles emprendieron la operación, pero Julio Grave de Peralta ya poseía todos los detalles.

Servicios de espías con que contó Julio Grave de peralta en Holguín

Una de las primeras ocasiones en que Julio Grave de Peralta obtuvo información por medio de agentes infiltrados, en las filas enemigas, ocurrió pocos días después del inicio de la guerra. Su tropa, unos 120 hombres, fue dispersa en la noche del 15 al 16 de octubre de 1868, por un destacamento enemigo frustrando momentáneamente su intento de atacar la ciudad de Holguín. Horas después logró reunir a parte de los soldados y acampó cerca de la población, desde donde envió a su primo Miguel Ramón Cardet y Zayas a solicitar el apoyo de los conspiradores que todavía permanecían en la ciudad, pues pensaba entrar:

“(…) al amanecer machete en mano. Regresó el mensajero, que lo era el Ciudadano. Miguel Ramón Cardet trayéndole noticias de que habían llegado a la plaza trescientos soldados haciendo un montante de cuatrocientos los defensores de la ciudad”.[15]

Julio Grave de Peralta evaluó correctamente esta información y comprendió que con el número de hombres con que contaba no podía atacar la plaza. Decidió reunir más fuerzas sumando otros grupos alzados en la jurisdicción y solicitándole refuerzo a los jiguaniceros. Sin embargo, no pudo, o no quiso confirmar la información y confió plenamente en los datos suministrados por Cardet que conocía solo una parte de la verdad. La tropa llegada a Holguín, desde Gibara, partió al día siguiente hacia Las Tunas, que era su destino definitivo. En los momentos en que Cardet entró en Holguín esta noticia tan solo era conocida por el gobernador de la plaza y el jefe de la pequeña columna. Paulatinamente la labor de inteligencia se fue perfeccionando. La gran ofensiva española conocida como Creciente de Valmaseda que se desarrolló durante el año 1869 y 1870 fue la dura escuela para esta actividad. La superioridad en armas, parque, experiencia y disciplina militar puso en peligro la existencia de la Revolución. El enemigo llegó a contar con eficientes guías reclutados, muchos de ellos, entre antiguos mambises. También tenía a su disposición las llamadas guerrillas, tropa que en ocasiones utilizaba tácticas similares a los insurrectos. Conocer por anticipado los planes del enemigo se convirtió en un asunto en extremo importante para los libertadores. En parte de la documentación de Julio Grave de Peralta se refleja el arriesgado trabajo de esos héroes anónimos. El 19 de diciembre de 1869, el entonces Capitán Arcadio Leyte Vidal, le escribió a Julio:

“Habiendo tenido una entrevista con uno de nuestros espías me comunica que las tropas enemigas que benian para Buenaventura y las que iban para el canal han marchado para Bijarú. También me dice la espía que nuestra tropa le an echo fuego y le habian muerto un oficial y tres soldados y también me dice la espía que le ha oydo decir al capitan del partido que yban a poner un campamento en el canal y otro en las calabasa en cuanto llegara el refuerzo que esperaban de Balmaceda”.[16]

En este documento se refiere a la espía y estamos ante una agente cubana infiltrada entre los enemigos. Una de las medidas tomadas por Grave de Peralta, para proteger a sus agentes, era el prohibir que el nombre o cualquier dato que pudiera identificarlos se reflejara en la documentación de su Estado Mayor o la correspondencia. El 27 de diciembre de 1869 le escribió al Capitán Pedro Arias:

“(…) es preciso que en sus papeles diarios no pongan nombre de ninguno de los que se hayan en el terreno, enemigo prestando sus servicios pues fácilmente puede llegar a conocimientos de aquellos y de este modo estara todo perdido”.[17]

En toda su correspondencia se encontró una sola indiscreción del general mambí, cuando el 22 de enero de 1870 le escribió a uno de sus oficiales:

“Procure tener un espía escondido sobre Jesús María a fin de ver cuando se presente por aquel punto el C. Rafael Ochoa el cual ha de traer correspondencia para mí por aquel punto, encárguese también a los individuos de esa fuerza que si ven a este C. por estos alrededores lejos de hacerle fuego traten de hablarle pues este lejos de ser un enemigo es todo lo contrario y esta en relación conmigo”.[18]

Esta excepcional violación de las normas establecidas por él permitió identificar a uno de los agentes cubanos del general holguinero. Los demás han quedado en el más absoluto anonimato. En la medida en que se fue incrementando el número de combatientes clandestinos, la comunicación se dificultaba, pues estos actuaban en lugares tan distantes como Holguín, Bocas, Velasco, Bijarú, etc. Para viabilizar esta actividad designó a oficiales de su absoluta confianza, para que se encargaran de la atención a los agentes. El Capitán Pedro Arias estaba encargado de atender a los que actuaban desde la ciudad de Holguín y el poblado de Yareyal, Antonio de Feria los de Hatillo y Las Cruces de Purnio, el Comandante Jesús de Feria y el Teniente Francisco Leyva los de la zona de la Ensenada, actual municipio de Banes: Belisario Grave de Peralta los de la zona de cultivo de Gibara.[19] Todos estos hombres gozaban de la absoluta confianza de Julio. Belisario era su hermano, Jesús de Feria y Francisco Leyva eran miembros de su Estado Mayor, Pedro Arias era una persona en extremo allegada al general holguinero, Antonio y Jesús de Feria pertenecían a una legendaria familia de mambises y uno de sus cuñados, Eduardo Cordón estaba entre los primeros conspiradores que colaboraron con Julio y llegó a ser coronel del Ejército Libertador. Uno de los éxitos de estos agentes fue descubrir la traición de un coronel mambí, José Fernández de los Muros. Este se había convertido en uno de los hombres de confianza de Julio Grave de Peralta. En ocasiones se había quedado interinamente al frente de las tropas de Holguín. A mediados de 1870 este mambí había cambiado por completo sus convicciones y decidió pasarse a las fuerzas enemigas. El 6 de julio de 1870, Julio resumía en una breve nota al Teniente Emilio Bruzón, una trascendental información que ponía en evidencia la acción de los agentes cubanos: “(…) he sabido por conducto de los espías que entre los españoles V sabe se encuentran, el Corl. José Fernández de los Muros tiene comunicación con el enemigo lo que pongo en su conocimiento.[20] Comprobada la traición de Muros fue detenido y sometido a un proceso. En el verano de 1870 Grave de Peralta fue destituido del mando de la división holguinera. Todavía no se había concluido el expediente contra Muros, por lo que el holguinero le entregó a su sucesor en el mando de la división, el general venezolano, José María Aurrecoechea, el prisionero con todos los antecedentes de su despreciable conducta. El Coronel traidor logró escapar e ingresó a las fuerzas españolas, en diciembre de 1870 tomó parte en la captura del General Aurrecoechea. Pese a la fuga de este traidor el descubrirlo por los agentes mambises fue un éxito pues este desde las filas del Ejército Libertador hubiera hecho mucho daño.

Referencias bibliográficas

Fuentes

  • Fuente: M. Sc. José Miguel Abreu Cardet. Premio Nacional de Historia.
  • Pupo Aguilera, Constantino: Patriotas Holguineros. Holguín, 1956.
  • Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Libro de Borradores de los documentos, número 889.
  • Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Nota del seis de julio de 1870, de Julio Grave de Peralta al Teniente Emilio Bruzón. Carpeta 1, número 64.
  • Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Informe de Arcadio Leyte Vidal a Julio Grave de Peralta del 19 de diciembre de 1869.