Onfaloflebitis
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Onfaloflebitis. La inflamación del
ombligo o “Maruto hinchado” como se le conoce, es una condición
patológica anormal, que ocurre con más frecuencia de lo que se
pueda pensar y trae consecuencias graves en la salud general del
becerro que repercuten en su futuro productivo.
La infección del ombligo ocurre
poco después del nacimiento del becerro y generalmente es una
consecuencia de malas condiciones de higiene al momento del parto,
condiciones inmunitarias deficientes del becerro y/o debilidad del
becerro recién nacido. <br.
La cantidad de inmunoglobulinas
(defensas) que el becerro requiere es directamente proporcional al
número y virulencia de los microorganismos a los cuales está
expuesto. La transferencia de la inmunidad pasiva depende de varios
factores como: Madres primerizas con poca habilidad materna,
debilidad del becerro (por infecciones intrauterinas, distocias o
condiciones ambientales extremas) lo que le impide levantarse a
ingerir calostro, anormalidades físicas o nerviosas que no le
permiten ponerse en pie y alimentarse, mala conformación de ubre o
pezones.
Por otro lado, se puede presentar
una bacteriemia que puede producir otras patologías como son:
Infección de las articulaciones, principalmente de los miembros,
condición que se conoce como poli artritis, infección de los huesos
(osteomielitis), meninges (meningitis), ojos (uveítis endocardio,
diarrea, neumonía e infección de las arterias finales de las
pezuñas, orejas y cola.
Onfalitis
La inflamación de la parte
externa del ombligo se da generalmente en becerros de 2 a 5 días de
nacidos y puede persistir por varias semanas. El ombligo está
dilatado, aumentado de tamaño, doloroso a la palpación. La masa
puede ser firme o con áreas fluctuantes si el absceso ya se ha
desarrollado. A la palpación, no se detectan estructuras cilíndricas
anteriores o posteriores al ombligo a lo largo de la pared abdominal,
justo por encima del mismo. El ombligo puede estar cerrado o
supurando material purulento a través de una fístula pequeña. El
pus en muchos casos tiene un olor fétido. El ombligo afectado puede
adquirir un gran tamaño y causar toxemia subaguda. El becerro con
onfalitis está moderadamente deprimido con reacción febril, aumento
de la frecuencia cardiaca y respiratoria debido al dolor y diversos
grados de depresión que resultan en una pérdida del apetito. En
nuestro medio, es frecuente encontrar miasis (gusaneras) a éste
nivel, especialmente cuando los animales nacen en la sabana y no son
recogidos en el debido momento. Estas miasis pueden causar sólo
onfalitis o progresar a onfaloflebitis u onfaloarteritis, según el
tiempo de instaurada la lesión.
El tratamiento de esta lesión
consiste en la limpieza del ombligo con una solución de lugol al 2%
o yodopovidona al 3 ó 5%, drenaje quirúrgico del material purulento
acumulado y lavado posterior con agua oxigenada al 2%, lugol o
yodopovidona diariamente hasta que desaparezca el absceso. Si no
existen signos de septicemia, el tratamiento con antibióticos no
suele tener efecto, sin embargo se pueden colocar en forma local.
==Onfaloflebitis
La inflamación de las venas
umbilicales puede afectar sólo las partes externas o extenderse
desde el ombligo hasta el hígado con la consiguiente formación de
abscesos hepáticos y abscesos grandes a lo largo de la vena
umbilical. Los animales afectados generalmente son de 1 a 3 meses de
edad y experimentan una toxemia de tipo crónico. El cordón
umbilical está agrandado con material purulento, sin embargo, en
algunos casos la parte externa tiene un tamaño normal. El
diagnóstico más acertado se logra cuando se detecta por palpación
abdominal profunda una estructura cilíndrica de 3 a 5 cm de diámetro
que va desde el ombligo hacia la parte anterior del abdomen. La
palpación generalmente es dolorosa y el becerro se encuentra
inactivo, torpe, inapetente, con varios grados de depresión y puede
tener fiebre moderada. En ocasiones hay deshidratación y taquicardia
por la toxemia.
La terapia con antibióticos por
vía parenteral normalmente no tiene éxito. Es necesario efectuar un
abordaje quirúrgico del abdomen y realizar la extracción del (los)
absceso(s). Si no se hace abordaje quirúrgico, es necesario
localizar el proceso infeccioso, drenar el contenido purulento allí
acumulado y aplicar soluciones desinfectantes como en el caso de la
onfalitis y antibióticos locales. Los becerros que se recuperan son
animales que siempre están por debajo del promedio normal de peso,
independientemente de la alimentación y promotores de crecimiento
que se le administren.
Tratamiento
Cualquiera que sea el proceso
infeccioso a nivel umbilical, lo más importante es prevenir la
infección, y para ello, en la explotación deben tomarse las medidas
higiénicas apropiadas. El uso de yodo en forma de tintura entre el 7
y 10% a nivel local del ombligo del becerro recién nacido, es el
procedimiento más recomendable, con una o dos aplicaciones diarias
por un mínimo de tres días.
El uso de antibióticos como
preventivo a pesar de su frecuente recomendación, usualmente no es
necesario y la eficacia de esta práctica es cuestionable. <br.
En ciertas explotaciones lecheras
usan los antibióticos y sulfonamidas en forma preventiva por uno o
dos días para evitar cualquier proceso infeccioso, desconociendo la
farmacocinética del producto administrado. Esto genera más gastos y
no trae ningún beneficio adicional al becerro. Lo fundamental en
estos casos es ofrecerle un ambiente y manejo adecuados al neonato,
que le permitan desarrollar tempranamente su sistema inmune para
defenderse en un medio ambiente contaminado.
Fuentes
Al indexx]
Agrobit]
Mundo pecuario]

