Agroalfareras en Cubitas, Camagüey

Agroalfareras en Cubitas, Camagüey
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Países Bandera de Cuba Cuba
Idiomas regionales
Español

Agroalfareros en todo el territorio de la actual provincia de Camagüey, excepto en las zonas bajas de la costa meridional, donde se ubicaron las comunidades paleolíticas pertenecientes al Siboney aspecto Cayo Redondo. Pero hay dos áreas fundamentales de concentración de estos agricultores y ceramistas.

Ubicasión

La primera es la que se extiende, en el actual municipio Esmeralda, desde el río Caonao hasta las proximidades del poblado de Tabor.

Hubo allí, sin dudas, una gran zona de vivienda, lo que se evidencia en una notable concentración de montículos que hacen del lugar denominado Cueva del Manatí, el mayor sitio de habitación de agroalfareros localizado hasta el presente en la provincia.

Dentro de dicha área, en la llamada Loma de las Tres Hermanas, hay un grupo de montículos de notable interés e importancia. Dicho sitio, ubicado en las proximidades del caserío de Guaney, fue explorado primero por Rolando Escardó con el grupo "Yarabey" y luego por Antonio Núñez Jiménez y Manuel Rivero de la Calle, quienes realizaron excavaciones en lo que llamaron "...un montículo representativo, de figura zoomórfica que representa en su conjunto un murciélago".

Cerámica

Como producto de sus trabajos recogieron allí muchos fragmentos de cerámica e instrumentos de piedra y concha. Hay que decir que en ningún otro sitio del país hay otro lugar con semejantes características.

La segunda de éstas que llamamos áreas fundamentales, es la región de Cubitas, a la que se le clasifica de esa forma porque comprende tres zonas perfectamente diferenciables:

A.- Una llanura costera (entre el mar por el norte y la sierra de Cubitas por el sur), de suelos ferralíticos fértiles, carente de corrientes fluviales superficiales, pues éstas se infiltran rápidamente al substrato calizo carsificado, donde sí hay un poderoso manto freático subterráneo.

Asentamiento

Allí se han encontrado, junto a lagunas o manantiales ocasionales, sitios de habitación en perfecta correspondencia con lo que los especialistas denominan patrón de asentamiento, que no es otra cosa -en este caso- que la ubicación de un lugar poblado junto a fuentes de agua y donde hay suelos agrícolamente utilizables.

Esos manantiales que inmediatamente van al manto subterráneo, afloran en los taludes de algunos niveles de terrazas marinas que, como una escalera, marcan el plano decreciente de inclinación hacia el mar de dicha llanura.

Los sitios de habitación encontrados e investigados se hallan en puntos relativamente equidistantes entre la costa y la sierra. En ellos se hizo recogida de material arqueológico de indiscutible factura agroalfarera, como cerámica y ajuar de piedra, concha y hueso, así como restos alimenticios tanto terrestres como marinos.

Resulta curioso que esos sitios se hallan en lugares donde la toponimia respetó vocablos aborígenes de raíz aruaca, formados con las mismas letras: Imías, Saimí y Maisí.

También aparecieron sitios funerarios, todos los cuales guardaban las características distintivas de ese grupo cultural, sobrte todo si establecemos que se trata de subtaínos, una etapa temprana de los agroalfareros, en la que según se ha podido concluír, no había hábitos generalizados de enterramientos, sino el típico lanzamiento de los cadáveres a grietas, furnias y cuevas.

Es en los sitios taínos, que en el momento del "descubrimiento" europeo empezaban a poblar el extremo oriental de Cuba, donde se hallan entrerramientos con toda la regla. Los restos humanos encontrados tienen, todos, la típica deformación fronto-occipital que, para diferenciarse como pueblo, se hacían artificialmente los agroalfareros antillanos.


Cuevas

Numerosas cuevas de la sierra sirvieron como sitios ceremoniales a los aborígenes agroalfareros. En ellas hay numerosas manifestaciones del arte rupestre de estos aborígenes del neolítico antillano, similares en muchos rasgos a los que se hallan en otras cuevas cubanas y del caribe insular.

Sin embargo, en el caso específico de Cubitas, la asociación entre algunas de éstas pinturas parietales, con evidencias cerámicas encontradas en el piso de algunas de esas cuevas, ha permitido concluír que son las pinturas de Cubitas las únicas que hasta el momento han podido ser atribuídas a un grupo cultural en específico, en este caso a los agroalfareros.


Investigaciones

En 1956 los doctores Núñez Jiménez y Rivero de la Calle, realizaron investigaciones en una cueva situada en lo alto del cerro Tuabaquey que ellos denominaron "Cueva Pichardo" en homenaje al insigne arqueólogo camagüeyano Esteban Pichardo Moya.

Con la colaboración de los integrantes del grupo de aficionados "Yarabey" localizaron una serie de pictografías "...entre las cuales se destacaba lo que parece ser una representación antropomórfica muy estilizada, y también varios fragmentos de burén así como una olla de barro no decorada, de factura aborígen, rota en pedazos", según refieren Ernesto Tabío y Estrella Rey en su obra "Prehistoria de Cuba".



Fuentes