Argelio Menéndez Martínez

Argelio Menéndez Martínez (CM8MM) El primer Radioaficionado del Municipio Antilla Nombre Argelio Menéndez Martínez Nacimiento 13 de Noviembre de 1925 Banes - Holguin Cuba Fallecimiento 27 de abril del 2008 Municipio Antilla-Holguin Cuba Nacionalidad Cubana Ciudadanía Cubana

Argelio Menéndez Martínez (CM8MM) fue el primer Radioaficionado del Municipio Antilla .

Comienzos de su actividad Radial

Comienza su actividad radial a finales de la década de 1940 en la ciudad de Banes. Recibió instrucción por medio de cursos de electrónica por correspondencia e inicialmente se dedicó a ejercer como técnico en un taller privado, aunque también fue agente de una empresa que comercializaba equipos electrónicos por aquellos años.

En 1950, él y su esposa se trasladan para el poblado de Antilla, en la antigua provincia de Oriente y con ellos llega a esta localidad, su primer radioaficionado. Aquí forman una familia compuesta por sus dos únicos hijos: Carlos y Maritza.

Sin abandonar la Electrónica ni la Radio, Argelio trabaja como “Instrumentista de Carretera”, durante la construcción de la vía que une a Banes con Antilla y más adelante, al concluirse la construcción del Hospital “René Ramos Latourt” de esta localidad, comienza a ejercer como técnico de Rayos X; función ésta que dañó severamente su salud.

A partir de ese momento y hasta su jubilación, se desempeñó con marcada eficiencia en la actividad de electro medicina, donde se mantuvo hasta el final de su vida laboral.

Principales contactos radiales

Su estación de radioaficionado (CM8MM), se identificó en el mundo radial como: “OCHO MARINOS MAREADOS” y también como “OCHO MANGOS MADUROS.

Su viuda donó al Radio Club, la tarjeta QSL que conservaba Argelio, de un comunicado efectuado el 2 de septiembre del 1950, a la 8:30 horas, en fonía, con (CO5MM), el Dr. Mario Muñoz Monroy, “Mártir del Moncada”, en la que Mario confirma el contacto, con el reporte de “5-9+18”. Afirma su esposa que también recibió de Mario fotografías, que se perdieron o deterioraron junto a muchos de sus documentos, como consecuencia del Ciclón “Flora” primero y el Huracán “Ike”, más recientemente.

Se pudo comprobar que realizó contactos con estaciones de toda la Isla de Cuba y una gran parte del mundo, así como con casi todo el Continente Americano. Argelio como muchos radioaficionados, construía sus propios equipos de Amplitud Modulada y para CW. Según sus propias palabras, utilizaba y tallaba los cristales de Cuarzo, para lograr las frecuencias deseadas y comparaba su transmisor con “...un refrigerador”. Así se puede apreciar en una de sus fotografías, frente a su equipo de radio.

Con el tiempo, padeció una enfermedad que le afectó el sentido auditivo. Se piensa, según la viuda, que pudo guardar relación genética heredada de su padre, que también la sufrió, pero siempre han estimado que pudo haber influido, el uso y abuso de los audífonos, por tiempo prolongado en su actividad radial. Esta limitación provocó que en la década de los años 60, tuviera que apartarse de la radio, aunque nunca dejó la “experimentación”.

Argelio comienza a adentrarse en el mundo de los semiconductores y ante la petición de un amigo, experimentó un procesador de sonidos para guitarra: el conocido como WA-WA. Una tarde le preguntaron cómo andaba la experimentación y contestó con su característico buen humo:

-“A esa cosa le di corriente, le conecté la guitarra y empezó a sonar wa-wa-wa ¡y lo tiré a la basura...!"

Entonces el interesado le dijo:

-¡Argelio, compadre, es así como yo quiero que suene! ¿Dónde está el depósito de basura?

-Se lo llevó el carro.-Contestó.

Pasaron varios años, antes de que por Antilla se construyera uno que funcionara correctamente.

A pesar de su avanzada edad, logró asimilar la nueva tecnología a transistores y circuitos integrados, que nos dejaba asombrado a todos. Era realmente increíble.

Los radioaficionados que se iniciaron después de 1991, en los clubes de novicios, tuvieron que tomar sus experiencias en los equipos de AM. También les facilitó algunos recursos que conservaba, así como materiales de estudio. Y siempre les insistía mucho, en no abusar de los audífonos y en la manipulación de la Radio Frecuencia (RF).

A veces pienso lo feliz que se sentiría hoy este fundador de la radioafición en Antilla, al ver una nueva generación de radioaficionados, que se abre paso ante las nuevas tecnologías de la comunicación, en este pueblo que lo respetó y acogió como a un hijo y donde quedó para siempre en la historia el recuerdo de aquella estación que se identificaba como “Los Ocho Marinos Mareados” o los Ocho Mangos Maduros. Ese fue: “El Primer Radioaficionado de Antilla”.

Fuente

• Entrevista de Familiares y amigos.

• Lambert Diez, Oscar Faustino, Radioaficionado del Municipio.