Arquidiócesis de San Cristóbal de La Habana

Arquidiócesis de San Cristóbal de la Habana
Información sobre la plantilla
Localidad de Cuba
EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaProvincia La Habana
 • Fundación6 de enero de 1925
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Arquidiócesis de San Cristóbal de La Habana.Se encuentra ubicada en La Habana, Cuba y es una de las tres arquidiócesis existentes en la isla.

Arquidiócesis de San Cristóbal de la Habana

Quedó constituida como diócesis con el título de San Cristóbal de La Habana el 10 de septiembre de 1787 dejando de ser parte de la diócesis primada de Santiago de Cuba. Su primer obispo fue monseñor José de Trespalacios. Fue elevada al rango de Arquidiócesis el 6 de enero de 1925 y su primer arzobispo fue monseñor Manuel Ruiz y Rodríguez. Actualmente se encuentra bajo la guía pastoral de su Eminencia el Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino el arzobispo titular, auxiliado por monseñor Juan de Dios García y monseñor Alfredo Víctor Petit Vergel quien además es vicario general de la arquidiósesis junto con monseñor Carlos Manuel de Céspedes y García-Menocal. El canciller de la arquidiócesis es monseñor Ramón Suárez Polcari. La sede arquiepiscopal es la ciudad de La Habana, donde se encuentra la catedral de la Imaculada Concepción (Inmaculada Concepción de María).

Historia

La diócesis de San Cristóbal de la Habana fue erecta el 10 de septiembre de 1787, dividiéndose el territorio de la diócesis de Santiago de Cuba (hoy arquidiócesis). Originariamente era sufragánea de la arquidiócesis de Santo Domingo. El 25 de abril de 1793 cede una porción de su territorio para ventaja de la erección de la diócesis de La Luisiana y de Las dos Floridas (hoy arquidiócesis de Nueva Orleans). El 24 de noviembre de 1803 entro a formar parte de la provincia eclesiástica de Santiago de Cuba. El 20 de febrero de 1903 cede una porción de su territorio para ventaja de la erecion de la diócesis de Pinar del Río y de Cienfuegos. El 10 de diciembre de 1912 cede un a porción de territorio para ventaja de la erecion de la diócesis de Matanzas. El 6 de enero de 1925 es elevada al rango de arquidiócesis metropolitana.

Reseña

16 de noviembre de1519, se celebró la primera misa y cabildo en la villa de San Cristóbal de La Habana. En esta ciudad quedó establecida la primera Universidad del país, dedicada a San Jerónimo y regentada por los padres dominicos, en 1728. Es La Habana también el lugar donde nacieron los Siervos de Dios padre Félix Varela y Morales, artífice de nuestra nacionalidad, y el Venerable padre José Olallo Valdés, cuyos procesos de beatificación comenzaron en 1996 y 1990, respectivamente. Aquí se encuentra el Seminario “San Carlos y San Ambrosio”, que alcanzó carácter conciliar en 1776, por Real Orden de Carlos III. En este lugar se formaron los fundadores de nuestra nacionalidad, antes de que sus aulas quedaran restringidas a la carrera eclesiástica.

La diócesis de Cuba por el crecimiento religioso en la Isla indicaba la necesidad de crear una segunda diócesis. En 1787, el Papa Pío VI crea el Obispado de La Habana. El obispo de Puerto Rico, Don Felipe José de Tres Palacios, es designado para la nueva Sede y se convierte en el primer obispo de La Habana.

De esta forma la diócesis del occidente comprendía los territorios desde Pinar del Río hasta Ciego de Ávila. Camagüey se unió a la Diócesis de Santiago de Cuba. Esta situación se mantiene hasta comienzos del siglo XX cuando, después de la independencia y ante el crecimiento de la población, surgen las nuevas diócesis en el país. Su antigua Parroquial Mayor, iniciada por los padres Jesuitas antes de su expulsión, se convierte en Catedral, consagrándose a la Inmaculada Concepción de María. En enero 1925, San Cristóbal de La Habana es elevada a Arquidiócesis. Su segundo arzobispo, Manuel Arteaga, fue nombrado cardenal por Pío XII en 1945, primero de Cuba y toda la región del Caribe y Centroamérica.

Principales Parroquias

Las principales parroquias y comunidades son: la del Sagrario de la S.M.I Catedral, la Iglesia de San Francisco de Asís, la parroquia del Espíritu Santo, la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, la parroquia del Santo Ángel Custodio, la parroquia del Santo Cristo del Buen Viaje, la capilla del Santo Cristo de Limpias, la parroquia de Nuestra Señora de Montserrat, la parroquia de Nuestra Señora de la Caridad, la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola, la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, la parroquia de Santa Catalina de Siena, capilla y convento de las Siervas de María, la capilla de Jesús Obrero, la iglesia del Carmelo,la Parroquia de Santa María del Rosario, la iglesia y convento de Santa Teresa (Carmelitas) y la parroquia de San Juan Bosco.

Catedral de La Habana

La iglesia que los padres de la Compañía de Jesús habían concebido para su colegio en La Habana, es hoy S.M.I. Catedral de La Habana. Una real cédula de 1727, concede la autorización a la Compañía de Jesús para que construya un Colegio e iglesia. En 1732 existía ya una pequeña iglesia y se continuaban las obras del colegio (más tarde ampliado y convertido en lo que es hoy “Seminario San Carlos y San Ambrosio”). Las obras del templo, probablemente consagrado a San Ignacio, continúan progresando. En 1755 se consagra la Capilla “Nuestra Señora del Loreto”. Su ejecución se encontraba bastante avanzada y el Colegio San José ya estaba funcionando cuando, en 1767, se produce la expulsión de los padres Jesuitas.

Dado el estado ruinoso de la Parroquial Mayor de La Habana, se había dispuesto que sus funciones fueran transferidas al templo de San Felipe Neri y, en 1772, se decide convertir el inconcluso templo de los jesuitas en templo principal de la Ciudad, lo cual se realiza definitivamente en 1777. Diez años más tarde se crea la diócesis de La Habana. Necesitada de un templo catedral, y ante la magnífica obra iniciada por los jesuitas, cuyas piedras “están clamando desde sus muros por la distinción de Catedral” (carta enviada al Rey de España), se decide otorgarle tal distinción, según Cédula Real de 1793.

La advocación que da título a la Catedral es la Inmaculada Concepción de María. Una preciosa talla barroca del siglo XVIII ocupa un lugar predominante en el templo. No se conoce el nombre del autor de esta obra arquitectónica, pero todo parece indicar que fue trazada por un sacerdote de la Compañía de Jesús. La planta en cruz latina, con capillas laterales y en la cabecera logrando el rectángulo; así como la cúpula sobre el crucero y la composición de su cuerpo central, recuerdan las formas típicas de las iglesias de Jesús que los padres de la Compañía desarrollaron en el Nuevo Mundo.

Sin las pretensiones del barroco europeo, la Catedral de La Habana es la obra más acabada de este estilo en Cuba, especialmente por su fachada. Una evocación de la Iglesia de Santa Inés, de Borromini, en Roma, pero de forma más libre, lo constituyen la concavidad del muro de su fachada y las columnas siguiendo la curva del paramento. A diferencia del barroco mexicano, el acento aquí es horizontal y carente de una abundante decoración esculpida, dando protagonismo a la piedra misma y a los efectos que producen su disposición, como un verdadero juego de líneas.

Su interior ha sufrido importantes transformaciones, especialmente con la llegada del obispo Juan José Díaz de Espada, amante del neoclásico, quién inició obras en el templo hacia 1820. El obispo Espada acomete grandes reformas en su interior: elimina los altares barrocos por los actuales neoclásicos, coloca un templete con una mesa de altar realizada por Banchini, bajo la dirección de Antonio Solá y el trabajo en metal de las columnas del templete por Luis Tellez y Guillermo Doptgarten, así como dos ambones en mármol y bronce, colocado cada uno sobre cuatro columnas de mármol.

Se introdujeron durante el siglo XIX otros elementos artísticos como son los frescos sobre el altar, obra de Perovani (hacia 1822), la tumba del obispo Apolinar Serrano, obra del escultor Pietro Costa y ubicada en la Capilla de “Nuestra Señora del Loreto” junto a las tarjas de otros obispos cuyos restos se conservaron por años en esta Capilla. En 1898, se colocó una tarja recordatoria de la ubicación aquí de los restos atribuidos a Cristóbal Colón. En 1911 se realizan labores de restauración en carpintería y otros elementos, pero no es hasta la década del 40 del pasado siglo que la Catedral es transformada ante la situación ruinosa de sus techos y de las pinturas existentes en su interior, tarea asumida por el arquitecto Cristóbal Martínez Márquez en época en que era arzobispo de La Habana el cardenal Manuel Arteaga.

Las obras comprendieron la demolición del techo de tabloncillo y yeso, y de elementos decorativos que nada tenían que ver con el diseño original; se trasladó el templete hacia el fondo y el Coro de los Canónicos fue reducido a una pieza de museo en un lateral del Presbiterio; se eliminó la baranda que había colocado el obispo Espada pero que reducía el Crucero de la Iglesia, ganándose en amplitud; se abren los atrevidos arcos en los muros laterales del Presbiterio y se eliminan otros que en las naves laterales reducían la perspectiva. Las ventanas se construyeron de aluminio para evitar la corrosión pero esto y la transformación del Altar Mayor, fueron las decisiones más discutibles de dicha transformación.

En marzo de 1997, se comienza a elaborar un proyecto de remodelación interna en la S.M.I. Catedral de La Habana, cuya esencia es una transformación que haga más funcional la edificación de acuerdo con el Concilio Vaticano II, pues el templo religioso cobra vida con las celebraciones que en él se realizan. Esta intervención, reconocida y apreciada por los entendidos, se debió a la decisión del arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, de volver a colocar el Coro de los Canónicos en su posición original, jerarquizando así el foco central, y facilitando la disposición de los concelebrantes, y trasladando el templete a la antigua Capilla de Loreto, actual Capilla del Santísimo. Los trabajos concluyeron en diciembre del mismo año, antes de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba. Desde el trono de la Catedral habanera, Juan Pablo II dirigió un mensaje especial a los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos católicos cubanos.

Universidad San Jerónimo

Existe un centro de formación para candidatos al sacerdocio diocesano y regular (Pre - Seminario), así como el Seminario “San Carlos y San Ambrosio”, donde se preparan seminaristas diocesanos y religiosos de todo el país. Existen además los centros de formación María Reina y Padre Félix Varela.

Estructura interna

La Arquidiócesis está integrada por las provincias civiles de Ciudad de La Habana, La Habana y el municipio especial de Isla de la Juventud. Tiene una superficie de 3006 kilómetros cuadrados y cuenta con 2.777.242 habitantes. El territorio se extiende sobre 8.855 km² y se subdivide en 102 parroquias.

División

La Arquidiócesis está dividida en cuatro vicarías pastorales: Vicaría Norte Vicaría Sur Vicaría Oeste Vicaría este

Obispos de La Habana

Felipe José de Tres-Palacios y Verdeja (1789 - 1799) Juan José Díaz de Espada y Fernánez de Landa (1800 - 1832) Francisco Fleix Soláus (1846 - 1864) Jacinto Maria Martínez y Sáez, O.F.M. Cap. (1865 - 1873) Apolinar Serrano y Díaz (1875 - 1876) Ramón Fernández Piérola y Lopez de Luzuriaca (1879 - 1887) Manuel Santander y Frutos (1887 - 1899) Donato Raffaele Sbarretti Tazza (1900 - 1901) Pedro Ladislao González y Estrada (1903 - 1925)


Arzobispos de La Habana

José Manuel Dámaso Rúiz y Rodríguez (1925 - 1940) Manuel Arteaga Betancourt (1941 - 1963) Evelio Díaz y Cía (1963 - 1970) Francisco Ricardo Oves Fernández (1970 - 1981) Jaime Lucas Ortega Alamino (1981 -)

Fuente

www.catholic-hierarchy.org www.iglesiacubana.org Anuario pontificio del 2005 y precedentes