Caricatura

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Caricatura
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Concepto:La caricatura es un retrato que exagera y distorsiona los aspectos físicos de una persona con un objetivo humorístico

Caricatura. La caricatura es, junto con el dibujo realista, la modalidad de imagen periodística más antigua que se conoce. Ha sido desde el comienzo de la historia un tipo de representación exagerada de unos personajes o de unos hechos con el fin de poder trasmitir un mensaje, una idea, la mayoría de veces sarcástica sobre una cuestión determinada. Es por este motivo que desde siempre, el hombre recurrió a realizar una serie de trazos bien expresivos, bien simbólicos, pero tremendamente simples con los que trasmitir ideas por medio de las imágenes y así llegar a un mayor número posible de espectadores a los que convencer de tales ideas.

Historia

Antiguo Egipto

Los primeros ejemplos de caricaturas se encuentran en el antiguo Egipto. Todos los autores que se han encargado de estudiar el tema, coinciden en remontar sus orígenes hasta las culturas Mesopotámicas, Precolombinas, egipcias; así Gaya Nuño señala por lo que se refiere a Egipto que en diferentes papiros como el del British Museum, el de el Museo Arqueológico del Cairo o el Museo de Egiptología de Turín (todos pertenecientes a la XX dinastía), aparecen representados varios animales como el asno, el león, el cocodrilo o el mono, tocando instrumentos dentro de un lujoso ambiente, o incluso una escena en la que una rata sentada en un trono recibe como ofrenda una flor de loto por parte de un gato, escena que es contemplada por otras ratas que portan atributos reales.

Otro de los períodos en donde más florecerá la caricatura del Antiguo Egipto, es en el de la XVIII dinastía, fundamentalmente en el período Amarniense, momentos en los que tras la reforma de Amenofis IV (Akenaton) se produce una fuerte crítica a toda su política de cambios, en este sentido son famosos los "graffiti" encontrados en las antiguas murallas de Tebas representando de manera muchas veces soez a Nefertiti y Akenaton.

Cultura griega

Pasando a otra cultura la época griega es rica en representaciones caricaturescas, cuya evolución va respondiendo a los diversos conceptos que sobre el tema de lo "cómico" aparecen en su filosofía, así desde un punto de vista teórico esta ciencia se preocupaba por indagar la esencia y el valor moral de lo cómico analizando su aspecto estético, ejemplo de toda esta preocupación se enuentra en Platón quien no contempla nada bueno en la hilaridad, o de Aristóteles quien la considera de escaso interés, motivo por el cual no se le ataca directamente, más bien se la elude, sin embargo una generación posterior con Teofrasto (discípulo de éste último) se empieza a ver ya lo cómico como algo positivo; y de esta forma es cuando la literatura y el Arte nos empezarán a mostrar los más claros y ricos ejemplos de caricaturas, de entre los cuales y a modo de ilustración se encuentran los siguientes:

  • Cerámica griega del siglo V a.c. que se conserva en el museo de Florencia, y representa a la figura de Eneas con Aquiles y Ascanio, todos ellos con cabezas de animales.
  • Ánfora Póntica del Museo de Munich representando una parodia del Juicio de París
  • Kylix ático del Museo del Vaticano del siglo V a.c. en la que se representa a Esopo aprendiendo de una zorra, muy en la línea de la sátira aristofanesca "Las Nubes".
  • Por otro lado existen un buen número de figurillas ridículas de época helenística que nos recuerdan más a las máscaras y a los tipos de la farsa griega y de la comedia nueva.
  • Cerámicas áticas del siglo V a.c. en donde se dibujan los aspectos más embarazosos de la vida fisiológica del individuo.
  • Diversas parodias de la Iliada o de escenas dionisiacas representadas en la cerámica en donde lo cómico encuentra un terreno abonado.

Roma

En Roma el bagaje filosófico sobre lo cómico no será tan extenso como en el caso de Grecia, pero sí importante, de esta forma son interesantes las opiniones reflejadas por Dionisio de Prusa, reivindicando el valor moral de la risa y de la sátira de costumbres; Plutarco, estableciendo en la risa una función ética y transformando la estética de lo cómico en rígido moralismo; Plinio, teorizando sobre lo cómico; Fabio, siguiendo y completando el discurso anterior; y Cicerón, recogiendo en esencia todo lo anterior, entre otros.

Por lo que respecta a las obras caricaturescas del momento, se encuentran los siguientes grupos:

  1. Pinturas cerámicas
  2. Estatuillas grotescas
  3. Frescos
  4. Los Graffiti
  • En Roma y otras partes del imperio
  • En Pompeya y Herculano

Dentro del primer grupo se reflejan diversos tipos de jarrones etruscos que se hacen eco de esta temática cómica respondiendo fundamentalmente a personajes ridículos en cuanto a forma. En el segundo grupo existirían una serie de representaciones escultóricas grotescas, tal es el caso de la estatuilla deforme de Caracalla que se conserva en el museo de Avignon, otras serían del tipo "Maccus" (antecesor del polichinela) y otras finalmente de carácter pornográfico con sentido caricaturesco (Como las estatuillas del Dios Príapo).

Dentro del tercer grupo se destacan los frescos de Grannano (cerca de Herculano) sobre monos, de los que Champfleury escribió que:

"...Es probable que el autor de esta obra se propusiese en ella representar en figuras de monos a determinados sujetos con sus propios gestos y maneras, poniendo en ridículo costumbres de su tiempo que hoy no conocemos ..."

Por lo que hace referencia al cuarto grupo, se tiene en primer lugar los graffiti encontrados en las antiguas murallas de Roma en donde la crítica al poder por parte de las diversas facciones hostiles del momento es el recurrente general.

Pero donde más restos se han encontrado han sido en las ruinas de Pompeya y Herculano, tanto es así, que incluso, dado el material existente, se pueden establecer varios subgrupos diferentes.

Caricatura de religión

Bien sea ésta contra paganos o contra cristianos, que se nutre de unos ricos y valiosos ejemplos que acercan a comprender el sentir religioso popular de estos momentos: por un lado los graffiti cristianos que atacan satirizando el culto a los dioses paganos, éstas están en la línea de algunos vasos cerámicos que se han encontrado, muchos de ellos realizados por el cristiano Annio Serapiodoro; en el lado opuesto se hallan unos graffiti bastante curiosos de carácter anónimo que representan la ridiculización del culto cristiano, un ejemplo de todo esto se manifiesta en el sarcástico "Juicio de Salomón" (Pompeya) y sobretodo el "Asno Crucificado" del siglo III d.c. descubierto por Garucci en la Domus Gelotiana, que lleva inscrita la frase en griego "Alexamenos adora a Dios", tipo de imagen que debió de ser más o menos frecuente a tenor de los ejemplos encontrados, hasta tal punto que Tertuliano se hace eco de esta calumnia para criticarla .

Otro de los puntos al que se hace referencia, es el relacionado con los artistas-caricaturistas de los que nada o muy poco se conoce. Se pueden citar los nombrados por Plinio, tales como Ludio, de quien se dice que cultivaba el género de las "Comica Tabella" que eran unas tablillas en donde se dibujaban las escenas cómicas de una representación teatral para colgarlas en las puertas de los teatros y así servir de reclamo para los posibles espectadores. Otros artistas citados por Plinio serán Pereico y Ctesiloco.

Medioevo

Si en los casos anteriores de Grecia y de Roma, se habla de un aparato teórico-filosófico que tenía en consideración lo cómico, a partir de lo cual "nacía" una producción caricaturesca de mayor o menor fortuna; llegados al medioevo este aparato desaparecerá, ningún filósofo o teólogo del momento hará referencia a él. No obstante y tal vez supliendo a este corpus inexistente, se hallam los bestiarios y fisiólogos medievales, en donde, y según la creencia del momento los animales habían sido creados para servicio del Hombre, a fin de que su estudio y la contemplación de sus costumbres fuesen para el Hombre reglas de vida o motivo de escarmiento y corrección según las propiedades del animal que se mostraba como ejemplo, de tal forma que era permitido por la Iglesia el uso de animales para exonerar al público. Este es el motivo por el que a pesar de las limitaciones técnicas del mazonero caricaturista medieval, se abriese ante él un gran abanico de posibilidades imaginativas.

En esta línea se encuentran los ejemplos satíricos que aparecen representados en los capiteles, vidrieras o códices miniados; en donde determinados temas como el diablo, entre otros, se convierten en claras fuentes de inspiración para sus obras como por ejemplo:

  • La Iglesia de San Quirce en Burgos de desenfadadísima iconografía.
  • Las sillerías del coro de las catedrales de Plasencia y Zamora, realizadas por el maestro Rodrigo Alemán.
  • El enfrentamiento entre Felipe el Hermoso y Bonifacio VIII de la catedral de Sems realizado por Pedro Cugnieres
  • Los capiteles de la catedral de Chartres en donde aparecen las escenas de un cerdo bailando y un asno tocando la guitarra
  • El libro de la Horas del duque de Berry
  • La mitología de Renard que le sirve para ridiculizar parte de la liturgia cristiana, sirva como ejemplo las figuras del zorro o del asno que predican desde un púlpito mientras son escuchados por unos rebaños de ovejas o grupos de gallinas
  • Las ilustraciones de Ulrich Richental sobre el concilio de Constanza en 1414
  • La procesión de las ratas del claustro de la catedral de Tarragona del siglo XII
  • Escultura de un fraile con cabeza de zorro en la iglesia de Nantwich del siglo XII

Renacimiento

La evolución de la caricatura durante este período viene marcada por la aparición de la imprenta, lo que supuso alcanzar dos logros fundamentales para este género: por un lado la posibilidad de abaratar costes, con lo que de esta forma la caricatura se hace más asequible, más popular. Por otro lado, la imprenta es la forma de obtener una mayor rapidez y mayor alcance en la difusión de las obras. En esta época se hace referencia a los escritos de Leonardo Da Vinci, cuando recoge en su Tratado de pintura en donde se hacen varias referencias a la caricatura, tales como:

"...lo necesario que puede llegar a veces ser el copiar los rasgos completos, aunque éstos sean deformes e incluso exagerarlos, con el fin de poder oponer mejor lo bello a lo feo, a fin de que el contraste resulte, por uno y por otro lado, un aumento del poder emotivo...".

Se manifiesta de esta forma no una necesidad de resaltar lo feo como vicio, tal y como ocurría en la Edad Media, sino de la utilización de lo feo con una funcionalidad estética, esto es, de crear un contraposto para resaltar lo bello.

En cuanto a los caricaturistas-artistas del momento, se destaca al mismo Leonardo Da Vinci con sus series de bocetos-retratos cargados de un naturalismo exagerado y a Miguel Ángel; en el norte de Europa pintores de la talla de El Bosco o de Durero, Holbein el Joven o Brueghel el Viejo, entre otros. Aunque el más destacado como caricaturista sea Carracci, quien hará hincapié en el tema de lo grotesco. A partir del Renacimiento, a resultas de los trabajos de los anteriores artistas, surge la caricatura como tal, de una manera estricta atendiendo a la acepción etimológica de la palabra, nacida del término "Ritratti Carichi" (retratos sobrecargados).

Siglo XVII

Llegados ya al siglo XVII, a nivel teórico empezarán a surgir las primeras definiciones de caricatura y los primeros estudios casi monográficos sobre el tema, así se hallan los trabajos del Conde Mosini, en el primero de ellos, aparece la definición del término en cuestión como "Perfetta deformitá" en contraposición al concepto Renacentista-Barroco de "Belleza ideal"; definición que se hace aún más precisa en el segundo de sus estudios cuando la describe como:

"Un procedimiento de retrato, nacido de un interés realista, aunque con finalidad cómico-fantástica"

Otro de los teóricos de estos momentos será Baldinuci quien publicará su obra a finales de siglo, momento en el que gracias a sus aportaciones y a las de los autores anteriores, el Diccionario de la Academia Italiana, en su edición de 1694 recogerá el término por primera vez definiéndolo como:

"Especie de libertinaje de la imaginación"

En cuanto a los artistas-caricaturistas del momento se señalan figuras como Tiépolo, Jaques Callot, discípulo de Carracci con sus series de "Los Bohemios" y "Los Mendigos"; Stefano Della Bella; Cornelius Dusart, primer cultivador de la sátira política o Bernini con las caricaturas de los cardenales.

Este es un período relativamente rico en imágenes caricaturescas habida cuenta de la situación política conformada por las guerras de religión en donde todo lo propagandístico ocupará un lugar fundamental.

Siglo XVIII

Durante el siglo XVIII en el terreno filosófico y teórico destacará la figura de Francis Grose, primer personaje que intenta codificar una serie de reglas sobre la caricatura (Rules for Drawing caricatures). No obstante lo más llamativo de este siglo serán las recopilaciones de caricaturas que se llevan a cabo, en este sentido tenemos que citar por un lado a Arthur Pond, quien en 1743 publicará en Inglaterra una colección de caricaturas europeas, y por otro lado a Boyer De Nimês, quien recogerá para publicar en 1792 toda una colección de imágenes satíricas francesas aparecidas hasta ese momento.

En cuanto a los artistas-caricaturistas, no se pueden dejar pasar por alto figuras como Hogart , gran observador de la vida social, quien estigmatizará la injusticia y el envilecimiento con bromas; Rowlandson y Gillray en Inglaterra (ya a caballo del siglo XIX, siendo famosas sus sátiras contra Napoleón) ; Boilly, Debocourt y Grukshank en Francia.

Siglo XIX

La ilustración en el siglo XIX viene determinada por la invención de la litografía en 1796 por Aloys Senefelder, esto supone un giro importante ya que hasta entonces el artista dejaba sus dibujos en manos del grabador de reproducciones lo cual comporta un peligro por el debilitamiento del rasgo que esto suponía; ahora el artista trabaja directamente sobre el soporte, controlando por este motivo hasta el último momento todo el proceso de reproducción. Otra de las consecuencias positivas de esta nueva técnica está en íntima relación con la técnica utilizada por la que se pueden abaratar grandemente los costes y conseguir una mayor y más rápida tirada de una misma plancha, todo lo cual motiva que los grabados resultantes mediante este procedimiento lleguen con una mayor facilidad a un número mayor de personas.

Pero la característica general de este periodo será la difusión y generalización de la prensa, vehículo fundamental para el desarrollo y expansión de este género, de tal modo que es en este siglo en donde asistimos a una mutación del artista-caricaturista al caricaturista-periodista, esto es, a partir de ahora el caricaturista se convierte en un periodista que va a utilizar una serie de medios a su alcance (la imagen por ejemplo) para poder llegar a las masas, masas que en el siglo XIX en su mayoría no sabe leer ni escribir, de ahí el papel fundamental de este medio que se convertirá en el único capaz de utilizar un lenguaje popular y asequible para todos.

Dada la complejidad y variedad existente entre los diferentes piases europeos, estudiaremos la caricatura por separado, así el primer país en el que nos adentraremos será:

Suiza

La caricatura en Suiza viene caracterizada por el trabajo de los siguientes artistas: En primer lugar Rodolphe Teopffer, cuya labor se sitúa a principios de siglo destacando los defectos y vicios típicamente suizos sin entrar en temas políticos, otro de los caricaturistas será Adan Teopffer, hijo del anterior que destacó por ser un pintor de escenas de costumbres, escenas que llevadas a la exageración lo convirtieron con el tiempo en un o de los más grandes caricaturistas suizos, sus obras como El Doctor Festus, Monseur Vieux-Bois (el eterno amante), Monseur Jaleet, Monseur Grefin y Monseur Cryptophone, son viva muestra de esta representación de tipos genuinamente suizos que pueden englobar a gran parte de sus compatriotas, formalmente utiliza un dibujo próximo al del inglés Steve, bastante profundo en las imágenes centrales contextualizadas en un paisaje bastante anecdótico profusamente decorado de anécdotas.

Otros de los caricaturistas suizos serán Godefroy, cuyas obras se caracterizan por su gran sencillez; Forestier, también un gran cartelista con un sentido bastante popular del Arte y Fontanez, caracterizado por las sucesivas representaciones de tipos locales.

Rusia

La caricatura en Rusia pasa, por lo que al siglo XIX se refiere por tres etapas fundamentales, la primera de ellas abarca los primeros años del siglo y se caracteriza en cuanto a tema por una crítica a la situación real al sistema feudal en el que se vive, a las clases dominantes represoras y supersticiosas, en cuanto a forma, ésta estará íntimamente relacionada; con la pintura bizantina de tal modo que cada una de ellas tiene un aire que nos recuerda a los iconos.

Una segunda etapa corresponde aproximadamente a los años cincuenta del siglo, en este momento nos encontramos ante una caricatura bastante influenciada por los modelos europeos, aunque el dibujo comparativamente es de una peor calidad y cuya técnica será el aguafuerte; en el aspecto temático la sátira ahondará más en lo político gracias a la coyuntura del momento en donde tras el desastre de Sebastopol (1855) aparecen nuevos movimientos socio-políticos mucho más radicales que encuentran en este género un cauce para sus ideas y expresiones, estos movimientos conducirán a la reforma burguesa de 1861 que reforzará la aparición de todo tipo de críticas al sistema teocrático. Es en estos años cuando aparecerá la revista Iskra predecesora de la Revista de caricaturas del año 1818 fundada por Veretzianev de muy corta duración a consecuencias de la férrea censura; en esta revista empiezan a aparecer nombres como N. Yulev, A. Bogdanev, Voikov, Bordelli, Apollon y Danilov entre otros que se constituyen en los primeros humoristas del siglo, unos años más tarde surgirán otros como N. Stepenov y A. Levedev considerados como el Daumier y el Gavarni rusos respectivamente.

La tercera y última etapa del siglo es la que corresponde con su última década en la que y tras la férrea censura que se produce dada la situación prerevolucionaria que vive el país la caricatura casi desaparece del panorama nacional reduciéndose a contadísimos panfletos revolucionarios.

Francia

Si una de las formas de definir caricatura es decir que ésta comporta exageración e intención cómica, en Francia encontramos el más claro ejemplo que justifique tal definición, no en vano la Francia del siglo XIX alcanzará en este género tal desarrollo que se convertirá en el punto de referencia obligada, por comparación, con los demás piases europeos.

Este desarrollo se sustenta en la tradición cómica francesa de épocas anteriores, que ahora, en el siglo XIX, debido al desarrollo de las publicaciones periódicas y a la libertad de prensa alcanza su máximo esplendor.

De esta manera podemos observar diferentes tipologías en la caricatura francesa, de un lado las que nacen de la envidia, la murmuración y el odio, verdaderas obras satíricas; de otro la crítica política, fruto de un siglo tan polémico; junto a estas dos tipologías también existe una tercera de carácter popular, más rica y variada y cuya finalidad sería la consecución de un humor más suave que haga pensar y provocar una sonrisa en los labios frente a las anteriores que se encaminan, en la mayoría de los casos a conseguir la carcajada. En definitiva se podría llegar a decir que todas las leyes de la comicidad esbozadas por H. Bergson en 1900 ya eran trabajadas por los caricaturistas franceses de años anteriores, caricaturistas a los que sería difícil englobarlos por separado en una u otra tipología dado que en mayor o menor medida todos ellos son partícipes de algún tipo de éstas tal y como se puede ver en las obras de: Charles Philipon (1800-1862), Daumier con quien la caricatura Francesa y universal alcanza su máximo esplendor, Cham (Amadé de Noé) (1811-1879), Charles Travies (1804-1854), Gustav Doré (1832-1883), Paul Gavarni (1804-1866), J.L. Forain (1852-1931) heredero y continuador de la obra de Daumier, Henri Monnier (1799-1931), Jean Pigal (1794-1873), Eugene Lami (1800-1890), Alfred Gravin (1827-1892), Grandrille (1803-1847), Andrè Gosset (Andrè Gill) (1840-1885). Quienes realizaron su trabajo en los periódicos franceses bien fuesen de carácter general o especializados en la sátira, entre los que destacan: Le Charivari (1832), fundado por Charles Philipon, Le Caricature Provisoide (1838), Le Journal Pour rire (1848), Le rire (1894).

Bélgica

El caso de Bélgica, dada la proximidad geográfica con Francia, da lugar a que las características generales de su caricaturas sean similares a la de su vecino país, tanto es así que muchos de los periódicos o revistas caricaturescas francesas circularán libremente por Bélgica, con una salvedad: Mephistopheles de 1831, revista satírica, primera de este género en el país y que se adelantará incluso a Le Charivari de 1833.

Países Bajos

La caricatura Holandesa se sustenta en la tradición de los caricaturistas de Flandes, muchos de ellos pintores, quienes se dedicaban a copiar de la naturaleza aquello que ésta tenía de peculiar con fiel realismo. Por tal motivo los caricaturistas del siglo XIX se caracterizarán por su fiel reflejo de la realidad, sus peculiaridades, sus situaciones críticas, - que surgen de la calle, de la plaza, en el mercado, dentro de una familia...- razones y circunstancias por sí solas que muchas veces producen comicidad sin tener que recurrir a la exageración.

Otra de las características es (a diferencia con la Inglesa, de la que guarda un gran parecido) la ausencia de una lección moral. En esta línea James Ensor será el caricaturista más sobresaliente, quien sabe recoger y fundir toda la tradición de Flandes; Sin embargo también se ha de citar a Felicien Rops, quien apartándose de ésta línea (y siguiendo una influencia Francesa) se convierte en el admirador y por lo tanto continuador de la obra de Gavarni y de H. Daumier.

Alemania

La caricatura en Alemania surge en el siglo XIX con Chodowiecki, quien sienta las bases de la caricatura burlesca y fantástica que se desarrollará en todo el siglo que estamos estudiando.

Los caricaturistas más representativos de estos momentos serán: Adolf Oberländer y Wilhelm Busch, seguramente éste sea el más sobresaliente de todos ellos, quien se caracteriza por la representación en sus personajes marcados por una gran humildad que hace frente a la perversidad del destino y por un cierto sentido moral y aleccionador en su obra, algo por otra parte común en la caricatura alemana pero que en Busch viene más señalada; Guillermo Kaulbach, Löffer, Pablo Komewka, Johann Gottfried, Cartel-Biaze, Richter, Reinhardt, Haranger, Meggendeffer... Quienes trabajan en revistas como: Fligende Blatter (1844), Kladderadatsch (1848), Simplicissimus (1896), Piepmeier (1849), Wesper (1862), Muenchener (1848), Dorfharhier (1848)...

Austria

En este país debido a su proximidad con Alemania, la caricatura será similar, cuando no idéntica debido a que en Austria circulaban los mismos periódicos que en Alemania, siendo los únicos autóctonos (aunque si bien denotan una gran influencia francesa) Kikeriki (1861) y Wiener Charivari.

Inglaterra

Durante los siglos XVII y XVIII la caricatura inglesa tiene prácticamente todas las características Holandesas debido a los muchos contactos, sobre todo comerciales que existen entre los dos países, ambas caricaturas durante estos siglos mantienen un contenido moral, bastante más acusado en el lado inglés, que irá dando paso conforme nos adentramos en el siglo XIX a un contenido político y es en estas fechas y por este motivo por el que ambas caricaturas comenzarán a distanciarse habida cuenta de que las vicisitudes políticas serán diferentes en cada uno de estos países.

España

En España, la representación de las caricaturas viene dada por la obra de Goya, siendo por tanto su obra (como la de sus seguidores del siglo XIX) una acentuación de la pintura de carácter ya apuntada anteriormente por pintores como Zurbarán o El Greco. Por lo que se refiere a la prensa ilustrada española del siglo XIX, ésta comienza en las "Hojas sueltas" que como crítica a la invasión napoleónica circulaban por España entre los años 1808 y 1812, baste recordar títulos como: El Arlequín de Europa, La salida del rey ambulante y su legión devota, Napoleón trabajando para la regeneración de España, Napoleón y Godoy, Fiesta de toros en España o Matador corso en peligro. Todas ellas ampliamente estudiadas en la obra de Gómez Imaz.

Estos grabados eran anónimos y generalmente impresos mediante el procedimiento en madera y de tema altamente satíricos contra Napoleón. Posteriormente, hacia mediados de siglo las caricaturas empiezan a aparecer firmadas, pudiéndose de este modo completar un panorama artístico español de este modo aparecen nombres como los de Alenza, Cilla, Sancha, Sileno, Tovar, Montagud, Marín, Pons, Junoy, Grau, Aragay, Marco, Francisco Ortego, Apeles Mestres, Y Rodríguez Castelao entre otros.

Todos ellos realizan su labor artística en la prensa Española del siglo XIX en revistas como El Fisgón (Madrid), El Momo (Madrid), El Cascabel (Madrid), El Duende (Madrid), El Jorobado (Madrid), Madrid Cómico (Madrid),Valencia Cómica (Valencia), Andalucía Alegre ,(Granada) La Guindilla (Madrid), El Látigo (Madrid), El Avisador (Madrid), Gedeón (Madrid), Madeja Política (Barcelona), El Tiburón (Barcelona), El Nunci (Barcelona), La Bamba (Barcelona), Cu-Cut (Barcelona), L´ esquella (Barcelona), El Reflejo (Barcelona) entre otras muchas.


Caricaturistas destacados

Entre los caricaturista más destacados del siglo XIX se encuentran: Gillary, cuya obra arranca en el siglo XVIII y se caracteriza por su alto contenido moral, Rowlandson, también nacido en el siglo anterior, ambos sentarán las bases del desarrollo posterior de la caricatura inglesa con continuadores como: John Leech, John Tenniel, H.B. (Richard Doyle), Phiz (Hablat Browne), Randolph Coldecott, Edward Sambourne, Harry Furniss, Phil May, Francis Gould, Ape (Carlo Pellegrini), Spy (Leslie Ward), Max (Max Beerbohn),... Todos ellos bastante identificados con una moral burguesa. Todos trabajarán en las revistas satíricas más características del momento se pueden citar: Comic Black-stone (1846), Comic History of England (1847), Comic History of Rome (1852), Vanity Fair (1868), Punch (1841), The Source, The Meteor, The Humorist.

En Italia la caricatura de este siglo arranca de la tradicional farsa italiana por un lado y de otro de la tradición caricaturista del país representada por Leonardo Da Vinci, Carraci, Callot. Con este panorama es de extrañar la poca importancia que este género tendrá en el siglo (en comparación con otros países como Francia). No obstante aparecen en el panorama figuras como Bartolomeo Pinelli, Steffano della Belle quien se caracteriza por ser uno de los primeros que en la caricatura del siglo XIX recurre a la animalística a la cual dota de expresiones humanas. Por lo que respecta a las revistas satíricas hay que señalar a L´ausino y El Mule, la primera de ellas anticlerical y la segunda réplica católica a la anterior.

La caricatura cobra auge a finales de siglo, con motivo de la Revolución Francesa, convirtiéndose así este género burlesco en verdaderos panfletos que con muy pocos medios pueden llegar rápidamente a las masas para comunicar una serie de mensajes revolucionarios y no sólo en la misma Francia sino atravesando las fronteras con el afán de expandir la revolución, de tal modo que los países vecinos han de aumentar la censura y el control de todas las publicaciones llegadas de Francia.


Fuentes