Casa Natal Hermanos Ameijeiras

Museo Casa Natal "Hermanos Ameijeiras" Institución con sede en Cuba 260px Fundación: 6 de Julio de 1996 Tipo de unidad: Institución cultural País: Cuba Dirección: Calle 10 de Pueblo Viejo, en Jesús Menéndez, Las Tunas

Casa Natal Hermanos Ameijeiras.

Descripción

En esta casa de paredes y piso de madera, techo de zinc a dos aguas, pintada de gris, azul y rojo; de amplio patio poblado de árboles frutales y un jardín con flores de múltiples matices, nacieron los hermanos Ameijeiras. Es la No. 19 de la calle 10 del barrio de Pueblo Viejo en Chaparra, hoy municipio de de “Jesús Menéndez”. Aquí se instaló el matrimonio constituido por Manuel Ameijeiras Fontenlo, natural de la región gallega de Pontevedra y María de las Angustias Delgado Romo, nacida en Corral Falso, Matanzas.

Historia

El primero de los hijos les nació en 1917 y la nombraron María Luisa hasta completar una decena en 1932 sellada con Juan Manuel. El padre –quizás por tradición ancestral traída de su lejana aldea- tuvo por costumbre ponerle apodos a sus vástagos y los llamaría indistintamente Mara, Chonchón, Nene, Machaco, Pepincito, Yin y Mel. Sólo Gustavo, Enma y la prematuramente fallecida Evangelista, no fueron identificados con sobrenombres.

Un día de 1935 Manuel Ameijeiras desapareció. Entonces se tejió la leyenda de que regresó a España en busca de una herencia y pudo ser uno de los inmolados en la vorágine de la guerra civil. María de las Angustias debió asumir las riendas de la familia.

Viven en Puerto Padre hasta 1943. En la misma vivienda instalan una bodega, después marchan a Santa Clara hasta 1945, para establecerse finalmente en La Habana, calle Virtudes 510 entre Esperanza y Lealtad. Todos los hermanos trabajan como choferes de alquiler en la Manzana de Gómez, cerca de Prado 109, donde radican las oficinas del Partido Ortodoxo, forja de los jóvenes revolucionarios que habrían de cambiar los destinos de la Patria.

Si la historia de la lucha por la independencia de Cuba del yugo colonial español, no se puede escribir sin tener en cuenta a los Maceo, la de nuestra última gesta de liberación nacional quedará inconclusa, si no están los Ameijeiras. Cinco hermanos presentes en la mayor parte de las proezas de esta guerra.

Los hechos protagonizados por unos y otros se enlazan en el tiempo, para conformar una continuidad que perdura en el acontecer histórico de la nación cubana, matizado por estos y otros ejemplos a lo largo y ancho de toda la isla.

La lealtad a los principios revolucionarios fue premisa en sus vidas, la fe inquebrantable en los ideales que los llevaron a la lucha, los caracterizó. Esclarecidos en apreciar, desde los primeros momentos, la honda visión de futuro sustentada por Fidel Castro y lo siguieron siempre.

El secreto del triunfo de la lucha popular revolucionaria del pueblo cubano en todos los tiempos está, en las tradiciones combativas de las amplias masas de la población y la incorporación de familias enteras en la contienda armada, que tiene precedentes significativos en las guerras independentistas del 68 y el 95 en los Maceo. La presencia de la familia Ameijeiras en la guerra de liberación nacional iniciada con el ataque al cuartel Moncada significa la continuidad histórica de esas luchas y victorias, demostrando, que en el paraje más remoto de esta tierra, pueden nacer un héroe, dos héroes, tres héroes… familias enteras de héroes.

¿Qué había antes?

En el patio, en su parte derecha, había una carbonera contigua al baño y a continuación se encontraba la letrina. En la parte trasera de la vivienda Manuel mandó a hacer el pozo , construido por Lázaro Hernández en 1921. Es de brocal alto y ancho, de concreto y empedrado hasta el fondo, su cruceta es en forma de arco de donde pende la rondana para extraer el agua. A su alrededor jugaban los muchachos circulando con un viejo velocípedo. Estos, al decir de Antonio Ponte, eran inquietos y traviesos, recuerda especialmente a Machaco y a Efigenio y dice que eran candela, para agregar que se fajaban unos con otros. Se escondían debajo del piso y correteaban por todo el patio. En esta casa vivió la familia hasta 1935, fecha en que desaparece Manuel y María de las Angustias decide establecerse en Puerto Padre, con los siete hijos que le quedan. Chonchón había muerto ahogado en el río Chaparra y Pepincito y Evangelista habían fallecido poco tiempo después de nacidos.

¿Qué encontramos allí?

El 9 de julio de 1996, después de un largo período de restauración la vivienda se convirtió en el Museo Casa Natal Hermanos Ameijeiras. Se devolvió al máximo sus características originales. En sus cuatro habitaciones delanteras se instalaron igual número de salas de exposición, donde se pueden apreciar objetos personales de los tres hermanos caídos durante la lucha de liberación; Mel, Gustavo y Machaco, con grandes cuadros de estos pintados al óleo. También aparecen objetos y documentos de María de las Angustias y demás hermanos, junto a fotografías de distintas épocas. La estructura de la parte trasera es similar a la original, aunque no su distribución espacial. Ahora posee una sala de conferencias, oficina, almacén y área de conservación. Miles de personas han visitado ya la institución, donde vive y se preserva la gloriosa historia de esta familia.

Resumen

Los vecinos más viejos nos han narrado facetas de la vida familiar de esta pareja, él natural de la región gallega de Pontevedra en España, llegado a Chaparra después de una etapa de trashumante que lo llevó a Argentina, para instalarse finalmente en este paraje remoto donde una compañía norteamericana había construido el central azucarero más grande del mundo y se facilitaba el empleo a los forasteros, muchos de ellos igualmente procedentes de la península ibérica. Ella, procedía de Corral Falso, después municipio de “Pedro Betancourt” en Matanzas. Había conocido a Manuel en una visita que hizo a familiares en La Habana, se enamoraron y decidieron unir sus vidas en aquella lejana tierra de promisión, distante casi mil kilómetros de la capital. Manuel trabajó primero como jefe de una brigada de operarios en el Departamento Comercial para con posterioridad dedicarse al comercio, cuando instaló en el andén del poblado, donde a diario circulaban trenes de Velasco a Sabanazo, una vidriera de ventas de caramelos y confituras. María de las Angustias se dedicó a los quehaceres de la casa y a la atención de sus hijos. Con ellos ejerció la profesión de maestra, que no pudo hacer de forma pública. A todos les enseñó las primeras letras y el sentimiento de patriotismo y lealtad que llevaron siempre.

Fuente

• Tomado de la web Arte Chaparrero: http://www.tunet.cult.cu/pagsec/municip/menendez/