Diferencia entre revisiones de «Casa Taller Raíces»

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'''Casa Taller Raíces'''. Se encuentra al tomar la carretera intramontaña del Moncada, poco después del abrazo natural de Dos Hermanas. [[Viñales]], provincia [[Pinar del Río]].
'''Casa Taller Raíces '''. Se encuentra al tomar la carretera intramontaña del Moncada, poco después del abrazo natural de Dos Hermanas. [[Viñales]], provincia [[Pinar del Río]].
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==Caracterización==
 
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Desde una primera mirada el lugar parece capricho de la naturaleza donde troncos y árboles custodian un camino hacia una campechana casa. Cuando entras al recinto en sí, percibes que nada es natural: una fuerza humana espiritual ha dejado marcas en esculturas, mesas, asientos rústicos, enredaderas. Y el complejo crece y se alarga, y toma vereda, y enseña más objetos, mujeres de madera, dragones, animales.
 
Desde una primera mirada el lugar parece capricho de la naturaleza donde troncos y árboles custodian un camino hacia una campechana casa. Cuando entras al recinto en sí, percibes que nada es natural: una fuerza humana espiritual ha dejado marcas en esculturas, mesas, asientos rústicos, enredaderas. Y el complejo crece y se alarga, y toma vereda, y enseña más objetos, mujeres de madera, dragones, animales.
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Un rancho, todavía pendiente de algunos retoques, corona el lugar. Una pequeña laguna da envidia a la tarde calurosa. Todo respira paz, tranquilidad, buena vibra.
 
Un rancho, todavía pendiente de algunos retoques, corona el lugar. Una pequeña laguna da envidia a la tarde calurosa. Todo respira paz, tranquilidad, buena vibra.
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==Surgimiento==
 
==Surgimiento==
 
Cuenta su creador Noel Díaz Galart… Al trabajar en el monte, parecía que me hablaban las plantas, mis dioses me incitaban a crear, así un día traje conmigo un pedazo de madera, uno de piedra, una rama seca…y comencé a experimentar con sus formas, a sacar lo que veía en ella y quise dejarlas cerca, en casa, en el patio, en el portal para que vivieran junto a nosotros; decidí modelar lo que encontraba con mis manos y así creció la idea, despertando un sueño. Junto a mi padre comencé esta iniciativa de crear cada día una figura, de seguir comunicándome con la naturaleza, observarla, admirarla y recrearla….
 
Cuenta su creador Noel Díaz Galart… Al trabajar en el monte, parecía que me hablaban las plantas, mis dioses me incitaban a crear, así un día traje conmigo un pedazo de madera, uno de piedra, una rama seca…y comencé a experimentar con sus formas, a sacar lo que veía en ella y quise dejarlas cerca, en casa, en el patio, en el portal para que vivieran junto a nosotros; decidí modelar lo que encontraba con mis manos y así creció la idea, despertando un sueño. Junto a mi padre comencé esta iniciativa de crear cada día una figura, de seguir comunicándome con la naturaleza, observarla, admirarla y recrearla….
 
[[Image:primera figura..JPG|thumb|right|Primera Figura que realizó Noel de un tronco.]]
 
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Es  el taller una parada para contemplar los secretos de esa tierra bendita viñalera, en la que un hombre y su familia, regalan días al amor, a la libertad de vivir y ofrecen con modestia una invitación a la fantasía, al descanso, a la contemplación de la belleza natural y a la meditación profunda sobre los valores naturales que debemos preservar.
 
Es  el taller una parada para contemplar los secretos de esa tierra bendita viñalera, en la que un hombre y su familia, regalan días al amor, a la libertad de vivir y ofrecen con modestia una invitación a la fantasía, al descanso, a la contemplación de la belleza natural y a la meditación profunda sobre los valores naturales que debemos preservar.
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Una obra que no para de nacer es este proyecto de familia, abierto a todo aquel curioso, o amante de la naturaleza, el arte, la ciencia.
 
Una obra que no para de nacer es este proyecto de familia, abierto a todo aquel curioso, o amante de la naturaleza, el arte, la ciencia.
 
Como salidas del monte, tal como crecen en su curso natural, las raíces, bejucos y tallos, que envuelven su nicho, o el de los mogotes cercanos que forman diversos ecosistemas en el paisaje de Viñales, así, expresa su propia identidad. Envuelto en la magia que le inspira revela su deuda con la naturaleza, la de resaltar y homenajear, a través de sus manos y el cincel, el discurso artístico que habita en silencio en cada piedra, en cada fósil que murmulla las huellas del tiempo escondidas en cualquier rincón verde que caprichosamente contrasta con el azul cielo del amanecer, o en ese hálito de humedad extrema que subyace en cada atardecer.
 
Como salidas del monte, tal como crecen en su curso natural, las raíces, bejucos y tallos, que envuelven su nicho, o el de los mogotes cercanos que forman diversos ecosistemas en el paisaje de Viñales, así, expresa su propia identidad. Envuelto en la magia que le inspira revela su deuda con la naturaleza, la de resaltar y homenajear, a través de sus manos y el cincel, el discurso artístico que habita en silencio en cada piedra, en cada fósil que murmulla las huellas del tiempo escondidas en cualquier rincón verde que caprichosamente contrasta con el azul cielo del amanecer, o en ese hálito de humedad extrema que subyace en cada atardecer.
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Allí, donde el valle hace un recodo de poesía, nace un camino de personajes místicos, de animales y plantas que engendran en su interior: historias, fragmentos de leyendas y se ofrecen al visitante, cual taza de café criollo.  
 
Allí, donde el valle hace un recodo de poesía, nace un camino de personajes místicos, de animales y plantas que engendran en su interior: historias, fragmentos de leyendas y se ofrecen al visitante, cual taza de café criollo.  
 
Ya ha sido admirado por quienes le conocen, además de ser el espacio de encuentro de niños, jóvenes, gente de pueblo, turistas y profesionales que transitan por Viñales en busca de conocer sus valores naturales, deleitarse y recrearse con ellos. Esta casa-taller muestra sin reparos el valor patrimonial de la biodiversidad de este lugar. Siempre abierta al caminante de paso sigue inconclusa, pues su artífice no para de cincelar.
 
Ya ha sido admirado por quienes le conocen, además de ser el espacio de encuentro de niños, jóvenes, gente de pueblo, turistas y profesionales que transitan por Viñales en busca de conocer sus valores naturales, deleitarse y recrearse con ellos. Esta casa-taller muestra sin reparos el valor patrimonial de la biodiversidad de este lugar. Siempre abierta al caminante de paso sigue inconclusa, pues su artífice no para de cincelar.
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==De Guajiro a Escultor==
 
==De Guajiro a Escultor==
 
Noel Díaz Galart siempre supo que lo suyo no era el campo, a pesar de trabajar toda su vida en él; todavía lo hace. El sueño de la madre de ver a su hijo médico se postergó para siempre; el padre enamoró a su prole con las bondades laborales y económicas que un campesino podía tener en la zona con la siembra del tabaco y la malanga.
 
Noel Díaz Galart siempre supo que lo suyo no era el campo, a pesar de trabajar toda su vida en él; todavía lo hace. El sueño de la madre de ver a su hijo médico se postergó para siempre; el padre enamoró a su prole con las bondades laborales y económicas que un campesino podía tener en la zona con la siembra del tabaco y la malanga.
 
"Me gradué de 12 grado y me interné en la vega con la idea de hacerme rico como decía mi papá. Pero no resultó, y a los tres años de trabajar en el campo, me parecía una labor demasiado dura", cuenta.
 
"Me gradué de 12 grado y me interné en la vega con la idea de hacerme rico como decía mi papá. Pero no resultó, y a los tres años de trabajar en el campo, me parecía una labor demasiado dura", cuenta.
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"Hace 10 años le pedí a Dios que me diera una señal de qué hacer que fuera más fácil, que me motivara. Fue entonces en una época cercana: fui a la montaña en busca de unas malangas; tenía dos arrobas para la comida de la casa, cuando vi un tronco con la silueta de un hombre muy fuerte, con un bastón. Lo desprendí y en lugar de las malangas regresé a la casa con el tronco.
 
"Hace 10 años le pedí a Dios que me diera una señal de qué hacer que fuera más fácil, que me motivara. Fue entonces en una época cercana: fui a la montaña en busca de unas malangas; tenía dos arrobas para la comida de la casa, cuando vi un tronco con la silueta de un hombre muy fuerte, con un bastón. Lo desprendí y en lugar de las malangas regresé a la casa con el tronco.
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"Comeremos de esto, le dije a mi mujer. Ella me tildó de loco: eso no sirve ni para leña. Cómo es posible que no hayas traído las malangas. Ese día comimos en casa de mi padre".
 
"Comeremos de esto, le dije a mi mujer. Ella me tildó de loco: eso no sirve ni para leña. Cómo es posible que no hayas traído las malangas. Ese día comimos en casa de mi padre".
 
Fue el inicio de todo, a la quincena la pieza estaba moldeada tal y como la vio. "A raíz de eso, empecé a trabajar toda la madera: yagrumón, macurije, guamá, tengue; fue sin conocimientos, todo autodidacta. Mis primeras figuras fueron un dragón, luego un tigre, una mujer.
 
Fue el inicio de todo, a la quincena la pieza estaba moldeada tal y como la vio. "A raíz de eso, empecé a trabajar toda la madera: yagrumón, macurije, guamá, tengue; fue sin conocimientos, todo autodidacta. Mis primeras figuras fueron un dragón, luego un tigre, una mujer.
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"Ahora sueño con hacer una obra de teatro con los miembros de la comunidad, pero algo no técnico sino más bien espontáneo, que cada cual improvise y haga lo que siente y piense".
 
"Ahora sueño con hacer una obra de teatro con los miembros de la comunidad, pero algo no técnico sino más bien espontáneo, que cada cual improvise y haga lo que siente y piense".
 
Los proyectos comprenden terminar el ranchón con dos habitaciones para el sosiego de quienes se aventuran en un pasadía por la zona. También servirá para clases infantiles sobre cómo esculpir en madera. "Todo es gratis, no quiero convertir mi guarida en un centro comercial".
 
Los proyectos comprenden terminar el ranchón con dos habitaciones para el sosiego de quienes se aventuran en un pasadía por la zona. También servirá para clases infantiles sobre cómo esculpir en madera. "Todo es gratis, no quiero convertir mi guarida en un centro comercial".
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Curándose dentro del lago 30 tallos y otras 60 esperando ser bajadas de las lomas, dan muestra de que el recinto incrementará miembros.
 
Curándose dentro del lago 30 tallos y otras 60 esperando ser bajadas de las lomas, dan muestra de que el recinto incrementará miembros.
 
Mientras, cuando este equipo de reporteros se retira prácticamente por obligación, Noel se despide y se queda, entre saludo y saludo, mirando a las nubes, al celaje, quizás en franca adivinanza de las formas que tendrá su próxima creación.
 
Mientras, cuando este equipo de reporteros se retira prácticamente por obligación, Noel se despide y se queda, entre saludo y saludo, mirando a las nubes, al celaje, quizás en franca adivinanza de las formas que tendrá su próxima creación.
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== Fuentes ==
 
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*[http://www.telepinar.icrt.cu/2014/08/05/casa-taller-raices-un-abrazo-entre-arte-y-naturaleza/]
 
*[http://www.telepinar.icrt.cu/2014/08/05/casa-taller-raices-un-abrazo-entre-arte-y-naturaleza/]
 
 
*[http://www.guerrillero.cu/index.php/cultura/proyectos-culturales/3522-casa-taller-raices-un-paraiso-vinalero]
 
*[http://www.guerrillero.cu/index.php/cultura/proyectos-culturales/3522-casa-taller-raices-un-paraiso-vinalero]
[[Category:Instituciones]]
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[[Category:Instituciones]][[Category:Instituciones de Cuba]]

Revisión del 10:52 8 mar 2018

Casa Taller Raíces.
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Casa taller raices.jpg
Casa Taller Raíces, Viñales, Pinar del Río.
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:Pinar del Río.

Casa Taller Raíces. Se encuentra al tomar la carretera intramontaña del Moncada, poco después del abrazo natural de Dos Hermanas. Viñales, provincia Pinar del Río.

Caracterización

Desde una primera mirada el lugar parece capricho de la naturaleza donde troncos y árboles custodian un camino hacia una campechana casa. Cuando entras al recinto en sí, percibes que nada es natural: una fuerza humana espiritual ha dejado marcas en esculturas, mesas, asientos rústicos, enredaderas. Y el complejo crece y se alarga, y toma vereda, y enseña más objetos, mujeres de madera, dragones, animales.

Un rancho, todavía pendiente de algunos retoques, corona el lugar. Una pequeña laguna da envidia a la tarde calurosa. Todo respira paz, tranquilidad, buena vibra.

Surgimiento

Cuenta su creador Noel Díaz Galart… Al trabajar en el monte, parecía que me hablaban las plantas, mis dioses me incitaban a crear, así un día traje conmigo un pedazo de madera, uno de piedra, una rama seca…y comencé a experimentar con sus formas, a sacar lo que veía en ella y quise dejarlas cerca, en casa, en el patio, en el portal para que vivieran junto a nosotros; decidí modelar lo que encontraba con mis manos y así creció la idea, despertando un sueño. Junto a mi padre comencé esta iniciativa de crear cada día una figura, de seguir comunicándome con la naturaleza, observarla, admirarla y recrearla….

Primera Figura que realizó Noel de un tronco.

Es el taller una parada para contemplar los secretos de esa tierra bendita viñalera, en la que un hombre y su familia, regalan días al amor, a la libertad de vivir y ofrecen con modestia una invitación a la fantasía, al descanso, a la contemplación de la belleza natural y a la meditación profunda sobre los valores naturales que debemos preservar.

Una obra que no para de nacer es este proyecto de familia, abierto a todo aquel curioso, o amante de la naturaleza, el arte, la ciencia. Como salidas del monte, tal como crecen en su curso natural, las raíces, bejucos y tallos, que envuelven su nicho, o el de los mogotes cercanos que forman diversos ecosistemas en el paisaje de Viñales, así, expresa su propia identidad. Envuelto en la magia que le inspira revela su deuda con la naturaleza, la de resaltar y homenajear, a través de sus manos y el cincel, el discurso artístico que habita en silencio en cada piedra, en cada fósil que murmulla las huellas del tiempo escondidas en cualquier rincón verde que caprichosamente contrasta con el azul cielo del amanecer, o en ese hálito de humedad extrema que subyace en cada atardecer.

Allí, donde el valle hace un recodo de poesía, nace un camino de personajes místicos, de animales y plantas que engendran en su interior: historias, fragmentos de leyendas y se ofrecen al visitante, cual taza de café criollo. Ya ha sido admirado por quienes le conocen, además de ser el espacio de encuentro de niños, jóvenes, gente de pueblo, turistas y profesionales que transitan por Viñales en busca de conocer sus valores naturales, deleitarse y recrearse con ellos. Esta casa-taller muestra sin reparos el valor patrimonial de la biodiversidad de este lugar. Siempre abierta al caminante de paso sigue inconclusa, pues su artífice no para de cincelar.

De Guajiro a Escultor

Noel Díaz Galart siempre supo que lo suyo no era el campo, a pesar de trabajar toda su vida en él; todavía lo hace. El sueño de la madre de ver a su hijo médico se postergó para siempre; el padre enamoró a su prole con las bondades laborales y económicas que un campesino podía tener en la zona con la siembra del tabaco y la malanga. "Me gradué de 12 grado y me interné en la vega con la idea de hacerme rico como decía mi papá. Pero no resultó, y a los tres años de trabajar en el campo, me parecía una labor demasiado dura", cuenta.

"Hace 10 años le pedí a Dios que me diera una señal de qué hacer que fuera más fácil, que me motivara. Fue entonces en una época cercana: fui a la montaña en busca de unas malangas; tenía dos arrobas para la comida de la casa, cuando vi un tronco con la silueta de un hombre muy fuerte, con un bastón. Lo desprendí y en lugar de las malangas regresé a la casa con el tronco.

"Comeremos de esto, le dije a mi mujer. Ella me tildó de loco: eso no sirve ni para leña. Cómo es posible que no hayas traído las malangas. Ese día comimos en casa de mi padre". Fue el inicio de todo, a la quincena la pieza estaba moldeada tal y como la vio. "A raíz de eso, empecé a trabajar toda la madera: yagrumón, macurije, guamá, tengue; fue sin conocimientos, todo autodidacta. Mis primeras figuras fueron un dragón, luego un tigre, una mujer. "En aquella época todo lo que me sobraba lo echaba al fuego como leña. Un día tuve un sueño con ese mismo hombrecito de la primera vez: Noel, todo ese árbol que bajas para tu casa, si no lo trabajas no lo quemes tampoco, porque destruirás tus pensamientos. "Fue cuando empecé a plantar los troncos en la entrada y los moldeaba en diferentes figuras. Los carros empezaron a parar y algunos curiosos se acercaban. Aquí está la idea, le dije a mi mujer". Noel sigue en la vega sembrando miles de posturas de tabaco; la malanga todavía es su fuente principal de ingreso. Pero ya el "guajiro", como él mismo se denomina, es noticia: es el hombre del parque de las esculturas de madera. "Los visitantes pasan y agradecen la energía positiva, el ambiente del lugar. Eso me motiva a trabajar más". La entrada no cuesta nada, como en el mismo paraíso, solo hay que llegar con ganas de enajenarse de tanto asfalto y luces de neón, de tanto claxon y bullicio de muchedumbre. "Ahora sueño con hacer una obra de teatro con los miembros de la comunidad, pero algo no técnico sino más bien espontáneo, que cada cual improvise y haga lo que siente y piense". Los proyectos comprenden terminar el ranchón con dos habitaciones para el sosiego de quienes se aventuran en un pasadía por la zona. También servirá para clases infantiles sobre cómo esculpir en madera. "Todo es gratis, no quiero convertir mi guarida en un centro comercial".

Curándose dentro del lago 30 tallos y otras 60 esperando ser bajadas de las lomas, dan muestra de que el recinto incrementará miembros. Mientras, cuando este equipo de reporteros se retira prácticamente por obligación, Noel se despide y se queda, entre saludo y saludo, mirando a las nubes, al celaje, quizás en franca adivinanza de las formas que tendrá su próxima creación.

Fuentes