Diferencia entre revisiones de «Explosión del vapor La Coubre»

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Ese hecho, extraordinario en sí mismo, adquirió al día siguiente una especial relevancia para la historia de nuestra patria. Frente al intento enemigo de aterrorizar al pueblo cubano para que desistiera del esperanzador camino recién emprendido, la respuesta expresada por el Comandante en Jefe [[Fidel Castro Ruz]] en el sepelio de las víctimas fue la de resistir y luchar hasta la última gota de sangre, lo que quedó resumido a partir de ese día y para siempre en nuestro grito inmortal de ¡Patria o Muerte!
 
Ese hecho, extraordinario en sí mismo, adquirió al día siguiente una especial relevancia para la historia de nuestra patria. Frente al intento enemigo de aterrorizar al pueblo cubano para que desistiera del esperanzador camino recién emprendido, la respuesta expresada por el Comandante en Jefe [[Fidel Castro Ruz]] en el sepelio de las víctimas fue la de resistir y luchar hasta la última gota de sangre, lo que quedó resumido a partir de ese día y para siempre en nuestro grito inmortal de ¡Patria o Muerte!
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Ante el empuje de la victoriosa insurrección popular encabezada por el [[Ejército Rebelde]], el primer día de [[enero]] de [[1959]] cayó derrocada la tiranía batistiana. Desde el primer momento, los principales dirigentes de la [[Revolución Cubana]] orientaron los esfuerzos a consolidar el recién iniciado proceso de transformaciones, con el objetivo de garantizar el cumplimiento del programa contenido en [[La Historia me absolverá]], que abriría las puertas a la consecución de la independencia política y económica y la justicia social.
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Estos nobles propósitos comenzaron a encontrar la inmediata oposición del Gobierno norteamericano, hasta entonces amistoso y complaciente con el dictador recién derrotado y con los gobiernos de la república neocolonial que “generosamente” le entregaban las riquezas del país.
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En el mes de [[agosto]] de 1959, fue derrotada la llamada “conspiración trujillista”, que con la complicidad de [[Washington]] se proponía invadir nuestro territorio con fuerzas mercenarias reclutadas y organizadas por el tirano dominicano [[Rafael Leónidas Trujillo]]. 
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La permanente amenaza contra [[Cuba]] de invasiones armadas desde el exterior, y la carencia de los medios de guerra necesarios para enfrentarlas y vencerlas con la participación de todo el pueblo, movilizó a la dirección revolucionaria para llevar a cabo la rápida reorganización de sus incipientes fuerzas armadas. Con ese propósito la Revolución comenzó a dar los pasos necesarios para comprar armas y municiones.
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El Gobierno de Estados Unidos hizo todo lo posible por impedir que Cuba adquiriera esas armas en países de [[Europa]] occidental. Los intentos realizados por funcionarios cubanos ante el [[Reino Unido]], con el propósito de sustituir aviones de combate de la pequeña [[Fuerza Aérea]] cubana por otros más modernos, fracasaron por la directa intervención norteamericana. Sin embargo, a pesar de las gestiones del cónsul y otros diplomáticos estadounidenses ante el [[Ministerio de Relaciones Exteriores]] belga y la fábrica productora de los modernos [[Fusiles FAL]], se logró firmar un importante contrato. En cumplimiento de este, en [[octubre]] de 1959, el buque La Coubre transportó un cargamento de armas hacia Cuba sin ningún contratiempo.
  
 
== Participación del Che ==
 
== Participación del Che ==

Revisión del 11:37 30 sep 2010

Plantilla:Hechos

El vapor La Coubre fue un buque de origen francés que fue objeto de un acto terrorista en el puerto de La Habana el 4 de marzo de 1960 cuando transportaba armas y municiones. Tuvieron lugar dos explosiones que produjeron cerca de un centenar de muertos y doscientos heridos. Las autoridades cubanas lo denunciaron como un acto terrorista de la CIA para impedir que la revolución naciente se fortaleciera militarmente.

El sabotaje

El 4 de marzo de 1960 amaneció invernal y apacible. Obreros portuarios se dedicaban a la descarga del buque francés La Coubre, que había arribado al puerto habanero con armamento necesario para la defensa del país. En sus bodegas traía 44 toneladas de granadas y 31 de municiones. Romualdo Díaz, en la bodega uno, estibaba cajas. José Antonio Díaz comentaba lo lindo que estaba el día. La temperatura era más bien fresca, agradable. Sonó el timbre para el cambio de turno y Manuel La O se dirigió al buque para ocupar su puesto de custodio. José Antonio fue hacia la puerta del muelle a merendar. Romualdo se quedó unos minutos conversando con los estibadores que le sustituían. Alrededor de las 3:10 p.m., desembarcó, dio unos pasos por el muelle...

De pronto, una explosión estremeció la tierra. Los postes del tendido eléctrico temblaron y un hongo de ribetes negros se elevó sobre el muelle. Romualdo se vio lanzado por el aire. Al volver en sí, vio que el paisaje había cambiado: los almacenes no tenían techo y La Coubre, destrozado de proa, se había desatracado. José Antonio despertó en el piso, con la cabeza y la pierna sangrantes. Manuel quedó inconsciente y al recobrar el conocimiento, le acometió un acceso de tos por el denso humo negro.

Soldados rebeldes, policías, bomberos, pueblo en general, acudieron a prestar ayuda. Empezó el rescate de heridos y de cadáveres trucidados. Una segunda explosión barrió con quienes, desafiando el peligro, habían tenido ese gesto de solidaridad humana. El resultado final, un centenar de muertos, incluyendo 34 desaparecidos, alrededor de 400 heridos o lesionados —decenas de ellos incapacitados de por vida— y como consecuencia, decenas de viudas y más de 80 huérfanos.

Ese hecho, extraordinario en sí mismo, adquirió al día siguiente una especial relevancia para la historia de nuestra patria. Frente al intento enemigo de aterrorizar al pueblo cubano para que desistiera del esperanzador camino recién emprendido, la respuesta expresada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el sepelio de las víctimas fue la de resistir y luchar hasta la última gota de sangre, lo que quedó resumido a partir de ese día y para siempre en nuestro grito inmortal de ¡Patria o Muerte!

Antecedentes

Ante el empuje de la victoriosa insurrección popular encabezada por el Ejército Rebelde, el primer día de enero de 1959 cayó derrocada la tiranía batistiana. Desde el primer momento, los principales dirigentes de la Revolución Cubana orientaron los esfuerzos a consolidar el recién iniciado proceso de transformaciones, con el objetivo de garantizar el cumplimiento del programa contenido en La Historia me absolverá, que abriría las puertas a la consecución de la independencia política y económica y la justicia social.

Estos nobles propósitos comenzaron a encontrar la inmediata oposición del Gobierno norteamericano, hasta entonces amistoso y complaciente con el dictador recién derrotado y con los gobiernos de la república neocolonial que “generosamente” le entregaban las riquezas del país.

En el mes de agosto de 1959, fue derrotada la llamada “conspiración trujillista”, que con la complicidad de Washington se proponía invadir nuestro territorio con fuerzas mercenarias reclutadas y organizadas por el tirano dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

La permanente amenaza contra Cuba de invasiones armadas desde el exterior, y la carencia de los medios de guerra necesarios para enfrentarlas y vencerlas con la participación de todo el pueblo, movilizó a la dirección revolucionaria para llevar a cabo la rápida reorganización de sus incipientes fuerzas armadas. Con ese propósito la Revolución comenzó a dar los pasos necesarios para comprar armas y municiones.

El Gobierno de Estados Unidos hizo todo lo posible por impedir que Cuba adquiriera esas armas en países de Europa occidental. Los intentos realizados por funcionarios cubanos ante el Reino Unido, con el propósito de sustituir aviones de combate de la pequeña Fuerza Aérea cubana por otros más modernos, fracasaron por la directa intervención norteamericana. Sin embargo, a pesar de las gestiones del cónsul y otros diplomáticos estadounidenses ante el Ministerio de Relaciones Exteriores belga y la fábrica productora de los modernos Fusiles FAL, se logró firmar un importante contrato. En cumplimiento de este, en octubre de 1959, el buque La Coubre transportó un cargamento de armas hacia Cuba sin ningún contratiempo.

Participación del Che

En el momento de la explosión el Che estaba en una reunión en el edificio del Instituto Nacional de Reforma Agraria. Después de escuchar la explosión y ver la nube de polvo subiendo sobre La Habana, se dirigió hasta el lugar del atentado terrorista y pasó las siguientes horas prestando atención médica a los obreros y soldados heridos, muchos de ellos con lesiones fatales.

Patria o Muerte

El el multitudinario sepelio de las víctimas Fidel Castro mostró pruebas de la implicación del gobierno de Estados Unidos en el crimen y pronunció por primera vez la frase de Patria o Muerte. En este acto fue tomada por el fotógrafo Alberto Korda la célebre foto al Comandante Ché Guevara que ha recorrido el mundo.

El Vapor después del sabotaje

La Coubre fue conducida a un dique seco. Regresó a servicio activo con la compañía francesa Compagnie Générale Transatlantique hasta 1972, cuando fue vendida a una compañía naviera en Chipre siendo rebautizado Barbara.

Autoría

El sabotaje estuvo organizado por la CIA y su Operación 40, el encargado de ejecutar el atentado terrorista fue William Alexander Morgan.


Fuentes