Ferrocarril Habana-Güines

Ferrocarril Habana-Güines
Ferrocarril Habana-Güines
Descripción:
Desde 1767, el Conde de Macuriges había presentado un plan para la construcción de un Canal de Navegación que enlazara a Güines con la capital, y así extraer las riquezas forestales, el café, el azúcar y sus derivados, abaratar los costos de transporte y eliminar las dificultades existentes con las comunicaciones.
Tipo:
Ferrocarril


Creador:
Gobernador y Capitán General Francisco Dionisio Vives

Ferrocarril Habana-Güines. Desde 1987, cuando Cuba fue sede del XVII Congreso Panamericano de los Ferrocarriles, hay disgusto en la población güinera dada la mala interpretación de un hecho histórico: el aniversario de la inauguración del Ferrocarril Habana-Güines, como originalmente han planteado todos los textos tradicionales.

Inauguración del ferrocarril

Desde 1987, cuando Cuba fue sede del XVII Congreso Panamericano de los Ferrocarriles, hay disgusto en la población güinera dada la mala interpretación de un hecho histórico: el aniversario de la inauguración del Ferrocarril Habana-Güines, como originalmente han planteado todos los textos tradicionales.

La Revolución Industrial significó una gran conmoción para las diversas esferas de la humanidad; el proceso marcó la génesis de un desmedido afán de enriquecimiento sobre la base del incremento de la plusvalía, aumentando el índice de explotación. Inglaterra, Bélgica y Estados Unidos fueron los primeros en gozar del ferrocarril desde las primicias del siglo XVIII.

Beneficios del ferrocarril (Habana-Güines)

Desde 1767, el Conde de Macuriges había presentado un plan para la construcción de un Canal de Navegación que enlazara a Güines con la capital, y así extraer las riquezas forestales, el café, el azúcar y sus derivados, abaratar los costos de transporte y eliminar las dificultades existentes con las comunicaciones.

Fundador del ferrocarril (Habana-Güines)

El publicista andaluz Marcelino Carrero Portocarrero fue el promotor de la iniciativa de construir la primera línea férrea cubana, a la cual denominó El Camino de Hierro Habana-Güines, motivo por el cual le realizó la propuesta al Gobernador y Capitán General Francisco Dionisio Vives.

Ciertamente, las vías eran insuficientes, debido a los caminos ruinosos, muy inapropiados para obtener mayores dividendos; además, las zonas próximas a las costas estaban todas ocupadas, y hacia el interior la economía cobraba cada vez mayor actividad.

El camino elegido es el de Güines

Dadas las riquezas e intereses, entre ellos 47 ingenios, su cuenca hidrográfica y fértiles tierras, el enclave de Güines era cuna, núcleo, ombligo y gran centro productor de la industria azucarera y sus derivados, y muy destacado nacionalmente en los renglones agropecuarios, motivos por los cuales los capitalinos necesitaban acceso rápido a Güines.

Lo parte más influyente de la sociedad colonial cubana acogió el proyecto del Camino de Hierro Habana-Güines con beneplácito, pues se ha comprobado por el Archivo y el Registro de la Propiedad que de una forma u otra casi todos mantenían intereses y propiedades en la zona.

En el primigenio documento para iniciar la construcción de la magna obra, como en el Legajo 117, está el Expediente 4 981 del Archivo Nacional de Cuba, del Fondo del Real Consulado, en el cual se expresa: “El camino elegido es el de Güines, porque siendo el único en aquella dirección en que se encuentran riquísimas comarcas y en consecuencia el más frecuentado, ha de ser necesariamente el más productivo para los accionistas.”

Es justo, pues, insistir en que desde un inicio, el objetivo central y original, fue el de construir el Ferrocarril Habana-Güines.

Construcción

Los trabajos se iniciaron el 9 de noviembre de 1835, calculándose que demorarían tres años en extenderse hasta Bejucal y cinco hasta Güines. En la obra intervinieron esclavos y libertos negros africanos, españoles, canarios, chinos, yucatecos y criollos, a un alto nivel de explotación.

El Lunes 13 de noviembre de 1837, se realizó la primera prueba del tramo Habana-Bejucal, que se inauguró el 19 de noviembre de ese año; y un día como ese, –nuevo aniversario de Su Majestad la Reina Isabel II de España-, En 1838, dos años antes de lo previsto, llegaba a su destino preconcebido: Güines. (Aquí es donde se hace productiva y rentable la obra, pues en sus primeras 16 millas, hasta Bejucal, aún no se había logrado.)

Fuente

  • Abilio González González, investigador de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos de la provincia Mayabeque.