Hernia perineal

Hernia perineal
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Clasificación:Enfermedades del recto y el ano.

Hernia perineal. Es la protrusión lateral de un saco herniario, tapizado por el peritoneo, entre el músculo elevador del ano por un lado y el esfínter anal externo o el músculo coccígeo por otro. La incidencia en perros machos de 6 a 8 años de edad que no han cubierto es desproporcionadamente elevada y las razas welsh corgi, bastan terrier, boxer, collie, kelpie y cruces de kelpie, dachshund y cruces de dachshund, bobtail y pekinés presentan un riesgo mayor.

Etiología y patogenia

Muchos factores están implicados, entre ellos, la predisposición de la raza, un desequilibrio hormonal, una enfermedad prostática, el estreñimiento crónico y la debilidad del diafragma pélvico debida al esfuerzo crónico para defecar. La incidencia mayor entre machos que no han cubierto es evidencia de que las hormonas probablemente sean un factor importante. Se ha implicado con fuerza el papel de la hipertrofia prostática, atribuida a un desequilibrio hormonal. También se han citado los estrógenos y los andrógenos como agentes causales.

Hallazgos clínicos y diagnóstico

Son signos frecuentes el estreñimiento, la obstrucción, el tenesmo y la disquecia. La estranguria puede producirse secundariamente a la retroflexión de la vejiga y la próstata. Se hace evidente una tumoración perineal ventrolateral al ano. La hernia puede ser bilateral, pero dos tercios de los casos son unilaterales y más de un 80 % de éstos ocurren en el lado derecho.

La masa es blanda, fluctuante y puede reducirse digitalmente. Una tumefacción firme y dolorosa puede ser compatible con la retropulsión de la vejiga y la próstata. La determinación del contenido se efectúa a menudo por examen rectal. Más del 90 % de las hernias perineales contienen una desviación rectal, que es una saculación del recto dentro del saco hemiario, con las capas de la pared rectal intactas.

Tratamiento

La hernia perineal rara vez es una emergencia, excepto cuando ha ocurrido estrangulación de la vejiga urinaria y el paciente no puede orinar. Si no se puede cateterizar la vejiga, la orina debe evacuarse por cistocentesis y tratar entonces de reducir la hernia. Puede ser necesario mantener una sonda urinaria permanente para asegurar la permeabilidad uretral y evitar que se vuelva a producir la obstrucción.

Siempre está indicada la corrección quirúrgica. Se recomienda tatuar a la vez la castración, para reducir el número de recidivas: El pronóstico es reservado debido a la elevada incidencia de recidivas 00-46 %. Y a las complicaciones postoperatorias como infección, fístula rectocutánea, fístula del saco anal, atrapamiento de los nervios isquiático y pudendo y prolapso rectal.

Fuentes

  • Manual Merck de Veterinaria. Quinta Edición, 2000.

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