Juan Antonio Ignacio Fernández Peña y Angulo
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Juan Antonio Ignacio Fernández Peña y Angulo. Sacerdote merideño. Firmante del Acta de la Independencia. Arzobispo de Caracas..
Sumario
Biografía
Infancia
Fueron sus padres Jerónimo Fernández Peña, español peninsular y Manuela Angulo, merideña. Cursó estudios en la Universidad de Mérida y en la Universidad de Bogotá donde obtuvo el título de doctor en teología. En 1810, fue nombrado cura y vicario de Barinas y como diputado suplente por esa misma provincia al Congreso de 1811, firmó el Acta de Independencia del 5 de julio de ese año.
Desempeño parroquial
Luego del triunfo de la causa patriota, desempeñó el ministerio parroquial de varios lugares. Vicario general y canónigo magistral de Mérida, fue uno de los 3 comisionados que en marzo de 1830 envió el Gobierno provisional de Venezuela a la villa de El Rosario de Cúcuta, para plantear ante la comisión respectiva del Congreso de Bogotá el caso de la separación de Venezuela de la Gran Colombia y tratar de buscar un arreglo al respecto.
Nombramientos
En 1831 fue nombrado como el primer rector de la Universidad de Los Andes. Nombrado deán de la catedral de Mérida, a la muerte del prelado Ramón Ignacio Méndez (6.8.1839), monseñor Fernández Peña fue elegido por el Congreso de la República el 24 de enero de 1840 para sucederle como arzobispo de Caracas. Nombrado asistente al Santo Solio por el papa Gregorio XVI (1840), consagrado el 2 de enero de 1842 por el obispo de Pamplona, hizo su entrada en Caracas, como cuarto arzobispo de la arquidiócesis, el 25 de marzo de 1842.
1848 y 1849
Hacia el final de su episcopado, entre 1848 y 1849, no simpatizó con el gobierno de José Tadeo Monagas y reprobó el atentado contra el Congreso Nacional (enero 1848). Durante el mismo año, el secretario de Relaciones Interiores, Antonio Leocadio Guzmán, pidió la remoción del provisor de la catedral de Caracas, el presbítero Domingo Quintero, nombrando en su lugar al padre Diego Córdova. Esta nueva nuevo designación tampoco le fue grata a Guzmán quien utilizó este pretexto para increpar violentamente en su despacho al anciano arzobispo Fernández Peña, quien falleció al poco tiempo.
