Jutía conga
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Jutía Conga. Es la más común, la de mayor tamaño y la más famosa de las especíes de jutías que habitan en Cuba. El animal es robusto, con la cola relativamente corta, provista de pequeños y escasos pelos.
Piel
La coloración de la piel es variable, pueden existir ejemplares relativamente blancos, amarillentos y hasta muy oscuros; otras veces el color claro ocupa sólo un área del cuerpo. En las hembras se destaca un largo clítoris cónico, lo cual les hace parecer machos.
Habitad
La jutía conga acostumbra a vivir en cuevas y laberintos entre las raíces de los árboles y en las grietas de las rocas. A pesar de ser un animal terrestre pasa la mayor parte de su vida encaramadas en las ramas de los árboles y muchas veces duerme sobre las mismas. Aunque es de hábito nocturno no es raro verlas tomar el sol, especialmente después de la caída de aguaceros.
Alimentación
La alimentación siempre consiste en cortezas, raíces, frutos, tubérculos, hojas y semillas, pues son animales exclusivamente fitófagos, es decir, se alimentan de plantas. Para comer adoptan una posición muy típica, se sientan sobre la cola y las extremidades posteriores y agarran con gran destreza los alimentos con las extremidades anteriores que terminan en cuatro dedos bien desarrollados y un pulgar primitivo. Consumen muy poca agua pues al parecer, este líquido lo extraen de los alimentos. Llama la atención el hecho de que jutías que viven en cayos carentes de agua superficial no presentan ningún tipo de problemas. Esta jutía constituyó parte muy importante de la alimentación de los indo-cubanos, y se han encontrado restos de la misma en la vecina isla de Santo Domingo, a la cual fue llevada por nuestros aborígenes.
Domesticación
La jutía conga es susceptible a la domesticación, pudiendo llegar a convivir perfectamente en el hogar del hombre.
Fuentes
- Oficina de Área protegida Jibacoa.