Lázaro Rojas Acanda

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Plantilla:Personaje artístico==Lázaro Rojas Acanda==

Lázaro Rojas Acanda (Lázaro Prieto), barrio de Molina municipio de Guane, poeta de 84 años de edad, fue "uno de los decidores más relevantes del país", según el destacado investigador Silfredo Álvarez Conesa. Lázaro, Rojas o Prieto, qué más da el color, nació en el barrio de Molina, Guane, en 1917. En su casa guajira existió invariablemente un ambiente propicio al disfrute de las expresiones artísticas del campo. Lázaro se nutrió de todo aquello y fue aprendiendo el arte de decir (con música o sin ella) que ya tenía en su sangre: a los diez años comenzó Lázaro a divertir a los demás con sus décimas: Vinculado de siempre al movimiento de aficionados, Lázaro además de músico (pailero, bongosero, tocador de marímbula) integrante del conjunto campesino "Unión de Cooperativas", fue un invaluable depositario de las tradiciones orales locales y de la provincia, que ha transmitido a sus oyentes a lo largo de toda su trayectoria. Pero sobre todo, Lázaro es un portador excepcional, fue un creador extraordinario y originalísimo. Cronista de su entorno, Lázaro observó la vida y la transformó en obras jubilosas: cuentos, refranes, adivinanzas, fábulas y otras formas del discurso oral, en prosa y verso, que recitó de memoria; también canciones y sones montunos que con inigualable gracia interpreta en la marímbula, construida por él en 1945 y que lo acompañó desde entonces. Títulos en décima como "La araña de Dorotea", "La candela de La Pollera", "El cuento de los cooperativistas", "Los pueblos de España" o el sabroso montuno "El zapatero", han pasado a ser ya, con sus situaciones y personajes reales y fantásticos a la vez, parte imprescindible de la imaginería popular guanera. Aunque con mínima instrucción que ganó cuando la Batalla del Sexto Grado, parece que su obra, el trabajo y la edad han hecho de Lázaro, además de un guajiro musical, un hombre de letras, "aunque sean pocas letras y del campo".

Comunicador por excelencia, para quien decir es una necesidad vital, Lázaro encantó a todos los públicos, ya sea bajo las luminarias de un escenario, con un auditorio pequeño, o en un espacio al aire libre con un público grande. Ya sean niños o adolescentes, jóvenes o adultos, todos lo aplaudían con sonrisas y carcajadas. Con sus obras, que reinventó una y otra vez por la voz, la postura y los gestos, Lázaro fue un maestro en el difícil arte de decir.

La palabra mágica de Lázaro hechiza, y la gente de su barrio de Molina lo sigue, de ahí que en función de la promoción de la cultura, Lázaro haya podido desarrollar una labor de inestimable valor: Lázaro, vivió para su barrio de Molina, y Molina y Guane se lo agradecen, se lo devuelven con cultura. Lázaro, el revolucionario íntegro, fue, por lo mismo, Presidente en tres ocasiones: Presidente del Consejo de Escuela, de la CPA y de los CDR. Como narrador oral, Lázaro Prieto fue "descubierto" para el país en 1990 durante el Primer Encuentro Nacional de Narradores Orales que sesionó en Guane. Ha participado en todos los eventos de oralidad celebrados en la provincia, en el Primer Evento Internacional de Literatura Oral y jornadas cucalambeanas en Las Tunas. Importantes estudiosos de la literatura oral en el país le han dedicado elogios y trabajos, entre ellos el ya mencionado Álvarez Conesa, Miriam Broderman y Elvia López Morales. Su personalidad artística y humana ha sido recogida en reportajes y entrevistas para Guerrillero,Juventud Rebelde,Granma,Bohemia y en video para la televisión provincial y nacional. Lázaro recibió homenajes y reconocimientos de la Casa de Cultura, el Partido y el Gobierno de Guane y de los Centros Provincial y Nacional de la Cultura Comunitaria. Lázaro fue un Hombre Décima y un Hombre Humor. Con la perspicacia de su ingenio y la experiencia de sus muchos años, Lázaro supo que la risa es fuente inextinguible de optimismo, de afirmación de la existencia, y por eso Lázaro rió e hizo reír. Artífice de la picardía, un jodedor cubano, Lázaro confundió en su obra decimística y de humor todas las formas, miró lo grande desde lo pequeño y viceversa y convirtió lo sublime en ridículo y lo ridículo en sublime. La mente burlona y bondadosa de Lázaro fue un verdadero regalo a la cultura guanera, pinareña y nacional.

Fuente

[página web de cultura en Guane]