La Casa Verde

La Casa Verde
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Obra Arquitectónica
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Una de las mansiones más atractivas y suntuosas de la ciudad.
Descripción
Localización:5a Avenida municipio Playa
Uso inicial:Vivienda
Uso actual:Patrimonio arquitectónico
Datos de su construcción
Inicio:1926
Otros datos
Arquitecto(s):José Luis Echarte

La Casa Verde. Situada justo a la entrada de la 5a Avenida Miramar, Cuba, al oeste de la capital, una de las mansiones más atractivas y suntuosas de la ciudad que, si bien durante décadas llamó la atención por su avanzado estado de deterioro y despertó la curiosidad de muchos, hoy cautiva por lucir como nuevos sus atributos originales.

Historia

Casona verde (Antes)

La Casa de Tejas Verdes es obra del arquitecto José Luis Echarte y fue mandada a construir, para vivirla con su esposa, por Armando de Armas (Cocó), un individuo que había sido mayordomo en el Palacio Presidencial durante los ochos años en que gobernó el general Mario García Menocal.

Cuando el matrimonio decidió establecerse en Francia, la casa verde pasó a pertenecer al oftalmólogo Pedro Hechavarría y su esposa. Después la pareja se separó, el médico puso su consulta privada en la Calle 17 N.o 306, en el Vedado, y la exesposa quedó sola en aquella mansión, sin recursos suficientes para detener el deterioro.

Luisa Catalina Rodríguez Faxas, nacida en Barcelona, España, el 25 de noviembre de 1922 y nacionalizada cubana, fue la última propietaria de la casa verde o de las tejas verdes. Al quedarse sola y sin dinero resultaba imposible para Luisa ocuparse del mantenimiento de la casa.

Las primeras tejas verdes zafadas provocaron el deterioro gradual del maderamen del techo que, al dejar pasar el agua de manera consuetudinaria, comenzó a hundirse. La humedad se ocupó de dañar considerablemente todo el interior de la morada.

Las autoridades habaneras le propusieron un cambio de casa con el fin de ocuparse de la restauración. Así, Luisa revisó numerosas viviendas en Miramar y el Vedado, cerca del río, pero nunca encontró una que reuniera todas sus exigencias. En realidad, nunca quiso salir de allí.

Se decía que se negaba a hacerlo porque en un agujero abierto en el sótano, o en un espacio disimulado por una falsa pared, su familia ocultó todo un tesoro del que ella era dueña y que en cualquier momento podía recuperar.

Estructura constructiva

El inmueble, emplazado en la calle 2, con fachada de volúmenes y formas geométricas entrelazadas, obra del arquitecto José Luis Echarte —también autor del Anfiteatro en la Avenida del Puerto—, culminó de construirse en noviembre de 1926 y contaba originalmente con tres plantas, ventanas abuhardilladas, torrecilla en forma de cono y techos de pendiente exagerada recubiertos por tejas americanas de color verde, su elemento más singular.

Construida de mampostería, paredes de ladrillos y pisos de mármol, la edificación estaba compuesta, en el primer piso, por un portal corrido con tres frentes, jardín, sala, un hall de entrada, comedor, un salón biblioteca, baño, cocina, pantry, garaje en el sótano para cuatro máquinas, un lavadero y un cuarto de servicio.

Los altos tenían un hall, cinco cuartos, tres baños, cuatro closets, y la tercera planta un vestíbulo, un cuarto de familia con su cuarto de baño, y tres cuartos para la servidumbre con un baño. En la cúpula había dos salones para carpintería y muebles.

Todas las plantas se relacionaban entre sí por una escalera en forma de caracol mientras, los pisos principales se conectaban a través de una escalera de forma helicoidal enchapada con piezas de mármol de Carrara y baranda de hierro con pasamanos de madera.

Mitos y leyendas

Se dice, que la casa verde había sido construída por Pote y en ella se había suicidado el acaudalado banquero, según investigaciones, en realidadla casa se edificó en 1926, cinco años después de la muerte de Pote, quien se privó de la vida colgándose del tubo de la ducha, en la residencia que se había hecho construir en el espacio donde después sus hijos construirían el edificio López Serrano.


Luego la leyenda popular se la atribuyó a Carlos Miguel de Céspedes, se decía que el astuto y eficiente funcionario machadista la habría construído para su amante, Esmeralda, pero ella tenía casa, puesta por el propio Carlos Miguel, en el Malecón de La Habana.

El rumor persistió y quedó como expresión de uno de los grandes amores de la Cuba republicana. Los ojos verdes de Esmeralda convirtieron a su amante en un fanático de todo lo verde. Con tinta de ese color firmaba los documentos oficiales en sus tiempos de ministro, cuando resultaba obligatorio hacerlo con tinta negra.

La vivienda, que sufriría no pocas transformaciones posteriores, lucía escocias y otros adornos similares de los de la mansión del ejecutivo y se valoró entonces en cien mil pesos.

La habitaron Cocó de Armas y su familia hasta 1943, cuando la adquirió, por sesenta mil pesos, la Compañía de Inversiones Jarpe S.A., que la vendió a su vez, en noviembre del mismo año, a la señorita Luisa Rodríguez Faxas, «de 20 años de edad, soltera, emancipada por concesión materna y vecina del Vedado, en la calle F número 558, altos, por cincuenta mil pesos», según consta en la escritura de compraventa.

Restauración y apertura

La restauración, luego de realizar una intensa búsqueda de documentos y fotografías que mostraran el boceto original, comenzó rescatando todos los segmentos que como los pisos y marcos aún se encontraban en buenas condiciones.

La gran mayoría de los espacios habían perdido las molduras, florones y otros detalles de yeso que adornaban sus techos y paredes. Solo se conservaban algunos revestimientos de cerámica blanca en los baños, cocina y pantry; en las habitaciones y el portal quedaban expuestos los aceros oxidados de las viguetas y las estructuras metálicas de las vigas.

Siempre fiel a la construcción, el proyecto rehabilitó los muros con la misma técnica constructiva y reprodujo exactamente los diseños de carpintería, herraje y las tejas que faltaban en el ático.

Asimismo mantuvo la distribución y uso de los espacios en la planta primera y la principal cuyos interiores están adornados con obras de arte de distintas disciplinas y combinan el mobiliario contemporáneo con elementos del pasado.

En cambio, el ático quedó como sala de conferencias y de navegación, y el sótano para uso de servicio, parqueo y un pequeño almacén de insumos. También los jardines fueron revitalizados con un proyecto de paisajismo que exhibe esculturas e instalaciones.

Sobre la reconstrucción del edificio, Eusebio Leal, a fines del año pasado con motivo del aniversario 490 de la fundación de la Ciudad, comentó que:

«la Casa está preparada para que pueda vivir y explicar la arquitectura del Vedado y de Miramar, es ir desde el futuro hasta el pasado, es una conjugación diferente a lo habitual, muchas veces decimos no se puede ir al futuro, sino desde el pasado, hoy decimos vamos a ver el pasado desde el futuro».

Actualidad

Restauración de sus instalaciones

La casa es en la actualidad el Centro promotor cultural para el estudio de la arquitectura moderna, contemporánea y futura. Dotada con una moderna sala de navegación para consultar bibliografías e intercambiar el trabajo profesional y con un salón de conferencias donde se ofrecerán disertaciones sobre la urbanística y la arquitectura.

Por la importancia en la zona residencial en la que se ubica y su alto valor arquitectónico fue sometida a una reparación capital con el objetivo de devolverle su imagen original.

Arquitectos, proyectistas, diseñadores, artistas y constructores intervinieron en el proyecto que mereció el Premio Nacional de Restauración 2010, otorgado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC).

Fuentes