Lino Rodríguez Grenot
|
Lino Rodríguez Grenot. Alias (Chicle), nació en Santiago de Cuba en el seno de una humilde familia. Para sobrevivir vendió frutas, billetes de lotería y baratijas. También fue carretillero, limpiabotas y hasta boxeador profesional.
Vida
Con 26 años, desesperado por la miseria, llegó a Caimanera en busca de contrato para trabajar en la Base Naval, donde por el temor yanki al empuje nazifascista en Europa, África y el Medio Oriente se construían apresuradamente un complejo aeronaval y otras instalaciones necesitadas de mano de obra barata.
En Caimanera Rodríguez Grenot desempeñó diversos "oficios" para poder reunir los 20 pesos exigidos para adquirir el pase de entrada a la Base Naval, documento inventado allí por los jefes y sus intermediarios cubanos para exprimir más a los miles de desesperados que ante la carencia de hospedaje en Caimanera pernoctaban en aceras, portales, parques, debajo de los árboles, donde quiera que un rincón lo permitiera.
Aun a costa de dejar de comer muchas veces, Lino no pudo ahorrar el dinero. Por eso decidió dialogar con el inspector de aduana y entregarle los cuatro pesos con 50 centavos reunidos. El fiscalizador le prometió incluirlo en la lista de los que ese día serían llamados para trabajar en la Base Naval.
Más de 500 desempleados cubanos aguardaban en Caimanera la llegada de la embarcación procedente del enclave naval. Los marines, empero, solo llamarían a 32. Una mezcla de asombro y dolor invadió a Chicle al ver la lancha zarpar sin escuchar su nombre. Al saberse estafado, decidió abordar la embarcación, la cual debía recoger en otro muelle cercano a Robert Olson, capitán de los U. S. Marines.
Venció los 200 metros, pero al saltar a la lancha por la popa fue descubierto por los esbirros, quienes descargaron todo su odio contra el indefenso joven, apaleándolo salvajemente en la cabeza hasta matarlo y arrojarlo al agua.
La reacción ante el crimen fue inmediata y contundente por los buscavidas que quedaron en el muelle. Unos se lanzaron al agua para tratar de salvar a Lino, otros insultaron a los yankis y comenzaron a lanzarles botellas, piedras, palos y todo lo que estuviera a su alcance, hasta que el teniente West, temeroso de la ira popular, ordenó la partida de la embarcación apresuradamente.
En expresión exacerbada del cinismo imperial, el contraalmirante George L. Weyler, máximo jefe de la Base Naval, no solo rehusó presentar ante el juez cubano a los militares asesinos, sino que también retuvo por la fuerza durante 13 días en el enclave a los 32 trabajadores cubanos que viajaron en la lancha y fueron testigos del crimen.
Lino Rodríguez Grenot no sería el único cubano ultimado por marines de la Base Naval yanki en Guantánamo. Militares de ese sitio, en su intento por amedrentar a la naciente Revolución, asesinaron posteriormente al trabajador Rubén López Sabariego (1961), al pescador Rodolfo Rosell Salas (1962), y a los combatientes de la Brigada de la Frontera, Ramón López Peña (1964) y Luis Ramírez López (1966).
Convertida desde hace años en prisión y centro de tortura, esta Base Naval adolece hace tiempo ya de importancia estratégica. Su permanencia en territorio cubano obedece a la prepotencia del imperio y a su errada política de humillación y chantaje contra Cuba.
Véase también
Fuentes
- Museo "19 de Diciembre" del municipio Caimanera