Los poderes curativos del agua

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Los Poderes Curativos de Agua
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350 páginas
Título originalLos Poderes Curativos de Agua
Autor(a)(es)(as)''Guido López Cepero''
Editorial:Gente Nueva
GéneroMedicina Alternativa
ISBN978-959-09
PaísCuba

Guido López Cepero publica este ejemplar con el objetivo de dar a conocer la importancia del agua como medicina alternativa, ya que sus aplicaciones con fines terapéuticos, como los demás remedios que nos brinda la naturaleza, forman parte de los viejos procedimientos de que ha dispuesto la humanidad desde sus orígenes.

Sinopsis

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El libro hace énfasis en la Hidroterapia, tratamiento mediante el agua y es uno de los más antiguos métodos preventivos de enfermedades de que ha dispuesto la humanidad.

Origen y continuidad

También viene incluido como uno de los apéndices la historia del agua y el hombre desde los comienzos de la Humanidad, ya que es muy probable que el hombre prehistórico hubiera recurrido a su acción beneficiosa en su estado natural para el tratamiento de algunos de sus padecimientos. Como también demuestran los estudios realizados por Frederic Viñas colaborador en algunos aportes científicos para la confección del libro, conocido naturista formado en Alemania, nos cita los siguientes ejemplos: · Los médicos egipcios, que en su mayoría eran los sacerdotes, astrónomos y artistas, concedían un gran valor preventivo a diferentes medidas higiénicas. · Civilizaciones antiguas del Asia Menor, como los hititas (siglos XX-XXII a.n.e.), utilizaban los baños con cierta frecuencia. · Las mujeres de los macedonios se bañaban con agua fría después del parto de sus hijos como método para evitar las hemorragias post-parto. De todos es conocida hoy día la acción vasoconstrictora (y por lo tanto, hemostática) de las aplicaciones del agua fría. · Los cantos homéricos (1 000 años a.n.e.) hablando sobre Esculapio, el dios griego de la medicina, explican cómo se le dedicaron varios templos. En su momento culminante, el culto a Esculapio representó, sin dudas, el mayor intento de la historia para fundir religión, magia y cura natural (dieta, ejercicios físicos, descanso, práctica de las artes, masajes e hidroterapia) al servicio de la salud. El uso del agua, en forma de aplicaciones hidroterapias parciales, así como en forma de baños completos, era un procedimiento terapéutico corriente en la antigua Grecia, como lo confirman los numerosos restos arqueológicos de casas e instalaciones de baños. · En la cultura helénica se encuentran frecuentes referencias a las virtudes del agua. Píndaro, su gran poeta (518-446 a.n.e.), escribió la loa El agua es lo mejor que existe, y Eurípides (480-406 a.n.e.), dramaturgo clásico, sostuvo que el mar limpia de todo mal. Pitágoras, conocido por su famoso teorema matemático, recomendaba a sus discípulos la práctica de baños fríos y una dieta vegetariana para fortalecer tanto el cuerpo como el espíritu. · Hipócrates, considerado el padre de la medicina, valoraba la hidroterapia como un método terapéutico de primer orden, empleando sus distintos procedimientos con gran profusión. · Asclepíades, amigo y médico personal de Cicerón, introdujo en Roma el tratamiento de las enfermedades con agua en el siglo II a.n.e.

Continuidad y permanencia

Actualmente, por sus propiedades físico-químicas, el agua es un medio extraordinario para aplicar calor o frío al cuerpo y su-ministrarle determinados preparados medicinales. Por su abundancia y fácil aplicación, resulta un medio curativo y preventivo que se debería conocer y emplear en todo hogar. El agua en sí posee una serie de propiedades muy adecuadas para la aplicación de estímulos térmicos. Posee una gran capacidad para absorber calor y además es una conductora del mismo. Por dicho motivo, la aplicación de calor húmedo sobre el cuerpo suele producir un efecto más intenso que la aplicación de calor seco. Cuando se aplica agua fría sobre la superficie de la piel se produce una casi instantánea contracción de los vasos sanguíneos cutáneos; cuando se deja de aplicar aparece una reacción de los mismos (hiperemia reactiva), es decir, un vaso dilatación vascular con aumento del paso de la sangre y, por lo tanto, se produce un aumento de la temperatura de la piel. Con estímulos mecánicos se puede reforzar el efecto de los estímulos térmicos sobre los vasos sanguíneos de la zona tratada. La combinación de estímulos térmicos y mecánicos (fricciones, cepillado, masajes, etc.) consigue disminuir la sensación de frío y desprender mayor cantidad de calor, ya que los vasos cutáneos contraídos por la acción del agua se dilatan por el efecto mecánico de la fricción; Además, si le añadimos sal, esencias, extractos de planta, etc., doblamos su acción. Por un lado, actúan estimulando directamente (estímulo químico) las terminaciones nerviosas cutáneas, que por vía refleja producen contracción o dilatación de los vasos de la piel, reforzando, por lo tanto, el efecto térmico proporcionado por la temperatura del agua. Por otro lado, una pequeña porción de preparados medicinales es absorbida por la piel y por la respiración distribuyéndose a través de la sangre por todo el organismo (corazón, músculos, articulaciones, etc.). La presión hidrostática también desempeña un papel terapéutico. Al introducirnos en el agua, la presión que se ejerce sobre nuestro cuerpo aumenta por el peso del agua, y, como es lógico, se incrementará a medida que el cuerpo se sumerja más profundamente. En un baño completo (cuerpo sumergido, excepto la cabeza) la presión ejercida por el agua hace disminuir el perímetro torácico. Los baños parciales de las piernas favorecen el retorno venoso, lo que constituye una medida de apoyo en el tratamiento de las várices, y más si el agua está fría. Se evitará cualquier estímulo mecánico vigoroso. En algunas de sus obras, el doctor Viñas hace referencia a cómo utilizar aditivos fitoterapéuticos (hojas, flores, semillas, etc.), saunas, baños de vapor, lavativas, baños hipertérmicos, etc.; además de brindar información sobre tratamientos hidroterápicos de diversas enfermedades.

Aplicación y tratamiento

Un ejemplo de tratamiento hidroterápico para el asma bronquial es el siguiente, sobre todo para quienes estén dispuestos a seguir esta forma de curar, aunque debe consultarlo con el médico que lo atiende. La crisis de asma consiste en una disnea (sensación de ahogo) de tipo paroxístico o agudo por el espasmo de la musculatura bronquial. El asmático realiza la inspiración fácilmente, pero no la espiración, experimentando una sensación de gran dificultad en el momento de vaciar los pulmones. La causa más frecuente del asma es una sensibilidad o alergia a una serie de productos que pueden penetrar en el cuerpo por las vías más diversas u originarse en él. También las influencias de tipo psicológico desempeñan un papel importante en el desencadenamiento del ataque asmático. De igual forma los cambios climáticos aumentan las posibilidades de padecer una crisis asmática. Para conseguir buenos resultados es fundamental una reeducación del acto de la respiración. Si bien existen medicamentos para combatir el ataque asmático, como la efedrina, la aminofilina y la vitamina C; la hidroterapia de pies y brazos de temperatura ascendente (de 35 a 41 0C y de 15 a 20 min. de duración, a los que se les añade un poco de sal) resulta muy efectiva.

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Después del baño de temperatura ascendente se practicará una aplicación fría de muy corta duración (chorros) sobre los miembros bañados, con un posterior descanso en la cama. Como se infiere de lo expuesto hasta el momento, la aplicación externa del agua al absorber o comunicar energía calorífica, produce una triple reacción en el organismo: nerviosa, circulatoria y térmica. El agua es un importante revitalizante y resulta muy indicada como medicina preventiva, pero sus propiedades terapéuticas son asombrosas y permiten intervenir con eficacia ante un gran número de enfermedades y trastornos, evitando además los nocivos efectos secundarios de los fármacos.

Colaboradores

–Lic. Guido López Cepero Psicólogo del CDOP –MsC. Angel Luis Gómez Cardoso Subdirector del CDOP –Lic. Osvaldo Pérez González Defectólogo del CDOP Todas las investigaciones se realizaron en el Centro de Diagnóstico y Orientación Provincial (CDOP), sito en Calle 5ta, no. 235, entre Carretera de Santa Cruz y 10, reparto Vista Hermosa, Camagüey. Tel. (322) 91676.

Fuentes

Guido López Cepero. 2020. Los Poderes Curativos de Agua. Cuba. ISBN: 978-959-09