Manuel Cassola Fernández

Manuel Cassola Fernández
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NombreManuel Cassola Fernández
Nacimiento26 de agosto de 1837
Hellín, Bandera de España España
Fallecimiento10 de mayo de 1890
NacionalidadEspañola
OcupaciónPolítico
PadresAlberto Cassola y de María Fernández

Manuel Cassola Fernández . Militar y político español, así como su paso por la Capitanía General de Granada y la Dirección General de Artillería, autor de un proyecto de Ley Constitutiva del Ejército presentado a las Cortes.

Síntesis biográfica

Nació el 26 de agosto del año 1837 en la Cuesta del Caño, un espigado mozalbete, Hijo del italiano instalado en Hellín y dedicado a la enseñanza Alberto Cassola y de María Fernández, que andando el tiempo, se hizo un hombre de los más grandes que, en España, han existido, por la eficacia y tesón con que, a su Patria, sirvió. En el Colegio Militar de Infantería de Toledo.

Su hoja de servicios constan sus actos de armas en México y Santo Domingo, en la Guerra Carlista, el asedio del cantón de Cartagena, y en Cuba, así como su paso por la Capitanía General de Granada y la Dirección General de Artillería. Pero ha pasado a la historia por ser el autor de un proyecto de Ley Constitutiva del Ejército se presenta a las Cortes el 22 de abril de 1887, a los pocos días de ser nombrado ministro de la Guerra por Sagasta. Ese proyecto de reformas militares, durísimamente combatido por la oposición conservadora, y aún por militares liberales.

Apasionó a la opinión pública y a las filas castrenses hasta tal punto que el propio gabinete Sagasta acabó por considerarlo peligroso y dejó en la estacada a su promotor que, tras una primera dimisión no aceptada enero, presentó su renuncia definitiva en junio de 1888, pretextando un conflicto protocolario que le enfrentó con Martínez Campos, uno de sus más duros opositores.

Fracaso la reforma militar de Cassola -recuperada en parte por Canalejas en 1911-1912 y por Azaña en 1931-1932 - se baso, fundamentalmente, en tres puntos que lesionaban intereses creados en algunos estamentos militares y chocaban de lleno con una burguesía que no quería que sus hijos acudiesen a los cuarteles: servicio militar obligatorio, sustitución del Cuerpo de Estado Mayor por un Servicio de Estado Mayor cuyos oficiales seguirían perteneciendo a su arma de origen y supresión de la dualidad de ascensos y las escalas cerradas de Artillería e Ingenieros.

El proyecto presentado en la creación de un Banco Militar de Préstamos para aliviar la dramática situación económica de muchos militares profesionales se articulaban los grandes lemas de una política militar de la que tan necesitado estaba el ejército español de la Restauración. Pero fue el debate acerca de la obligatoriedad del servicio militar, sin posibilidad de redención o sustitución, el que acaparó la atención de la sociedad y los parlamentarios. Acusado de radical demagogo, Cassola no pudo hacer valer su tesis de que era socialmente injusto un sistema del que quedaban excluidos quienes tenían dinero o cultura. Adelantado a su tiempo, el abandono de su provecto impidió la necesaria modernización del ejército y su vertebración en la sociedad en vísperas del 98.

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