Mariquita Sánchez

Información sobre la plantilla
Mariquita Sánchez de Thompson.jpg
NombreMaría Josefa Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velazco y Trillo
Nacimiento1 de noviembre de 1786
Buenos Aires, Bandera de Argentina Argentina
Fallecimiento23 de octubre de 1868
Buenos Aires, Bandera de Argentina Argentina
CónyugeMartín Thompson, 1805 Jean Baptiste Washington Mendeville, 1820
María Josefa Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velazco y Trillo.Fue una dama de la alta sociedad de Buenos Aires.

Síntesis biográfica

Nació en Buenos Aires Argentina, el 1 de noviembre de 1786 Era la única hija de don Cecilio Sánchez de Velazco y de doña Magdalena Trillo y Cárdenas.

Fue una dama de la alta sociedad de Buenos Aires, la primera mujer políticamente activa de la Argentina.

Desde joven demuestra tener un espíritu independiente y no teme desafiar las costumbres locales. La anécdota siguiente lo demuestra: en 1804, le escribe al virrey Sobremonte pidiéndole la autorización para contraer matrimonio con su primo, Martín Thompson, en contra de la voluntad de sus padres. En esa carta hace valer sus derechos diciendo:

La experiencia deja su marca; Mariquita en sus escritos expresará siempre su desacuerdo con los matrimonios de conveniencia acordados por las familias, sin la aprobación de las mujeres.

Esta joven, cuya vida rigen los códigos severos del régimen colonial, aprende a expandir las experiencias personales de manera a convertirlas en enseñanzas de incidencia pública.

De ese modo se enfrentó a las férreas costumbres de la época y a las habladurías de toda la sociedad. Al respecto, escribió en su vejez:

Sistema:Cita| “¡Amor! palabra escandalosa en una joven, el amor se perseguía, el amor era mirado como una depravación” “Los padres creían que ellos sabían mejor lo que convenía a sus hijas, y era perder tiempo hacerles variar de opinión” |}}.

Matrimonio con Thompson

A partir de su matrimonio con Thompson en 1805, comienza a ejercer las funciones de anfitriona de uno de los salones más notables y mejor concurridos del Río de la Plata. Ambos esposos son entusiastas partícipes en la causa independentista y su casa es un centro de reunión para quienes planean la destitución del virrey y la formación de un gobierno republicano.

Las tertulias en su salón, que mantiene a lo largo de su vida, ocupan a la anfitriona y le ofrecen la posibilidad de intervenir en discusiones de carácter público y cuya resonancia llega hasta los centros del poder.

La tradición histórica le atribuye haber sido la sede en la que se cantara por primera vez el himno nacional. Batticuore explica que existen al respecto diversas versiones que ponen en duda la noción popular. Sea como fuese, ese relato tradicional ha quedado fijado en la memoria colectiva de la nación.

Un cuadro pintado en 1910, por Pedro Subercaseaux y que ha sido reproducido ampliamente, refuerza la leyenda. Representa el episodio en el salón de Mariquita y ubica a la anfitriona cantando el himno en el centro de la escena. Ocupar ese lugar central en un acto público que simbólicamente funda a la nación argentina le otorga un papel protagónico, único en la historia nacional del siglo XIX.

Nuevo matrimonio Mendeville

En 1820 la viuda, muy admirada, contraía nuevo matrimonio, esta vez con Jean Baptiste Washington Mendeville, francés expatriado cuya conducta le deparó muchos sinsabores, que terminaron en separación, disimulada por las funciones diplomáticas del marido fuera del país.

El hogar de los Mendeville será a partir de 1820 y hasta 1837 el centro obligado de la sociabilidad para todo extranjero que pase por Buenos Aires. Una vez más, Mariquita y su cónyuge son descriptos por los testigos de la época como angelicales anfitriones que amparan paternal y maternalmente a todos los forasteros que los frecuentan.

Es en este período cuando Mariquita consolida su fama de frívola y superficial, al introducir novedades europeas en las costumbres sociales locales, tales como el uso de abrigos de piel, la porcelana inglesa en vez de la platería española, el tapizado de las paredes.

Cuando años más tarde Mendeville sea designado el primer cónsul francés en el Río de la Plata, Mariquita quien siempre apoyará a su marido en ésta y toda empresa que él se proponga cederá incluso parte de su casa paterna como local para el consulado.

Tanta actividad social y cultural originará el decrecimiento del patrimonio familiar, ya de por sí debilitado por la falta de nuevas fuentes de ingresos. Aquí había sido cónsul y muchos años más tarde Mariquita reveló, en carta a Alberdi, las miserias de su vida con Mandeville.

De este matrimonio tuvo un hijo : Julio. Cuando Rivadavia fundo la Sociedad Benéfica requirió la ayuda de Mariquita, que fue fecunda y entusiasta.

Beneficencia

En 1852, a su regreso a Buenos Aires del exilio en Montevideo, se ocupa de la reorganización de la Casa de Expósitos, Hospital y Escuelas que estaban a cargo de la Sociedad de Beneficencia de la que había sido miembro desde su fundación en 1823.

Había estado a cargo de su dirección durante 1830-1832 y volvería estarlo más tarde, entre 1866 y 1867. Ese cargo le permitirá influir en la educación de las niñas que había sido una de sus grandes preocupaciones.

Los últimos años de su vida están marcados por serias penurias económicas. A pesar de ello, mantiene su salón y, junto a él, el respeto y consideración de una sociedad que la admira.

Muerte

Muere en Buenos Aires el 23 de octubre de 1868 a los 81 años de edad.

Fuentes