Miguel Melero

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Miguel Melero. Pintor y escultor cubano

Miguel Melero Rodríguez (1836 - 1907). Pintor y escultor nacido en La Habana en 1836. Noveno director de la Academia de San Alejandro de La Habana

Miguel Melero Rodríguez 


Estudió bajo la dirección de los franceses Leclerc y Miahle, y del italiano Morelli. En 1858 obtuvo el título de Socio Facultativo de la sección de Bellas Artes del Liceo de La Habana. Fue profesor de dibujo en el colegio El Salvador que dirigía el eminente pedagogo José de la Luz y Caballero.

Viajó por España, Francia e Italia, ampliando sus estudios de artes plásticas.

En 1868, al estallar la Guerra de Independentista de los Diez Años, encabezada por Carlos Manuel de Céspedes, se le suspendió al joven Melero la pensión que disfrutaba y tuvo que regresar a Cuba. En 1878 a la muerte de Cisneros presentó a concurso-oposición su cuadro El rapto de Dajanira por el centauro Nesso y ganó la dirección de San Alejandro, siendo el primer cubano en ocupar ese puesto.

En su momento se destacó como educador. Adoptó varias iniciativas, entre ellas abrir por primera vez las puertas de San Alejandro, cuando ni aún en Francia lo hacían, a las mujeres, hasta ese momento marginadas de estos estudios.

Melero estará durante veintinueve años en la dirección de San Alejandro, debiéndosele la introducción del preparado de grises como medio básico de valoración, la entrada de las mujeres en la Academia y el establecimiento de la clase de modelo vivo.

Es autor de Teresa de Jesús (iglesia de San Felipe, La Habana), del decorado de la capilla de Lourdes de la iglesia de la Merced y de la estatua de Cristobal Colón de la ciudad de Colón. Entre sus pinturas descuellan temas mitológicos, religiosos, históricos, retratos y naturalezas muertas. En el altar mayor de la Capilla del cementerio de Colón pintó El juicio final, de grandes proporciones. Otras obras suyas son Colón en el Consejo de Salamanca, Santa Teresa de Jesús, Jesús y Margarita de Alacoque, Un pintor de Luis XIV, Un Cardenal, etc. Realizó los bustos de los dramaturgos Calderón y José Echegaray, colocados en el vestíbulo del Teatro La Caridad en la ciudad de Santa Clara.

Después de la inauguración del monumento a Colón en Villa de Colón, actual ciudad de Colón, Matanzas, Melero es aún director de la Academia de Pintura y Escultura San Alejandro, ocupando dicho puesto hasta el fin de sus días en 1907.

A pesar de haber sido tildado de españolizante por algunos, Melero, mientras pintaba en la academia reunía en tertulia en su taller a los cubanos más dignos de su época, patriotas, literatos y científicos, como Miguel Sánguily, Ramón Meza, Manuel de la Cruz, Álvaro Reinoso, José Silverio Jarrín y Serafín Ramirez, ¿Cómo puede tildarse de anticubano a un hombre que se compenetra en su propio estudio con estas grandes figuras de la patria?
Sebastián Gelabert dice que al lograr los cubanos su independencia de España quiso Melero llevar al lienzo “un episodio de nuestra guerra libertadora y acogió, como el más culminante y trascendental, el de la invasión”.
En el boceto continúa diciendo, “se destacaba como figura principal el generalísimo Máximo Gómez a caballo. Agregaba que la obra estaba compuesta bizarramente, con innumerables personas, animales de distintas clases, paisaje genuinamente cubano y un ingenio incendiado a lo lejos”. El óleo iba a tener 14m de largo, y como no había en La Habana tela de este tamaño, tenía que encargarse a Europa. Pero Melero muere antes de solicitarle la tela a Gelabert, que se encontraba entonces en París.
De su muerte son elocuentes las palabras de un amigo biógrafo Ramón Mesa:
“fallecido hace poco más de un año, el día 28 de junio de 1907, cuando lleno aparentemente de vigor y robustez, llevando en su rostro la noble expresión de una vejez sana y tranquila tras una vida de artista laborioso, de ciudadano útil a su país, le vino caer y sucumbir en cortos días, de inesperada enfermedad.
Necesitado está nuestro medio social de que se levanten a la par que sus sentimientos, su atención y su fe hacia ideales puros y provechosos, y recoger la vida y hecho de cubanos que han trabajado por la cultura de su país, como hizo en todos los instantes el artista por sentimiento, el profesor por vocación, el ciudadano útil por su amor a la patria, Miguel Melero, cuyo recuerdo nos honraremos todos en evocar”.
Después de estas palabras Ramón Mesa, cuya obra llena de cubanía enriquece una época de la Literatura cubana, no hay que añadir nada sobre las ideas patrióticas de Melero cuya expresión más cabal está en su obra más sólida: el monumento a Cristobal Colón, símbolo de la ciudad de Colón.


Fuentes

www.sanalejandro.cult.cu/pages/directores/68.htm
González, José Miguel: “Colon en el 150 Aniversario de su fundación”. Ed. Comité Municipal del Partido y del Comité Ejecutivo de la Asamblea Municipal del Poder Popular. Julio, 1986
Meza, Ramón: MIGUEL MELERO. Habana. 1909. Pág. 17
Gelabert y Ferrer, Sebastián: UNA FAMILIA DE ARTISTAS: LOS MELERO. Artículo en Revista Bimestre Cubana. Vol. II. La Habana. 1932.