Rigoberto Corcho López
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Rigoberto Corcho López. Mártir de Artemisa, Cuba. Su interés por la situación que pasaba el país bajo el régimen oprobioso de la tiranía batistiana, lo situaron como uno de los jóvenes de la Generación del Centenario, que tomó el camino de la lucha armada para la liberación de su patria. Fue un incesante lector, sobre todo de obras de José Martí.
Sumario
Datos biográficos
Primeros años de su vida
Nació en pleno machadato, el 21 de diciembre de 1931 en Artemisa. Sus padres, Alfredo Corcho e Isabel López, se conocieron y casaron en el batey del antiguo central Pilar, hoy "Eduardo García Lavandero". Duros y de convulsión revolucionaria eran los días en que naciera. Eran tiempos en que se oprimía y explotaba a los obreros.
En 1933 los pocos obreros que estaban haciendo trabajos de reparaciones en el central, pidieron a la patronal algo que era un clamor general a la caída de la dictadura machadista: un jornal de 80 centavos diarios y ocho horas de trabajo. Obreros de Artemisa, formaron una "Comisión de Estaca", para apoyar los compañeros del Central. Es así, como apenas nacido, fue victima de la injusta sociedad.
Juventud e incorporación a la lucha
Desde los nueve años tuvo necesidad de trabajar para ayudar a su familia. Lo hizo vendiendo frutas y viandas en una placita situada en la calle República. Era un infatigable lector, sobre todo de obras de José Martí. Su carácter afable, su actitud ante la vida, su conducta ejemplar como ciudadano, como hijo, como hermano, como amigo y compañero le granjearon la estimación de todos los vecinos. Unido a esto su condición de trabajador esforzado y su espíritu de superación constante, su preocupación por la situación que pasaba el país bajo el régimen oprobioso de la tiranía batistiana, lo situaron como uno de los jóvenes de la Generación del Centenario que se aglutina al grupo de artemiseños que tomó el camino de la lucha armada para la liberación de su patria.
Últimos momentos de su vida
Realizó las prácticas de tiro junto a sus compañeros. Junto a ese grupo de jóvenes oyó en la Granja Siboney las últimas instrucciones de Fidel. Todos lo recuerdan firmemente en el momento decisivo que tanto había esperado.
Horas depués caía heroicamente combatiendo en el ataque al Cuartel Moncada para fijar, con su sangre y la de los demás compañeros, una fecha en la historia de nuestra patria: "26 de Julio de 1953".
Fuentes
- Archivos de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
- Mausoleo de Artemisa
- Museo Municipal de Artemisa
- Mártires del Moncada. La Habana: Eds. R., 1965
