Diferencia entre revisiones de «San Ambrosio»

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'''San Ambrosio'''   Nacido en Tréveris, hacia el año 340, de una familia romana, hizo sus estudios en Roma, y comenzó una brillante carrera en Sirmio. El año 374, residiendo en Milán, fue elegido, de modo inesperado, obispo de la ciudad, y ordenado el 7 de diciembre. Fiel cumplidor de su oficio, se distinguió, sobre todo por su caridad hacia todos, como verdadero pastor y doctor de los fieles. Defendió valientemente los derechos de la Iglesia y, con sus escritos y su actividad, ilustró la doctrina verdadera, combatida por los arrianos. Murió un Sábado Santo, el 4 de abril del año 397.
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'''San Ambrosio de Milán ''' Nacido ([[Tréveris]], c. 340 - [[Milán]], 397) fue un destacado arzobispo de Milán, y un importante teólogo y orador. Es uno de los cuatro Padres de la Iglesia Latina y uno de los 33 doctores de la Iglesia católica.
 
 
 
==Historia==
 
==Historia==
Fue un destacado arzobispo de Milán, y un importante teólogo y orador. Es uno de los Padres de la Iglesia y uno de los 33 doctores de la Iglesia Católica.
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Hizo sus estudios en [[Roma]], y comenzó una brillante carrera en Sirmio. El año 374, residiendo en Milán, fue elegido, de modo inesperado, obispo de la ciudad, y ordenado el 7 de diciembre. Fiel cumplidor de su oficio, se distinguió, sobre todo por su caridad hacia todos, como verdadero pastor y doctor de los fieles.
Hijo de un prefecto romano (Simmaco) de las Galias, Ambrosio estudió letras y jurisprudencia en Roma y fue después secretario del prefecto de la ciudad, Petronio Probo. A los 31 años de edad era ya él, a su vez, prefecto de las provincias de Emilia y Liguria, con residencia en Milán. A inicios de su carrera política fue elegido obispo de la diócesis milanesa, que rigió hasta su muerte, acaecida en el año 397.
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Hijo de un pefecto romano (Simmaco) de las Galias, Ambrosio estudió
 
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letras y jurisprudencia en Roma y fue después secretario del prefectode la ciudad, Petronio Probo. A los 31 años de edad era ya él, a su vez, prefecto de las provincias de Emilia y Liguria, con residencia en Milán. A inicios de su carrera política fue elegido obispo de la diócesis milanesa, que rigió hasta su muerte, acaecida en el año 397. Defendió valientemente los derechos de la Iglesia y, con sus escritos y su actividad, ilustró la doctrina verdadera, combatida por los arrianos. Murió un Sábado Santo, el 4 de abril del año 397.
La leyenda cuenta que un día, cuando aún no sabía hablar, estando en el jardín de la residencia de su padre en Tréveris, acudió un enjambre de abejas a revolotear por su rostro, y que varias de ellas se deslizaron, sin picarle, en el interior de su boca. Al verlo, exclamó el prefecto: "Este niño va a ser algo grande". Con algo más de edad, el niño veía que todos besaban cuando del obispo cuando éste visitaba su casa y él presentaba también la suya a los criados y a su hermana, para que se la besaran, diciendo: "¿No sabéis que también yo voy a ser obispo?". Y cuando Petronio Probo le despedía al partir para tomar posesión de su cargo de prefecto en Milán —nombramiento para el cual le había propuesto al emperador—, le dijo: "Ve, hijo mío, y pórtate, no como juez, sino como obispo".
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==La leyenda==
A los dos años de su prefectura en Milán, cuando apenas había empezado a desarrollar su programa de gobierno, falleció el obispo y se planteó el problema de la elección de sucesor, la cual, según la costumbre establecida, debían hacer el clero y el pueblo. Hubo disputas y un día, mientras el clero deliberaba en la parte superior de la basílica catedral, y el pueblo aguardaba abajo la decisión con una actitud que fácilmente podían degenerar en motín, el gobernador creyó deber suyo presentarse en medio de los fieles para hablarles y tranquilizarles.
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Cuenta que un día, cuando aún no sabía hablar, estando en el jardín de la residencia de su padre en Tréveris, acudió un enjambre de abejas a revolotear por su rostro, y que varias de ellas se deslizaron, sin picarle, en el interior de su boca. Al verlo, exclamó el prefecto: "Este niño va a ser algo grande". Con algo más de edad, el niño veía que todos besaban cuando del obispo cuando éste visitaba su casa y él presentaba también la suya a los criados y a su hermana, para que se la besaran, diciendo: "¿No sabéis que también yo voy a ser obispo?". Y cuando Petronio Probo le despedía al partir para tomar posesión de su cargo de prefecto en Milán —nombramiento para el cual le había propuesto al emperador—, le dijo: "Ve, hijo mío, y pórtate, no como juez, sino como obispo".
Apenas había terminado su exhortación, cuando se oyó una voz infantil, que decía: "Ambrosio, obispo". "¡Ambrosio, obispo!", empezó a gritar la muchedumbre. Y el clero se unió a la aclamación general. El único que protestaba era el elegido y podía alegar una razón magnífica. El Concilio de Nicea, en 325, había prohibido que los no bautizados fuesen escogidos para el episcopado, y Ambrosio no estaba bautizado todavía.
 
 
 
Los electores no cedieron. Se consultó al Papa, quien aprobó la elección, suspendiendo la disposición de Nicea. Pero cuando los obispos designados fueron en busca de Ambrosio, con el propósito de disponerlo y consagrarlo, no lo encontraron en la ciudad; se había evadido al campo y sólo por la traición de un amigo pudieron dar con su paradero. Recibió el bautismo, la ordenación y la consagración en 374 y seguidamente tomó posesión de su Sede.
 
El nuevo prelado demostró muy pronto que estaba a la altura de su dignidad. Su vida, ya siempre sobria, se hizo ahora austera y penitente. Distribuyó a los pobres todo su dinero y se trazó un programa pastoral vastísimo, al cual se adaptó con gran actividad durante todo su pontificado. Uno de los rasgos más característicos de su actuación fue siempre la caridad para con los pobres, enfermos, moribundos, cautivos, viudas y huérfanos. Fundó hospitales y albergues.
 
Más guerrero que intelectual fue el primer cristiano en conseguir que se reconociera el poder de la iglesia por encima de la del estado. Y desterró definitivamente en sucesivas confrontaciones a los paganos de la vida política romana.
 
 
 
En el orden espiritual, lo primero que hizo fue perfeccionar su cultura teológica y bíblica, bajo la guía personal o los escritos de maestros como [[San Basilio]], [[San Cirilo de Alejandría]], [[San Gregorio Nacianceno]], y otros eclesiásticos de su tiempo, vivientes o ya difuntos, aparte del famoso sacerdote Simpliciano, que le aleccionaba directamente y que había de ser su sucesor como Prelado de Milán.
 
  
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==En el orden espiritual==
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Lo primero que hizo fue perfeccionar su cultura teológica y bíblica, bajo la guía personal o los escritos de maestros como [[San Basilio]], [[San Cirilo de Alejandría]], [[San Gregorio Nacianceno]], y otros eclesiásticos de su tiempo, vivientes o ya difuntos, aparte del famoso sacerdote Simpliciano, que le aleccionaba directamente y que había de ser su sucesor como Prelado de Milán.
 
Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Con San Basilio tuvo una especial comunicación y amistad. Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Ya en sus tiempos de Roma frecuentó seguramente con San Jerónimo, con San Paulino de Nola, con Santa Paula y sus hijas.
 
Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Con San Basilio tuvo una especial comunicación y amistad. Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Ya en sus tiempos de Roma frecuentó seguramente con San Jerónimo, con San Paulino de Nola, con Santa Paula y sus hijas.
  
Como escritor, su obra más voluminosa es el comentario al evangelio de San Lucas; otras obras son tratados sobre los sacramentos y sobre la virginidad. Dejó también escritos contra los arrianos. Finalmente, compuso para el rezo una serie de himnos solemnes, que se utilizan todavía en la liturgia actual.
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==Como escritor==
La situación de Ambrosio en Milán, su conocimiento de los asuntos políticos y su autoridad de jurista, hacían de él un consejero técnico para los emperadores en materia religiosa, en la cual éstos necesariamente debían intervenir, pues desde que Constantino se había hecho protector de la Iglesia, -y, con tal pretexto, una especie de obispo externo a la Jerarquía- no podían desinteresarse de los conflictos que incesantemente se provocaban entre cristianos y paganos, entre ortodoxos y arrianos.
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Su obra más voluminosa es el comentario al evangelio de San Lucas; otras obras son tratados sobre los sacramentos y sobre la virginidad. Dejó también escritos contra los arrianos. Finalmente, compuso para el rezo una serie de himnos solemnes, que se utilizan todavía en la liturgia actual.
 
 
Fallecido Valentiniano I en 375, quedaba heredero del Imperio su hijo Graciano, de veinte años de edad. El otro hijo era un niño de cuatro, que fue educado en Sirmio por su madre Justina. Ambrosio fue para ambos más que un consejero político, un tutor, un confidente, un padre. Graciano se formó a su lado, y favoreció la caída del paganismo como religión del Estado.
 
Al principio el reparto de poder entre cristianos y paganos estaba más o menos en equilibrio con Graciano, emperador romano y cristiano católico. A la muerte de Graciano (383), víctima de una sedición cantonal en las Galias capitaneada por un usurpador llamado Máximo, Ambrosio, a súplicas de Justina, se encaminó a Tréveris para parlamentar con él y calmar sus iras. Así ganaba tiempo en favor del pequeño Valentiniano II cuyo trono se veía amenazado. Gracias a la habilidad del Prelado obtuvo una especie de tregua que podría resultar muy provechosa.
 
Al regresar de la embajada suponía que la emperatriz le estaría agradecida. Pero ella verdadera simpatía por los arrianos, y pidió al obispo una basílica de la ciudad para ellos. La actitud de Ambrosio y su creciente popularidad la hicieron desistir. Él se había encerrado con el pueblo católico en la basílica, y contestó a los emisarios de Justina: "Mis bienes son de la patria, pero lo que es de Dios no tengo derecho a entregarlo".
 
 
 
El pueblo se apiñó en torno a Ambrosio y le defendió. Y Justina tuvo que doblegarse. No mucho tiempo más tarde la emperatriz falleció, pero la lucha entre paganos, herejes y católicos se acentuó definitivamente.
 
La llamada guerra de las estatuas enfrentaba desde Constantino a las diversas religiones con representación en el senado. En el 384, el partido pagano aprovechó la debilidad de Valentiniano II para devolver la Estatua de la Victoria al senado, lo que provocó la ira de Ambrosio.
 
Finalmente Ambrosio hizo declarar a Valentino II que los emperadores tenían que estar a las órdenes de Dios al igual que los ciudadanos tenían que estar a las órdenes del emperador como soldados.
 
A partir de aquí, Ambrosio consigue hacer efectiva una demanda por la que la Iglesia ostenta un poder superior no solo al Estado Romano sino a todos los estados. Estas ideas de la Iglesia como institución universal e internacional por una parte y de control sobre los estados por otra permitiría a la iglesia sobrevivir a la caída del Imperio.
 
 
 
Durante el reinado de Teodosio, éste habría ordenado a un obispo local que sufragara los daños de la destrucción de una sinagoga a manos de los cristianos. El emperador estaba dispuesto a acabar con esas prácticas intimidatorias.
 
 
 
Ambrosio se opuso de nuevo, y consiguió del emperador que declarara libre a la iglesia de tener que responder por tales cuestiones. Algo que resulto muy pernicioso ya que dio vía libre para la persecución cristiana de miles de paganos.
 
En el 393 el emperador Teodosio I prohibió los Juegos Olímpicos por influencia de San Ambrosio, al considerarlos paganos.
 
Convirtió y bautizó a [[san Agustín]]. Creó nuevas formas litúrgicas y promovió el culto a las reliquias en Occidente.
 
== Elección acertada==
 
Demostró Ambrosio estar a la altura de su dignidad. Su vida, que había sido siempre sobria, se hizo ahora austera y penitente. Distribuyó a los pobres todo su dinero y se trazó un programa pastoral vastísimo, que cumplió durante todo su pontificado. Destacó la caridad con los pobres, enfermos, moribundos, cautivos, viudas y huérfanos. Fundó hospitales y albergues, nada tuvo suyo y vivió en constante y heroica abnegación
 
Señor, Creador mío, desde la cuna me has protegido siempre, me has apartado del amor del mundo y me has dado paciencia para sufrir, recibe esta oración como prueba de resignación y a la vez esperanza.
 
 
 
==  Marcelina y su Monasterio ==
 
 
 
En el siglo IV, una joven viuda, entregada a la educación de sus hijos con esmero llamada Marcelina, vivía en una casa patricia con sus hijos Sátiro, que ayudaba a su madre llevando la administración y Ambrosio, el pequeño, inseparable de su hermano mayor. Aquella casa había sido convertida en monasterio por Marcelina para albergar a las vírgenes consagradas a Cristo, vistiendo el velo de su consagración con el testimonio y magisterio de Marcelina, la madre de Ambrosio. Esta será un indicio para entender el carisma de Ambrosio de apóstol de la virginidad. Vilipendiado por la gente por su constante predicación, se defenderá con estos argumentos: "Me dirá alguno: Tú todos los días nos estás hablando de las excelencias de la virginidad." ¿Pues qué he de hacer, ya que alabando diariamente lo mismo no consigo ningún fruto entre vosotros? No es al menos mía la culpa. Ved cómo vienen las vírgenes desde Piacencia, desde Bolonia, desde la Mauritania, para recibir aquí el velo sagrado. ¿No es maravilloso? Hablo aquí y allí persuado... Sé de muchas jóvenes que desean ser vírgenes y sus madres, o lo que es peor, las viudas, a las que ahora me dirijo, se lo impiden y aun les prohíben venir a escucharme..." El obispo era un formidable propagandista de la virginidad, propaganda que no era fácil y crecían entre sus diocesanos las murmuraciones y las resistencias. Por experiencia se que tampoco ahora es fácil la tarea ni frecuente. "Confiésate con quien quieras menos con ese sacerdote", he tenido que sufrir. Mas tal era la autoridad de Ambrosio, tal su virtud, que en su presencia todos enmudecían. Hasta aquel discípulo de Arrio, el sutil Helvidio, que se atreverá a impugnar, no sólo a atacar los afanes dé Ambrosio, sino la misma virginidad de Santa María. Razón para leer hoy, en la víspera de la Virgen Inmaculada, esta actividad de Ambrosio, pues ambas causas están unidas estrechamente: Ambrosio utilizaba este gran recurso y argumento de la bendita y augusta virginidad. "Sírvaos, decía, la vida de María de modelo de virginidad, cual imagen que se hubiese trasladado a un lienzo; en ella como en un espejo, brilla la hermosura de la castidad y la belleza de toda virtud... El mayor estímulo del alumno es la excelencia del maestro. Y ¿qué Maestra más insigne que la Madre de Dios? Cuál más preclara que aquella que fué elegida por su misma claridad, o cuál más casta que la que engendró sin mancillar su pureza?" Y con la virginidad de Santa María por emblema y escudo, el obispo proseguía su campaña. No era enemigo del matrimonio, bien que lo afirmó y reafirmó; pero no podía dejar de comparar esposos con Esposo: "Hija mía, has elegido un buen matrimonio. Ya ves cuánta gente ha venido para celebrar el Nacimiento del Esposo...; ámale, hija mía, porque es bueno. No hay nadie bueno sino solo Dios. Pues, si no se duda de que el Hijo es Dios y de que Dios es bueno..., te lo repito: ámale. Porque es el mismo a quien el Padre engendró desde toda la eternidad antes que al lucero de la mañana..." Así era San Ambrosio, así exhortaba y formaba el rebaño de sus vírgenes en aquella santa comunidad que presidió su madre Marcelina.
 
 
 
==Base doctrinal de la virginidad ==
 
 
 
Citando Santo Tomás a San Jerónimo, contra Jovino, que afirma que el error de Jovino consistió en mantener que la virginidad no era superior al matrimonio, escribe: Este error queda rechazado por el ejemplo de Cristo, que eligió a su madre virgen y él mismo se mantuvo virgen, y según la doctrina del Apóstol en 1 Cor 7, 25, que aconsejó la virginidad como un bien mejor que el matrimonio. También lo rechaza la razón porque el bien divino es mejor que el humano. Porque el bien del alma es más excelente que el del cuerpo. Y porque el bien de la vida contemplativa es más excelente que el de la activa.
 
 
 
Como la virginidad se ordena al bien del alma en la vida contemplativa, que consiste en pensar en las cosas de Dios, mientras que el matrimonio se ordena al bien del cuerpo, que es la multiplicación del género humano, y pertenece a la vida activa, puesto que el hombre y la mujer casados tienen que pensar en las cosas del mundo, tal como dice el Apóstol en 1 Cor 7, 33, afirma sin lugar a duda, que la virginidad es mejor que la continencia conyugal .
 
 
 
==La situación de Ambrosio como obispo ==
 
 
 
Mas lo admirable de este campeón de la virginidad es su circunstancia en la que desarrolló su campaña. Ambrosio no era, ni por temperamento, ni por su género de vida, un monje escondido y tímido que sólo sabía de santas purezas y retiros; Ambrosio era un hombre de leyes, educado en la comodidad y en la jurisprudencia, que muy pronto supo de honores y de gobierno. Su estilo de alma era recio, reflexivo y hasta imperioso. Era él un joven gobernador que acude al templo para pacificar los ánimos revueltos por la elección de nuevo obispo, y lo hizo con tal autoridad, que de pronto a él mismo le proclamaron el clero y el pueblo unánimes. Ambrosio manifestó su grandeza resistiendo la elección. Y el que era gobernador fue consagrado, ocupando desde entonces en aquel siglo uno de los puestos más influyentes y decisivos del imperio. El campeón de las vírgenes era el amigo y prefecto o gobernador, amigo de los emperadores; primero de Valentiniano; después, de Graciano y de Teodosio. Obispo de cuerpo entero, que no se doblegó ante ningún poder de la tierra, detuvo la cólera de Máximo dispuesto a devastar Italia. Su grandeza de ánimo quedó patente en la excomunión lanzada contra Teodosio por su cruel carnicería en Tesalónica castigando un motín sedicioso en esta ciudad, matando a 7000 personas. Cuando regresó a Milán y quiso entrar en la basílica, San Ambrosio le detuvo en el umbral, diciéndole: "Ya que has imitado a David en el crimen, imítalo también en la penitencia". Y no quiso admitirle en la iglesia hasta que hubo cumplido una penitencia pública, durante ocho meses.Tal era aquel hombre pétreo y firmísimo, que supo hacer compatible su sabiduría, su gobierno, su gravedad, su prestigio universal, con aquel amor delicado y tierno por la virginidad y sus flores.
 
 
 
==La madre abeja virgen ==
 
 
 
San Ambrosio de Milán, el serio y gravísimo San Ambrosio, fué el hombre que escribía: "Muy bien se puede comparar a la abeja con la virgen, así es de trabajadora, pudorosa y casta. La abeja se alimenta de rocío, desconoce las uniones sexuales, fabrica miel. El rocío de la virgen es su conversación con Dios..., su cuerpo inmaculado es el pudor virginal, los frutos de la virgen son sus palabras. exentas de amargura... Cuánto deseo, hermana mía, que imites a la pequeña abeja, que se alimenta de flores, en su boca lleva el fruto y con su boca lo prepara..." San Ambrosio, el caballero celeste de las vírgenes, es también San Ambrosio, el doctor de los saberes copiosos y San Ambrosio el liturgo de una liturgia fastuosa y sublime, y el San Ambrosio el de los pobres, ciegos, cojos, mancos y hambrientos. El que escribió contra los arrianos y una serie de himnos solemnes, que se utilizan todavía en la liturgia actual.
 
 
 
 
==Fuente==
 
==Fuente==
 
*http://www.santos-catolicos.com/santos/san-ambrosio.php
 
*http://www.santos-catolicos.com/santos/san-ambrosio.php

Revisión del 10:55 12 sep 2011

San Ambrosio
Información sobre la plantilla
260px
Religión o MitologíaCatólica
Día celebración7 de diciembre.
País o región de origenMilán, (Italia)
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San Ambrosio de Milán Nacido (Tréveris, c. 340 - Milán, 397) fue un destacado arzobispo de Milán, y un importante teólogo y orador. Es uno de los cuatro Padres de la Iglesia Latina y uno de los 33 doctores de la Iglesia católica.

Historia

Hizo sus estudios en Roma, y comenzó una brillante carrera en Sirmio. El año 374, residiendo en Milán, fue elegido, de modo inesperado, obispo de la ciudad, y ordenado el 7 de diciembre. Fiel cumplidor de su oficio, se distinguió, sobre todo por su caridad hacia todos, como verdadero pastor y doctor de los fieles. Hijo de un pefecto romano (Simmaco) de las Galias, Ambrosio estudió letras y jurisprudencia en Roma y fue después secretario del prefectode la ciudad, Petronio Probo. A los 31 años de edad era ya él, a su vez, prefecto de las provincias de Emilia y Liguria, con residencia en Milán. A inicios de su carrera política fue elegido obispo de la diócesis milanesa, que rigió hasta su muerte, acaecida en el año 397. Defendió valientemente los derechos de la Iglesia y, con sus escritos y su actividad, ilustró la doctrina verdadera, combatida por los arrianos. Murió un Sábado Santo, el 4 de abril del año 397.

La leyenda

Cuenta que un día, cuando aún no sabía hablar, estando en el jardín de la residencia de su padre en Tréveris, acudió un enjambre de abejas a revolotear por su rostro, y que varias de ellas se deslizaron, sin picarle, en el interior de su boca. Al verlo, exclamó el prefecto: "Este niño va a ser algo grande". Con algo más de edad, el niño veía que todos besaban cuando del obispo cuando éste visitaba su casa y él presentaba también la suya a los criados y a su hermana, para que se la besaran, diciendo: "¿No sabéis que también yo voy a ser obispo?". Y cuando Petronio Probo le despedía al partir para tomar posesión de su cargo de prefecto en Milán —nombramiento para el cual le había propuesto al emperador—, le dijo: "Ve, hijo mío, y pórtate, no como juez, sino como obispo".

En el orden espiritual

Lo primero que hizo fue perfeccionar su cultura teológica y bíblica, bajo la guía personal o los escritos de maestros como San Basilio, San Cirilo de Alejandría, San Gregorio Nacianceno, y otros eclesiásticos de su tiempo, vivientes o ya difuntos, aparte del famoso sacerdote Simpliciano, que le aleccionaba directamente y que había de ser su sucesor como Prelado de Milán. Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Con San Basilio tuvo una especial comunicación y amistad. Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Ya en sus tiempos de Roma frecuentó seguramente con San Jerónimo, con San Paulino de Nola, con Santa Paula y sus hijas.

Como escritor

Su obra más voluminosa es el comentario al evangelio de San Lucas; otras obras son tratados sobre los sacramentos y sobre la virginidad. Dejó también escritos contra los arrianos. Finalmente, compuso para el rezo una serie de himnos solemnes, que se utilizan todavía en la liturgia actual.

Fuente