Semana 32 de Gestación

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Semana 32 de Gestación
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En el transcurso de la Semana 28 Se destaca la importancia de la compatilibilidad sanguínea entre madre e hijo.

Tamaño del Feto

Esta semana tu bebé pesa tanto como una jícama grande, unos 1,8 kilos (casi 4 libras) y mide unos 43 centímetros (unas 17 pulgadas).

Desarrollo del Feto

Sus uñitas ya están completamente formadas. Hay algunos bebés que en esta semana ya tienen cabello, pero otros sólo tienen un poquito de vello, como el que recubre un durazno (melocotón).

El bebé ocupa ahora todo el espacio que hay en el útero, ¡pero eso no quiere decir que su nivel de actividad se haya reducido! Quizás hayas escuchado decir que es normal que los bebés se muevan un poco menos a medida que avanza el embarazo, pero eso no es verdad. Si notas una reducción en sus movimientos, debes llamar a tu doctor.

En la semana 32 de embarazo empieza a existir riesgo de parto prematuro, por lo que conviene estar muy atenta a las contracciones. En principio, lo que deberás notar son las denominadas falsas contracciones o contracciones de Braxton Hicks, que son unos espasmos musculares que el útero utiliza a modo de entrenamiento para estar en forma en el momento del parto. Sólo si tienes 5 contracciones en menos de una hora deberás consultar con tu médico, ya que podría ser un síntoma de parto prematuro.

Cambios en la Mamá

El volumen de tu sangre es ahora un 40 ó 50 por ciento mayor que antes de quedar embarazada, porque ahora tu cuerpo también se tiene que hacer cargo del bebé. Esta cantidad extra compensa además la sangre que puedas perder durante el parto. Ahora estás aumentando más o menos 1 libra (1/2 kilo) a la semana y aproximadamente la mitad de ese peso va a tu bebé. El útero presiona hacia arriba, cerca del diafragma, y en el abdomen. Esto puede causar una sensación de que te falta el aire, así como acidez estomacal.

A medida que el bebé crece, la concentración cada vez mayor de peso en el vientre hace que tu postura y centro de gravedad cambien. Además, tus músculos abdominales se están estirando, las hormonas están haciendo que tus ligamentos se distiendan y tu útero, cada vez mayor, quizás esté presionando algunos nervios. Todo esto puede contribuir a causar dolor en la parte baja de tu espalda y también en tus nalgas y caderas. Si tienes mucho dolor o una sensación de hormigueo en las piernas, díselo a tu doctor.

En la semana treinta y dos de embarazo, el tamaño de tu útero puede presionar algunos nervios, hace que se extiendan algunos grupos musculares como los abdominales y los ligamentos se dilatan como consecuencia del efecto de las hormonas. Todos estos cambios pueden producir molestias y dolencias en tu espalda, especialmente en las lubares, y en las caderas. Debido al volumen que ocupa tu útero, los pulmones se desplazan hacia arriba. Como consecuencia, te sentirás más cansada al subir una escalera o caminar tramos muy largos, ya que la capacidad pulmonar se ha reducido y has aumentado de peso. Quizás percibas cierta falta de aire, pues tu útero empuja hacia arriba, presionando el diafragma y el abdomen.

Es importante que nunca fuerces la máquina y que descanses cuando te sientas débil. El volumen de tu sangre es un 40 o 50 por ciento mayor, pues tu cuerpo debe ocuparse también de tu hijo. Tu aumento de peso será de medio kilo por semana y debido al volumen de tu barriga, tendrás problemas para conciliar el sueño y encontrar la postura más adecuada. La mejor postura para dormir es de lado y para mantener un buen equilibrio y descansar mejor, trata de acomodarte con almohadas y no olvides colocar una entre las piernas para evitar que el peso de tu barriga incline tu cuerpo hacia delante.

El pecho y tu útero empiezan a prepararse para el gran acontecimiento. Mientras el útero empieza a entrenarse con el simulacro de lo que serán las contracciones de parto, el pecho ya ha empezado a producir la primera leche, el calostro, que alimentará al bebé en sus primeros días de vida. Conviene usar discos absorbentes en el sostén para evitar manchar la ropa si sufres pequeñas pérdidas de calostro.

Si adviertes dolores de estómago, o sientes que tu bebé hace presión hacia abajo o se mueve menos de lo habitual, consúltalo con un especialista. De igual manera, si se te nubla la vista, o tienes un flujo vaginal anormal y con rastros de sangre, debes acudir de inmediato a un centro médico.

Salud y Emociones en el embarazo

Es posible que te sientas preocupada por la vitalidad de tu bebé. Debido a su tamaño, que ya ocupa casi todo el útero, le resultará más difícil moverse, pero no por eso dejará de hacerlo. Por tanto, es bueno que notes sus movimientos y si dejas de notarlos deberás comunicárselo al médico lo antes posible.

El crecimiento del útero comprime algunos vasos sanguíneos y esto favorece la aparición de hinchazón en los pies. Usar un calzado adecuado es imprescindible para minimizar estas molestias, calzando, si es preciso, un número más. Y además, evita los zapatos con mucho tacón o totalmente planos. Son ideales para esta etapa los que tienen un tacón ancho y bajo, con una horma ancha y suela flexible. Y siempre que puedas descansa con los pies en alto, realiza movimientos circulares con los tobillos, evita permanecer mucho tiempo en la misma posición y camina regularmente.

Si has comenzado ya las clases de preparación al parto en tu centro de salud con tu matrona, los ejercicios físicos, de respiración, de relajación y preparación del periné de cara al parto, te ayudarán a sentirte mejor día a día. También aprenderás a hacer los pujos del expulsivo a la hora de empujar. No olvides que a los cursos de preparación al parto también debe acudir tu pareja.

Para la preparación del periné, son buenos los masajes con aceite de rosa de mosqueta. Esto dará más flexibilidad a la entrada de la vagina, y en muchas ocasiones evitará el desgarro o la realización de un episiotomía en el parto.

Alimentación

La mayor parte del calcio que necesita tu bebé se deposita en sus huesos durante el último trimestre del embarazo. A partir de la semana 32 de gestación el crecimiento es máximo y comienza la formación de los dientes. El calcio es un mineral que interviene en el desarrollo de los huesos y los dientes, y es fundamental para el correcto funcionamiento de los sistemas circulatorio, nervioso y muscular. El calcio es posible obtenerlo a partir de los alimentos, por tanto si sigues una dieta rica en calcio, no necesitarás tomar suplementos de este mineral.

A partir de la semana 32 de embsarazo aumenta el consumo de alimentos ricos en calcio como la leche y sus derivados (queso, yogur…), pescado (sardinas, besugo y rape), frutos secos (almendras y avellanas) y yema de huevo.

Y no te olvides de las vitaminas. Las frutas como las fresas y las bayas (moras, arándanos, frambuesas) contienen gran cantidad de vitaminas antioxidantes que son imprescindibles para que tu bebé lleve a cabo sus funciones vitales.

Véase También

Fuentes