Sierra de Espinhaco

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Sierra de Espinhaco
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Siera de espinhaco.jpg
Representa el cinturón orogénico precámbrico más grande y continuo en el territorio de Brasil.
Localización
ContinenteAmérica del Sur
CordilleraSierra de Espinhaco
País(es)Bandera de Brasil Brasil
Provincia(s)Minas Gerais y Bahía
Municipio(s)Porteirinha, Mato Verde, Espinosa y la ciudad de Monte Azul.
Características
Longitud1100 km
CumbresPico del Sol
Ríos principalesSan Francisco, Doce, Jequitinhonha y Pardo.

Sierra de Espinhaco. Es una cadena montañosa al este de Brasil, situada en el altiplano atlántico, que corre aproximadamente de norte a sur a través de los estados de Minas Gerais y Bahía, extendiéndose por aproximadamente 1100 km.

Ubicación y Características

La Sierra de Espinhaco representa el cinturón orogénico precámbrico más grande y continuo en el territorio de Brasil. La histórica ciudad de Diamantina se encuentra en estas montañas.

Puede ser considerada la única cordillera del Brasil, pues es singular en su forma y formación.

Sus picos alcanzan alturas entre 1.100 y 2.000 metros. Con el Diamante de Montaña del estado de Bahía, forman la división entre los afluentes del río San Francisco y los arroyos que descienden directamente al Atlántico por el este; incluidos el río Doce, río Jequitinhonha y río Pardo.

Pico del Sol, el pico más alto, se eleva a 2.072 metros. A lo largo de la cordillera, las elevaciones alternas permiten una enorme diversidad de condiciones climáticas y pluviométricas. Entre los municipios que son cortados por la Sierra de Espinhaco están Porteirinha, Mato Verde, Espinosa y principalmente la ciudad de Monte Azul, donde se encuentra el mejor lugar para la observación de esa bellísima cadena de montañas.

Su nombre fue dado por el geólogo alemán Ludwig von Eschwege en el siglo XIX. Las raíces africanas, europeas e indígenas se mezclan en el Espinhaco, dejando marcas en las costumbres y manifestaciones culturales de las comunidades locales. La belleza y la cultura de la región ofrecen condiciones para el desarrollo del ecoturismo.

Los movimientos de la Sierra de Espinhaco

Es costumbre escuchar hablar de la estabilidad tectónica del suelo brasileño, que asegura la ausencia de terremotos. Pero en la Sierra de Espinhaco, en Minas Gerais, puede estar ocurriendo, en este mismo instante, un lento y silencioso movimiento hacia arriba.

Lleva más de mil millones de años en constante movimiento, es una cadena de montañas bastante larga y estrecha, entrecortada por picos y valles.

Indicios de este tipo de deslizamiento, que consiste en la elevación natural de las masas continentales, fueron detectados en las investigaciones de André Salgado, bajo la dirección del profesor Roberto Valadao, de la Universidad Federal de Minas Gerais.

Los investigadores ya lo han constatado, aparece en la forma de surcos, barrancas y depresiones, marcas de relieve que denuncian el acelerado proceso de erosión. Ésta, a su vez, provoca una necesidad de equilibrio de las masas, razón del deslizamiento hacia arriba.

El profesor Valadao considera que la intensidad de los procesos erosivos lleva a creer que la región posee condicionantes naturales que los favorecen.

Esos factores naturales, combinados con la acción humana, pueden causar un desastre de grandes proporciones. Por eso asegura que las prácticas agrarias tradicionales son contraindicadas en esa región.

Explotación de la Sierra de Espinhaco

Desde principios del siglo XVIII, estas montañas han sido explotadas en busca de oro, diamantes y piedras semipreciosas.

Ahora son importantes desde el punto de vista económico principalmente por su vasta reserva de mineral de hierro y manganeso de alta calidad, bauxita y oro. Las montañas son también la principal fuente mundial de cristales de cuarzo.

Reserva de la biosfera

La Sierra de Espinhaco fue considerada por la Unesco el 27 de junio de 2005 la séptima reserva de la biosfera brasileña, debido a su gran diversidad de recursos naturales; mostrándonos la importancia de protegerla.

Incluye 16 áreas protegidas: Parques Nacionales, Parques Estatales, Estaciones Ecológicas Estatales y Parques Naturales Municipales que forman las áreas núcleo.

La Reserva de la Biosfera no es un solo bloque y existe una discontinuidad en el norte de Minas Gerais que divide la cordillera en dos segmentos.

Además de los valores naturales, existen bienes culturales como las ciudades coloniales de Oro Negro, Congonha y Diamantina, así como manifestaciones artísticas y religiosas que aún se mantienen vivas a lo largo de toda la cordillera.

En elevaciones de más de 500 metros de la cordillera, domina una fitofisionomía única en el mundo, los "campos rupestres". Este tipo de vegetación se compone predominantemente de estrato herbáceo más o menos continuo y pequeños arbustos siempre verdes esclerófilos.

Dentro de la Reserva de Biosfera, solo un pequeño número de áreas han sido intensamente inventariadas, sin embargo, se estima que hay aproximadamente 3000 especies de plantas. Se estima que aproximadamente el 30% de los taxones son exclusivos de los campos rupestres, lo que representaría aproximadamente de 1000 a 2000 especies endémicas.

También se observa un alto nivel de endemismo en la fauna: se han registrado aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces endémicos. Más de la mitad de las especies de animales y plantas en peligro de extinción en Minas Gerais están en las cadenas de Espinhaco. Especialmente en la Sierra de Cipó, donde se encuentra el mayor número de especies endémicas de la flora brasileña.

La extensión de esta Reserva de Biosfera (más de 3 millones de ha o 7,5 millones de acres) y su importancia biológica, geomorfológica e histórica justifican la implementación de medidas destinadas a la preservación de este conjunto montañoso.

La población de la Reserva es de aproximadamente 642.000 e incluye el grupo indígena de Pataxó, varias comunidades quilombolas (esclavos fugitivos), grupos religiosos o sectas existencialistas, así como las personas que viven en los 'pueblos de oro' que fueron construidos por Bandeiras.

Las bandeiras eran grupos de exploradores en busca de oro en el siglo XVIII que construyeron centros mineros, ranchos y puestos de registro que eventualmente se convirtieron en centros comerciales y luego en ciudades y distritos.

Fuentes