Diamantina

Centro Histórico de Diamantina
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Ubicación Geográfica:Minas Gerais. Brasil.

Centro Histórico de Diamantina. Situada en el nordeste del estado de Minas Gerais, Diamantina es testimonio de la conquista del interior de Brasil. Paradigma de cómo en el siglo XVIII, los exploradores del territorio, los aventureros del diamante y la Corona, adaptaron los modelos europeos a una realidad americana, para crear una cultura original.

Historia

El descubrimiento , a principios del siglo XVIII, de abundantes yacimientos diamantíferos en la inhóspita región de la naciente del río Jequitinhonha, provoca el crecimiento de los arrais de garimpo (pueblos de minería) de oro que ya existían allí. En consecuencia, la corona portuguesa implanta, en 1731, un régimen especial de administración, la Demarcación Diamantina, incluyendo el Arraial do Tijuco, futura Diamantina, con sede en la Vila do Príncipe, actualmente Serro. Su propósito era aislar y controlar a la población que llegaba atraída por el diamante. En esa época, según el testimonio de viajeros europeos, ya florecía allí una sociedad relativamente sofisticada y aficionada a las artes. Por el río Jequitinhonha le llegaban los productos importados y las nuevas tendencias de la Corte y de Salvador.

En 1771, el Marqués de Pombal refuerza el control instituyendo el Regimento dos Terrenos Diamantinos, manteniendo el Arraial do Tijuco subordinado a la Comarca de Serro, situación que sólo se modifica en 1832, con su elevación a la categoría de Villa. Seis años después, cuando asciende a la condición de ciudad, pasa a llamarse Diamantina.

Pero la fase de esplendor de la ciudad termina a mediados del siglo XIX, cuando se descubren los yacimientos diamantíferos de Sudáfrica. En la expectativa de mejorar esta situación se construye, en un escenario bucólico, la villa industrial de Biribiri que, por medio de la producción textil, impulsa la economía local. En el siglo XX, después de un relativo desarrollo entre los años 40 y 50, se acentúa la declinación de la actividad minera. Pero en los 80 empieza la reversión de ese panorama, señalada por los Festivales de Invierno, que trae un tenue movimiento turístico, como nueva opción para ocupar el lugar de la minería. Es de esa época la instalación del Iphan y la Biblioteca Antönio Torres, vinculada a la Biblioteca Nacional. Pero la presencia del Instituto Eschwege ya había consolidado mucho antes, la tradición de los estudios de la naturaleza y de la geología regionales.

Cultura

Motivada por la extracción de la riqueza mineral, se produjo en esta región una cultura sin igual, la cultura de la minería o cultura diamantina. Su singularidad se manifiesta en un conjunto de prácticas siempre renovadas de transmisión de la tradición, especialmente de la música, cuya refinada producción erudita de los setecientos encuentra su exponente en las composiciones de Lobo de Mesquita.

Centro Histórico

El Centro Histórico de Diamantina ha cambiado poco , exceptuándose la Iglesia Parroquial de 1938. Su singularidad se debe, en gran parte, a las excepcionales y no siempre favorables condiciones del medio. Su ubicación empinada y la constante presencia de la portentosa escarpa de la Sierra de los Cristales revelan un singular contraste entre la potencia de la naturaleza agreste y la delicadeza de las hileras de casa que se derraman ladera abajo en dirección a Río Grande, en la base del talud. Su planta, con calles tortuosas amoldándose a las pendientes, crea pequeñas plazas y plazuelas, acentuando la riqueza, la variedad y la espontaneidad de un compacto tejido urbano, cuya forma, próxima a la cuadrada, se debe a la localización en cada uno de sus vértices de los cuatro arraiais principales que le dieron origen. Diamantina se diferencia, por lo tanto, de la planta lineal de otros núcleos mineros. En esta trama se destaca el espacio cívico de la ciudad: la Plaza de la Intendencia, lugar de la antigua Iglesia Episcopal, substituida en la década del 30 por la actual Iglesia Parroquial, obra neobarroca de grandes dimensiones en posición opuesta a la anterior.

Arquitectura

En la arquitectura predomina la simplicidad. En las construcciones prevalece el uso de la estructura de madera, aún en aquellas donde se manifiesta un lenguaje arquitectónico más erudito, como en la casa de dos pisos del Arzobispado.

Una característica local es la utilización de dos o más colores vivos en las aberturas, colores que contrastan con las blancas paredes, una particularidad que se repite en las iglesias, en los caserones y en las casitas de puerta y ventana. Estas filas de casas, sin rezago frontal, definen las manzanas, las vías y los espacios públicos en su mayoría con dimensiones relativamente pequeñas.

Las iglesias de Diamantina, al contrario de otros centros históricos, se integran a las hileras de casas, sin un realce mayor, a no ser por sus pequeños atrios. Entre ellas sobresalen N. S. do Carmo, con el forro, con una perpectiva ilusionista, obra de José Soares de Araújo, reconocido artista diamantinense del período colonial y las iglesias das Mercês, do Amparo y do Rosário, esta última con un amplio atrio único en la ciudad.

Entre los ejemplares de la arquitectura civil se destacan: la Santa Casa de Caridad; la casa del antiguo Colegio de la Gloria, con su rarísimo pasadizo elevado, en madera, que lo conecta al caserón del otro lado de la calle; la Casa da Câmara e Cadeia; la Casa de la Intendencia de los Diamantes y el Museo del Diamante, instalado en la casa que perteneció al inconfidente Padre Rolim. Llama la atención la utilización de elementos evocativos de la arquitectura lusoárabe, como las hojas de las ventanas con celosías y los balcones mozárabes con rejilla de madera, de los cuales el último ejemplar se encuentra en la casa que abriga la biblioteca Antônio Torres.

El antiguo Mercado Público, edificado en madera, con sus arcos rebajados en vivos colores, con su plaza, era donde se reunían las caravanas de mulas de carga que llegaban de lejos, haciendo recordar el sistema de caravanzaras de las ciudades orientales. Construido por un comerciante como campamento de arrieros, durante mucho tiempo fue mercado y hoy es espacio cultural.

Entre las construcciones residenciales, resalta el caserón de Chica da Silva, por su ubicación, volumetría, y la celosía que cubre su balcón lateral.

La fisonomía de la ciudad está marcada por la calles, con su pavimentación de piedra irregular y sus tradicionales capistranas, o sea, canalones en el centro de las calles, con losas más grandes. Son raros en Diamantina los ejemplares del Eclecticismo, del Neoclasicismo o del Neocolonial. Ya el Modernismo fue introducido en la ciudad en los años 50 por Juscelino Kubitschek, -Gobernador de Minas Gerais y Presidente de la República de quien partió la idea de construir Brasilia-, a través del arquitecto Oscar Niemeyer: el Hotel Tijuco, el Club de Tenis y la escuela Júlia Kubitschek.

Declaratoria de Patrimonio Mundial

Centro histórico de Diamantina
UNESCO logo.png Welterbe.png
Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
CentroHistoricoDiamantina.jpeg
CoordenadasS18 13 60 W43 36 0
PaísBandera de Brasil Brasil
TipoCultural
Criterios(ii)(iv)
N.° identificación890
Año de inscripción1999 (XXIII sesión)
Lugar de celebraciónEstado de Minas Gerais

El conjunto urbano y arquitectónico de Diamantina, tan perfectamente integrado al paisaje severo y grandioso, es un bello ejemplo de la mezcla de espíritu aventurero y refinamiento, tan peculiar a su cultura. Fue inscrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, el 4 de diciembre de 1999.

Criterios de fundamentación

  • Criterio (ii): Diamantina muestra cómo exploradores del territorio brasileño, buscadores de diamantes, y los representantes de la Corona, fueron capaces de adaptar los modelos europeos a un contexto de América en el siglo XVIII, creando así una cultura que fue fiel a sus raíces todavía completamente original.
  • Criterio (iv): El conjunto urbano y arquitectónico de Diamantina, perfectamente integrado en un paisaje salvaje, es un buen ejemplo de un espíritu aventurero combinado con una búsqueda de refinamiento tan típico de la naturaleza humana.

Integridad

Los patrones arquitectónicos portugueses y los restos del trazo urbano del Centro Histórico de Diamantina, están bien conservados; ambos elementos están ingeniosamente grabados en las laderas rocosas de los alrededores de diferentes alturas que dan lugar a una ciudad estratificada separada de su nivel más alto a sus puntos más bajos hasta en un 150 m. Esta asociación entre el medio natural y el espacio urbano, ha creado un paisaje en el que el territorio circundante accidentado se fusiona perfectamente con el cuerpo artístico del conjunto urbano.

Autenticidad

Iglesia en el Centro Histórico.

El conjunto urbano se ejemplifica con una configuración especial marcada por la puesta en práctica de las estructuras en forma continua, cadenciosa y escalada a los desniveles del terreno, dando lugar a un tejido urbano que se ha conservado desde su formación en el siglo XVIII, según consta en una variedad de mapas de la época.

Las iglesias de la ciudad fueron construidas en base a la misma lógica aplicada a las construcciones circundantes, lo que refuerza el conjunto arquitectónico y brindan una homogeneidad que se caracteriza por un estilo sobrio y sencillo, pero refinado, dado por la estética de fachadas geométricas. La apropiación de los espacios relacionados y las vías públicas a través de los siglos por las fiestas religiosas tradicionales, y el uso predominante residencial de la zona, son los elementos clave que subyacen a los atributos que le confieren en el sitio de su singularidad y valor universal excepcional.

Requisitos de protección y de gestión

La protección del Centro Histórico de Diamantina fue introducida por primera vez en 1938 tras el reconocimiento como Patrimonio Cultural de Brasil en el Procedimiento 64-T-38 y la aplicación efectiva de esa protección mediante el Decreto-Ley N ° 25/37. Desde la década de 1950, el Instituto Nacional de Patrimonio Histórico y Artístico (Instituto do Patrimonio Histórico y Artístico Nacional - IPHAN) ha trabajado con la ciudad a través de un equipo de emergencia activo en el lugar. En 1982 y 1986, el Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Serviço do Patrimonio Histórico y Artístico Nacional - SPHAN / Fundación Nacional Pro-Memoria (Fundação Nacional Pró-Memória), desarrolló dos directrices técnicas (Directrices Nº 01/82 y 01/86 ) para Vila Santa Isabel, una nueva sección creada a partir de la retirada de tierras de la Santa Casa de Caridad de Diamantina, con el fin de organizar la implantación de nuevas estructuras para garantizar una integración más eficaz de la zona con el sitio. El Plan Maestro de Diamantina (Ley Municipal Nº 035/99), y el objeto de recomendaciones por ICOMOS a los efectos de su reconocimiento como Conjunto Histórico Artístico de la UNESCO, establece parámetros para el uso y ocupación del suelo, tanto en el Sitio Histórico y sus alrededores, incluyendo a los pies de las montañas Cristais. Una salvaguardia además en la legislación, involucra la creación del Grupo de Apoyo Técnico (Grupo de Apoio Técnico - GAT) con el fin de promover la revisión conjunta entre IPHAN y el Gobierno Municipal de nuevos proyectos de construcción en las zonas que rodean el Sitio Histórico. En 2002, la superintendencia IPHAN-MG emitió la Directiva 12/2002 que regula los límites y las reglas de intervención urbano-arquitectónica en el complejo arquitectónico y urbano de la ciudad y los alrededores. Entre otras medidas, la Directiva refuerza el suministro municipal clave sobre el uso y ocupación del suelo en zonas de todo el Sitio Histórico.

Vista panorámica de la ciudad.

El Instituto Estatal de Patrimonio Histórico y Artístico (Instituto Estadual del Patrimonio Histórico y Artístico - IEPHA) designado las montañas Cristais una propiedad natural a través de una señal de designación provisional aprobado el 14 de diciembre de 2000, y un lugar de referencia Designación Permanente aprobado por el Consejo de Estado de Patrimonio Cultural (Conselho Estadual do Patrimônio Cultural - CONEP) el 19 de noviembre de 2010, la ampliación de la protección jurídica del monumento natural, un paisaje reconocido como inseparable del Sitio Histórico.

El Programa Monumenta, una iniciativa conjunta entre el IPHAN / Ministerio de Cultura y el Gobierno Municipal, ha dedicado importantes recursos financieros hacia la gestión del patrimonio cultural y la recuperación de espacios públicos y privados esenciales históricos emblemáticos y edificios de la ciudad.

Marcando los estudios en relación con las montañas Cristais por el IPHAN Tierra están actualmente en desarrollo, con miras a fortalecer la protección del monumento natural, uno fundamental para comprender el contexto y la singularidad de la Historical Site Diamantina como un paisaje único.

Fuentes