Academia General Militar (España)

Academia General Militar
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Jura de bandera
Activa1882
PaísEspaña
RamaCuerpos del Ejército de Tierra, oficiales de la Guardia Civil
TipoInfantería
Cultura e historia
Aniversarios1982: 20-II. I Centenario de la apertura de la A.G.M. 1992: L Aniversario de la reapertura de la Academia General Militar en Zaragoza.

Academia General Militar es el centro de enseñanza superior del Ejército de Tierra español. Se encuentra en la ciudad de Zaragoza. Se encarga de la formación inicial de los futuros oficiales de las Armas y Cuerpos del Ejército de Tierra, así como de los oficiales de la Guardia Civil.

Definición

El D.R.A.E., al referirse a la voz academia, la define, en una de sus acepciones, como «establecimiento en que se instruye a los que han de dedicarse a una carrera o profesión»; así pues, una academia militar será el lugar donde se instruyen los que han de dedicarse a la carrera de las armas. Pero la existencia de estos establecimientos es relativamente nueva tanto en España como en las demás naciones, pues lo habitual ha sido durante mucho tiempo que la formación de los aspirantes a oficiales de los Ejércitos se hiciese en el seno de los mismos regimientos.

Antecedentes históricos

En lo que a España respecta, este sistema individualista quedaba reglamentado en «Las Ordenanzas de Su Magestad para el régimen, disciplina, subordinación y servicio de sus Ejércitos», que manda publicar el rey D. Carlos III el día 22-X-1768, y que constaba de 8 tratados, en el segundo de los cuales (título XVIII) se trata de «la forma y distinción con que han de ser los cadetes admitidos y considerados» en los Cuerpos, que desarrollan los artículos 23 a 38. Este sistema siguió en vigor hasta 1842. No obstante, mucho antes de esta fecha se sentía ya la necesidad de unos centros permanentes dedicados exclusivamente a la preparación de los cuadros de mando, aunque se chocase frecuentemente con el individualismo de Armas y Cuerpos. Los primeros intentos no consiguieron más que éxitos de corta duración, aunque fueron abundantes en número, pues «colegios militares», que así se llamaban, para las diversas armas e incluso de carácter general, fueron creados frecuentemente desde principios del siglo XIX, comenzando en Sevilla, Cádiz y San Fernando, hasta cristalizar en un proyecto de más envergadura con el ilustre general Venegas, que ayudado por una junta consiguió ver aprobado en 20-XII-1824 el reglamento de un «Colegio General Militar» que se instalaría en Segovia, con capacidad para 150 cadetes y un plan de estudios de 5 años de duración.

Este primer Colegio General, cuyo promotor había ya vislumbrado la enorme importancia de la compenetración entre las diversas Armas y Cuerpos, tuvo una época de gran éxito y rendimiento que, desgraciadamente, se vio interrumpida por la guerra civil de 1833. A la terminación del conflicto, el Colegio está a punto de desaparecer, pero es revitalizado por el R.D. de 22-II-1842 y reorganizado en Madrid con el nuevo nombre de «Colegio General de Todas las Armas», pasando en 1846 a instalarse en Toledo bajo la dirección del memorable general conde de Clonard.

Parecía que el problema de la formación común de oficiales quedaba resuelto pero no era así, y otra vez el individualismo de las Armas y la mentalidad política vigente consiguieron la disolución del Colegio General en R.O. de 5-XI-1850, que no exponía razón alguna que la justificase. Casi simultáneamente nacen los Colegios Especiales de Infantería y Caballería en Toledo y Valladolid, respectivamente, que continúan en servicio en la actualidad como escuelas de aplicación de las Armas y para completar la formación recibida por los alumnos en la Academia General Militar.

Primera época (1882-1893)

A pesar de estos positivos intentos, la verdadera y definitiva Academia General Militar, primera que lleva el nombre de Academia, basada en un plan racional de unir en una fase de formación común a todos los cuadros de mando, y cuyo espíritu de confraternidad entre Armas y Cuerpos ha sobrevivido a las disoluciones y a toda clase de adversidades, no aparece hasta el breve reinado de D. Alfonso Xll, gracias al esfuerzo e iniciativa del entonces ministro de la guerra D. Arsenio Martínez Campos, en 1882. El decreto fundacional, de 20-II-1882 creaba la A.G.M. y declaraba de aplicación las de Caballería, Administración Militar, Estado Mayor, Artillería e Ingenieros. Constaba de ocho artículos y estaba firmada por el rey y por el ya citado general Martínez de Campos.

La Academia General se instaló en el alcázar de Toledo, teniendo como primer director al entusiasta general D. José Galbis Abella y como Jefe de Estudios al capacitadísimo coronel de Ingenieros D. Federico Vázquez Landa (inventor del movimiento táctico denominado «ángulo de Vázquez Landa», que sustituía con ventaja al ya anticuado «cuadro»). Esta Academia, muy querida del rey D. Alfonso XII, funcionó durante diez años e ingresaron otras tantas promociones, con un total de 2.250 alumnos que, ya oficiales, nutrieron los cuadros de todas las Armas y Cuerpos del Ejército llevando a ellos el nuevo espíritu de fraternidad profesional que habían sabido infundirles sus profesores, de diversas procedencias militares.

El general Galbis encargó a sus alumnos que honrasen a su primer muerto en campaña y al primero que ciñera la faja de general, y así lo hicieron con el teniente García Cabrelles, muerto en Melilla en 1893, y con el general Primo de Rivera. Además del ya citado general Galbis (1882-1887), ostentaron la dirección de este centro los generales D. Pedro Mella y Montenegro (1887 - 31-VIII-1891) y D. Manuel de la Cerda y Gómez Pacheco (31-VIII-1891 - 30-VI-1893). Fueron figuras sobresalientes de aquella época de la Academia los generales Primo de Rivera, Berenguer y Sanjurjo.

La primera Academia General Militar fue disuelta por R.D. de 8-II-1892, refrendado por el general López Domínguez y tan inconsistente como el que en 1850 disolvió el «Colegio General».

Segunda época (1927-1931)

Pasado el turbulento período que siguió al «Desastre de 1898» y prácticamente concluidas con el desembarco de Alhucemas las campañas africanas que ensangrentaron el primer cuarto de siglo, el presidente del gobierno de S.M. D. Alfonso XIII de España, general D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja (antiguo cadete de la primera época de la General) propone al rey la firma del decreto de reapertura de la A.G.M. insistiendo en el feliz recuerdo de la anterior y añadiendo, al referirse a la nueva, «cuyos resultados y frutos es de esperar que emule y aun supere, obligado por la tradición, el centro que hoy renace...». Así pues, no se trataba de crear una nueva Academia, sino de continuar la tarea de la antigua General, conservando su mismo espíritu.

Esta segunda A.G.M. se instaló en Zaragoza, por su privilegiada situación y por la proximidad del campo de maniobras de S. Gregorio, sintiéndose desde entonces entrañablemente vinculada a la tierra aragonesa. El magnífico y severo edificio que desde entonces la alberga es un hermoso ejemplo de estilo mudéjar aragonés moderno, con un señorial patio de armas que nunca olvidarán los que en él formaron.

Como primero y único director del nuevo centro, el general Primo de Rivera eligió a un prestigioso y joven general, procedente de los oficiales familiarmente llamados «africanistas», con una brillante hoja de servicios y que posteriormente había de alcanzar la jefatura del Estado: don Francisco Franco Bahamonde, que desempeñó el cargo desde el 17-VIII-1927 al 14-VII-1931, en que fue disuelta la A.G.M. por segunda vez.

El decreto fundacional, firmado por el ministro de la Guerra general Juan O´Donnell Vargas, en 20-II-1927, reorganizaba la enseñanza militar sobre dos postulados básicos que explicaban la situación, forma de acceso y funcionamiento de la Academia.

La formación militar y patriótica de los alumnos de esta Academia se regía por el llamado «Decálogo del Cadete», todavía en vigor, del que era autor el propio Director de la Academia, y que, inspirado en las viejas Ordenanzas de Carlos III, era y es un verdadero tratado de ética militar. Su artículo I dice así: «Tener un gran amor a la Patria y fidelidad a S.M. el Rey, exteriorizado en todos los actos de su vida», y se refleja en el juramento, que actualmente es como sigue: «¿Juráis a Dios y prometéis a España, besando con unción su bandera, respetar y obedecer siempre a vuestros jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa del honor e independencia de la Patria y del orden constitucional, hasta la última gota de vuestra sangre?». Los siguientes artículos dicen: «II: Tener un gran espíritu militar, reflejado en su vocación y disciplina; III: Unir a su acrisolada caballerosidad constante celo por su reputación; IV: Ser fiel cumplidor de sus deberes y exacto en el servicio; V: No murmurar jamás ni tolerarlo; VI: Hacerse querer de sus inferiores y desear de sus superiores; VII: Ser voluntario para todo sacrificio, solicitando y deseando siempre el ser empleado en las ocasiones de mayor riesgo y fatiga; VIII: Sentir un noble compañerismo, sacrificándose por el camarada y alegrándose de sus éxitos, premios y progresos; IX: Tener amor a la responsabilidad y decisión para resolver; X: Ser valeroso y abnegado».

La reforma militar emprendida por la II República hace que la General sea disuelta en 1931, volviéndose a las Academias Especiales de las Armas. El general Franco se despidió de sus cadetes en un emotivo discurso (Orden Extraordinaria de 14-VII-1931) en el que, al mismo tiempo que exaltaba el valor de la disciplina, expresaba el dolor del Ejército por la pérdida de tan indispensable y querido establecimiento.

Por la A.G.M. pasaron en su segunda época tres promociones, con un total de 720 oficiales, de los cuales casi 300 murieron en la guerra civil de 1936-39. Muchos de los que fueron alumnos en aquella época, ya lejana, viven aún y algunos han alcanzado elevados puestos en la milicia y en otros distinguidos cometidos, como el general procedente de Artillería D. Manuel Gutiérrez Mellado, el general Coloma Gallegos y el general D. Joaquín de Valenzuela y Alcíbar Jáuregui, marqués de Valenzuela de Tahuarda, que fuera jefe de la Casa Militar de S.M. el Rey, y de noble familia aragonesa.

Por el eficaz sistema de enseñanza que en ella se empleaba y por sus modernas instalaciones militares y deportivas, la General adquirió gran prestigio internacional, siendo visitada por numerosas personalidades extranjeras, entre ellas el entonces ministro de la Guerra francés Sr. Maginot, promotor de la línea fortificada que lleva su nombre.

Tercera época (1942)

Terminada la guerra civil (1936-39) y finalizados los cursos de transformación de Oficiales Provisionales de Infantería que en el edificio de la Academia se realizaron, el general Franco, su antiguo director y ya jefe del Estado, ordena la reorganización de la A.G.M. por la ley de 27-IX-1940 y el 15-IX-1942 abre nuevamente las puertas de su solar zaragozano a la primera promoción de la tercera época. Su primer director fue el general D. Francisco Hidalgo de Cisneros y Zúñiga, seguido de D. Santiago Amado Lóriga, enamorado de Zaragoza y creador del Museo de los Sitios (hoy desgraciadamente desaparecido). La Ley fundacional de esta nueva época de la General decía: «para que en el futuro responda el Ejército a la misión esencial que le incumbe en orden a la más certera utilización de sus elementos humanos y materiales, necesita atender con singular cuidado el reclutamiento y formación del cuadro de oficiales... En su virtud, a propuesta del Ministro del Ejército, dispongo: Artículo primero. Se restablece en Zaragoza, a base de la actual Academia de Infantería allí existente, la Academia General Militar. Artículo segundo. Tendrá por finalidad, educar, instruir, y preparar moralmente a los futuros oficiales del Ejército, para inculcarles las virtudes militares que exige el cumplimiento del deber, el patriotismo, la disciplina y el compañerismo, base principal de una fuerte y estrecha colaboración, al propio tiempo que se les proporciona los conocimientos generales precisos para la profesión militar, en orden a la organización, armamento, material e intervención en el combate, de las diversas Armas y Cuerpos».

La A.G.M. en la actualidad, sin perder el viejo espíritu de las épocas anteriores, ha evolucionado hasta convertirse en uno de los centros militares de más prestigio en el mundo, acudiendo a ella alumnos de otras naciones. Constantemente se aumentan y mejoran sus instalaciones, habiéndose añadido en esta época al antiguo edificio un salón de actos que es un verdadero y magnífico teatro; un amplísimo y completo gimnasio; una galería de tiro olímpico y dos nuevos edificios de moderna arquitectura. En 1964 se reorganizó el Museo de la Academia, que contiene interesantes recuerdos y los uniformes de todas las academias españolas y extranjeras.

El plan de estudios actual, con una duración de cinco años, abarca conocimientos de nivel universitario en las disciplinas puramente intelectuales y una completa formación militar y deportiva en el terreno profesional. La Academia participa en numerosas actividades aragonesas, culturales, artísticas y deportivas, otorgando anualmente el premio «A.G.M.» a los números unos de las distintas facultades de la Universidad de Zaragoza. Han sido alumnos distinguidos de este centro S. M. el Rey don Juan Carlos I; el Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón y Grecia, y el actual jefe de Estado de la República de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang N´Guema.

Como directores del Centro en su tercera época, han pasado ya veinticinco generales, incluyendo al actual, don Blas Oliver Iguácel, y en julio de 1999 recibieron sus despachos de tenientes los integrantes de la 54ª promoción. De todos los oficiales de estas promociones, el primero en alcanzar el generalato fue el coronel del Arma de Caballería D. Gustavo Gurrutia Gracia, y el primer muerto en acto de servicio el teniente de la Guardia Civil D. Fernando Ballenilla Fajardo (29-IV-1950).

En la década de los noventa se produjeron importantes novedades en el aspecto pedagógico:

  • Por Orden 60/1992 de 30 de julio se aprueban los Planes de Estudios para la enseñanza de Grado Superior de los Cuerpos Generales de los Ejércitos y del Cuerpo de Infantería de Marina (Boletín Oficial de Defensa [B.O.D.], 160, 17-VIII-1992).
  • Por OM 63/1993 de 31 de mayo se aprueban los Planes de Estudios para la enseñanza de formación de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas, Escalas Superior y Media médicos, jurídicos, etc. (B.O.D., 110, 8-VI-1993).
  • Por Orden 48/1994 de 20 de mayo se aprueban los Planes de Estudios para la Enseñanza Superior Militar de Formación de los Cuerpos de Intendencia del Ejército de Tierra (B.O.D., 105, 31-V-1994), siendo la L Promoción la primera que cursó sus estudios íntegramente en la A.G.M. (curso 1994-1995) con el nuevo Plan de Estudios. La Academia de Intendencia (Ávila) impartió clases a los alumnos de este Cuerpo hasta finales de 1992 y fue clausurada como tal Academia en diciembre del mismo año.
  • Por Orden de 15 de febrero de 1996 se aprueban los Planes de Estudios de la enseñanza de formación de Grado Superior del Cuerpo de la Guardia Civil.

En 1992 se incorpora por vez primera a la A.G.M. la Escala Media de las Armas, realizando sus estudios en este centro 209 alumnos pertenecientes a la III Promoción de dicha Escala. Permanecen en el mismo únicamente un año cursando posteriormente el 2º Curso de Enseñanza Militar de Grado Medio (EMGM) en las Academias Especiales. A partir de ese año se incorpora a la General un número de caballeros alumnos que ha ido disminuyendo hasta los 118 que han realizado el primer curso de EMCM de 1996 y 1997.

Pero, sin duda, el cambio más importante se produce como consecuencia de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas.

En 1988 ingresaron las primeras seis damas cadetes que tuvieron acceso a este Centro; pertenecían a las Academias de los Cuerpos (Sanidad, Jurídico, Veterinario, etc.), actualmente llamados Cuerpos Comunes.

En el curso 1990-1991 ingresó la primera dama cadete perteneciente al Cuerpo General de las Armas formando parte de la L Promoción.

Los principales acontecimientos de las dos últimas décadas han sido los siguientes:

  • 1981: 28-II. Bodas de Plata de la XIV Promoción a la que pertenece el rey D. Juan Carlos I que renueva el juramento prestado a la bandera en 1955.
  • 1982: 20-II. I Centenario de la apertura de la A.G.M. en su llamada Primera Época.
  • 1985: 2-XII. El Príncipe de Asturias se incorpora como cadete a la Academia, el día 17 del mismo mes asiste a la ceremonia de Entrega de Sables, prestando juramento a la Bandera el 11-X, ocasión en la que este centro luce por vez primera el uniforme de gran gala inspirado en el que se llevaba en la llamada Primera Época de la General.
  • 1986: 27-VI. Visita a la Academia del Príncipe Heredero del Trono de Marruecos, Sidi Mohamed ben Hassan.
  • 1986: 10-VII. El Príncipe de Asturias recibe el nombramiento de alférez.
  • 1988: 5-XI. En el patio de armas de la Academia tiene lugar la ceremonia de Entrega de Sables a los cadetes de reciente ingreso pertenecientes a la XLVIII Promoción y a los pertenecientes a las Academias de Servicios entre los que se encuentran las seis primeras damas cadetes que forman en él.
  • 1989: 13-VII. Entrega de los despachos de teniente a los alféreces de la XLIV Promoción. Con ellos forma y recibe su despacho el Príncipe de Asturias con lo que termina su período de formación militar después de haber pasado por las Academias Generales de Tierra, Mar y Aire.
  • 1992: L Aniversario de la reapertura de la Academia General Militar en Zaragoza en 1942 con lo que comenzaba la llamada Tercera Época.
  • 1995: 6-V. Se celebra el XL Aniversario de la jura de Bandera de la XIV Promoción asistiendo el rey como componente de la misma. Había efectuado su ingreso en 1955.
  • 1997: 20-II. Se cumplen 70 años desde la instalación de la A.G.M. en Zaragoza (R.D. de 20-II-1927).
  • 1997: 11-IV. Visita a la Academia del Presidente del Congreso de los Diputados, Federico Trillo, que pronunció la conferencia El papel constitucional de las Fuerzas Armadas, en la Cátedra «Miguel de Cervantes».
  • 1997: 2-VI. El Secretario General de la O.T.A.N., Javier Solana, preside la Clausura de la Cátedra «Miguel de Cervantes». Pronunció una conferencia acerca de la nueva Alianza Atlántica y asistió a la entrega de los Premios «Academia General Militar» otorgados a los alumnos más aventajados de las diferentes Facultades de la Universidad de Zaragoza.

Bibliografía

  • Almirante, José: Diccionario Militar; Madrid, 1869. Memorias anuales de la A.G.M.

Fuentes