Médicos mambises que atendieron Antonio Maceo

Antonio Maceo y los médicos mambises
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Antonio Maceo con los doctores José Álvarez Chacón (sentado a la izquierda) y Eusebio Hernández Pérez (sentado al centro).
Fecha:1868 - 1896


Médicos que atendieron a Maceo Durante los años de lucha, Antonio Maceo tuvo relaciones con varios médicos que contribuyeron tambien con la libertad de la isla.

José Martí expreso: "Los médicos son los mas apropiados y por lo tanto, serán los mejores delegados. Sus pasos en ninguna parte llaman la atención; siempre son bien recibidos. Todos le deben algo: unos la vida, otros dinero. El médico es quien mejor conoce los secretos de todos: por eso, está será la revolución de los médicos."

Félix Figueredo Díaz

Félix Figueredo Díaz fue médico, consejero y amigo entrañable de Antonio Maceo. Desde el inicio de la Guerra Grande se unió a las tropas de Donato Mármol. Su actuación como médico y soldado fue intensísima durante toda la epopeya, hasta alcanzar el grado de general de brigada y participar de manera destacada y polémica en los mas arduos momentos políticos de la misma. Es de gran importancia histórico médica su informe al generalísimo Máximo Gómez sobre las ocho heridas de bala recibidas por el Titán en el potrero de Mejía. En la Protesta de Baraguá participó activamente en las conversaciones con Martínez Campos y poco después salvó la vida de su jefe y amigo, al obtener del Gobierno de la República en Armas, que lo comisionara para ir a Jamaica en busca de refuerzos y seguir la guerra contra España.

Federico Gálvez Alfonso

Cuando se encontraba Maceo como emigrado revolucionario, el doctor Federico Gálvez Alfonso, una de las figuras mas importantes de la cirugía cubana de la época, al conocer la Protesta de Baraguá, integró el comité designado en la convención popular celebrada el 3 de marzo de 1878 para unificar la emigración, apoyar a los protestantes y su voz fue de las que mas exaltó la posición adoptada por el general Maceo.

Durante su estancia en Jamaica

General Doctor Félix Figueredo Díaz (1829-1892).

Aqui recibe una carta del doctor Juan Guiteras Gener, patólogo, clínico y sanitarista cubano de prestigio internacional, donde a nombre de los emigrados de Filadelfia le ofrece los fondos que tienen recaudados y lo invita a visitar esa ciudad para levantar los ánimos.
En la propia isla de Jamaica entre los hombres que los secundan en su intento de llevar nuevamente la guerra libertadora a Cuba se encuentran los doctores José Ramón Alvarez Chacón, médico santiaguero, ferviente patriota y Eusebio Hernández Pérez, la más alta personalidad de la obstetricia cubana de todos los tiempos. El doctor Hernández Pérez llegó a sentir una gran devoción por el héroe mambí y fue no sólo su más íntimo consejero en decisiones estratégicas del movimiento revolucionario independentista entre los años 1880 a 1887, sino también la persona mas allegada a quien confiar asuntos familiares muy delicados, médico de toda la familia Maceo y quien realizará el parto de su único descendiente directo, el después ingeniero, Antonio Maceo Marryat.

Invasión a Occidente

En las primeras etapas de la invasión uno de los oficiales mas destacados junto a los generales Gómez y Maceo erá el estudiante de tercer año de medicina José Luis Robau López, quien mas tarde ocupó el cargo de jefe de la Brigada de Sagua con el grado de general de brigada. Otro destacado lo fue el doctor Nicolás Alberdí Golzarri, coronel de Sanidad Militar, que no sólo actuaba como hábil cirujano de campaña sino también como soldado en las tropas del general de brigada Juan Bruno Zayas Alfonso, de las más apreciadas por el general Maceo. El general Zayas, médico distinguido, sobrino de dos de los fundadores de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, fue uno de los jefes mas estimados por Maceo en la campaña invasora y con el llegó hasta su final, para ser de los dos galenos firmantes de la histórica acta de terminación de la epopeya en el Ayuntamiento de Mantua el 23 de enero de 1896. El otro facultativo lo fue el doctor Simeón Carbonell Miranda. Apenas seis meses mas tarde moría el general Zayas en combate cuerpo a cuerpo contra el enemigo en la finca La Jaima, Quivicán, como uno de los soldados más temerarios de la patria.

En la campaña de Occidente se incorporan a la columna invasora dos facultativos de gran prestigio los doctores Francisco Díaz Vivó, que se cubrió de gloria en el Combate de Ceja del Negro en la curación de heridos en las más difíciles condiciones, ayudado solamente por la insigne patriota, capitana Adela Azcuy Labrador y Modesto Gómez Rubio, hijo de la capitana Isabel Rubio Díaz, mártir de la enfermería mambisa, que terminó la guerra con el grado de coronel y figuró entre los ayudantes del general Maceo.

El médico personal de Maceo durante casi toda la campaña invasora lo fue el doctor Hugo Roberts Fernández, ilustre sanitarista cubano, general de brigada del Ejército Libertador. En el Combate de Mal Tiempo el general Maceo lo ascendió a coronel y llegada a Mantua la columna invasora quedó como jefe de sanidad del Departamento Occidental. Herido gravemente en la acción del ingenio San Gabriel de Lombillo el 13 de junio de 1896 tuvo que separarse del Lugarteniente, de quien se despidió al cruzar éste la trocha de Mariel a Majana. En la paz como jefe de Sanidad Marítima durante mas de cuatro décadas demostró ser de los más sabios y probos funcionarios del sistema de salud estatal de Cuba.

La muerte del Titán

El teniente coronel doctor Máximo de Zertucha y Ojeda asistió al general Maceo de la herida recibida en la acción de Tapia, ocho días después de ser nombrado su médico y tuvo el triste privilegio de estar a su lado en el Combate de San Pedro y certificar su muerte. Con breves palabras escribió para la historia: "Certifico: como ha fallecido el día siete del corriente el Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales a consecuencia de hemorragia interna provocada por una herida de arma de fuego en la región del cuello. Así mismo certifico que el cadáver de dicho superior jefe presentaba otra herida de la misma clase, situada en la región del hipocondrio derecho. Y a petición del Sr. Jefe de Estado Mayor D. José Miró Argenter espido la presente en S. Pedro (Prov. Habana) a 7 de diciembre de 1896."
Terminada la guerra los restos de Maceo fueron exhumados el 17 de septiembre de 1899 y se nombró una comisión encargada del estudio antropológico de su esqueleto, compuesta por tres médicos eminentes los doctores Luis Montané Dardé, la mas importante personalidad de la antropología cubana; Carlos de la Torre Huerta, naturalista de prestigio mundial y José R. Montalvo Covarrubias, notable pediatra y clínico, todos fundadores de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba y fervientes patriotas. En el detallado informe que emitió la comisión se hace la curiosa observación de que el cráneo, de líneas muy armoniosas, presentaba en la región occipital un hueso interparietal supernumerario conocido como hueso incae o del inca, por ser muy frecuente entre los primitivos habitantes de Suramérica.

Fuentes

  • L/T “Historia de Cuba”. Colectivo de autores
  • Historia Militar de Cuba (1510-1868), Centro de Información para la Defensa, MINFAR

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