Apellidos
| ||||||
Apellidos. Los apellidos indicaban el lugar de origen de la persona o, en el caso de familias más o menos aristocráticas, los territorios que habían conquistado o aquellos sobre los que se extendía su poder: Azlor, Salvatierra, Segovia, Córdoba, etc. Otras veces no se reproduce exactamente el nombre del lugar, sino un derivado suyo como en el caso de Navarro o Aragoneses. En el caso de los niños abandonados no poseían apellidos, correspondiendo a los hospicios darles uno.
El estudio de los apellidos presenta un notable interés, ya que con frecuencia permite rastrear la historia no sólo de una familia, sino también de colectividades más amplias. Analizando los apellidos de una zona determinada es posible llegar a saber qué pueblos la han ocupado, qué movimientos migratorios se han producido e incluso qué clase de relaciones han existido entre los diferentes grupos étnicos.
Orígenes
Los apellidos comienzan a aparecer a partir de la Edad Media, extendiéndose el hábito de designar al individuo con un solo nombre, lo cual se hizo una constumbre de los vencedores, por ejemplo los bárbaros de estirpe germánica, no siendo así en el caso de los germanos quienes prescindieron del nombre , fieles exponentes de su individualismo. Los romanos, en cambio, más asimilados a su colectividad, necesitaban indicar de alguna forma la vinculación de la persona a la familia o a la gens.
Hasta finales del siglo X sólo se utiliza habitualmente el nombre de pila. Alrededor del año 1000 se generaliza la costumbre de designar a las familias haciendo referencia al padre, es el origen del apellido en el sentido moderno de la palabra. El apellido también puede proceder, como ocurría con el cognomen romano, de un sobrenombre que haga referencia a las cualidades físicas o morales del individuo. Podría ser cualquier característica: el color del pelo, el aspecto general del individuo, el estado civil, etc.
Colocación según el nombre
En toda Europa, la derivación a partir del nombre del padre es constante. En Francia se repite tal cual y se convierte en apellido: es el caso corrientísimo de Martin y de muchos otros como Thibaud, Roland. Algunos de estos nombres han desaparecido como tales nombres propios, y solo se conservan como apellidos.
Por lo que se refiere a la colocación del apellido, sigue normalmente al nombre propio. También en China, el apellido se enuncia en primer lugar y le sigue el nombre propio: Mao es el apellido, Tse- Tung el nombre personal.
Según los escudos de cada familia
La historia de los apellidos está relacionada con los escudos de las diferentes familias. Así, por ejemplo, una rama de los Serra presentan en su escudo una sierra, y otra de los Ramos, una pequeña ramita. Muy curioso es el caso del blasón de los Medici, la célebre familia florentina de financieros y de mecenas.
En su escudo se ven unas esferas rojas (menos una, que es azul) en un campo dorado. Es incierto el significado de estos misterioso signos, pero según algunos no son píldoras, que recuerdan la época en que los Medici, como indica su nombre eran médicos y farmacéuticos.
Fuente
- Aula enciclopedia del estudiante. Madrid: Editorial Planeta-De Agostini, S.A, 1988.
