Arritmias retardadas

Arritmias retardadas
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Proceso patológico subyacente que no necesariamente se limita al corazón

Arritmias retardadas. Las arritmias cardíacas son a menudo reflejo de un proceso patológico subyacente que no necesariamente se limita al corazón. Por lo tanto, es necesario practicar en los pacientes una cuidadosa valoración de la historia clínica y el examen físico en búsqueda de una enfermedad preexistente.

Bloqueos auriculoventriculares

  • En esta arritmia el trastorno de la conducción radica en que el paso de la onda de excitación se dificulta o se impide a nivel del nodo auriculoventricular.

Clasificación

  • Se clasifican en tres tipos: de primero, segundo y tercer grados.
  • Bloqueo auriculoventricular de primer grado.
  • Criterios electrocardiográficos:
  • Intervalo PR con una duración de 0,20 s o mayor.

Semiodiagnóstico

  • Causas funcionales: en atletas.
  • Causas orgánicas: afecciones degenerativas del miocardio, reumatismo articular agudo, difteria.
  • Causas tóxicas: Intoxicación digitálica.

Bloqueo auriculoventricular de segundo grado

  • Se han clasificado en dos tipos: Mobitz I y Mobitz II.
  • El bloqueo auriculoventricular de segundo grado Mobitz I.
  • Criterios electrocardiográficos.
  • Intervalo PR constante, antes de que no se conduzca, en forma inesperada una onda P. Es decir, una onda P que no es seguida por un complejo QRS.
  • Después que no se conduce una onda P, el próximo intervalo PR es más corto, igual al primero del ciclo anterior.

Bloqueo auriculoventricular de segundo grado tipo Mobitz II

  • Criterios electrocardiográficos:
  • Intervalos PR constante, antes de que no se conduzca, en forma inesperada una onda P
  • Bloqueo auriculoventricular de tercer grado (completo).

Criterios electrocardiográficos

  • Las distancias P-P son iguales entre sí y distintas a los complejos QRS, que a su vez guardan entre sí la misma distancia.
  • La frecuencia auricular es mayor, aproximadamente el doble de la frecuencia ventricular que varía entre 32 y 55/min y depende del sitio del marcapaso subsidiario distal, mientras más bajo, la frecuencia es menor.
  • No hay, por tanto un intervalo PR, es decir, una relación entre las ondas P y el complejo QRS, la onda P puede caer antes, después o coincidir con el complejo QRS, y dar la impresión al observar el trazado de un PR muy variable.
  • La morfología del complejo QRS variará con el sitio de implantación del foco ectópico.

Semiodiagnóstico

  • Procesos degenerativos difuso del miocardio.
  • Arritmias aceleradas:
  • Síndrome de Wolff-Parkinson-White.
  • Criterios electrocardiográficos:
  • PR corto, de menos de 0,12 s de duración, prácticamente no existe PR, observándose la onda P seguida del complejo QRS.
  • Complejos QRS de duración prolongada, de 0,12 s o mayor: presencia de onda delta: enlentecimiento o muesca redondeada al inicio de QRS.

Semiodiagnóstico

  • Frecuente en personas jóvenes, que padecen de ataques de taquicardias ectópicas.
  • Anomalías de Ebstein.
  • Cardiosclerosis.
  • En algunos casos de fibroelastosis endocárdica.

Tratamiento

  • La extrasístole supraventricular aislada no amerita tratamiento. Pero si son frecuentes y causan ansiedad en el paciente están indicados los beta-bloqueadores (propanolol) o la quinidina. Si existen causas subyacentes (hipocalcemia, cardiopatía coronaria, exceso de tabaco y cafeína) deben corregirse.
  • Las extrasístoles ventriculares ameritan tratamiento si su frecuencia supera a 10 por minuto, cuando se originan en diferentes focos o existe el peligro de desencadenar una arritmia de mayor gravedad.Si hay una causa conocida, como sucede en la intoxicación digitálica, debe suspenderse de inmediato la droga y administrar potasio para corregir la hipocalemia.
  • Las extrasístoles ventriculares presentes en la fase aguda del infarto del miocardio se tratan rápidamente con el siguiente esquema: lidocaína al 2% sin epinefrina. Se prescriben 2-3 ml por vía intravenosa en forma directa; se continua con goteo de mantenimiento (10-20 ml en 500 ml de dextrosa al 5%) a una velocidad determinada por la respuesta del paciente.
  • Si la arritmia continúa, se puede utilizar procainamida en dosis de 50-100 mg cada 10 minutos hasta controlar la arritmia sin sobrepasar la dosis máxima de 800 mg. La dosis de mantenimiento es de 250 mg cada 4 horas.
  • La difenilhidantoína suele ser de utilidad cuando se necesita tratamiento prolongado, en dosis de 200-400 mg por día. Las extrasístoles ventriculares detectadas en la miocardiopatia hipertrófica y en el prolapso de la válvula mitral, se controlan con propanol en dosis de 80-160 mg por día.

Fuentes

  • Ganz LI, Friedman PL. Supraventricular tachycardia N Engl J Med 332:162,1995
  • Melgarejo E. Arritmias: enfoque terapéutico y manejo Acta Med Colomb 14:280, 1989
  • Libro de texto: Propedéutica clínica y semiología médica.Autores: Raimundo Llanio Navarro. Gabriel Perdomo González.Páginas:609-612.