Basílica de Santa María de Mataró
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Basílica de Santa María de Mataró esta Basílica es la más antigua de la ciudad de Mataró. Es un edificio de estilo barroco noble. La evolución en la construcción de la iglésia, explica su arquitectura, consagrada especialmente al servicio del culto para la población. En las excavaciones realizadas, se encontraron grandes muros, columnas y aras, que indican que la basílica fue construida sobre un antiguo templo romano de Iluro (Mataró). Delante del baptisterio se encontraron una necrópolis paleo-cristiana de los siglos IV a V, con una magnífica piedra sepulcral; hoy se la puede ver en la cripta de Los Dolores, que junto son su crismón, es el primer testimonio de la vida cristiana de nuestra ciudad.
Sumario
Ubicación
Basílica de Santa María de Mataró es una iglesia situada en Mataró en la plaza de Santa María. Barcelona España.
Historia
La iglesia de Santa María de Mataró, parroquia tradicional de la ciudad. Se trata de un gran edificio, entre barroco y neoclásico, de una sola nave cubierta por bóvedas de llunetes con capillas laterales entre los contrafuertes y un amplio transepto, en los brazos del que hay, respectivamente, la capilla del Rosario y la de San José, precedidas de un espacio cubierto con cúpula. El presbiterio tiene planta próxima al polígono pero con los paramentos redondeados. De la iglesia gótica se conservan los arcos apuntados de acceso a las capillas laterales (el espacio de la nave actual era dividido en tres naves, en el edificio gótico). A los pies de la nave hay un nártex sobre el que se asienta el órgano. La fachada, de estilo historicista, es formada por dos cuerpos: el inferior, centrado por la puerta, es dividido verticalmente en cinco sectores por pilastras corintias; el superior consta de tres sectores y es centrado por un rosetón. El campanario, de tipología barroca, se levanta en el lado derecho de la iglesia sobre el basamento gótico.
Capillas
A ambos lados de este templo se adosan varias capillas añadidas. El edificio actual corresponde a la ampliación iniciada en 1675 por el arquitecto milanés Ercolle Torrellio. A la izquierda de la nave está el baptisterio, la capilla de las Santas, antiguamente el Sacramento, del siglo XVII, la de la Purísima y la de San Desiderio. A la derecha de la nave, formando unidad con la fachada de la iglesia, está la nueva capilla del Sacramento, del siglo XIX, la capilla de San Juan con el retablo de San Nicolás y, a ras del transepto, junto al foso poco, la capilla de los Dolores, con una decoración exuberante. Esta capilla, que inicialmente era separada de la iglesia parroquial, es una magnífica obra barroca, decorada y pintada por Antoni Viladomat (puerta de entrada, celosías, retablo, cuadros, medallones); encima de la sacristía está la sala de juntas de la Congregación de los Dolores con un valioso conjunto pictórico que sigue la forma octogonal de la sala. Dentro de Santa María, el Conjunto de los Dolores es uno de los exponentes del Barroco catalán mejor conservados. Sus orígenes se remontan al año 1694, momento en que se obtiene el visto bueno para la construcción de una capilla para los servitas que se iniciaría en el año 1698. Su construcción se alargaría unos 10 años, quedando paralizada por el estallido de la Guerra de Sucesión. La construcción, a caballo entre los siglos XVII y XVIII por encargo de la Venerable Congregación de Nuestra Señora de los Dolores, se completó con la decoración de frescos, aceites y elementos escultóricos diseñados por Antonio Viladomat entre los años 1722 y 1737 .El espacio principal es la capilla, donde se puede contemplar un impresionante conjunto de telas con las estaciones del Vía Crucis y los Dolores de la Virgen. Con personajes de aspecto dramático y paisajes cercanos al visitante de la época, Antoni Viladomat transmitió con acierto los valores y sentimientos de los hechos narrados en las escenas. Una íntima y acogedora sala de juntas, ubicada en un primer piso del edificio, está decorada con telas pintadas al óleo que representan a los apóstoles y evangelistas y está presidida por la Asunción de María (en el techo) acompañada por un grupo de ángeles. Una cripta para enterrar a los miembros de la congregación en el subsuelo de la capilla y un corazón con un gran balcón recargado con celosías completan el edificio.
Cimborrio
El retablo del Roser fue construido a finales del siglo XVII por el arquitecto y escultor de Mataró Antoni Riera y Mora , con la colaboración de su hijo Mariano Riera y del escultor Lluís Bonifaç . En el Fossar Xic se pueden admirar los esgrafiados exteriores de la capilla de los Dolores, renovados recientemente.Después de la guerra civil y con la destrucción del retablo del altar mayor, la parroquia encargó a Ros y Bofarull la proyección de dos imágenes de las Santas patronas y las obras de reforma del presbiterio. El resultado fue la construcción de un cimborrio hecho de cuatro arcos sostenidos por cuatro columnas simples al estilo bizantino. En lo alto del cimborrio hay una pequeña cúpula. Ros y Bofarull proyectó, para cada ángulo donde descansan los arcos, las santas Semproniana y Juliana, que debían ser ubicadas en un futuro retablo. Las esculturas son de tratamiento realista alejado de cualquier expresividad. Sala de juntas.
Sala de Juntas de la Basílica de Santa María
La Sala de Juntas de la Congregación de los Dolores se encuentra por sobre la sacristía de la capilla de los Dolores y se accede por una estrecha escalera. Es muy pequeña, hace 5 x 10 m de superficie y 2 m de altura, como máximo. Comunica por un lado con un camarín que tiene un altar y por el otro a una pequeña habitación donde se encuentra una de las celosías de los laterales de la capilla. La sala de juntas es rodeada por un banco que recorre toda la pared. El conjunto pictórico sigue la forma octogonal de la sala, en cuanto al techo, y se compartimenta, a través de unos marcos dorados en cuadros trapezoidales situados alrededor de uno central octogonal donde está la imagen de la Asunción de la Virgen. Otros temas son de ángeles y los evangelistas San Juan y San Lucas. El conjunto se caracteriza por una gran profusión de colores vivos, sobre todo rojo. Y por la riqueza del tratamiento de los marcos dorados que separan entre sí los cuadros pictóricos.La iglesia de Santa María de Mataró, documentada desde el año 1054, era posiblemente una pequeña iglesia prerrománica o románica que perduró hasta finales del siglo XIV, cuando se construyó el templo gótico, sustituido posteriormente por el edificio que ha llegado nuestros días. Durante el primer cuarto del siglo XVI fue levantado, en el mismo lugar, un templo gótico de tres naves; las obras de dicha construcción ya estaban iniciadas en 1508. En el año 1533, el Consejo de la Universidad resolvió hacer pintar el retablo mayor a cargo del portugués Pedro Nunes. El templo gótico, del que sólo queda el sector inferior del campanario y los arcos apuntados de las capillas laterales, a mediados del siglo XVII se convirtió insuficiente para la población de Mataró. En 1675 se iniciaron las obras según proyecto del Padre José de la Concepción, el "tracista", sustituido en 1675 por el de Ercole Turelli , arquitecto milanés establecido en Barcelona. Se construyó alargando por la parte de levante del espacio de la antigua iglesia del siglo XV. Fue encargado de la obra el maestro de casas de Barcelona Benet Juli . Las obras se interrumpieron varias veces fina que en 1754 se acabaría de terminar todo, con la construcción del Portal Chico. La fachada fue construida en pleno siglo XIX 1861-1864 por el arquitecto Gaietà Simón. En 1864 se añadió la capilla del Sacramento, que sería construida sobre el antiguo cementerio, proyectada por el arquitecto mataroní Emili Cabanyes y decorada por el pintor Enrique Monserdà. Actualmente, adosada a Santa María, está el conjunto de los Dolores, construido entre el 1698 y el 1708, que inicilament era separado de la parroquia. A partir de 1722 fue decorado por el pintor Antoni Viladomat. El año 1690 se inició la construcción del retablo barroco del Rosario, obra del escultor de Mataró Antoni Riera, ayudado en una primera fase por Lluís Bonifaç y luego por su propio hijo, Mariano Riera.El retablo del Rosario, junto con el de San Nicolás y con algunos fragmentos del de San Desideri (con los que se ha hecho un retablo moderno), es prácticamente la única obra que se salvó de la destrucción de la Guerra Civil de 1936-1939. El primer retablo mayor se había encargado a Carlos Moretó cuando se le encomendado que finalizara la obra arquitectónica del conjunto, quedando inacabado. Un segundo retablo mayor fue encargado a Salvador Gurri 1779-1795, el cual presidió el altar mayor hasta que fue destruido en el año 1937. Como complemento de este retablo, el pintor Pedro Pablo Montaña había hecho tres grandes telas y su yerno, Juan Giralt, otra. Sobre el principal portal hay un monumental órgano construido por Gaietà Estadella en 1927, y restaurado en 1974 por Gabriel Blancafort y París y Georges Lhote. En la decoración del altar mayor trabajó Santiago Extraño y Castaño.La iglesia de Santa María fue restaurada a finales del siglo XIX y nuevamente después de la Guerra Civil española 1936-1939, y en 1928 fue elevada a la categoría de basílica menor. Junto a la iglesia se ha protegido todo un sector de alrededor como entorno. A finales del siglo XX se ha restaurado la fachada y se ha rehabilitado el entorno. El 23 de enero de 2010 acogió la beatificación de Josep Samsó i Elias , en la primera beatificación celebrada en Cataluña desde el siglo XII. El beato está enterrado en la basílica de Santa María de Mataró, que también acoge las reliquias de las santas Juliana y Semproniana .
Restauración
En julio del año 2015 se inició la restauración de las pinturas murales de Viladomat. El trabajo, llevado a cabo por el Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña , se centró sobre todo en la limpieza de la suciedad que cubría las pinturas, la eliminación de repintes posteriores a la original, así como la fijación y consolidación de la capa de pintura y la del soporte de yeso. Por otra parte, se renovó la iluminación del espacio para adaptarlo a la normativa vigente. El coste de la obra se financió a partes iguales por el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña , el Ayuntamiento de Mataró y el Arzobispado de Barcelona . Las obras de restauración se inauguró en julio de 2016.
