Bronquiestacia

Bronquiestacia
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Bronquiectasias.jpg
Agente transmisor:Por lesiones de inhalación
Región de origen:Pulmones
Región más común:Bronquios

Bronquiectacia . Es una enfermedad en la que las vías respiratorias mayores de los pulmones se dañan. Como resultado de este daño, las vías respiratorias se ensanchan. Si la afección está presente al nacer, se denomina bronquiectasia congénita. Si aparece posteriormente en la vida, se denomina bronquiectasia adquirida.

Concepto

Una bronquiectasia es un ensanchamiento (dilatación) irreversible de partes de los conductos respiratorios (bronquios) como consecuencia de una lesión de la pared de las vías respiratorias.

Las bronquiectasias pueden producirse cuando ciertos procesos lesionan directamente la pared bronquial o conducen de manera indirecta a la lesión interfiriendo con las defensas normales de la vía respiratoria. Entre dichas defensas están unas diminutas proyecciones en las células (cilios) que recubren las vías respiratorias. Los cilios baten hacia atrás y adelante, moviendo la delgada capa líquida de moco que normalmente cubre las vías respiratorias. Las partículas nocivas y las bacterias atrapadas en esta capa de moco son desplazadas hasta la garganta y expectoradas con la tos, o tragadas.

Tanto si la lesión de la vía respiratoria es directa como si es indirecta, algunas zonas de la pared bronquial resultan dañadas y se inflaman de forma crónica. La pared bronquial inflamada pierde elasticidad, lo que provoca que las vías respiratorias afectadas se dilaten y desarrollen pequeñas invaginaciones o sacos que se asemejan a globos diminutos. La inflamación, además, incrementa las secreciones (mucosidad). Debido a que las células ciliadas están dañadas o destruidas, dichas secreciones se acumulan en las vías respiratorias dilatadas y sirven como caldo de cultivo para las bacterias. Estas dañan aún más la pared bronquial, lo que lleva a un círculo vicioso de infección y daño de la vía respiratoria.

Complicaciones

La inflamación puede extenderse a los pequeños sacos de aire de los pulmones (alvéolos) y causar neumonía, formación de tejido cicatricial y pérdida de tejido pulmonar sano. La importante cicatrización y la pérdida de tejido pulmonar pueden finalmente sobrecargar el lado derecho del corazón, cuando este intenta bombear la sangre a través del tejido pulmonar alterado. La sobrecarga del lado derecho del corazón evoluciona hacia una forma de insuficiencia cardíaca denominada cor pulmonale

Los casos muy graves de bronquiectasias, que ocurren con más frecuencia en los países subdesarrollados y en personas con fibrosis quística avanzada, pueden presentar un deterioro de la respiración suficiente como para causar niveles anormalmente bajos de oxígeno y niveles altos de dióxido de carbono en la sangre, circunstancia que se denomina insuficiencia respiratoria

Causas

La causa más frecuente son las infecciones respiratorias graves o recurrentes son:

  • Fibrosis quística
  • Otros trastornos hereditarios, como la discinesia ciliar primaria, en la cual está afectada la capacidad de despejar la vía respiratoria de microorganismos que causan infección
  • Trastornos debidos a inmunodeficiencia
  • Ciertos trastornos autoinmunitarios, como la artritis reumatoidea, la colitis ulcerosa y el síndrome de Sjögren
  • Factores mecánicos, como obstrucción de las vías respiratorias causada por un objeto inhalado, ganglios linfáticos aumentados de tamaño de forma crónica, cambios después de una cirugía de pulmón, o tumor pulmonar
  • Inhalación de sustancias tóxicas que lesionan las vías respiratorias, como vapores nocivos, gases, humo (incluyendo el humo del tabaco) y polvo tóxico (por ejemplo, polvo de sílice y carbón)
  • En ocasiones, en las personas con asma se produce un proceso que afecta a las vías respiratorias más grandes, denominado aspergilosis broncopulmonar alérgica. La aspergilosis broncopulmonar alérgica es una reacción alérgica a las especies del hongo Aspergillus. Puede causar tapones de moco que obstruyen las vías respiratorias y dan lugar a bronquiectasias.
  • En muchas bronquiectasias no se puede determinar la causa a pesar de una evaluación exhaustiva.
  • En los países en desarrollo, las infecciones graves o recurrentes que causan bronquiectasia están causadas más a menudo por tuberculosis. También pueden contribuir la mala nutrición y la falta de disponibilidad de vacunas.

Síntomas

Las bronquiectasias pueden producirse a cualquier edad, pero el proceso suele empezar en la primera infancia. Sin embargo, los síntomas pueden no manifestarse hasta mucho más tarde. Suelen hacerlo de forma gradual, después de una infección de las vías respiratorias, y tienden a empeorar con el paso de los años. La mayoría de las personas desarrollan una tos crónica que produce esputo denso. La cantidad y el tipo de esputo dependen de la extensión de la enfermedad y de la presencia o no de una infección que la complique . Con frecuencia las personas tienen accesos de tos solo por la mañana y por la tarde. La tos con expectoración de sangre (hemoptisis) es frecuente debido a que las paredes de las vías respiratorias dañadas son frágiles y tienen un mayor número de vasos sanguíneos. La hemoptisis puede ser el primer o el único síntoma.

También pueden presentarse fiebre recurrente o dolor torácico, acompañado o no de episodios frecuentes de neumonía. Los individuos que padecen bronquiectasias extensas pueden tener además sibilancias o ahogo. Las personas cuya bronquiectasia evoluciona hacia un cor pulmonale o insuficiencia respiratoria también tienen fatiga, letargo y empeoramiento del ahogo (disnea), sobre todo durante el ejercicio. Si la bronquiectasia es grave y crónica, se suele perder masa corporal magra.

Prevención

La identificación precoz y el tratamiento de los trastornos que tienden a causar bronquiectasia pueden evitar su desarrollo o, por lo menos, disminuir su gravedad. Más de la mitad de los casos de bronquiectasia en niños pueden ser diagnosticados con precisión y tratados de inmediato.

Las vacunas infantiles contra el sarampión y la tosferina, la mejora en las condiciones de la vivienda y una mejor nutrición han reducido considerablemente el número de personas con bronquiectasia. La vacuna anual contra la gripe, la vacuna antineumocócica y la administración de antibióticos apropiados en la primera fase de algunas infecciones ayudan a prevenir la bronquiectasia o disminuir su gravedad. La administración de inmunoglobulinas en el síndrome de deficiencia inmunoglobulínica evita las infecciones recurrentes. En las personas que tienen aspergilosis broncopulmonar alérgica, el uso apropiado de corticoesteroides y, a veces, de un fármaco antimicótico (como el itraconazol) pueden reducir las lesiones bronquiales derivadas de la bronquiectasia. A las personas con deficiencia de alfa1-antitripsina se les puede administrar la enzima deficiente para ayudar a prevenir que la enfermedad sea más grave.

Evitar la aspiración de vapores tóxicos, gases, humo y polvos tóxicos también contribuye a prevenir la bronquiectasia o, por lo menos, a disminuir su gravedad. Vigilar cuidadosamente lo que los niños se llevan a la boca puede evitar que aspiren cuerpos extraños a las vías respiratorias. Además, evitar el exceso de sedación por fármacos o alcohol y solicitar atención médica en caso de síntomas neurológicos (como la incapacidad de permanecer consciente) o gastrointestinales (como dificultad en la deglución y regurgitación o tos después de comer) ayuda a evitar la broncoaspiración. Se recomienda evitar la instilación de gotas de aceite mineral o vaselina en la boca o en la nariz, ya que pueden ser aspiradas al interior de los pulmones.

Tratamiento y pronóstico

El tratamiento de la bronquiectasia está dirigido a la erradicación de las infecciones siempre que sea posible, la prevención de ciertas infecciones con vacunas, la disminución del acúmulo de moco, la disminución de la inflamación y la desobstrucción de las vías respiratorias. No se recomiendan los fármacos que inhiben la tos porque pueden complicar el proceso. El tratamiento eficaz en la fase inicial de la enfermedad puede reducir complicaciones tales como la hemoptisis, el descenso de las concentraciones de oxígeno en la sangre, la insuficiencia respiratoria y el cor pulmonale.

Las recidivas se tratan con antibióticos, broncodilatadores y fisioterapia respiratoria que promueven el drenaje de las secreciones y mucosidades, tales como el drenaje postural y la percusión del tórax . Los antibióticos a veces se administran por un largo periodo de tiempo para prevenir infecciones recurrentes, sobre todo en personas que tienen recidivas frecuentes o fibrosis quística.

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