Carpintero puertorriqueño

Carpintero puertorriqueño
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Clasificación Científica
Nombre científicoMelanerpes portoricensis
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Aves
Orden:Piciformes
Familia:Picidae

Carpintero puertorriqueño . (Melanerpes portoricensis) es una de las cinco especies de carpinteros del género Melanerpes presentes en las Antillas. Esta especie en concreto es endémica de Puerto Rico y Vieques.

Características

Partes dorsales completamente negras, con la frente blanca y la garganta y el pecho de un rojo brillante. El vientre inferior y los flancos son color acanelado. La rabadilla blanca destaca al volar. La hembra tiene menos rojo ventralmente que el macho. Tamaño: 23-27 cm; peso promedio: alrededor de 70 g., siendo las hembras más pequeñas que los machos. El Carpintero de Puerto Rico posee una especie de púas en la lengua y una saliva viscosa que le ayudan a extraer insectos de grietas y huecos. Los ligamentos que controlan la lengua son tan largos que están almacenados bajo la piel en la parte trasera del cráneo. Al volar, los carpinteros pausan entre vigorosos aleteos, produciendo un vuelo ondulado.

Canto

Los llamados incluyen una serie ruidosa de notas únicas. Tamborea en los árboles, pero no tan frecuentemente como otros carpinteros en América del Norte.

Hábitat

Bosques, cafetales de sombra, manglares, palmares, parques y jardines: donde quiera que haya árboles.

Reproducción

De enero a abril el Carpintero de Puerto Rico excavan un hueco en un árbol, o a veces un poste de luz, y en él deposita entre 4 y 6 huevos blancos. A veces esta especie anida en colonias laxas.

Alimentación

El Carpintero de Puerto Rico inspecciona la corteza, sondea grietas y taladra huecos en troncos y ramas en busca de sus presas favoritas: larvas de escarabajos, hormigas, tijerillas y otros insectos. Esta ave posee plumas rígidas en la cola que le permiten apoyarse contra la corteza mientras taladra. A veces se alimenta de escorpiones, lagartijos y coquíes, y más de un cuarto de la dieta consiste de la fruta de la palma y bayas. Las hembras, un tanto más pequeñas que los machos, suelen forrajear con mayor frecuencia en las ramas más delgadas de la copa de los árboles, alimentándose de los insectos que encuentran en la superficie de las hojas o la rugosidad de la corteza. Los machos, por contraste, optan por taladrar huecos al forrajear.

Fuentes