Carruaje que señala al sur

Primera máquina cibernética.
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“Carruaje que señala al sur”, pero no guardaba relación alguna con la brújula magnética. Se trata de un carro de casi 3,5 metros de longitud, otros tantos de altura y unos 3 de ancho coronado por una estatua de jade de un “inmortal”, un sabio que ha alcanzado la inmortalidad. La figura tenía un brazo levantado que señalaba adelante y miraba siempre hacia el sur, independientemente de la dirección en que se moviera el carro.

Carruaje que señala al sur. Primera máquina cibernética. Descubierta en China en el siglo III d.c., basada en los principios de la realimentación, que funcionaba perfectamente. Se le llamaba “carruaje que señala al sur”.

Descripción

“Carruaje que señala al sur”, pero no guardaba relación alguna con la brújula magnética. Se trata de un carro de casi 3,5 metros de longitud, otros tantos de altura y unos 3 de ancho coronado por una estatua de jade de un “inmortal”, un sabio que ha alcanzado la inmortalidad.

La figura tenía un brazo levantado que señalaba adelante y miraba siempre hacia el sur, independientemente de la dirección en que se moviera el carro. Aun cuando la carretera fuera circular, la estatua de jade giraba y el dedo seguía señalando en la misma dirección.

Historia

En el siglo III d.c. como muy tarde, los chinos disponían ya de una máquina cibernética basada en los principios de la realimentación que funcionaba perfectamente.

En una historia oficial del año 500 d.C. se incluye la siguiente descripción: “El carruaje que señala al sur fue construido por el duque de Zhou principios del primer milenio a.C. para indicar el camino de regreso a unos embajadores que habían venido de un lugar muy alejado de la frontera.

La zona era una llanura infinita en la que resultaba imposible distinguir el oeste del este; de ahí que el duque ordenara la construcción del vehículo, con el fin de que los viajeros pudieran saber dónde quedaban el norte y el sur”.

Si lo anterior es cierto, la invención de esta máquina se remonta al 1030 a.C. aproximadamente, pero Needham sospecha que unos escribas intercalaron la palabra “carruaje” en este relato y que lo que se describe es un “indicador del sur”, es decir una brújula. Otra persona a la cual se atribuye la construcción del “carruaje que señala al sur” alrededor del 120 d.C. es el astrónomo y científico Zhang Heng, pero Needham también pone esta posibilidad en tela de juicio.

La única fecha que acepta sin ningún género de dudas es mediados del siglo III d.C., considerando que el constructor del instrumento, y por tanto su inventor, fue el famoso ingeniero Majun. El dibujo de una estatua de jade señalando con la mano que aparece en la Enciclopedia Universal de 1601 fue copiado de un grabado de 1341.

Funcionamiento de la máquina

No llevaba una brújula magnética, pero estaba dotada de un tren de diferenciales, semejantes a los de un automóvil moderno. La función de un diferencial podría explicarse de la siguiente manera: cuando un vehículo de ruedas dobla una esquina, las ruedas situadas en extremos opuestos tienen que girar a distinta velocidad, ya que un lado recorre una distancia menor que el otro.

Una carretilla o un carruaje tirado por caballos no presenta estos problemas, pero cuando se aplica potencia al eje de un vehículo para que giren las ruedas, sencillamente, gracias a una ingeniosa combinación de ruedas dentadas y de volantes: el diferencial. En 1965, cuando Needham publicó el volumen sobre la ingeniería mecánica en China, pensaba que los chinos habían inventado el diferencial y que lo habían aplicado por primera vez al “carruaje que señala al sur”.

Si el primer aparato de este tipo es el que se atribuye al duque de Zhou alrededor del 1000 a.C., no cabe duda de que los chinos serían 1os inventores; pero más vale ser prudentes y suponer que el primer “carruaje que señala al sur” fue construido en los siglos II o III d.C., en cuyo caso habría que atribuir a los griegos la invención del diferencial, hecho que no se dio a conocer hasta 1975, cuando el profesor Derek Price publicó un libro titulado Engranajes de los griegos. En esta obra, Price explica las características de un diferencial griego fechado en el 80 a.C. que, a su juicio, “debe considerarse uno de los inventos más importantes de la mecánica de todos los tiempos”. Y aunque es posible que este mecanismo se transmitiera de Grecia y Roma a China, es igualmente probable que los chinos inventaran por su cuenta el diferencial para aplicarlo al “carruaje que señala al sur”.

La precisión necesaria para construir el “carruaje que señala al sur” es verdaderamente increíble. Como señala Needham, sólo para las ruedas exteriores, J. Coales en The Historical and Scientific Background of Automation (El trasfondo histórico y científico de la automación), “calcula que una diferencia de sólo el uno por ciento entre las circunferencias de las ruedas produciría un cambio de dirección de la estatua del 90 por 100 en una distancia sólo cincuenta veces superior a la existente entre las dos ruedas”.

Esto se debe a que el vehículo se desviaría cada vez más hacia un lado si una de las ruedas fuera más pequeña, motivo por el que el tamaño de las mismas tiene que ser exacto, con un margen de error inferior al uno por ciento, con una exactitud equivalente a la de las ruedas dentadas. Todo esto supone una ingeniería con tal grado de desarrollo que difícilmente podríamos aplicarle los calificativos de “antigua” y “primitiva”.

Este aparato representa prácticamente el tipo opuesto del diferencial de los automóviles modernos. En la actualidad estos engranajes se emplean para aplicar potencia a las ruedas con el fin de que giren y el vehículo se mueva, pero en el caso del “carruaje que señala al sur”, movido por animales, la potencia se trasmite desde las ruedas y sirve para regular continuamente la posición de la estatua, es decir, que es el diferencial de la máquina lo que hace girar la figura de tal modo que siempre señale al sur, y su funcionamiento es igual al del diferencial de los vehículos actuales sólo en marcha atrás.

“carruaje que señala al sur” es

“la primera máquina homeostática de la historia, con auténtica realimentación negativa. Naturalmente, el conductor tenía que ir incluido en el circuito, pero, como señala Coales, el conductor humano podría haber sido sustituido por una zanahoria sostenida por la figura con el brazo extendido, cerrando el circuito de un modo más automático”
Needham

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Aunque en diversas ocasiones Needham se ha referido a este aparato como la primera máquina cibernética, siempre ha matizado su afirmación añadiendo lo siguiente: “El carruaje que señala al sur habría sido la primera máquina cibernética si la dirección hubiera podido corregirse a sí misma, como ocurre en la actualidad”.

Fuente

  • El genio científico de china. El correo de la UNESCO. octubre, 1988.