Castillo de la Atalaya (España)

Castillo de la Atalaya
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Bienes de interés cultural de la provincia de Alicante
LocalizaciónEspañaBandera de España
TipoCastillo- Fortaleza militar
UbicaciónVillena
Época de construcciónSiglo XIV
Estado de conservaciónMonumento Histórico-Artístico desde 1931
Abierto al públicoSi

El Castillo de la Atalaya. Monumento más emblemático de Villena. Desde su privilegiada situación, en la cumbre de un altozano, es celoso vigía de los avatares de la vida cotidiana de la ciudad desde hace más de nueve siglos. Testigo de enfrentamientos entre reinos y de luchas intestinas, refugio de desheredados necesitados de cobijo o fortín decisivo en las contiendas por las reivindicaciones territoriales, el Castillo ha desempeñado un importante papel como plaza fuerte durante toda su historia.

Origen

Durante los siglos XII y XIII la población musulmana almohade de la península construye castillos para frenar el avance cristiano. A estos siglos se remonta el origen del Castillo de La Atalaya de Villena. En 1240 las tropas cristianas al servicio del rey de Aragón Jaime I realizan dos ataques frustrados a dicha fortaleza hasta que el Comendador de Alcañiz, de la Orden de Calatrava, conquista la ciudad en nombre de Jaime I que la cede al rey castellano Fernando III. El castillo pasó a poder de su último hijo don Manuel y desde entonces Villena se convirtió en cabeza de un señorío cada vez más importante por la situación geográfica y los personajes que ostentaron su titularidad pertenecientes a la familia real castellana. A la muerte del infante su hijo don Juan Manuel heredó la fortaleza que permaneció bajo el patrimonio de los Manueles hasta su incorporación a la Corona de Castilla. El señorío de Villena se transformó en Marquesado abarcando las tierras de Alicante, Albacete, Cuenca, Toledo, Murcia, Valladolid y Guadalajara. En la fortificación no existen huellas del primer marques, don Alfonso de Aragón, pero sí de su sucesor don Juan Pacheco al que se debe la construcción del cuerpo superior de la torre del homenaje en la que aparece en uno de los lados labrado su escudo. Posteriormente, en la época de los Reyes Católicos los villenenses se sublevaron contra el marqués don Diego López Pacheco y desde entonces la ciudad y el castillo pasaron a los dominios reales convirtiéndose el marquesado en título honorífico. El señorío de Villena también se transformó en ducado creado por Enrique III de Castilla para las infantas doña María y doña Catalina. El castillo jugó un papel importante en la Guerra de Sucesión (1700-1714) sirviendo de refugio a los leales de Felipe V de Borbón frente a Carlos de Austria, así como en la de la Independencia (1813) en la que el mariscal Suchet bombardeó la fortaleza destruyendo parte de las bóvedas almohades. El estado actual de la fortificación es fruto de diferentes actuaciones encaminadas a su protección, conservación y difusión. El punto de partida fue 1931, año en el que se declara Monumento Histórico Nacional. Más tarde, en 1958 se iniciaron los primeros trabajos de restauración. Las últimas intervenciones se iniciaron en el año 1999 y, además de nuevas excavaciones arqueológicas, se restauró el interior de la torre del homenaje y todas las murallas.

Características arquitectónicas

Se trata de una fortificación de doble recinto amurallado y de planta tendente a rectangular. La muralla exterior o el antemural presenta doce torres, circulares y semicirculares, incluyendo las de una edificación de planta cuadrada que por su posición -delante del acceso al recinto principal- podría ser una torre barbacana que actualmente está derruida, al suroeste de la fortaleza. La puerta de entrada principal se orienta al noroeste y consiste en un arco de medio punto en sillería flanqueado por dos cubos semicirculares almenados. El pasillo que queda entre las dos murallas es estrecho y en algunos puntos llega a medir 1 m. La muralla interior es de mayor altura que la exterior, presenta almenas y cubos circulares excepto en el flanco suroeste donde se sitúa la torre del homenaje de forma cuadrangular y con cuatro cuerpos que alcanzan una altura total de unos 27 m. El cubo de mayor altura es el del vértice noreste, en el hay una alhanía o estancia abovedada. Por encima de los muros detrás de las almenas hay un camino que comunica todas las torres A él se accede por una escalera de un solo tramo que está adosada a la torre del homenaje, o bien, por una abertura practicada en dicha torre a la altura de la primera planta. Los lienzos de la muralla están fabricados mediante una cara externa de chapeado de mampostería y el núcleo con muros de tapial. Junto a la torre del homenaje se abre el acceso al recinto principal en el que se observa un arco de medio punto de ladrillo reforzado por una bóveda apuntada también de ladrillo. En el interior del patio de armas hay un aljibe con bóveda de medio cañón adosado a la muralla Este, cerca de la entrada a la torre del homenaje. Las excavaciones arqueológicas que realizó José María Soler al norte del patio pusieron al descubierto una serie de habitáculos, uno de ellos incrustado en la base de la muralla norte y con muros de tapial, y, una noria que en la actualidad no se conserva. En cuanto a la torre del homenaje presenta los dos primeros cuerpos fabricados con la técnica de tapial y los dos últimos con sillarejo. El ingreso lo tiene en altura de forma adintelada al exterior y abovedada al interior. En esta entrada se puede observar el grosor de las paredes que alcanza los 4 m. aproximadamente. En su interior hay cuatro salas: la primera, tendente a cuadrangular presenta una bóveda almohade de ocho arcos de herradura entrecruzados paralelos dos a dos y que forman en el centro de la bóveda una estrella. Apoyan sobre pechinas en los ángulos y pequeñas ménsulas de piedra. En la segunda sala una bóveda de medio cañón, también almohade, se transforma en una cúpula mediante arcos entrecruzados: cuatro de norte a sur, tres de este a oeste y dos en diagonales opuestas. Estas dos salas se comunican por medio de una escalera de bóvedas apuntadas. La tercera sala tiene una cubierta horizontal, reconstruida, con un artesonado de madera, y la cuarta una bóveda, en este caso original, de medio cañón de ladrillo. Estas dos últimas se comunican por una escalera con arcos de medio punto de sillería en el primer tramo y de ladrillo en el tramo final. La torre está rematada por ocho guaitas.

Remodelación

En el año 2003 finalizó la segunda fase de restauración en el Castillo, centrada en el antemural. Para ello levantó un peto de piedra en el remate y se repavimentó el adarve. Lo más destacado de la excavación arqueológica fue el descubrimiento de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves o del Castillo, en el ensanche que forma la barbacana en el ángulo SO de la fortaleza. Esta capilla fue construida por don Juan Manuel, a mediados del siglo XIV. Los restos descubiertos, al igual que las distintas estructuras del patio localizadas en su día por Soler, se protegieron y se cubrieron de nuevo a la espera de proceder en el futuro a su consolidación y puesta en valor.

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La ocasión surgió con la tercera y última fase de actuaciones en el castillo, desarrollada entre el verano de 2012 y febrero de 2013, bajo la dirección del arquitecto Julio Pascual Roselló Serrano y el equipo de Arqueología formado por el personal del Museo de Villena y la empresa Arpa Patrimonio. El objeto de la intervención fue doble: la restauración de los paramentos exteriores del recinto superior y de la Torre del Homenaje, y las excavaciones arqueológicas en la liza, la barbacana y los sectores norte y oriental del patio. La superficie excavada en ambos sectores suma unos 538 m², es decir, un 70% del total del área que ocupa el patio. El resto del terreno permanece intacto con el fin de reservarlo para futuras investigaciones. De entre los restos descubiertos en esta zona destacamos el hallazgo de un gran edificio rectangular, adosado a la muralla oriental en todo su recorrido, que estaría en uso durante la primera mitad del siglo XIV, en la época en que D. Juan Manuel de Villena realizó varias reformas en el Castillo, aunque posiblemente continuaría su aprovechamiento en la centuria siguiente. Por otro lado, junto a la muralla norte se han excavado varias dependencias que tendrían dos alturas tal y como avalan los huecos de los forjados y de las hornacinas embutidos en dicha muralla. El objetivo ha sido su puesta en valor mostrando los diferentes niveles de ocupación que abarcan desde el siglo XVI hasta la Guerra de la Independencia, momento en el que las edificaciones serían ocupadas por las tropas napoleónicas. Además, destacamos que en el ángulo noroeste del patio se profundizó la excavación hasta alcanzar estructuras islámicas que se corresponderían con los niveles primigenios de la fortaleza. Todos estos restos junto con los de la ermita de la Virgen de las Nieves, situada en la denominada barbacana, se han consolidado en esta última fase que, asimismo, ha incluido mejoras en la accesibilidad de los adarves. Con ello, y los elementos informativos ubicados en 2011, tanto en el interior de la torre como en el exterior del monumento.

Fuentes