Competencia Educativa

Competencia Educativa
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Concepto:Actuaciones integrales para identificar, interpretar, argumentar y resolver problemas del contexto con idoneidad y ética.

Competencia educativa. Se entienden como actuaciones integrales para identificar, interpretar, argumentar y resolver problemas del contexto con idoneidad y ética, integrando el saber ser, el saber hacer y el saber conocer.

Aproximación al concepto de competencia

Al incursionar en los antecedentes del término competencia, se observa que este comienza a ser empleado en el campo de la ciencia psicológica a finales de la década del 50 por los teóricos de la nueva psicología cognitiva, cuando Noam Chomky introduce el concepto de competencia lingüística para hacer referencia a un conocimiento formal y abstracto acerca de las reglas y principios que regulan el sistema lingüístico, atribuyéndole un carácter innato y universal.

De forma general, los cognitivas han abordadotes de diferentes ángulos y perspectivas el problema de las representaciones mentales y su papel en el comportamiento; consideran que el ser humano es un sujeto activo, cuyas acciones dependen de tales representaciones, entendidas como conocimientos organizados en el sistema cognitivo, que actualizan en la actividad intelectual, lo que conduce a establecer un modelo de competencia cognitiva fuertemente sustentado en una epistemología racionalista. Al mismo tiempo, resultan de interés las investigaciones dirigidas al estudio de las competencias cognitivas en expertos y novatos, que permiten determinar las diferencias cualitativas y cuantitativas existentes entre ambos en cuanto a las resoluciones de problemas y tareas intelectuales.

Sin embargo, no es hasta finales de la década del 80 e inicios de la del 90, que la categoría competencia, abordada hasta entonces desde la arista de la actividad cognitiva- instrumental humana , comienza a ser reconceptualizada en los marcos del debate internacional y regional en torno a los problemas de la calidad de la educación y la insuficiente relevancia o significativa social e individuadle los currículos de las instituciones educativos formales, tanto en los niveles básicos y medios, como en la enseñanza técnica, la formación docente y la educación universitaria.

La declaración Mundial sobre educación para todos representa un hito, al sentar las bases de un estilo de desarrollo educativo, cuyos ejes giran en trono a la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje (NEBAS), en el entendido de que estas “abarca tanto las herramientas esenciales para el aprendizaje (como la lectura y la escritura, la expresión oral, el calculo, la solución de problemas)como los contenidos básicos de aprendizaje(conocimientos teóricos y prácticos, valores y actitudes ) necesarios para que los seres humanos puedan sobrevivir, desarrollar plenamente en le desarrollo, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones fundamentadas y continuar aprendiendo. En esta propuesta se logra trascender las posiciones centradas en la transmisión de cuerpos organizados de conocimientos y habilidades intelectuales vincula a estos y se amplia el concepto de aprendizaje, integrado lo valorativo y actitudinal, así como el dominio de otras complejas herramientas indispensable para la vida social y personal.

El concepto de NEBAS, retomado por el proyecto principal de educación en América Latina y el caribe, en ocasión IV reunión regional intergubernamental celebrada en Quito en 1991, permite acercar la educación a la demandas sociales he individuales, por cuanto se asume que: “la amplitud de las necesidades básicas de aprendizaje y la manera de satisfacerla varían según cada país y cada cultura y cambian inevitablemente con el transcurso del tiempo.” En la actualidad diferentes autores y organismo internacionales como la UNESCO manejan el concepto de competencia básica de aprendizaje en lugar de NEBAS, pro considerar que refleja”con mas precisión la función mediadora entre producto y aprendizaje he insumo para vida social y productiva”

Enfoques contemporáneos acerca de las competencias

Una vez examinado el marco contextual socio-histórico en que emerge la categoría competencia, resulta indispensable profundizar el las concepciones predominantes al respecto, considerando que la definición de este termino representa una tarea en extremo compleja, por las múltiples acepciones que adoptan las visiones teóricas que las sustentan, cuyo referentes son disímiles y con frecuencia contrapuesto.

Aunque existen distintas topología acerca de los enfoque entorno a las competencia, la propuesta que se presentan atiende un doble criterio clasificatorio: la dimensión cosmosiva en la comprensión de las competencias, por parte, y la dimensión estructural funcional, por otra.

Con relación a los aspecto cosmosivo, que implican de forma explícita o implícita determinadas concepciones del mundo, el ser humano, el desarrollo social y la educación, se distinguen dos grandes enfoques predominantes, donde privilegía respectivamente la formación para la competitividad o la formación para la nueva ciudadanía del siglo XXI.

Enfoques centrados en la competitividad

Estas posiciones surgen al calor del proceso de globalización hegemónica, entendidas como internacionalización de las relaciones capitalistas de producción que implican a todas las esferas de la actividad humana la industria, las finanzas, los mercados, la cultura la política y la ideología-.Puesta en practicas de nuevas formas descentralizadas de organización del trabajo y la producción así como el predomino de nuevos modelos productivo basados en la cooperación y el intercambio de roles profesionales, entre otros.

En tales circunstancias históricas el conocimiento científico y la innovación tecnológicas son potenciados al máximo; en función de lograr elevados niveles de productividad que aseguren la competitividad en los mercados planetarios. En la misma medida se requiere imperiosamente formar profesionales y técnicos con un perfil de competencias que les posibilite ser creadores de ciencia y tecnología y enfrentar con mayor eficacia y eficiencias las exigencias del mundo laborar y las empresas.

Enfoques centrados en la nueva ciudadanía

En 1993 la UNESCO constituyó una comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, constituida por un equipo de especialistas encabezado por Jacques Delours que determinó, la necesidad de formar cuatro habilidades básicas las cuales definió como pilares de la educación:

  1. APRENDER A CONOCER: dada la rapidez de los cambios provocados por el progreso científico y por las nuevas formas de actividad económica y social, es menester promover no sólo el acceso a la información, sino la curiosidad, la satisfacción y el deseo de conocer permanentemente.
  2. APRENDER A HACER: más allá del aprendizaje de un oficio o profesión conviene adquirir competencias que permitan hacer frente a nuevas situaciones y que faciliten el trabajo en equipo, dimensión que tiende a descuidarse en los actuales métodos de enseñanza.
  3. APRENDER A SER: el progreso de las sociedades depende de la creatividad y de la capacidad de innovación de cada individuo.
  4. APRENDER A VIVIR JUNTOS: desarrollar el conocimiento de los demás, de su historia, de sus tradiciones y su espiritualidad, en sociedades cada vez más multiculturales y competitivas.

La competencia para la viuda abarca todas las esferas de la existencia humana y no se reducen a las competencias laborales. Al mismo tiempo, el concepto articulador de estos grandes aprendizajes para la vida contemporánea sería el de la nueva ciudadanía del siglo XXI, como utopía donde se recoje el modelo universal de un nuevo tipo de hombre y de mujer que la sociedad planetaria debe formar para asegurar la supervivencia de la civilización y de la vida misma sobre la tierra.

Enfoques reduccionistas / conductistas

Tienden a reducir la naturaleza compleja de las competencias, considerándolas como componentes concretos, tangibles y mensurables de la conducta de las personas, que supuestamente deben permitirle actuar eficientemente en determinado ámbito de la actividad humana.

En el caso de las competencias profesionales son entendidas a partir de las conductas y acciones que el profesional puede realizar en unas áreas laborales concreta, a partir de un perfil preestablecido por los empleadores lo que viabiliza la evaluación del trabajo. De esta forma, una unidad de competencia se reconsideraba formada por varios elementos y sus correspondientes criterios lo que condujo a una educación tecnocrática y segmentada en la formación de profesionales.

Enfoques integradores/contextualistas

En los últimos años se va abriendo paso la concepción de las competencias como unidades integradas y complejas que no se reducen a las acciones ejecutadas por el individuo en el desempeño de tareas concretas, sino que incluyen diferentes componentes psicológicos y/o personológicos interrelacionados que van a determinar la actuación exitosa en un contexto. La integración y la contextualización son definitorios al definir las competencias; se considera que la persona competente no solo maneja un repertorio de conocimientos, habilidades y valores, y ha desarrollado además, otros importantes elementos vinculados con estos, que le permiten discernir, comprender la situación y orientarse en ella para actuar inteligentemente y tomar decisiones oportunas acordes a cada situación específica. En este sentido se considera que la realidad social, profesional o personal es dinámica y pone al sujeto frente a situaciones no estructuradas, donde el ser competente implica llegar a soluciones que exigen la movilización de todos los recursos en función de un comportamiento contextualizado.

Las competencias profesionales en el campo de la educación

En las actuales condiciones de desarrollo, donde los grandes desafíos imponen a los seres humanos ser cada día más eficaces y eficientes en su desempeño, se ha introducido con fuerza cada vez mayor el término de competencia, en el contexto de las diferentes profesiones y perfiles ocupacionales existentes. Las distintas competencias de los profesionales de la educación establecidas como resultado del propio modelo del profesional de la educación y teniendo en cuenta las cualidades, funciones y tareas que son ingerentes, son las siguientes:

  1. Competencias Didácticas.
  2. Competencia para la Orientación Educativa.
  3. Competencia para la Investigación Educativa.
  4. Competencia para la Comunicación Educativa.
  5. Competencia para la Dirección Educativa.

En este sentido, debe considerarse la relación existente entre las competencias y el modelo de desempeño socialmente establecido en cada época histórica y en cada contexto particular, las sociedades contemporáneas exige al profesional de la educación enfrentar situaciones complejas.

Fuente

  • Castellanos Simona, Beatriz. [et al]. Esquema conceptual, referencial y operativo sobre la investigación educativa. Editorial Pueblo y Educación. 2005. –p 88 – 109.