Ecología del Comportamiento

Ecología del Comportamiento
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Concepto:La Ecología del Comportamiento es la que se encarga de estudiar las técnicas de recolección de los alimentos, las adaptaciones ante la depredación o catástrofes naturales y las relaciones de reproducción.

La Ecología del Comportamiento es el estudio del comportamiento animal desde un punto de vista evolutivo, es decir, cómo las estrategias comportamentales adoptadas por los animales constituyen adaptaciones a su ambiente particular, o lo que es lo mismo, cómo la conducta afecta, influye o determina la aptitud de los animales.

Fundamento

La Ecología del Comportamiento es la estrategia evolucionista del estudio de la conducta, aunque no siempre se llamó así. Parte de la premisa de que el éxito de un individuo en sobrevivir y reproducirse depende, en gran parte, de su comportamiento. Así, los individuos más eficientes en buscar alimentos, evitar predadores, aparearse o alimentar y defender sus crías sobreviven mejor, se reproducen más exitosamente y dejan mayor número de descendientes que el promedio de la Población. Lo anterior se fundamenta en que las diferencias de comportamiento tienen una base genética: la selección natural favorece aquellos comportamientos que hacen más probable que un individuo sobreviva y transmita sus genes a la siguiente generación, esto confirma el hecho de que la mayoría de los comportamientos observados hoy fueron modelados por selección natural para su actual función, es decir, son comportamientos adaptativos, resultado de las presiones de selección en el ambiente físico y social en el que las especies evolucionaron.

Surgimiento y desarrollo

La Ecología del Comportamiento nació en un breve período en torno a 1960. Antes, los estudios sobre el tema procuraban entender el desarrollo y los mecanismos fisiológicos responsables del comportamiento animal y, en menor medida, su origen evolutivo. El zoólogo holandés Nikolaas Tinbergen (1907-1988), premio Nobel de medicina en 1973, fue uno de los primeros en considerar su valor adaptativo. Una serie de trabajos teóricos que datan de la misma época usaron modelos adaptativos sencillos para contestar preguntas no abordadas o ignoradas hasta entonces sobre cuestiones como aprovechamiento de recursos, agresión intraespecífica, apareamiento, participación de machos y hembras en el cuidado parental o cooperación entre individuos emparentados y no emparentados. El denominador común de esos trabajos fue explicar los comportamientos como adaptaciones a la presión selectiva del ambiente físico y social en que evolucionaron los animales. De estas ideas, la que probablemente haya tenido más influencia en el rumbo de la Ecología del Comportamiento, y probablemente de la Biología Evolutiva, fue la mencionada Eficacia Biológica Inclusiva, dada a conocer en 1964 por el biólogo inglés William D Hamilton (1936-2000). A partir de la década de 1970 la Ecología del Comportamiento llevó a la revalorización de la selección sexual para explicar las preferencias de las hembras al elegir pareja. El mismo marco teórico también permitió explicar los casos de poliandria con reversión de roles sexuales, es decir, aquellos en los que las hembras compiten por acceder a machos. Las ideas anteriores permitieron integrar en un único marco teórico el proceso de selección sexual, los sistemas de apareamiento, las distintas formas de cuidado parental y la evolución de señales honestas en los sistemas de comunicación. Con el tiempo dieron lugar a numerosos estudios empíricos que pusieron a prueba sus principales predicciones y llevaron a confirmarlas, reformularlas o plantear nuevas hipótesis. Así se hicieron importantes avances en el entendimiento del proceso evolutivo de las preferencias de las hembras, los sistemas de apareamiento, el cuidado parental, la comunicación entre machos y hembras, y la que tiene lugar entre padres y crías. Algunos avances de la Ecología del Comportamiento se debieron a nuevas técnicas, como las derivadas de la Biología Molecular o el empleo de marcadores genéticos, que permitieron estimar en forma precisa y confiable las relaciones de parentesco en estudios de sistemas de apareamiento o de cría cooperativa. Pero los principales progresos de la disciplina se debieron al nuevo marco teórico, que generó hipótesis con predicciones cuantitativas y estimuló la realización de numerosos estudios empíricos. La combinación de un marco teórico con predicciones explícitas sencillas de poner a prueba con un enfoque empírico cuantitativo constituyó la principal fortaleza de la Ecología del Comportamiento.

Objeto de estudio

Como rama de la Biología Evolucionista tiene por objetivo establecer hasta qué punto es cierto que la conducta de los organismos animales maximiza su aptitud inclusiva. La conducta es un conjunto de rasgos fenotípicos diseñados por la selección natural. El comportamiento se explica por las llamadas causas próximas: el organismo y el ambiente con sus estímulos. Estudia la conducta animal desde el punto de vista de la evolución, es decir, las implicaciones ecológicas y evolutivas de las estrategias de comportamiento de los animales en situaciones relevantes desde el punto de vista de la teoría de la evolución neodarwinista, también conocida como Síntesis Evolutiva Moderna o Teoría Sintética de la Evolución.

Perspectivas para el futuro

Resulta difícil predecir cuándo podrían ocurrir nuevos avances teóricos que resulten en otro salto cualitativo de la Ecología del Comportamiento, ni cuáles podrían ser. Podemos, en cambio, especular cómo progresos metodológicos y nuevos conocimientos provenientes de otras disciplinas podrían influir positivamente en el futuro de esta. Por ejemplo, uno de los temas pendientes para la Ecología del Comportamiento es incorporar en sus modelos mayor información sobre las bases genéticas de las variaciones de comportamiento. Una manera de contar con más información sobre los fundamentos genéticos del comportamiento es realizar estudios en organismos que fueron extensamente investigados y cuyos genomas fueron secuenciados, como la mosca de la fruta, el pez cebra o el ratón. Pero esto implicaría renunciar a la principal fortaleza de la Ecología del Comportamiento: estudiar en condiciones naturales las consecuencias de la variación del comportamiento individual sobre la supervivencia y la reproducción, y elegir para ello las especies más apropiadas según la hipótesis a poner a prueba. Recientes innovaciones de la genómica, como recurrir a técnicas de ADN recombinante, de secuenciación de ADN y de Bioinformática para analizar la función de los genomas, hacen pensar que en un futuro no muy lejano lo que hoy está restringido a unas pocas especies podrá extenderse a la mayoría de ellas. Hasta el presente la mayoría de los estudios de Ecología del Comportamiento se han concentrado en relativamente pocas especies, oriundas mayormente de América del Norte y Europa y, en menor grado, de África y Oceanía. Las regiones con mayor diversidad de especies, como América del Sur y Asia, se encuentran muy infrarrepresentadas en esos estudios. Es probable que en ellas existan numerosas especies con patrones comportamentales no explicables en el actual marco teórico. Esas especies serán las que concentren la atención de futuros estudios de Ecología del Comportamiento. Si en un futuro cercano se logra un importante avance en comprender las bases genéticas del comportamiento, como parece probable, entenderemos la manera en que el genoma interactúa con el ambiente durante el desarrollo y los procesos fisiológicos que subyacen en los distintos comportamientos y en los procesos cognitivos asociados con ellos. Es decir, habremos avanzado en explicar las causas próximas del comportamiento, pero la pregunta de por qué evolucionó determinado comportamiento seguirá vigente. La historia de la Ecología del Comportamiento en los últimos cincuenta años revela que esa pregunta resultó una importante fuente de inspiración para programas de investigación que contribuyeron en forma sustantiva al progreso de la Biología.

Fuentes