El otro superviviente de curajaya (Libro)

El otro sobreviviente de curajaya
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El otro superviviente de curajaya.jpg
Autor(a)(es)(as)Rolando Plaza Zayas
PaísCuba

Basándose en entrevistas personales con los protagonistas, y reconstruyendo, además, los hechos con rigurosa documentación, el autor logra sin dudas en “El otro superviviente de curajaya” un fiel testimonio de lo ocurrido.

Introducción

La Masacre de Curajaya es uno de los hechos más viles de las postrimerías de la guerra revolucionaria que encabezada por Fidel Castro Rúz fue llevada a cabo en Cuba , sobre todo por la cruel matanza de los prisioneros de guerra hechos en la acción.

Desarrollo

Rolando Plaza Zayas, escapó milagrosamente de la muerte el 8 de octubre de 1958. Había sido "fusilado" en el camino de Curajaya, cerca de La Jagua, en Santa Cruz del Sur. Llegaron a ese sitio en un auto chevrolet de 1958. Cargaba, en su cuerpo, el incomodo peso de siete heridas ocasionadas por disparos, incluyendo el tiro de gracia, en el pómulo derecho. Vio perfectamente a su verdugo, el sargento Luis Cervantes, cuando le puso el cañón de la pistola en la cara y apretó el gatillo. Anteriormente dos proyectiles le habían atravesado de lado a lado el estómago, pero no le afectó ningún órgano vital; otros tres los recibió en las piernas y uno en el hombro derecho. Las heridas más profundas las tenía precisamente en el estómago. Los guardias lo dejaron tendido y ensangrentado en el camino de Curajaya, junto a 3 más.

La noche oscura del fusilamiento — segundos después de que los soldados se marcharon del sitio del crimen Rolando se levantó de entre los muertos. Chocó dos veces con la cerca de alambre de púa. Estaba como sonámbulo, casi inconsciente. "Tengo que salir de aquí por si los guardias regresan". Ese era el único pensamiento de Rolando. Aún se escuchaban el sonido del motor en marcha del jeep y las voces de los esbirros que se vanagloriaban de sus "hazañas"; también se observaba el resplandor de las luces del vehículo. En la colonia La Lomita, a unos 2 kilómetros del Central Francisco y a más de 60 kilómetros de Curajaya vivía su hermano Raúl Plaza Zayas donde Rolando logra llegar después de atravesar varios obstáculos. El conocimiento de toda esa zona le facilitó evitar encuentros con los guardias que registraban la vegetación y los ranchos. El cansancio lo detuvo y se echó a descansar. Tenía fiebre. Pronto quedó dormido. Al anochecer y con la fiebre encima, reanudó la caminata. El día 9 de octubre, llegó casi sin aliento a la casa de su hermano Raúl, Tocó la puerta. Se escuchó una voz soñolienta. Eran casi las 12 de la noche. — ¿Quién es? — Rolando — respondió casi sin aliento. — ¿Rolando? — Sí, tu hermano. Abre rápido que me estoy muriendo. De inmediato Raúl abre la puerta y junto a su esposa le limpiaron las heridas y le dieron de comer y beber.

Con ayuda de Gerardo Pedro Cordero Ramos lograron que Rolando fuera tratado por un médico.

Hasta el 20 de diciembre de 1958 le estuvieron suministrando medicamentos. Ese día se produjo un combate, en el kilómetro 6 de la carretera del central Francisco, entre soldados de la tiranía y fuerzas rebeldes. Había en todas las colonias cañeras, un hormiguero de guardias. La aviación bombardeaba la zona. El 1ro de enero de 1959, cuando triunfó la Revolución, Rolando Plaza Zayas, aún se recuperaba de las heridas.

Del fusilamiento muy pocas personas han sobrevivido. Rolando Plazas Zayas, después del triunfo de la Revolución murió heroicamente en un trágico accidente, como consecuencia de quemaduras, sufridas en el intento de sacar un camión pipa de combustible incendiado, en la comunidad de Sola, en 1978.

Fuentes