Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de La Popa (Cartagena de Indias)

Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de La Popa
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La edificación en la actualidad.
AdvocaciónNuestra Señora de la Candelaria de La Popa
UbicaciónCartagena de Indias, Bandera de Colombia Colombia
Arquitectura
Construcción1611 - 1617

Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de La Popa. Fue un templo religioso que se construyó en la ciudad de Cartagena de Indias durante la etapa colonial. Se construyó con un propósito similar a su ermita gemela, una construida años después en la ciudad de Trinidad, en Cuba, con el mismo nombre[1]. Estas dos ermitas tenían el propósito de advocar a Nuestra Señora de la Candelaria de La Popa brindándole auxilio a las almas necesitadas.

Esta ermita se encuentra enclavada en lo alto de un promontorio desde el que se domina toda la ciudad de Cartagena de Indias, a una altura aproximada de 150 metros sobre el nivel del mar. La curiosa forma de esta elevación, que puede ser divisada desde cualquier punto de la ciudad, por constituir su accidente orográfico más notable, se conoce también como la popa de la Galera, ya que semeja el casco de una embarcación que hubiese encallado junto a la costa.

Historia

Etapa constructiva

La construcción de esta edificación se remonta al siglo XVII cuando el fraile agustino Vicente Mallol realiza los primeros intentos pos construirla en el año 1606, sin embargo el padre fundador de este ermita es Alonso de la Cruz Paredes, a quien le es concedida la licencia de obras y quien fue además el primer director del convento.

Las obras de construcción se desarrollan bajo la dirección del maestro Simón González y ya hacia 1611 se plantea que está levantada la iglesia de piedra y parte del edificio del convento, y que para 1617 estaba terminado la mayor parte de este. Posteriormente le serán añadidas al conjunto otras construcciones en los alrededores que servirán como hospedería para viajeros y visitantes.

Ataques militares

A lo largo de su existencia, el convento de La Popa sufrió ataques y destrucciones durante los siglos XVII y XVIII por parte de distintas expediciones francesas e inglesas que asediaron a la ciudad de Cartagena de Indias. Su emplazamiento, sobre una alta atalaya natural, llamó siempre la atención de los atacantes durante las acciones militares destinadas a tomar este estratégico emplazamiento del Caribe. Por ello, hacia el último tercio del siglo XVIII fue fortificada la cima del cerro con la construcción de tres baterías: la de Nuestra Señora de La Popa, San Juan y San Carlos, hoy prácticamente desaparecidas, las que se encontraban localizadas en un nivel más bajo, alrededor del convento, defendiendo su acceso.

Siglo XIX

Ruinas del convento y la ermita antes de ser restaurado en el siglo XX.

Pero es quizás su peor momento el que transcurre a principios del siglo XIX, cuando se inician las guerras por la independencia y todas las luchas que se sucedieron entre 1810 y 1819, un período muy difícil dentro de la historia de Cartagena de Indias.

En 1820 es abandonado el convento por los religiosos y el edificio se convirtió en un sitio ruinoso, mas no ocurrió así con la iglesia que siempre mantuvo el culto. Las festividades por la celebración del día de la Candelaria, el 2 de febrero, famosa entre las fiestas populares cartageneras, no han dejado de realizarse cada año, cuando la población sube en peregrinación y romería al cerro, desde donde puede contemplarse a sus pies toda la belleza de la ciudad.

En 1880 el edificio del convento fue destinado por la presidencia de la república como Hospital Militar, realizándose una reconstrucción del inmueble.

Estado actual

La iglesia fue restaurada en 1940 y en 1960 se interviene en el claustro del convento, que se encontraba nuevamente en pésimo estado de conservación; una vez que este fue devuelto a la orden de los Agustinos Recoletos. Hacia finales del siglo XX se realizaron trabajos de restauración en todo el conjunto, que en la actualidad se mantiene en muy buen estado.

Características arquitectónicas

El convento posee un solo patio de pequeñas proporciones y sus galerías se apoyan sobre cuatro arcos de cantería en cada uno de sus lados. Contiguo hacia el lado norte del claustro se halla la iglesia. Es también una construcción ejecutada en cantería que responde a los patrones tipológicos de la arquitectura religiosa de rasgos más arcaicos, de las que fueron construidas en América con una sola nave en donde se ubican sus coros: bajo y alto, el espacio del templo y un área para el altar mayor que no llega a definirse aún como presbiterio, con cubierta a dos aguas de madera y tejas curvas.

Las proporciones tanto del claustro como las de la iglesia son modestas y se destacan en el conjunto los grandes aljibes que ocupan toda el área del patio, parte del edificio del convento y de la plazuela frente a este. La ejecución de esta obra requirió de una técnica constructiva muy cuidadosa y complicada, ya que parte del edificio queda en el borde del cerro y da casi directamente hacia el vacío de un gran despeñadero.

Referencias