Esclerosis Tuberosa

Esclerosis tuberosa
Información sobre la plantilla
3 KB
La esclerosis tuberosa es un trastorno neurocutáneo hereditario y multisistémico, de expresión clínica muy variable, generalmente incluyendo retraso mental, con neoplasias beningnas ( Hamartomas) que afectan al cerebro, retina, riñón y la piel, aunque con menor frecuencia también pueden verse afectados corazón, pulmón, hígado, testículos y tiroides.
2 KB
La esclerosis tuberosa es hereditaria. Los cambios (mutaciones) en dos genes, TSC1 y TSC2, son responsables de la mayoría de los casos de esta afección.

Esclerosis tuberosa. Es un trastorno neurocutáneo hereditario y multisistémico, de expresión clínica muy variable, generalmente incluyendo retraso mental, con neoplasias beningnas ( Hamartomas) que afectan al cerebro, retina, riñón y la piel, aunque con menor frecuencia también pueden verse afectados corazón, pulmón, hígado, testículos y tiroides.

La Esclerosis Tuberosa, con sus peculiaridades clínicas, radiológicas y neuropatológicas, es la más representativa de las enfermedades neurocutáneas que evolucionan con manchas hipocrómicas y segunda en frecuencia de las facomatosis.

Las manchas hipocrómicas asociadas con espasmos infantiles o cardiomegalia en lactantes y la evidencia de crisis epilépticas y angiofibromas faciales en la infancia tardía, constituyen las formas habituales de presentación de le enfermedad, aunque no es raro observar formas paucisintomáticas en la adultez. Los nódulos subependimarios, las tuberosidades corticales y los astrocitomas de células gigantes son las manifestaciones neuropatológicas características de este proceso, identificables radiológicamente mediante tomografía axial computadorizada y resonancia magnética nuclear craneales. Es un grupo de dos trastornos genéticos que afectan la piel, el cerebro, el sistema nervioso, los riñones y el corazón, y hacen que los tumores crezcan.

Las enfermedades reciben el nombre por un crecimiento en el cerebro en forma de tubérculo o raíz. Los síntomas varían dependiendo de la ubicación de los tumores. El diagnóstico precoz permite brindar consejo genético a los padres; y la evaluación periódica de los casos, la identificación temprana de posibles complicaciones.

Criterios diagnósticos de esclerosis tuberosa

Criterios Mayores

Criterios Menores

  • Cuando estos dos criterios están presentes se requiere la presencia de otros factores de complejo de esclerosis tuberosa (CET) para hacer un diagnóstico definitivo
    • Cuando existe displasia cortical cerebral y tractos migratorios cerebrales en sustancia blanca de forma conjunta deberán contabilizarse como un solo criteriomás que como dos criterios separados de CET

Diagnóstico definitivo de CET: dos criterios mayores o un criterio mayor y dos menores. Diagnóstico probable: un criterio mayor y uno menor. Diagnóstico posible: un criterio mayor o dos o más criterios menores.

La clásica triada de convulsiones, retrado mental y angiofibromas faciales ocurre sólo en el 50% de los casos.(triada de Vogt) . No todos los rasgos pueden estar presentes en el momento del nacimiento, así los nódulos cerebrales se detectan mejor por RNM a partir de los 16-18 meses de eddad cuando la mielinización cerebral es completa.

Causas, incidencia y factores de riesgo

La esclerosis tuberosa es hereditaria. Los cambios (mutaciones) en dos genes, TSC1 y TSC2, son responsables de la mayoría de los casos de esta afección.

Sólo uno de los padres necesita transmitir la mutación para que su hijo adquiera la enfermedad. Sin embargo, la mayoría de los casos se deben a nuevas mutaciones, así que normalmente no existe un antecedente familiar de la enfermedad.

Esta enfermedad es una de un grupo de enfermedades llamadas síndromes neurocutáneos. Hay compromiso tanto de la piel como del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).

No existen factores de riesgo conocidos distintos a tener un progenitor con esclerosis tuberosa, en cuyo caso, cada niño tiene un 50% de probabilidades de heredar la enfermedad.

Genética

Aunque algunos individuos pueden heredar el trastorno de un padre que padezca de CET, la mayoría de los casos ocurren por mutaciones espontáneas. En estas situaciones, ninguno de los dos padres tiene el trastorno o el gen o los genes defectuosos. En cambio, el gen defectuoso ocurre primero en el individuo afectado.

En otros casos, el CET es un trastorno dominante autosómico, lo que significa que la enfermedad ocurre a consecuencia de un gen dominante. En esos casos donde se pasa de un padre al niño, sólo uno de los padres necesita tener el gen para producir la enfermedad en el niño. Si un padre posee el gen del CET, cada descendiente tiene 50 por ciento de probabilidad de desarrollar el trastorno. Los niños que heredan el CET pueden no tener los mismos síntomas que el padre que se lo transmitió y presentar una forma más suave o más severa del trastorno.

Algunos individuos adquieren el CET a través de un proceso llamado mosaicismo gonadal. Esto significa que los padres de estos pacientes no presentan defectos evidentes en los dos genes que causan el trastorno. Sin embargo, los padres pueden tener un niño que padezca de CET porque una parte de una de las células reproductoras de uno de los padres (el esperma o los óvulos) puede contener la mutación genética sin que las otras células del cuerpo estén involucradas. En casos de mosaicismo gonadal, la prueba genética de una muestra de la sangre podría no revelar el potencial de transmisión de la enfermedad a los descendientes.

Síntomas

Los síntomas cutáneos abarcan:

  • Áreas de piel que son blancas (debido al aumento del pigmento) y que tienen aspecto ya sea de hoja de fresno o confetti
  • Parches rojos en la cara que contienen muchos vasos sanguíneos (adenoma sebáceo)
  • Parches de piel elevados con una textura de cáscara de naranja (manchas con textura de papel de lija), con frecuencia en la espalda

Los síntomas cerebrales abarcan:

  • Retrasos en el desarrollo
  • Retardo mental
  • Crisis epilépticas

Otros síntomas:

  • Cavidades en el esmalte dental
  • Masas ásperas debajo o alrededor de las uñas de las manos y de los pies
  • Tumores no cancerosos semejantes al caucho en la lengua o a su alrededor

Los síntomas de la esclerosis tuberosa varían de una persona a otra. Algunas personas tienen inteligencia normal y no presentan convulsiones ni crisis epilépticas; mientras que otras tienen discapacidades intelectuales o crisis epilépticas difíciles de controlar.

El CET puede causar convulsiones y grados variables de incapacidad mental. Pueden ocurrir convulsiones de todos los tipos, incluyendo espasmos infantiles; convulsiones tónico-clónicas (también conocidas como convulsiones de alta severidad); o convulsiones tónicas, acinéticas, de ausencia atípica, mioclónicas, parciales complejas o generalizadas.

Aproximadamente entre la mitad y dos tercios de los individuos que padecen de CET sufren de incapacidades mentales que varían desde dificultades de aprendizaje leves hasta retraso mental severo. Los problemas de conducta, incluyendo agresión, rabia repentina, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno obsesivo-compulsivo, y conductas repetitivas, destructivas o autodañinas pueden ocurrir en niños que padecen de CET. Algunos individuos que padecen de CET también pueden presentar un trastorno en el desarrollo conocido como autismo.

Signos y exámenes

Los signos pueden abarcar:

  • Ritmo cardíaco anormal (arritmia)
  • Depósitos de calcio en el cerebro
  • "Tuberosidades" benignas en el cerebro
  • Neoplasias semejantes al caucho en la lengua o las encías
  • Neoplasia similar a tumor (hamartoma) en la retina, parches pálidos en el ojo
  • Tumores del cerebro o los riñones

Los exámenes pueden abarcar:

  • Tomografía computarizada de la cabeza
  • Resonancia magnética de la cabeza
  • Ecografía del riñón
  • Examen de la piel con luz ultravioleta
  • Hay disponibilidad de pruebas de ADN para cualquiera de los dos genes (TSC1 o TSC2) que pueden causar esta enfermedad.
  • Los chequeos regulares de los riñones con ecografías son una herramienta de detección importante para constatar que no haya ningún crecimiento de un tumor.

Evolución

La evolución de la esclerosis tuberosa tiene una tendencia de progreso conforme el afectado va avanzando en edad, al igual que van aumentando las alteraciones existentes. Según el órgano afectado del individuo, tendrá una evolución u otra y la edad de fallecimiento va en relación con el tamaño de los tumores. El pulmón, el riñón y el sistema nervioso central son los que determinan el pronóstico.

Desde la aparición de la enfermedad, se tienen que tomar una serie de tratamientos de estimulación precoz (psicomotricidad, fisioterapia, logopedia…) resaltar que a lo largo de su vida necesitará apoyo en lecto-escritura y practicar natación para fortalecer los músculos por la hipotonía que producen las crisis epilépticas.

En las diversas patologías, a parte de las crisis epilépticas, la más grave es el problema de conducta, por ello también es necesario apoyo psicológico para la orientación de sus familiares.

A lo largo de la evolución se realizarán una serie de intervenciones, electroencefalograma si hay crisis epilépticas, su periodicidad dependerá del grado de las crisis.

TAC craneal cada cinco años, para un correcto control de los nódulos subependimarios y de su localización en relación al agujero de Monro. RM cerebral, en caso de que se plantee la exéresis quirúrgica de algún túber cerebral cortical, pues esta exploración define mejor las estructuras cerebrales que el TAC.

Y por último, se hará psicometría y cuantificación del coeficiente intelectual, especialmente en niños con problemas escolares o en el momento de comenzar la escuela, para situarles en el nivel educativo adecuado.

Es preciso efectuar una vigilancia con práctica de controles periódicos, para detectar precozmente la aparición de complicaciones tumorales.

Se ha señalado que la edad media del fallecimiento de estos pacientes se situaba en torno a los 24 años (Webb y Cols, 1996) pero otros estudios (Jancar, 1996) indican que su longevidad se ha incrementado en los últimos tiempos.

Diagnóstico

En la mayoría de los casos la primera pista para reconocer el CET es la presencia de convulsiones o retrasos en el desarrollo. En otros casos, la primera muestra puede ser manchas blanquecinas en la piel (máculas hipomelanóticas).

El diagnóstico del trastorno se basa en un examen clínico cuidadoso junto con una tomografía computarizada (CT, por su sigla en inglés) o una resonancia magnética (MRI, por su sigla en inglés), los cuales pueden mostrar los tubérculos en el cerebro. El ultrasonido del corazón, el hígado y los riñones puede mostrar tumores en esos órganos. Los médicos deben examinar cuidadosamente la piel para descartar una amplia variedad de características en la piel tales como fibromas unguales en las uñas de los pies y las manos, los dientes y las encías para detectar hendiduras dentales o los fibromas de las encías y las pupilas dilatadas en los ojos. Se puede utilizar una lámpara de Wood o luz ultravioleta para localizar las máculas hipomelánoticas que son a veces difíciles de detectar en bebés y en personas que tienen la piel pálida o clara.

En niños pequeños puede haber sospecha de CET si el niño presenta rabdomiomas cardíacos o convulsiones (espasmos infantiles) al nacer. Al examinar cuidadosamente la piel y el cerebro, puede ser posible diagnosticar el CET en un bebé muy pequeño. Sin embargo, la mayoría de los diagnósticos no se realizan sino mucho después, cuando se presentan las primeras convulsiones y aparecen otros síntomas tales como los angiofibromas faciales.

Tratamiento

No existe ningún tratamiento específico para la esclerosis tuberosa. Debido a que la enfermedad puede diferir de una persona a otra, el tratamiento se basa en los síntomas.

Se requieren medicamentos para controlar las crisis epilépticas, lo cual a menudo es difícil. Dependiendo de la severidad del retardo mental, el niño puede necesitar educación especial.

Los tumores pequeños (adenomas sebáceos) en la cara se pueden eliminar mediante tratamiento con láser. Estas lesiones tienden a reaparecer y en esos casos se requiere repetir el tratamiento.

Los rabdomiomas desaparecen normalmente después de la pubertad, así que no se necesita cirugía.

Pronóstico

Los niños con esclerosis tuberosa leve generalmente tienen un buen pronóstico. Sin embargo, el pronóstico para los niños con retardo mental severo o crisis epilépticas incontrolables generalmente es desalentador. En ocasiones, cuando un niño nace gravemente afectado por la enfermedad, se examina a los padres y se descubre que uno de ellos ha tenido un caso leve de esclerosis tuberosa sin diagnosticar.

Los tumores en esta enfermedad tienden a no ser cancerosos (benignos). Sin embargo, algunos tumores, como tumores cerebrales o renales, se pueden volver cancerosos.

El pronóstico para los individuos que padecen de CET depende de la severidad de los síntomas, que van desde anormalidades leves de la piel a diversos grados de incapacidades de aprendizaje y epilepsia hasta el retraso mental grave, convulsiones incontrolables y fallas renales. Los pacientes con síntomas leves generalmente tienen vidas largas y productivas, mientras que los individuos con casos más severos pueden tener serios impedimentos.

En casos raros, las convulsiones, infecciones o tumores en órganos vitales pueden causar complicaciones en algunos órganos tales como los riñones y el cerebro que pueden conducir a dificultades graves e incluso a la muerte. Sin embargo, con asistencia médica apropiada, la mayoría de los individuos que sufren de este trastorno pueden aspirar a tener una esperanza de vida normal.

Complicaciones

  • Tumores cerebrales (astrocitoma)
  • Tumores del corazón (rabdomioma)
  • Retardo mental severo
  • Crisis epilépticas incontrolables

Situaciones que requieren asistencia médica

Consulte con el médico si:

  • Existe un antecedente familiar de esclerosis tuberosa ya sea por parte del padre o de la madre.
  • Nota síntomas de esclerosis tuberosa en su hijo.
  • Consulte con un especialista en genética si a su hijo le diagnostican rabdomioma cardíaco, pues la esclerosis tuberosa es la causa principal de este tumor.

Prevención

Se recomienda el asesoramiento genético para los futuros padres con antecedentes familiares de esclerosis tuberosa. Hay disponibilidad del diagnóstico prenatal para las familias con una mutación conocida en el ADN. Sin embargo, la esclerosis tuberosa frecuentemente aparece como una nueva mutación y estos casos no se pueden prevenir.

Investigaciones en curso

Dentro del gobierno federal, el patrocinador principal de la investigación sobre el CET es el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS). El NINDS, que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), es responsable de apoyar y de conducir la investigación sobre el cerebro y el sistema nervioso central. NINDS conduce la investigación en sus laboratorios en el NIH y también apoya estudios de investigación a través de patrocinios a las instituciones médicas importantes en todo el país. El Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (National Heart, Lung, and Blood Institute) y el Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute) son también componentes del NIH, prestan apoyo y conducen investigaciones sobre el CET.

Los científicos que estudian el CET buscan aumentar nuestra comprensión sobre el trastorno al aprender más sobre los genes TSC1 y TSC2 que pueden causar el trastorno y la función de las proteínas producidas por estos genes, la tuberina y la hamartina. Los científicos esperan que el conocimiento aportado por la investigación actual mejore las pruebas genéticas del CET y genere nuevas alternativas de tratamiento, métodos de prevención, y, en última instancia, la cura de este trastorno.

En un estudio, los investigadores definieron las mutaciones en los genes TSC1 y TSC2 en un grupo grande (más de 300) personas que padecen de CET, a fin de encontrar correlaciones entre los tipos de mutaciones y las características clínicas del trastorno. También se están estudiando los mecanismos de la ocurrencia de las mutaciones y los efectos de otros genes en la gravedad de los cuadros clínicos. Estos mismos científicos también están trabajando con ratones para modelar el CET, lo que proporcionará una oportunidad única de examinar cómo se desarrolla la enfermedad, descubrir los tipos críticos de la célula que se afectan con el CET y proveer la posibilidad de realizar una intervención terapéutica.

Otro estudio se enfoca en dos trastornos cerebrales importantes, el autismo y la epilepsia, que ocurre en niños que padecen de CET. La información obtenida en este estudio podría conducir a una mejor comprensión de los tres trastornos, así como la implementación de nuevos tratamientos y drogas. Otros científicos están intentando determinar qué causa los tumores de la piel en individuos que padecen de CET y en encontrar la base molecular de estos tumores. Los resultados de este estudio podrían ser sumamente útiles para ayudar a obtener nueva información sobre la genética del CET.

Fuentes