Festival del hombre en llamas

Festival del hombre en llamas (Burning Man)
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TipoCultural/Festival
Fecha1986
PaísBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos


Festival del hombre en llamas (Burning Man). Uno de los festivales más esperados cada año es el Burning Man (Hombre en llamas), que se desarrolla en una ciudad temporal llamada Black Rock, en Nevada, Estados Unidos. Durante siete días, en este lugar mágico no existen las reglas, no hay gobierno, el dinero desaparece y todo es amor, paz y armonía.

Origen

Este increíble evento inició en 1986 en las playas de San Francisco, pero debido a su popularidad tuvo que ser trasladado cerca de los vestigios de un lago en el desierto, al noreste de Reno. Inicialmente se trataba de una fiesta que se realizaba durante el solsticio de verano.

El Burning Man se trata de una experiencia espiritual donde todos van a compartir y a divertirse olvidándose de los problemas del mundo real; lo único que piden a los asistentes es que todo se desarrolle en paz y absoluta limpieza, pues al terminar, la ciudad desaparece sin dejar rastro.

El primer Burning Man se remonta a 1986, en Baker Beach, San Francisco, cuando un pequeño grupo de personas construyó y luego prendió fuego a una estatua de madera de más de 2 metros de algo, junto a otra más pequeña, también de madera, de un perro. Algo parecido a la quema de las Fallas de Valencia.

Entre las celebridades asistentes están Paris Hilton, Mark Zuckerberg, Puff Daddy, Shanina Shayk, Sara Sampaio, Alessandra Ambrosio y Jamie Mazur.

Algunos de los asistentes más antiguos han acusado de que lo que se conociera como el oasis de la contracultura, actualmente se ha convertido en el punto de encuentro de algunos millonarios de renombre de la industria de la tecnología de Silicon Valley, como los fundadores de Google, Larry Page, Segery Brin y otros.

El problema es que estos hombres compiten para ver quién gasta más dinero para agasajar a sus invitados, levantando lujosos campamentos temporales en el desierto en donde está prohibido que cualquiera se pueda acercar, destruyendo el espíritu libre de la experiencia.

Aunque ellos admiten que creen en los ideales del evento y desean estar en una comunidad abierta y libre, donde pueden ser ellos mismos y crear arte y música, viviendo en un mundo donde no existe el dinero y todo lo que quieren es compartir.

Reglas del festival

Pero las reglas son absolutas y los organizadores, quienes lo describen como un experimento en comunidad, de autoexpresión y autosuficiencia radical, alegan que todos los que deseen participar, son bienvenidos, sin excepciones.

Los participantes tienen que traer consigo todo lo necesario para subsistir el tiempo que dura el festival. Se dice que una vez ahí, desaparece todo el estrés y las preocupaciones, puedes vestirte como quieras y sentirte libre del mundo. Es un lugar familiar, ya que a pesar de que mucha gente camina desnuda, los niños son admitidos.

Al ritmo de la música entras en un estado de paz y alegría interna extraordinaria, por lo que cada año regresan miles de seguidores de este movimiento, a pesar de todos los retos que implica acampar en medio del desierto. Esto es lo que ha declarado Larry Harvey, uno de los fundadores: La principal atracción del evento es la procesión de tintes paganos que se realiza el sábado y que acaba con la quema de la figura de un hombre de madera que da nombre al festival y que ha llegado a tener más de 12 metros de altura.

Éxito del festival

Desde entonces, el éxito de este encuentro ha ido creciendo exponencialmente. A principios de los 90 el festival se había hecho tan popular que tuvieron que trasladarlo al desierto de Nevada. No solo la figura del hombre es mayor, sino que cada año vienen hasta aquí 40.000 personas. Todas ellas dispuestas a potenciar la expresión y la autonomía personal.

Aquí no hay cobertura de Internet o de telefonía móvil, lo que constituye una forma estupenda de "desconectar" literalmente. Algunos de los aspectos más interesantes del Burning Man son el arte, leave no trace (no dejar rastro ecológico), nada de comercio, y la energía colectiva del evento. Además de constituir uno de los mayores festivales artísticos del mundo, el Burning Man también es un interesante experimento social de comunidad transitoria. Hasta el punto de que aquí se rechazan las normas mercantiles.

Los participantes deben traer todo lo que necesiten para subsistir durante una semana y aquello que quieran regalar a otros asistentes.

Fuentes