Francisco Pradilla

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NombreFrancisco Pradilla Ortiz
Nacimiento24 de julio de 1848
Villanueva de Gállego, Bandera de España España
FallecimientoI-XI- 1921
Madrid

Francisco Pradilla Ortiz (Villanueva de Gállego, 24 de julio de 1848 - Madrid, 1 de noviembre de 1921) Pintor.

Datos biográficos

Director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma y del Museo de El Prado. Entre 1859 y 1861 cursó estudios de bachillerato en el Instituto de Zaragoza, que abandonará para entrar como aprendiz con el pintor escenógrafo Mariano Pescador, a la vez que iniciaba nuevos estudios en la Escuela de Bellas Artes, trasladándose hacia 1865 a Madrid para completarlos en la Escuela superior de San Fernando, de la que será pensionado —en la primera promoción de 1874— en la recién creada Academia Española de Roma.

Su primer cuadro de importancia fue El rapto de las sabinas en el año 1874.

Como envío correspondiente a su tercer año de pensionado pintó el cuadro Doña Juana la Loca, (considerada con posterioridad su obra maestra) que en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1878 obtendrá la medalla de honor, así como sucesivos premios y condecoraciones en exposiciones de París, Viena y Berlín.

Desde octubre de 1881 hasta abril de 1882 fue director de la Academia Española en Roma, y durante ese intervalo realizó por encargo del Senado un segundo cuadro de historia titulado La rendición de Granada (3,50 X 5,42 m.), por el que le abonaron 50.000 pesetas.

Una vez establecido en Madrid, Pradilla seguirá manteniendo sus contactos con el ambiente artístico de Roma, a donde volverá en diferentes ocasiones, sin embargo sus relaciones con Zaragoza serán mucho más distantes, a pesar de que desde Aragón se le tendrá siempre en muy alta estima y consideración. En febrero de 1896 fue nombrado director del Museo de El Prado, hasta julio de 1898 en que dimitió a consecuencia de la desaparición temporal de una obra de arte.

Las tres cuestiones que sobre la cuantía, calidad y valoración de la pintura de Pradilla dejaba planteadas en 1952 el investigador aragonés Enrique Pardo Canalís, siguen todavía en pie y sin una adecuada respuesta científica. Lamentablemente debemos reconocer que a Pradilla se le identifica y valora casi exclusivamente por sus dos espléndidos cuadros de historia anteriormente mencionados y reiteradamente reproducidos como ilustraciones de textos literarios, pero poco más se sabe sobre el resto de sus obras. Este desconocimiento no ha impedido que se le haya considerado unánimemente como el pintor aragonés más cualificado después de Goya hasta la primera mitad del siglo XX.

Su obra —óleos, acuarelas y dibujos— fue amplia, pero se halla dispersa en colecciones particulares españolas, sobre todo de familias nobiliarias, y en diferentes países europeos y sudamericanos. Y precisamente esta circunstancia sigue obstaculizando su conocimiento adecuado y una imprescindible catalogación que permitiría valorar con mayor justeza la calidad de la obra de Francisco Pradilla.

De los géneros pictóricos que cultivó, incluida la ilustración gráfica para publicaciones literarias, hay que destacar el de la pintura de historia que fue el que más fama le proporcionó. A los dos títulos ya comentados hay que añadir otros, como El suspiro del moro (Roma, 1892) o Doña Juana la loca recluida en Tordesillas, así como algunos de carácter mitológico decorativo. Como retratista su actividad fue más restringida y de resultados desiguales cuando tuvo que abordar efigies de personajes fallecidos, pero ante modelos vivos consiguió retratos de serena expresividad y de factura muy estudiada y entonada. Sin embargo, sus más abundantes y cotizadas creaciones pertenecen a la pintura de género bien de inspiración popular italiana, o de asuntos de costumbres madrileñas o de Galicia, lugar de origen de su esposa y donde solía pasar algunas temporadas. Tanto en los cuadros de historia como en éstos, Pradilla demuestra una permanente querencia por ambientar las escenas en exteriores, organizando en amplias perspectivas panorámicas multitud de figuras y motivos, interpretados con una depuradísima técnica. Pero lo más sobresaliente es el sentido de la luz y de la atmósfera bajo las que el apretado dibujo de las figuras se suaviza y funde con el paisaje luminoso mediante pequeñas pinceladas de un colorido rico en matices y pasta. Pradilla no hizo una pintura de plein air, directa y espontánea pretende embellecer la realidad, pero su visión se había educado en las influencias renovadoras del momento artístico que tuvo oportunidad de vivir en Roma, a donde llegará cuando Mariano Fortuny acababa de fallecer, y cuyas obras y estilos dejarán una honda huella entre los pintores españoles, que serán los que aprovecharán su éxito internacional. Entre ellos se debe incluir a Francisco Pradilla, quien se convertirá a su vez en el precursor y modelo del estilo y temas pictóricos de Hermenegildo Estevan, Agustín Salinas y Mariano Barbasán, pintores que en las décadas finales del siglo XIX constituirán la que, con plena justicia, puede calificarse como «escuela aragonesa en Roma»; todos ellos, además, alumnos pensionados en la Academia española de Bellas Artes.

Bibliografía

Ossorio y Bernard, M.: Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX; Madrid, 1883 (reedición de 1975). Gascón De Gotor Giménez, A.: Tres pintores aragoneses (Pradilla, Unceta y Gascón de Gotor); Zaragoza, imprenta Cervantes, s.f. «Homenaje que en honor del insigne artista aragonés, excelentísimo señor D. Francisco Pradilla y Ortiz ofrece la Real Academia de B. A. de San Luis de Zaragoza»; en el Boletín del Museo Provincial de Bellas Artes, n.° 9 (1923). Pardo Canalís, E.: Francisco Pradilla; Institución «Fernando el Católico» de la Diputación Provincial, Zaragoza, 1952. Rincón García, Wifredo: Francisco Pradilla Ortiz (1848-1921). Dibujos; Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos, Diputación Provincial de Zaragoza, Fuendetodos, Sala Ignacio Zuloaga, junio-septiembre, 1998. Rincón García, Wifredo: Francisco Pradilla. Vida y obra; Zaragoza, Aneto Publicaciones, 1999.

Fuentes