Francisco Saravia Caneda

Francisco Saravia Caneda
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Actualmente en el cargo
Desde el
Datos Personales
Nacimiento27 de octubre del año 1822
Brasil, Rio Grande
OcupaciónMilitar
Partido políticoColorado

Francisco Saravia Caneda. Militar que participó de la famosa Revolución de los Farrapos, conflicto separatista ocurrido entre 1835 y 1845.

Síntesis biográfica

Familiarmente conocido como Don Chico, nació en Brasil, Rio Grande, el 27 de octubre del año 1822, siendo hijo de Francisco Saraiva de Amaral y María Angélica Caneda y nieto de Manuel Saraiva de Amaral y Joaquina de Jesús de Souza. Sus hermanos fueron, Floricio, Placido, José, Benigno, Manuel y Cesario. Todos se firman Saraiva de Amaral, menos Francisco que usa el apellido materno y lo hace como Saraiva Caneda, para diferenciarse de un primo que también se llamaba Francisco y usaba el segundo apellido paterno Amaral y que además hacía muchos años que ya estaba radicado en Uruguay.

Francisco es más bien bajo, de facciones delicadas, y de nariz y boca pequeña, los ojos pardos, encapotados y de mirada penetrante rasgo que heredarán todos sus hijos. Usa el pelo largo, como melena, peinado hacia atrás, frente ancha y despejada. Hombre seguro de si mismo y muy inteligente, vestía siempre de negro, sombrero de ala y corbata de moño. A la cintura nunca faltaba una daga y un revólver. De pocas palabras y carácter concentrado, trabajador y ordenado, austero en sus costumbres, odiaba malgastar el dinero. Su principal preocupación fue siempre como aumentar sus campos, sus ganados y sus negocios.

Vida militar

A los 17 años Francisco Saravia participó de la famosa Revolución de los Farrapos, conflicto separatista ocurrido entre 1835 y 1845 en la entonces provincia de Río Grande del Sur, alcanzando la región de Santa Catarina (República Juliana) al sur del Brasil. Durante este período Río Grande se constituyó en una república independiente (República Riograndense) cuyos presidentes fueran Bento Gonçalves da Silva y Gomes Jardim. A la condición de vencidos, unen a los farrapos su tendencia separatista, que afloró en la efímera República de Piratiní, el ambiente por estas causas se hace sumamente difícil no solo en Rio Grande sino en todo el Imperio.

Otras labores

Terminada la guerra de los farrapos Don Chico como tantos excombatientes tiene grandes problemas para insertarse de nuevo en el medio social del Brasil. La guerra había sido bàrbara, cruel, cargada de violaciones y venganzas y las persecuciones de una forma u otra prosiguieron después de finalizada esta. Don Chico se dedicó a lo que mejor sabía que era el trabajo con animales, caballos y ganado y comenzó a transitar la frontera trasladando ganado de un lado para el otro.

Estas actividades las complementaban con el juego de cartas dado que se había convertido en jugador experto y en cada reunión de paisanos, en cada pueblo o villorrio, recurría a este oficio para incrementar sus ganancias. Frecuentaba ya desde hacía tiempo la Banda Oriental, ya que contaba con parientes establecidos desde hacía varios años.

Pasando la frontera

En el año 1847, decide establecerse del lado de la frontera, teniendo en cuenta que las tierras orientales después de la victoria de India Muerte por parte de Oribe se encontraban apaciguadas. Oribe buscó retomar el poder con el apoyo del gobernador argentino de Buenos Aires, el federal Juan Manuel de Rosas, en tanto que Rivera recibía el apoyo de varias potencias europeas. En esa época tuvieron origen las divisas blanca (seguidores de Oribe) y colorada (seguidores de Rivera) que con el tiempo se consolidarían en los partidos Nacional (Blanco) y Colorado que gobernarían el país durante la mayor parte de su historia. El enfrentamiento armado se prolongó hasta 1850 en la llamada Guerra Grande, durante la cual la mayor parte del país estuvo bajo el control de Oribe, excepto el recinto de Montevideo, que permaneció bajo control colorado, incluso luego del alejamiento de Rivera del poder, durante el llamado sitio de Montevideo.

El lugar escogido es Punta del Sauce y Pablo Páez, allí esta su gente, se siente a gusto, y con el pequeño capital reunido, arrienda y puebla un campo a medias con su hermano Cesario. Posteriormente arrienda, esta vez sólo, otro campo en el pasaje entre los arroyos Sánchez y Ternera, campo que compra con el tiempo. En 1866 compra la estancia de Cañada Grande y en 1868 la Estancia Vieja y posteriormente la estancia La Chilca.

Vida conyugal

En el año 1851 vuelve a Tacuarí Brasil en busca de su antigua novia doña Propicia Da Rosa nacida en el año 1825, Hija de Manuel Da Rosa Machado y Teresa María de Jesús, para conformar un hogar y criar una familia. En el hogar que van a formar su palabra no se discute y el trabajo de campo es la ley. Rige una disciplina casi feudal a la manera brasileña de aquel tiempo. Su idea es conformar un gran capital y una gran familia. Doña Propicia también una mujer de carácter fuerte, Francisco decía con respecto a sus hijos “… Los que salen valientes, salen a la madre, los que además son muy inteligentes, vaya a saber a quién…” y cumplió con abnegación no solo con la atención de la casa sino también en las demás faenas de vida rural.

Cuando es preciso trabajar, luchar sin pausa y sin descanso para su compañero y sus hijos que a cortos intervalos van enriqueciendo el hogar de los Saravia Da Rosa. Así comenzaron a venir los hijos:

Otra anécdota que muestra el carácter de Francisco Saravia: cuando Doña Propicia iba a alumbrar su primer hijo, Gumersindo, tuvo enormes dificultades, tanto que en determinado momento la comadrona que la asistía, temió por su vida y consultó a Don Chico sobre la dramática alternativa de tener que elegir entre la vida de la madre y la del niño. Don Chico sin vacilar respondió “salve al hijo, la madre está cumpliendo con su deber. Por suerte se salvaron los dos.

Compra de campos

A medida que va aumentando la familia, también aumentan sus posesiones. Compra en 1866 la estancia, Cañada Grande. 1868, la Estancia Vieja. 1872, El Cordobés y La Chirca.1876, Rincón de Bauza. 1878, La Pandorga.1882, El Avestruz. 1885, Rincón de Pereira. 1887, Los Arbolitos. Francisco y Propicia dejaron a sus descendientes unas 30.680 hectáreas de campo bien pobladas de ganado y además la propiedad de una estancia vecina a la de Gumersindo Curral de Arroios, en Santa Victoria do Palmar. Frente a cada una de estas estancias fue poniendo con el tiempo a cada uno de sus hijos. Los muchachos se hacían hombres de prisa y se alejaba físicamente del hogar de Pablo Páez, en cambio Francisco y Propicia seguirán viviendo allí hasta la muerte y manteniendo sin menguar la jefatura espiritual de la familia.

Don Chico como extranjero consideraba que debía tener buenas relaciones con el partido que ejercía el poder, pero como no tenía vocación política como después demostraron sus hijos, trato de cumplir con los compromisos y mantenerse al margen de los hechos más importantes que pudieran comprometer de alguna forma su situación. En marzo de 1853 sube al poder Juan Francisco Giró. De origen blanco estuvo en el cerrito sede del Gobierno de Oribe durante la Guerra Grande. El ejercito sin embargo está en manos de los Jefes colorados, los cuales se amotinan el 18 de julio, Giró el 25 de setiembre abandona la presidencia y denuncia a los amotinados, estos lo sustituyen por un triunvirato. La situación se va complicando y Don Chico temiendo lo peor, una guerra civil de consecuencias imprevisibles, decide radicarse con Propicia en Santa Victoria do Palmar por un tiempo hasta que la situación se aclarase.

Educación de sus hijos

Es de hacer notar que Francisco Saraiva, quien transforma el apellido a Saravia en el año 1852 cuando se casa con Doña Propicia Da Rosa, pese a ser una persona muy rígida y trabajadora, cosa que también esperaba de sus hijos, siempre considero que la educación de los mismos era cosa sumamente importante y entre sus planes estaba precisamente que todos estudiasen. A Gumersindo y Aparicio los envía a estudiar a Montevideo, a Basilicio y José los coloca bajo la supervisión de un conocido comerciante de la zona de origen colorado, para que este los forme en esa actividad. A los demás los envía al colegio de la zona y suplementa la formación mediante las enseñanzas de alguna institutriz como era común en la época.

Segundo matrimonio

En 1880 fallece Doña Propicia Da Rosa a la edad de cincuenta y cinco años, entonces Don Chico vuelve a conformar un segundo hogar casándose con Doña Servanda Ramírez, con la cual tuvo cinco hijos más:

  • José Saravia Ramírez (a) Corongo en 1882.
  • Enrique Saravia Ramírez (a) Pichinango en 1883.
  • Gilberto Saravia Ramírez en 1884.
  • Teresa Saravia Ramírez en 1886.
  • Braulia Alejandrina Saravia Ramírez en1888 y
  • Manuel M. Saravia Ramírez (a) Coto en 1890.

Muerte

Don Chico fallece en el año 1893, rodeado de su familia, ya que si hubo una constante en toda su vida fue la de fomentar un fuerte espíritu familiar que se mantendría en el tiempo y pese a las circunstancias. Por eso aún hoy en día cuando se encuentran dos Saravia aunque no se conozcan acostumbran llamarse “pariente”. La imagen de Don Chico representa para todos sus descendientes una figura verdaderamente legendaria, que siempre se encuentra presente a través de infinidad de anécdotas e historias.

Fuentes