Gumersindo Saravia

Gumersindo Saravia
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Actualmente en el cargo
Desde el
Datos Personales
Nacimiento13 de enero de 1852
Carovi
Fallecimiento10 de agosto de 1894
OcupaciónMilitar
CónyugeAmelia Rodríguez Correa
PadreFrancisco Saravia
MadreDoña Propicia da Rosa (Pulpicia)

Gumersindo Saravia. Fue un militar brasileño y luego riograndense, hermano mayor del caudillo nacionalista uruguayo Aparicio Saravia.

Síntesis biográfica

Nace un 13 de enero de 1852, en un hogar de padres de nacionalidad brasilera. Su padre fue Francisco Saravia, conocido familiarmente como Don Chico. Era un hombre de pocas palabras, mas bien reservado, muy inteligente y hábil para los negocios. Su madre fue Doña Propicia da Rosa (Pulpicia), era una mujer de fuerte carácter que manejo con firmeza los cuidados de la casa, incluso las duras tareas del campo. Mujer de gran espíritu y muy valiente, que al decir de Don Chico, era a ella que salían de aguerrido sus hijos.

Mucho se ha discutido sobre la nacionalidad de Gumersindo. Si tanto él como su hermano Basilicio habían nacido en Brasil, o si habían nacido en Uruguay y fueron inscriptos en Brasil. Pero lo cierto es que estos hombres como tantos otros, constituyeron ese tipo de ciudadanos cuya extracción fue realmente la frontera, sin hacer un distingo exacto de que lado se encontraban.

Desde el año 1868, la familia Saravia da Rosa se encuentran afincados en la Estancia Vieja de Pablo Páez, Cerro Largo. Padres e hijos dedicados a las tareas del campo en medio de una vida austera, simple y de fuerte disciplina. Gumersindo era un hombre de estatura media, un poco mas alto que sus hermanos. De complexión delgada pero fuerte. Cabello escaso sobre su frente, ondulado y de color castaño igual que sus ojos. Ojos pequeños y encapotados como su padre, cejas algo angulosas y nariz recta y proporcionada. Barba y bigote.

De niño según cuenta su madre era de los más juiciosos de los varones, difícilmente le ocasionaba algún disgusto, y era al que menos se veía obligada a observar, este además demostraba tener un gran ascendiente sobre sus hermanos. Serio en su conducta y en la toma de decisiones y afable en el trato personal. Por ser el mayor de todos sus hermanos, siempre tuvo gran respeto por las decisiones de sus padres, pero no es menos cierto, que estos, conocedores del carácter y las cualidades de este, siempre tuvieron en cuenta las opiniones del mismo.

Juventud

En el año 1870, se produce la llamada “Revolución de las lanzas”. En esta, se alza en armas contra el gobierno de Lorenzo Batlle, el famoso lancero de Oribe, el Gral. Timoteo Aparicio, quien se rebela ante la injusticia, la falta de garantías electorales y la prepotencia del gobierno. En el año 1872, a los 18 años, Gumersindo bajo las ordenes de Ángel Muñiz, caudillo de la zona y servidor de Oribe, que comanda la División Cerro Largo, inicia su participación, junto a su hermano Aparicio de 13 años, en las luchas libertarias de esta parte del continente americano. Después de estas primeras experiencias en las luchas libertarias, Gumersindo se dedica, igual que su padre a trabajar, ahorrar e invertir, para forjarse una posición sólida.

Comienza ocupándose primero de la estancia El Cordobés, que después administró Aparicio y posteriormente de la estancia La Pandorga. Pese a administrar estos establecimientos se dedica también a una ocupación que fue fundamental en su vida, que fue la actividad de tropero, llevando ganados desde el sur de Brasil al sur del Uruguay, o en sentido contrario. Esto le permitió conocer y dominar bien tres factores decisivos; la tierra, la gente y las duras condicionen del medio, paisajes despoblados, crudos y solitarios y hombres sencillos y rudos, que solo reconocían la autoridad de aquel que en los hechos y junto a ellos la demostraba por sus condiciones.

Casamiento

Se casa en el año 1873 a los veintiún años, con Amelia Rodríguez Correa, joven brasilera de familia distinguida quien lo acompañó durante el resto de su vida. Hija de José Feliciano Rodríguez y María Clementina Correa. El matrimonio se va a vivir y trabajar a Santa Clara de Olimar en la estancia La Pandorga, Era un casco de estancia de tipo colonial, casa sólida con patio central y más de diez habitaciones, con techo de teja de estilo portugués. Toda una casa señorial para esa época en la región. Se cuenta que en su establecimiento era común encontrar hasta un centenar de personas dada su actividad de tropero.

En 1874 nace el primero de sus hijos Isaac. Odórico, en 1876. José Francisco en 1879. Horacio en 1981. Dacila en 1884. Delicia en 1886. Coralia, 1893.

Vida militar

En 1875, Gumersindo y Aparicio participan en la Revolución Tricolor. Lo hacen bajo la conducción de Muñiz con la División Cerro Largo. En dicha instancia Gumersindo tiene una participación importante, comandando un escuadrón ejerciendo el grado de teniente. En 1880 muere su madre Doña Propicia da Rosa y el 15 de enero de ese año le compra a Fernando Braga y Sra. en Santa Victoria do Palmar la fazenda “Curral de Arroios”, pagando por ella treinta mil pesos en libras esterlinas.

También su señora, Amelia, había recibido como herencia de sus padres varias fracciones de campo que aumentaron el patrimonio de la familia. Para esa época su posición económica y su prestigio personal van en ascenso. En 1890, Gumersindo con toda su familia ya se encontraba radicado en Santa Victoria y había vendido todas sus propiedades en este lado de la frontera.

Santa Victoria

El 26 de junio de 1883 sucede un hecho típico de la rivalidad política de esa época y que fue fundamental en la vida del caudillo. Ese año se produce un incidente promovido y alentado por sus enemigos políticos, donde dos troperos,introducen con intencionalidad, ganado, cortando los alambres en un sector del establecimiento La Pandorga, propiedad del padre de Gumersindo y que este administraba. Este con un grupo de peones armados expulsa a los intrusos, produciéndose un hecho de sangre que es utilizado por el comisario para culparlo a este del hecho y acusarlo. En una típica acción política de la época.

Conociendo como funcionaban las instituciones en la época y para evitar ser victima de esa confabulación, Gumersindo decide cruzar la frontera y refugiarse en Río Grande hasta que se aclarase la situación. En 1885 ya se encuentra instalado con toda su familia en Santa Victoria donde rápidamente comienza a gozar de gran ascendencia en el medio, para 1887 su prestigio es muy importante hasta convertirse en uno de los hombres más influyente del partido liberal y llega por ello a delegado de Policía de Santa Victoria.

Y el 3 de junio de 1887 a los 36 años, se hace justicia, y en sentencia definitiva se lo absuelve de toda responsabilidad en el incidente de La Pandorga. ,Y en juicio con jurado, realizado en la ciudad de Montevideo, el juez Dr. Joaquín del Castillo declara su total inocencia.

La estancia “Curral de Arroios” se encontraba a tres leguas de Santa Victoria do Palmar con márgenes sobre la Laguna Merin y conectada a la frontera con el Chuy por un primitivo camino de tierra. En poco tiempo se adapto a la sociedad de Santa Victoria, cumpliendo con todos los compromisos sociales del medio. Sus hijos varones son enviados al colegio de la ciudad a cargo del profesoLuir Carlos Gama Lobo de Eca. Participa activamente en actividades de carácter comercial, político y social. Tanto él como Amelia son personas amenas, entretenidas y afectuosas y fueron famosos las fiestas y los bailes organizados por ellos en su estancia. Ambos son excelentes anfitriones y lo demuestran en cada ocasión en que se hace necesario, granjeándose las simpatías de los vecinos.

En ese momento, el gobierno de Brasil estaba en manos del emperador Pedro II. La monarquía había introducido una serie de reformas políticas apreciables. Existían tres partidos políticos. El Conservador, el Liberal y el Republicano. Los dos primeros son los partidos mayoritarios y es precisamente con el Partido Liberal con el que simpatiza Gumersindo. El presidente de este partido, es un oriental, nacido en Cerro Largo, pero riograndense por adopción y absoluta convicción, Gaspar Silveira Martins, senador y consejero del imperio. El Partido Republicano constituía un partido con entusiasta militancia pero menor caudal electoral.

En este contexto político, corría el año 1888, la comarca se encontraba infectada de maleantes y ladrones, que acosaban todos los establecimientos del lugar. Una noche la gavilla de los Centurión copan Corral de Arroios y dada la superioridad numérica de sus hombres y el poder de fuego de su armamento, se les hace imposible oponer resistencia.

A partir de ese momento Gumersindo organiza y refuerza el armamento de su gente y comienza un combate sin tregua a la delincuencia. Iniciando la persecución de cuanto maleante anduviera en la zona. De esta forma se gana el respeto de todos los vecinos de Santa Victoria, pero la antipatía de la policía y los caudillos políticos del partido de gobierno, el Conservador, ya que su prestigio iba en aumento y esto no les servía a sus intereses políticos. Comienzan entonces a tejer en torno suyo una leyenda en que lo muestran como un bárbaro y asesino señor feudal al que había que combatir sin piedad. Gumersindo se da cuenta que se avecinan tiempos difíciles. El sectarismo político y la falta de respeto por los derechos individuales y cívicos hace que se recueste al partido liberal, el que a su vez lo apoya. “...Brasil marcha a grandes pasos hacia una revolución...”

Río Grande

En 1888 el Partido Liberal gana las elecciones de la Asamblea Provincial y así gana el gobierno de Río Grande, la dominación conservadora llegaba así a su termino. Gumersindo es nombrado entonces por el vicepresidente en ejercicio, Prestes Guimaraes , Delegado de Policía de Santa Victoria o sea el grado de Teniente Coronel de la Guardia Nacional. Debido a esto, el Partido Conservador lleva una campaña difamatoria contra él a extremos inapceptables.

En honor a los servicios prestados, Pedro II le ofrece a Gumersindo un titulo nobiliario; el Baronato de Santa Victoria do Palmar. Este no acepta, lo que demuestra claramente su espíritu Republicano y la falta de ambiciones políticas.

El 15 de noviembre de 1889, en forma totalmente sorpresiva, cae el imperio y Don Pedro II se exilia en Portugal. Manoel Deodoro da Fonseca proclama la República y asume el control del estado.Comienza entonces una nueva etapa, común a distintos países de América, caracterizada por regímenes fuertemente autocráticos y de un sectarismo rayano en la confusión entre partido y gobierno. Donde las concepciones de Democracia y República eran totalmente primarias desconociéndose totalmente los derechos civiles de los ciudadanos. Esta etapa se caracteriza en primera instancia por rápidos cambios políticos. Debido a los cuales, se produce el pasaje, de gente de los partidos Conservador y Liberal hacia el nuevo partido de gobierno, que hasta ese momento constituía un partido minoritario.

Aprovechado la oportunidad para fortalecer posiciones, el Dr. Julio Prates de Castilhos líder del partido y figura principal del gobierno Río Grandense, decide enviar al Dr. Assis Brasil a Santa Victoria, para convencer a Gumersindo de integrarse al partido de gobierno, conociendo las simpatías de este con muchos de los dirigentes locales Republicanos. La gestión no tendrá éxito debido a las condiciones morales de Saravia. Este si bien no había pertenecido a los cuadros directrices del Liberalismo, había trabajado para este partido y había sido apoyado por el mismo, cuando fue objeto de una campaña difamatoria por parte del partido Conservador. Por lo tanto consideraba que les debía cierta fidelidad. Además, no veía con buenos ojos que dirigentes de ese partido, que personalmente lo había perseguido, ahora estuviesen militando entres los republicanos intentando congraciarse, ahora, con el poder. Muchos de estos, además de condiciones morales sumamente cuestionables, eran los que mantenían las posiciones más sectarias.

Es necesario dejar en claro que Gumersindo en todo momento manifestó su adhesión a la República y da claras señales de respetar su funcionamiento. Lo que no adhiere es al Partido Republicano y su actitud absolutista y conciliante con elementos desconfiables, que habían sido sus enemigos.

El nuevo gobierno deL mariscal Deodoro Da Fonseca, comienza entonces a hacer gala de un autoritarismo radical y de un pésimo manejo de la economía. El desconformismo comienza a surgir por todos lados y la oposición se nutre de hombres de todos los partidos, incluso de antiguos dirigentes históricos, del Partido Republicano. Así se crea la Unión Nacional que reacciona contra el acuerdo entre Deodoro Da Fonseca y Julio Prates de Castilhos, por el cual, aquel, le entrega a éste, el manejo del gobierno estadual.

Quienes fueron enemigos de Gumersindo durante la administración conservadora, son aceptados por el Castilhismo y vuelven al poder. El arribismo, la impunidad, el sectarismo, las venganza marcan las primeras horas de la República. El 2 de julio de 1990, Gumersindo es nombrado presidente del movimiento en Santa Victoria, por su fuerza moral y su integridad cívica.

Intrigas políticas

A consecuencia de esto a mediados de agosto comienza nuevamente una trama contra él, acusándolo una vez mas de asesino y señor feudal, que culmina sobre fines de agosto, donde después de inventar una trama con testigos falsos logran encarcelarlo sin ningún tipo de pruebas. Viendo que la situación de su esposo, se complicaba cada vez mas y con la información confidencial de que la conspiración en contra del mismo tenía como objetivo, trasladarlo a Río de Janeiro, a los efectos de apartarlo de su zona de influencia.

Amelia Rodriguez de Saravia junto con algunos camaradas, deciden rescatarlo, planificando su huida de la prisión. Para ello se construye una llave réplica de la de prisión. Con la complicidad de dos guardias, Amelia entrega la llave y Gumersindo logra escaparse. Por su parte ella se fuga hacia la frontera con Uruguay con sus hijos y se reúnen de nuevo con Gumersindo en el Chuy. Siguiendo después hasta la estancia de su hermano José donde toda la familia se radicó hasta que se aclarase la situación.

En febrero de 1991 asume el gobierno del estado de Rió Grande el Dr. Fernando Abbot. Su gestión aumenta el desconformismo existente y lleva a que la Unión Nacional y los antiguos Republicanos dejen sus deferencias de lado y se unan en un nuevo partido que se va a llamar Partido Federal.

Así se llega a la elección de la Asamblea Constituyente, donde en medio de una total falta de garantías, gana el partido de gobierno y pasando a presidir la Asamblea el Dr. Julio Prates de Castillos, quien va a ser el autor ideológico de la nueva constitución. En donde todo lo que es esencia de las constituciones Republicanas, es barrido de ésta sin ningún tipo de prejuicios. Hasta el extremo de que el presidente se reserva a facultad de elegir a su sucesor. El 3 de noviembre de 1891, Deodoro da Fonseca, disuelve el parlamento y se convierte en dictador, declarando el estado de sitio y desterrando a todo opositor a su gobierno y Julio de castillos presidente de Rio Grande, evita que la Asamblea del Estado se reúna para reprobar el golpe y de esta forma tácita lo respalda.

Todo el estado reacciona rápidamente y comienzan a generarse múltiples focos de rebelión. En Río de Janeiro se subleva la escuadra y Deodoro da Fonseca pasa el poder al vicepresidente Floriano Peixoto. Entre tanto, El juicio llevado contra Gumersindo en Santa Victoria, ahora con un juez imparcial, falla a favor de este, declarando inocente de aquellos cargos falsos que se le imputaban por medio de testigos también falsos.

El gobierno de Rio Grande por Victoriano Carneiro Monteiro (1892). A partir de este momento las fuerzas oficialistas, se dedican al pillaje en todos los municipios del sur. El robo y el asesinato se hacen moneda corriente en manos de los soldados del gobierno.El desatino es tal, que del pillaje se pasa lisa y llanamente al asesinato vil, de cuanto acusado de opositor se les cruzara en el camino. Mientras tanto Floriano Peixoto continuaba actuando decisivamente contra la autonomía del Estado de Río Grande, ejerciendo su influencia en todos los asuntos internos de la provincia a fin de afianzar el poder central.

Terencio Saravia, primo de Gumersindo y hermano de Cesario, fue apresado por hombres del Cnel. Elías Amaro en su casa de Bagé, torturado, mutilado y asesinado frente a su familia. Y después de un saqueo total de sus bienes es estaqueado y por último, los soldados, juegan tiro al blanco con su cadáver. La muerte o el destierro, no queda otra salida para los Federalistas, calculándose que unas diez mil persona se exiliaron en Uruguay y Argentina.

Principios de la Revolución

Gaspar Silveira Martins se convirtió en el principal dirigente político opositor al gobierno en el exilio. Martins se ocupó durante todo este tiempo de la organización política e ideológica de la revolución, de las misivas y de los contactos. Los preparativo bélicos, quedaron a cargo de Gumersindo que era un gran conocedor del medio y de la gente, un hombre prudente, pero ejecutivo, acostumbrado a tomar resolución rápidas y con experiencia en este tipo de eventos. Por su parte el Gral. Jao da Sllva Tavarez, es reconocido por su trayectoria, figura emblemática de la sublevación, aportando todo su prestigio personal y su poder de convocatoria, pero reconociéndose que contaba con una edad muy avanzada para una empresa de esta magnitud.

Gumersindo, comienza a conformar sus Divisiones por el Departamento de San José, a través de dos figuras significativas del Nacionalismo, Cicerón Marín y el Gral. Papillón ex camarada en la revolución del 70. Se le unen unos 350 maragatos que van a constituir por su experiencia lo más selecto de su División y lo van acompañar a lo largo de toda la revolución, llegando incluso a darle nombre a su divisiones. El 31 de enero, después de despedirse de Amelia, su esposa, se dirige a Aceguá y el 2 de febrero de 1893, es el primer jefe que va a cruzar la frontera. Con diferencia de días van ingresando los otros jefes y sus Divisiones sumando en total unos seis mil hombres.Y el 5 de febrero en Carpintería se lanza la proclama oficial de la sublevación, llamando a todos los brasileros a sumarse a la cruzada libertadora.

El 11 de febrero en Salsinho, se produce la primera acción bélica y el 22 de febrero, hay un segundo enfrentamiento en el pueblo Don Pedrito, donde las fuerzas del gobierno, se rinden. Y el 17 de marzo cae Alegrete, incorporándose, además, el Cnel. Luis Alves Leite de Olivera Salgado, oficial del gobierno que se pasa a los revolucionarios, quien dada su trayectoria pasa a ocupar la jefatura del 2º ejército con el grado de General. La propaganda del gobierno contra la revolución, acusa a esta de querer instaurar de nuevo la monarquia, esto es simplemente una estrategia de desprestigio. Es una tentativa de desfigurar el sentido de la lucha y de desprestigiar al enemigo. Pero en la proclama del 5 de marzo de 1893, queda bien en claro los reales ideales del Ejercito Libertador, cuando al final de la misma dice “Viva la nación Brasilera, Viva el heroico pueblo Riograndense.

El 29 de marzo cae el pueblo de Poncho Verde y la insurrección se propaga por todo el Estado de Río Grande. El 15 de abril, el gobierno hace arrasar la estancia de Gumersindo Courral de Arroios en Santa Victoria do Palmar y requisa todos sus bienes. A mediados de mayo los revolucionarios acosados por la falta de recursos, municiones y caballos, sufren algunas deserciones de grupos que pasan la frontera para protegerse en Uruguay.

El Ejercito Libertador no puede presentar batalla al descubierto porque carece de suficiente municiones por lo que debe movilizarse continuamente en medio de un invierno que comienza a ser muy frío y lluvioso. Esta situación incierta hace que en el ejercito revolucionario comiencen a surgir discrepancias, que llevan a que los generales Salgado y Tavares crucen la frontera para refugiarse en Uruguay.

Solo queda Gumersindo, quien es designado General en Jefe de la Revolución con un ejército de unos 1500 hombres en condiciones sumamente difíciles. Decide entonces dirigirse hacia el norte, pues si no cruzaba la frontera debía movilizarse rápidamente para no verse encerrado por fuerzas del gobierno. Poniéndose en marcha hacia Sao Sepe, donde logra entrar el 6 de junio.

El 17 de junio en Jaguary, tiene los primeros enfrentamientos con la División del Norte, encargada de seguir y acosar permanentemente a las fuerzas revolucionarias en todos sus desplazamientos. El 20 acampan en Pirahí donde enfrentan y vencen a las fuerzas al mando del Cnel. Menna Barreto. Las fuerzas revolucionarias cuentan en ese momento con unos dos mil hombres. Sin embargo el movimiento comienza a ser conocido en otros estados de Brasil. En Río el almirante Eduardo Waldenkok se subleva y elabora un plan para sitiar las ciudades de Río Grande y entrar en contacto con el Gral. Gumersindo Saravia. El plan fracasará pero deja plantada la semilla para futuras acciones. Mientras tanto, el Gral. Luis Alves Leites de Olivera Salgado, vuelve a cruzar la frontera y retoma nuevamente la lucha. El propio Gumersindo y toda su familia, amigos y empleados, apenas logran llegar a salvo a la frontera.

Sublevación de La Escuadra

A mediados del mes de septiembre el almirante Custodio de Mello, subleva la flota de guerra brasilera, con el acorazado Aquidabán como buque insignia, levantando la bandera blanca de la insurrección en pleno puerto de Río de Janeiro. El ejército libertador entonces comienza su marchar hacia Santa Catarina, ya que la escuadra sublevada en Río de Janeiro, se encuentra ahora realizando acciones en este Estado, asentandose en Desterro capital del gobierno provisorio de Santa Catarina.

El ejército pasa por Povinho do Boqueirao, Cruz Alta, atraviesan Cosinho, y el 13 de octubre Passo Fundo y llegan a la ciudad de Lagoa Vermelha. Esta ciudad espera a los libertadores con gran expectativa, y allí se enteran de que Santa Catarina se ha pronunciado por la revolución. De esta manera el vuelco de los acontecimientos ha sido total.

El gobernador Machado, sin posibilidades de recibir ayuda por parte del gobierno central, decide integrarse a la revolución y el 10 de octubre se establece una Junta Gubernativa. El ejercito continua la marcha desplegado en dos columnas, separadas a no mucha distancia una de la otra. Pasando por Vaccaría, Campos dos Ausentes y el 25 de octubre se encuentran en Bomfin. Luego cruza el río Pelotas y pasa al estado de Santa Catarina.

Santa Catarina

El 11 de noviembre de 1893, la ciudad de Lages , recibe con una verdadera fiesta a las fuerzas del Gral. Saravia y sus dos mil quinientos hombres del Primer Cuerpo del Ejercito Libertador. Es la primera vez que en mucho tiempo que oficiales y soldados pueden tomarse un descanso para reponer fuerzas. El Gral. Gumersindo, deja en Lages una división al mando del Cnel. Aparicio para cuidar la retaguardia y el día 15 cruza el río Canoas. Cinco días después lo hace Aparicio que en una brillante demostración de táctica militar, con trescientos hombres, a orillas del río detiene a la vanguardia de la División del Norte durante cinco días. De esta forma él ejército llega tranquilo el día 20 a Curitibanos y montan campamento allí.

Una vez recuperadas las fuerzas, prosigue una verdadera odisea, tomándose la decisión de atravesar la imponente Sierra General con el fin de dirigirse a Desterro donde estaba instalado el Gobierno Provisorio. Son seis días de un verdadero infierno verde. Abriéndose paso lentamente, metro a metro, a puro golpe de machete en medio de una selva cerrada, bajo el repiqueteo incesante de los insectos y el temor constante de que algún animal venenoso escondido en la espesura de la vegetación los hiciera presa de su veneno mortal. El sudor, la fiebre, el cansancio iba demoliendo a aquellos hombres tan duros como el metal de sus armas. Los precipicios cobran victimas una tras otra, los animales ruedan envueltos en desesperados relinchos que atraviesan el silencio. Las noches son insoportables, el frío es estremecedor, los heridos no encuentran descanso y sus gemidos no permiten un minuto de reposo. Estos hombres son gauchos, pertenecen a los campos abiertos del sur americano esos campos infinitos donde se pierde la vista sin encontrar resistencia. Donde caballo y hombre son uno solo y cada día vuelan en busca de la libertad.

El General Gumersindo Saravia es un hombre reservado, escucha y después toma decisiones en la soledad de su conciencia, no comunica a nadie sus planes y su ordenes son tajantes y no se discuten, pero a la hora de hacer sacrificios es el primero en ofrecerse, es la forma en que se gana el respeto y la admiración de sus hombres quienes le tienen absoluta confianza. Por fin terminan de cruzar la sierra y en un hecho histórico llegan a Blumenao, nunca un ejercito lo había hecho en tales condiciones.

El segundo cuerpo del ejercito revolucionario, bajo el mando del Gral. Salgado, queda estacionado, en forma definitiva en Laguna. Y el 30 de noviembre el Gral. Gumersindo con sus tropas embarcadas remontan el río Itajahi hacia el puerto de ese nombre, allí deja una guarnición bajo las ordenes del Cnel. Guerreiro Victoria y continúa hacia Joinville. El grueso del ejército se instala en el puerto de San Francisco y se comienza la preparación de la invasión al Estado de Paraná.

Paraná

El 15 de diciembre la sublevación naval, recibe un aporte muy importante, el del almirante Luis Saldaha da Gama, hombre de vastísima trayectoria y de gran reputación intelectual y moral. El cual pone sitio a Río de Janeiro. Tres ciudades deben ser tomadas, para dominar todo el estado, ellas son: Lapa, Tijuca Y Paranagua.

Tomadas estas ciudades, la capital del estado, Curitiba, es abandonada por su gobernador y por las fuerzas a cargo de su defensa.Gumersindo y Custodio de Mello se reúnen con sus ejércitos en Curitiba, la intención es no demorarse y atacar cuanto antes a las fuerzas del Gobierno en sus últimos reductos y después seguir hacia Río de Janeiro para dar el golpe final al Mariscal Peixoto.

Gumersindo se dirige de inmediato a Lapa e instala su cuartel general en la Cuchilla del Norte, dejando a la ciudad totalmente sitiada. En la defensa de la ciudad esta el Cnel. Ernesto Gómez Carneiro, que plantea una fortisima resistencia. Pero las fuerzas revolucionarias van extendiendo poco a poco sus divisiones para el ataque final. Se lucha cuerpo a cuerpo y se conquista calle a calle, y por fin la ciudad cae el 11 de febrero.

Luego de los sangrientos sitios de Lapa y Tijucas, el Gral. Gumersindo vuelve a Curitiva y es recibido en la Capital Paranaense con grandes agasajos y honores. El ejercito acampa cerca de la ciudad y constituye el primer descanso que se toman después de un año completo de movimientos y enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales. La tropa se encuentra agotada.

Desde allí le envía una misiva al Mariscal Floriano Peixoto, diciéndole que desde la ocupación de Curitiba, el Estado de Paraná se encuentra liberado y le pide que deje el gobierno antes de que avance sobre el estado de San Pablo y así evitar mayores penurias a la población. Lentamente el Ejército Libertador comienza a preparar la invasión al estado de San Pablo, iniciándose los contactos con grupos rebeldes y enviándose tropas a distintos puntos fronterizos. Las disputas políticas en la dirección de los estados liberados, la falta de una conducción política y militar unificada, hacen que la revolución no pueda aprovechar su mejor momento para forzar definitivamente al gobierno central a rendirse.

La posición del Almirante Saldaha da Gama en el sitio de Río de Janeiro era realmente precaria, porque si bien no tenía oposición en el mar, tampoco había podido desembarcar desde que había comenzado las acciones contra el gobierno. Era fundamental que el mismo recibiera ayuda rápidamente, ya que las fuerzas del Gral. Gumersindo en su avance hacia el norte todavía iban a demorar bastante en llegar a la capital del Brasil.

Toma de Río de Janeiro

En un esfuerzo desesperado Saldaha da Gama intenta desembarcar en Nitheroy y después de una lucha tremenda cuerpo a cuerpo con los defensores, a los cuales no logra quebrar y el 13 de marzo de 1994 capitula y termina con el sitio a la capital. Gumersindo había conseguido apresurar la terminación del ramal férreo de Ponta Grossa acortando enormemente los tiempos de desplazamiento.

El 12 de marzo las fuerzas del caudillo comienzan a embarcarse junto al material bélico de guerra, para iniciar la conquista del Estado de San Pablo, mientras la division del Cnel. Carlos Piragibe había avanzado hasta Yaguariahyba, tomando posiciones para esperar el grueso del ejército.

Pero el 17 de marzo, Gumersindo enterado de la deserción de la escuadra al mando de Saldanha da Gama, se da cuenta de inmediato de lo peligroso de su situación y ordena de inmediato retroceder a Ponta Grossa a las líneas de avanzada de su ejército. Campaña militar de San Pablo iba a ser con seguridad corta y exitosa, pero en estas condiciones Gumersindo entiende que seguir avanzando hacia Rio de Janeiro, por el momento resultaba muy arriesgado, ya que el gobierno de Floriano Peixoto, ahora podía concentrar todos sus recursos en la lucha por tierra contra su ejercito y cortarle la retirada hacia el sur.

El 24 Gumersindo se reúne en Paranagua con Custodio de Mello y deciden tomar la barra de Rio Grande a los efectos de consolidar la revolución de la frontera con San Pablo hacia el sur y así tener cubierta sus espaldas.

El 28, Custodio zarpa de Paranagua rumbo a Desterro y el 3 de abril recoge a las fuerzas del Gral. Salgado estacionadas en Laguna para iniciar la campaña definitiva de Río Grande. Mientras tanto Gumersindo guardará el norte de cualquier ataque de las fuerzas gubernistas. El 6 de abril, la Escuadra comienza las primeras acciones contra la fortificación de la Barra de Río Grande, donde después de vencer la resistencia desembarcan las fuerzas del Gral. Salgado y el Cnel. Laurentino. Pero una vez cumplida esta primera etapa, las fuerzas de tierra se estacionan y no progresan en su avance hacia Río Grande, permitiendo de esta manera que la ciudad reciba todo tipo de refuerzos.

El 11 de abril sé continua con deliberaciones y el ataque a la ciudad no se produce perdiendo un tiempo precioso, por lo tanto Custodio de Mello ya en un claro antagonismo con las resoluciones del Gral. Salgado, anuncia que se va a retirar, porque su posición es delicada y sus fuerzas pueden ser atacada por la escuadra del Gobierno.

El 12 de abril, las fuerzas de tierra se embarcan nuevamente, y el Almirante Custodio de Mello toma una decisión compleja, en vez de volver a los puertos de Santa Catalina, por temor a que una escuadra mucho más débil, lo estuviese esperando, decide dirigirse primero a Montevideo y después a Buenos Aires, donde el 16 de abril, entrega toda la flota y sus hombres al presidente Saenz Peña. Todo perdido, flota, armamento y un cuerpo de ejército de 4.000 hombres.

En Buenos Aires quedan entonces los Altes. Saldaha da Gama, que ya se había exiliado con anterioridad, y Custodio de Mello, el Gral. Salgado,. Mientras tanto el Gral. Gumersindo Saravia queda sin ningún tipo de respaldo por, mar a los efectos de que sus fuerzas no pudieran ser encerradas. Solo queda el legendario acorazado Aquidabán, al mando del comandante Alexandrino de Alencar, el cual en la noche del 16 de abril en Canasvieira, Barra Norte de la Isla de Desterro, se traba en lucha con la escuadra gubernista y es hundido.

Desastre de La Escuadra

El Gral. Gumersindo, enterado del desastre de la Armada, decide rápidamente la retirada hacia el sur, pero para alivianar sus tropas, compuestas de unos 5000 hombres, las divide en tres columnas. Una al mando de los Cnles. Aparicio y Torquato Severo. La segunda al mando de los Cnles. Yuca Tigre y Vasco Martins, y la tercera al mando del propio Gumersindo.

Las tres columnas se internan en la selva y su recorrido es una verdadera odisea. Representa una lucha constante frente a las amenazas de la naturaleza que le impiden permanentemente el paso en una urdiembre incontrolable de vegetación, animales e insectos. Pasar hombres y caballos a través de esta ya era una proeza, ni que contar cuando se trataba de carretas y piezas de artillería, que debían tratar de no abandonar porque cuando salieran nuevamente a campo abierto debían contar con ellas para enfrentar al enemigo que posiblemente los estuviese aguardando, pese a ello las piezas de artillería de mayor volumen las tuvieron que sacrificar.

Acosados por el hambre y las fiebres, aquellos hombres fueron unos verdaderos titanes en tan increíble odisea. El 26 de mayo, las columnas al mando de Gumersindo y Aparicio se encuentran de nuevo en campo abierto, en San José de Campòs Novos, lugar planificado de encuentro. Por fin después de sortear el Río Pelotas ya están de nuevo en Río Grande. Enseguida de cruzar son esperados por él ejercito oficialista que guardaba el paso del Río Forquilhia, detrás del cual se abren los campo de Lagoa Vermelha. El Ejército Libertador debe internarse nuevamente en la espesura de los montes a los efectos de encontrar un pasaje que les permita cruzar el río fuera del alcance del ejercito enemigo provistas de artillería pesada y abundante munición. Cruzan el Río Ligeria y el Río Peixe, de nuevo peleando contra la espesura de la selva, que no les da un minuto de descanso.

Despues del cruce del Río salen de nuevo a campo abierto, terminando el 22 de junio de 1894, con unos 3500 hombres, la imponente travesía. Fueron casi cuarenta días de hambre, sudor y sufrimiento.- Partiendo de la frontera de San Pablo, internándose en la selva, atravesaron Paraná, Santa Catalina y el norte de Río Grande para desembarcar en los campos abiertos de Passo Fundo. Mientras tanto la División del Norte del ejército gubernista bajo el mando del Gral. Athur Oscar los acecha y espera el refuerzo del Gral. Lima. El mayor problema del Ejercito Libertador es la falta de artillería pesada que fue perdiendo durante la travesía de la selva, y de cabalgaduras, que era el fuerte precisamente del ejercito surgido en los campos abiertos de Río Grande.

El 27 de junio, las divisiones a cargo de los Cnles. Aparicio Saravia, Torcuato Severo, Prestes Guimaraens y Pahim se disponen para la batalla. A las 8 de la mañana comienza el durísimo combate de Passo Fundo, las fuerzas revolucionarias toman la iniciativa y poco a poco comienzan a hacer ceder terreno al enemigo, quien promediando el combate y temiendo una derrota, trata de evitar el ataque de la caballería, refugiándose en una zona pantanosa cubierta de pajonales.

Paso Fundo y Caroví

Se combate durante todo el día, las fuerzas del gobierno sufren importantes bajas, cerca de 1000 hombres. Pero el ejército revolucionario no puede completar la tarea por falta de municiones suficientes y porque el terreno hacía imposible uso eficiente de la caballería. Aparicio es herido y su ayudante es muerto. Las sombras de la noche dan por finalizada de hecho la batalla. Gumersindo no puede ordenar la continuación al otro día, porque teme ser envuelto por las divisiones del gobierno, el ejército libertario, continúa su marcha, hasta llegar al arroyo Nhacapetum a 200 kilometros del Uruguay y allí acampan. Fueron 70 días en los cuales recorrieron, desde el regreso a Rio Grande, 600 kilómetros. Allí reciben el aviso de que el Cnel. Dinarte Dornelles, se aproximaba con un piquete de soldados para unírseles.

Sin embargo la fuerzas de Dornelles viene perseguido muy de cerca por fuerzas del enemigo, por lo cual el Gral. Saravia envía tropas para protegerlo. Una vez que el enemigo es dispersado y las fuerzas de Dornelles están a salvo. Gumersindo junto con sus ayudantes, se queda inspeccionando el terreno de la futura acción, donde casi con seguridad al otro día se va a producir un nuevo enfrentamiento con el Ejecito Legalista. Ya estaba cayendo la noche en Caroví, cuando desde un pequeño monte cercano partió una ráfaga de metralla que hirió mortalmente al caudillo. Era un grupo de soldados gubernistas que allí se escondían. Gumersindo dándose cuenta de la gravedad de las heridas recibidas, manda a buscar de inmediato a Aparicio y al Dr. Dourado. Dos balas alcanzaron al caudillo, una de ellas atravesó un pulmón y penetró en el pericardio, dándose cuenta de la gravedad de su estado, pide que no lo hagan dormir, a los efectos de continuar lucido y poder seguir dando las ultimas órdenes. Entre ellas dispone que la marcha continúe de inmediato.

Muerte y entierro

Rodeado de sus ayudantes, y los Dres. Hungría y Fritz, el Gral en Jefe del Ejército Libertador, fallece el 10 de agosto de 1994, a las 9 de la noche. Los médicos ocultan su muerte para no afectar la moral de la tropa, comunicando que él ejército se debe movilizar ahora que el General duerme tranquilamente.

La marcha continúa durante la noche bajo un cielo estrellado, una carreta lleva los restos del gran General. Nadie sabe de su muerte salvo los jefes principales. Toda la noche y el día siguiente continúa la marcha hacia Yaguaryarca, la verdad no se puede ocultar mas, la tropa es puesta en conocimiento de la muerte del General y un frío estremecedor la recorre de principio a fin. El dolor y la impotencia hacen carne de aquellos soldados que lo habían soportado todo, el General era el alma del ejército, era el símbolo de sus propias rebeldías.

A las 20:30 de el día 11 de agosto de 1894, el Caudillo es enterrado, en una noche helada de pálida claridad lunar. Lo entierran envuelto en su poncho y con la espada al lado, en el cementerio los capuchinos de San Antohnio, entre los ríos Camaqua y Itacurubí, en presencia del Estado Mayor del Ejército.

Sucesor

A la muerte de Gumersindo, los principales jefes reunidos, eligen como sucesor a su hermano menor el Cnel. Aparicio Saravia designándolo General en Jefe del Ejército. Este nombramiento es confirmado por el Directorio de la Revolución en nota firmada desde Buenos Aires por Silveira Martins y Saldha da Gama, designándolo Comandante en jefe del Ejército Libertador.

Exposición del cadáver

Unos días después, la vanguardia del ejército legalista, profana la tumba del Caudillo, arrastrando el cadáver hacia el camino para dejarlo en exhibición durante cuarenta días en los cuales desfilan las tropas del gobierno . Al cabo de los mismos una valiente mujer, Apolinaria Cardozo de Souza de Moraes, vecina del lugar, lo vuelve a sepultar. En 1897, los restos son recuperados por la familia del caudillo y en 1904 son enterados definitivamente en el cementerio de Santa Victoria donde descansan en paz hasta el día de hoy junto a los de su esposa Amelia.

Fuentes