Ingenio La Matilde

Ingenio La Matilde
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Obra Arquitectónica  |  (Central azucarero)
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Descripción
Tipo:Central azucarero
Localización:Camajuaní, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba

El Ingenio La Matilde, se mantuvo activo durante la segunda mitad del siglo XIX. Demolido al finalizar la guerra del 95, fueron gradualmente deteriorándose y perdiéndose sus estructuras hasta solo quedar hoy la torre y restos de los aljibes, enfriaderos y casa vivienda.

Historia

El ingenio La Matilde, a la vista de Camajuaní, existía desde antes de la guerra de los diez años. Se construyó específicamente en 1860, siendo su primer propietario Pablo Lamberto Fernández. Durante la guerra de los diez años pasó a manos de Baró. En 1900 y durante 9 años pasa a ser propiedad de José María, quien obtiene en calidad de arrendamiento la finca donde se encontraba dicho ingenio

Cuando se desarrollaba la guerra de los dies años y a pesar de la constante presencia de soldados y voluntarios españoles, fueron quemadas sus cañas más de una vez por hombres al mando de Salomé Hernández y Carlos Roloff, destacándose el 8 de abril de 1877 un de los más grandes incendios en los campos de dicho ingenio.

Con una amplia producción azucarera, en el transcurso de los años sobresalió no por lo anterior sino por su centro de conspiración de los jefes mambises, los patriotas Leoncio Vidal, Juan Bruno Zayas y Roberto Méndez Peñate, entre otros, en vísperas de la guerra de 1895 de la que no llegó a ver el final pues fue demolido durante esta contienda. Fue el lugar más importante de la conspiración en este período.

LLegó a moler 3500 bocoyes.

Situación geográfica

Situado en el vértice que forman al unirse los ramales del FC de Caibarién y Sagua, 2km al Norte del núcleo urbano de Camajuaní.

Actualidad

La Matilde

En la actualidad, queda poco de lo que inicialmente era el ingenio, se yergue su vistosa chimenea de ladrillos quedando además restos del enfriadero también de ladrillos y sus aljibes abovedados desde los que por gravedad se hacía llegar el agua hasta las calderas de la fábrica.

Restos que a pesar del deterioro podrían, mediante una correcta interpretación, ofrecer valiosas informaciones sobre los procesos de fabricación de azúcar, la vida en la plantación y las actividades conspirativas que allí tuvieron lugar.

Hasta hace relativamente poco tiempo se mantuvo en pie la casona de tejas de la que ya solo quedan ruinas y los vecinos más antiguos señalan el lugar donde estuvo el cementerio de esclavos, alrededor del cual se cuentan historias con visos de leyenda.

Fuente