José Braulio Alemán

José Braulio Alemán
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General de Brigada
NombreJosé Braulio Alemán Urquía
LealtadEjército Libertador Bandera de Cuba

Nacimiento26 de marzo de 1867
Santa Clara, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento15 de enero de 1930
Municipio Rancho Boyeros, La Habana, Bandera de Cuba Cuba

José Braulio Alemán Urquía. General de División del Ejército Libertador; periodista; ayudante del generalísimo Máximo Gómez; paladín incansable en la guerra y en la paz del progreso, la cultura y la dignidad de su Patria, oficial mambí en la Guerra de 1895.[1].

Alemán fue delegado por Las Villas a la Asamblea Constituyente, donde mantuvo una posición firme contra la Enmienda Platt. Fue elegido Gobernador de Las Villas en las elecciones de 1905 y obligado a renunciar al ocurrir la segunda intervención norteamericana. En 1925 se le nombró embajador en México y al año siguiente ocupó el cargo de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.

Síntesis biográfica

Nació en Santa Clara, el 23 de marzo de 1866. Realizó sus estudios en La Habana, en los colegios San Francisco de Asís y en el Real Cubano, pasando después a la Universidad, donde se matriculó en la escuela de Derecho. Mas, no llegó a terminar su carrera; hombre de pensamiento y de acción, atraído por las letras de molde, abandonó sus estudios universitarios para consagrarse a la carrera de periodismo. [2].

Vida laboral

En el ejercicio del periodismo realizó campaña contra las arbitrarias medidas de los gobernantes españoles, por lo que sufrió más de cuatro decenas de procesos legales, condenas y prisión.

En Santa Clara, su tierra natal, fundó un periódico independiente, El Horizonte, desde cuyas columnas vertió a torrentes el tesoro inagotable de su claro pensamiento y dio escape a las inquietudes, anhelos y rebeldías de su espíritu. Perseguido en varias ocasiones por sus pronunciamientos liberales y clausurado, al fin, definitivamente su periódico por la tiranía colonial, hasta 1886, a virtud de la nueva Ley de imprenta, no le fue posible obtener permiso para fundar otra publicación.

La Protesta fue su nuevo órgano publicitario, desde el cual arremetió con redoblado vigor y entusiasmo contra los yerros, vicios y atropellos del Gobierno Metropolitano; en especial contra el General Esponda, Gobernador de Santa Clara. En resumen, cuarenta y tres procesos y numerosas prisiones en la cárcel de esta plaza durante aquella valiente campaña periodística.

Dirigió más tarde las publicaciones de matiz separatista: La Defensa y El Porvenir. Muy joven aún se inició en la francmasonería, en la que ocupó a los 21 años de edad, el cargo de Venerable Maestro de la Logia Modelo No 150. Su recto carácter y su gran prestigio de hombre digno y ejemplar, eran reconocidos hasta por sus más encarnizados enemigos y adversarios. [3].

Labor revolucionaria

Participación en la Guerra de 1895

Miembro del Partido Autonomista en Santa Clara. Con la llegada del comisionado Gerardo Castellanos Lleonart enviado por José Martí en 1892, estuvo responsabilizado junto a Francisco López Leyva, para organizar el Partido Revolucionario Cubano en la región de Santa Clara en vísperas de la Guerra Necesaria.

De carácter enérgico y celoso cumplidor del deber, en septiembre de 1895 se lanzó a la manigua rebelde, para conquistar por medio de la espada los ideales que había defendido con la pluma. Fue jefe del Regimiento de Caballería Villa Clara, y en enero de 1896 recibió el mando de la Primera. Brigada de la 2a. División del 4o. Cuerpo. Participó en los combates como los de Manajanabo, Potrerillo, La Pimienta y otros.

Su ascenso en las filas del Ejército Libertador fue rápido, ganado por el valor y la inteligencia. En 1897, bajo el gobierno del general Bartolomé Masó, ocupó el cargo de Inspector General del Ejército Libertador, en cuyas funciones logró que el general Máximo Gómez, a sugerencias suyas, dictase el célebre Decreto, por el cual se condenaba a la pena de muerte, como traidores, a cuantos viniesen al campo de la revolución con proposiciones de sometimiento.

Fue delegado a la Asamblea Constituyente de La Yaya y elegido Secretario de la Guerra del Consejo de Gobierno, desde este puesto redactó la ley de organización militar. Por divergencias con el Consejo renunció a su cargo en febrero de 1898. Después marchó hacia occidente al frente de un contingente armado hasta el término de la guerra. Culminó la gesta con el grado de General de División. [4].

República neocolonial

En 1901 fue elegido delegado de la Convención Constituyente, en la que se distinguió por su patriotismo y clara visión del futuro, oponiéndose a que figurase en nuestra Carta Magna el apéndice de la Enmienda Platt. En la República Neocolonial, quiso integrarse a sus labores periodísticas; pero sus amigos lo llevaron al Gobierno Provincial de Las Villas. En 1905 resultó elegido gobernador de la provincia de Las Villas, pero el segundo gobierno interventor militar norteamericano lo obligó a renunciar en 1906.

En los inicios del gobierno del general Gerardo Machado, representó a Cuba en México, en calidad de Ministro Plenipotenciario, donde dejó una estela luminosa de imborrables recuerdos y afectos. De este cargo también renunció. Pasó seguidamente a ocupar la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, cargo en el que su laboriosidad y grandes iniciativas, dejaron un surco profundo con la creación de distintos centros docentes de enseñanza superior y elemental, tales como: el Dispensario de Higiene Infantil, Museo de Historia Natural, Escuela Técnica Industrial de Rancho Boyeros y diversas instituciones culturales. [5].

Muerte

Su muerte, ocurrida en la plena madurez de su talento, el 30 de octubre de 1930, en Rancho Boyeros, privó a la Patria de uno de sus más eficientes servidores, en los días aciagos que siguieron a su desaparición. [6].

Referencia

Fuentes

  • Cabrera Cuello, Migdalia (2007): Santa Clara colonial: figuras representativas. Inédito.
  • Escalante Colás, Amels y otros (2001): Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera Parte. Tomo I. Biografías. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana.
  • Máximo Gómez (1971): Cartas a Francisco Carrillo: Compilación de Hortensia Pichardo. Instituto Cubano del Libro, La Habana.
  • Vázquez Rodríguez, Benigno (1958): Precursores y fundadores. Editorial Lex, La Habana.