José Martín de Rojas y Morales
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José Martín de Rojas y Morales. Primer hijo de Remedios graduado médico. Facultativo del período de la iniciación de la medicina moderna. Hombre que había estudiado anatomía teórica sin disección; fisiología sin experimentación y patología sin clínica, pero que derramó todo lo que sabía de un arte aún en pañales y luchó sin armas, pero con profunda fe, contra terribles epidemias, llevando siempre, en cada caso, la esperanza y consuelo a sus familiares y amigos.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació el 10 de noviembre de 1771 y pertenecía a una antigua y conocida familia local. Fueron sus padres D. José y Da. María Manuela de Morales, prima hermana del alférez real Dr. Joaquín.
Infancia y juventud
Hizo sus primeros estudios con el padre Juan Crisóstomo del templo del Santo Cristo. Viendo este su aplicación recomendó a su familia que lo mandase a La Habana para que hiciera estudios mayores. En la Universidad estudió la carrera de medicina bajo la advocación de fray Liberato García, entonces conciliario del Alto Centro.
Llegó a Remedios al finalizar el siglo XVIII, y en 1799 inscribió su título en el Ayuntamiento y se dedicó al ejercicio de su profesión llegando a adquirir reputación y una extensa clientela. Auxilió a José León Valdés en la vacunación contra la viruela.
Rasgos que lo caracterizaban
Fue fiscal nato del Protomedicato de la Villa. Prestó buenos servicios en las epidemias que por entonces ocurrieron. Fue médico del hospital, etc. Hombre muy modesto y desinteresado vivía pobremente y recibía muchos regalos en objetos y en especie con lo que atendía a sus pocas necesidades, ya que lo que se pagaba entonces por una visita (una peseta) no le permitía vivir con desahogo. Su indumentaria consistía en una sencilla "chupa" o chaqueta que cubría el tronco, con cuatro faldillas en la cintura hacia abajo y mangas ajustadas a los brazos. No era de complexión fuerte. Enjuto de carnes hacía una vida patriarcal. Visitaba a diario con su colega la botica de Vieta, preparando algún remedio en su casa o consultando sus escasos libros a la luz de una triste vela de cebo que confeccionaba a veces su familia.
Primeros aportes médicos
Como médico estimaba que la calentura era un esfuerzo de la naturaleza para desembarazarse de una materia mórbida que había entrado en el cuerpo. Las dividía en intermitentes, remitentes y malignas. Suponía que las primeras se debían a vapores que salían de las aguas estancadas y corrompidas, de los alimentos averiados, de los cuerpos animales corrompidos y también de efluvios salidos del sereno nocturno, de los terrenos húmedos y de todo aquello que disminuyese la transpiración del cuerpo y la fortaleza del mismo, como la fatiga, la pasión de ánimo, etc.. Suponía que las fiebres remitentes eran causadas por miasmas desprendidos de los sitios bajos y estimaba que la fiebre continua ardiente y las malignas eran ocasionadas por excesos alimenticios, bebidas fuertes y por todo aquello que suprima la transpiración del cuerpo.
Frente a la viruela y la fiebre amarilla
Ante la viruela. Primero luchó por evitarla con la vacuna. Estallada la enfermedad las dividía en discretas, confluentes y grave (negra) y empleaba el tratamiento de la fiebre pútrida y extremaba la limpieza del enfermo.-En la fiebre amarilla usaba bebidas acuosas abundantes, laxantes, friegas con aceite tibio, jarabe de meconio y quina acudiendo a veces a pequeñas sangrías.-En un brote de ictericia e hidropesía (¿fiebre amarilla?) que se presentó en 1827 en el barrio de Güeiba, trató a sus enfermos con una bebida diurética que preparaba con buen resultado. Esta bebida se hizo "famosa" en Remedios y fue conocida con el nombre de "botellas de los moatos" con ella acrecentó su fama.
Muerte
La fuente desconoce la fecha de su fallecimiento.