Juan de Espinal

Juan de Espinal
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Pintor Español.
Nacimiento.
Sevilla España,Bandera de España España
Fallecimiento1783
Sevilla España

Juan de Espinal. Uno de los artistas más destacados en el panorama español del estilo rococó.

Sintisis biográfica

Nació en 1714 en SevillaEspaña.

Trayectoria

Se inició en su aprendizaje artístico de la mano de su padre, Gregorio Espinal, continuando su formación como aprendiz en el taller de Domingo Martínez, el que fuera pintor más destacado de la escuela sevillana durante la primera mitad del siglo XVII, quien incorpora las tendencias pictóricas europeas a la corriente murillesca sevillana.

Precisamente l sería luego colaborador de su maestro y llegó a formar parte de su familia al casarse con una de sus hijas, Juana, en el año 1734. Estas circunstancias y sus dotes propias como excelente pintor influyeron en que heredara el taller de Martínez y también una buena parte de su cartera de clientes.

Sus inquietudes artísticas le llevarían a ser uno de los promotores de la Academia de Bellas Artes de Sevilla, conocida por aquél entonces como Escuela de Tres Nobles Artes, que fue aprobada en 1771, ocupando el cargo de director de la sección de Pintura en el año 1775.

Un par de años más tarde, en 1777, se trasladaría hasta Madrid para tratar de contactar con el ambiente artístico de la Corte, donde destacaba por entonces el pintor Antón Rafael Mengs, y en el que comenzaba a despuntar la pintura de un joven Francisco de Goya.

Obras

La obra más temprana que se conoce fechada de Espinal data de 1759 y, por lo tanto, está realizada ya en edad madura; se trata de la representación de las Santas Justa y Rufina, que en dicho año le contrató el Ayuntamiento de Sevilla. Es ésta una pintura en la que el artista aporta una concepción renovadora en la descripción física de ambas santas, que parecen más bien elegantes damas de Corte con semblantes y atavíos derivados de la moda francesa de mediados del siglo XVIII. De fecha próxima, que puede oscilar hacia 1760, deben de ser la representación de La Virgen del Carmen, que pertenece a la Hermandad de San Onofre de Sevilla, y La Virgen de la Merced, que se conserva en una colección particular madrileña.

En los años sesenta recibe encargos de varias series, como la dedicada a San Ignacio de Loyola, con diversos pasajes sobre su vida, conservada en la Santa Casa de Loyola, de Guipúzcoa; las pinturas murales que cubren la bóveda del presbiterio de la iglesia del convento de Santa Rosalía; o los lienzos del retablo de la Encarnación en la iglesia del convento de San José de Las Teresas, también en la capital hispalense.

Entre las mejores obras realizadas en esta primera etapa se encuentra la "Alegoría de la pintura sevillana", una composición simbólica llevada a la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en cuya colección se guarda.

Entre los años 1770 y 1775, crea su serie pictórica más importante, la dedicada a la Vida de San Jerónimo, que estuvo en el claustro del monasterio de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla, hoy repartida por diversas iglesias y museos.

Su momento más importante en cuanto a producción se da en las obras que creara para la decoración del Palacio Arzobispal de Sevilla por encargo del arzobispo Francisco Javier Delgado Venegas, un trabajo iniciado en 1778 compuesto por quince lienzos, hoy repartido por diversas estancias del edificio y en la Casa de Ejercicios de San Juan de Aznalfarache.

El crítico de arte Agustín Ceán Bermúdez, que llegó a conocer al pintor, tuvo de él una consideración peyorativa, despreciando su capacidad artística, aunque terminó por reconocer que en su época fue el mejor pintor de Sevilla y de Andalucía. Actualmente se advierte que, quizás, Ceán no acertó a entender que dicho pintor, fue el primer pintor sevillano que se apartó de la tradición de imitar a Murillo, para adoptar con valentía el espíritu del arte rococó vigente en su época. Por ello, la pintura de Espinal, practicada con un dibujo suelto y una pincelada ligera y espontánea, alcanzó un notorio sentido de refinamiento y elegancia siempre matizada por un sutil y amable sentido del color.

Fue también el autor de las pinturas murales de la bóveda de la escalera principal del citado palacio, donde dejó muestras de su conocimiento de la perspectiva, realizando además nueve lienzos sobre la Pasión de Cristo para la residencia de verano que los arzobispos sevillanos tienen en la localidad de Umbrete.

Otras muchas obras destacan en la producción de este artista. Entre ellas, el gran lienzo de San Carlos Borromeo dando la comunión a los apestados de Milán, donado en 1778 a la iglesia de San Nicolás; su serie de Inmaculadas, como la conservada en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid; la ornamentación pictórica de la bóveda del presbiterio de la iglesia del Salvador, donde representó una Gloria celestial presidida por el Espíritu Santo rodeado por un numeroso grupo de ángeles; las pinturas realizadas en la iglesia de San Lorenzo entre 1770 y 1780, o algunas obras de tema profano como el tema de mitológico sobre Venus y Vulcano que se conserva en el Museo de Bellas Artes sevillano.

Con tan buenos principios no le fue difícil a Espinal convertirse a partir de 1750 en la primera figura del arte pictórico sevillano, circunstancia que le permitió promover la creación de una escuela de las Tres Nobles Artes, que obtuvo la aprobación real en 1771. En 1777 se tienen noticias de la presencia del pintorl en Madrid, donde hubo de apreciar el excepcional nivel de la pintura cortesana en estos momentos y, sin duda, reforzar su técnica con nuevos conocimientos artísticos. Los últimos años de su vida fueron penosos, debido al decaimiento de su salud y también por el rechazo progresivo de la clientela hacia el arte rococó, que en aquellos momentos sucumbía a causa del auge del espíritu neoclásico.

Muerte

Empobrecido y enfermo, falleció en Sevilla en 1783.

Fuente