La primera celebración del 1ro de mayo en Cuba.

La primera celebración del 1ro de mayo en Cuba.
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La primera celebración del 1ro de mayo en Cuba En todo el mundo, el primero de mayo se conmemora el Día del Trabajo en honor de los Mártires de Chicago, obreros de una empresa estadounidense muertos en esa ciudad en el año de 1886, por llevar a cabo una huelga en demanda de una jornada laboral de ocho horas.

Introducción

En julio de 1889 se realizó en París el Congreso Internacional con representantes de los trabajadores de varios países europeos, en el que decidieron crear la Segunda Internacional, una organización entre cuyos fines se encontraba el de propugnar por el establecimiento de una legislación laboral favorable a la clase obrera, La delegación francesa presentó la iniciativa para que se preservara en la memoria el sacrificio de los trabajadores caídos en la lucha por alcanzar las mejoras a las que todo trabajador tiene derecho. El Congreso aprobó la iniciativa y estableció que cada primero de mayo, las agrupaciones laborales efectuarían manifestaciones públicas, además de exigir mejoras en sus condiciones de vida.


Historia

En el congreso se adoptó un acuerdo sobre la celebración del 1ro de mayo, y como muestra del interés aglutinador de la clase obrera en pos de la defensa de sus intereses, se planteó la misma como una jornada internacional, cuya intención sería, según se expresa textualmente ¨…que en todos los países y en todas las villas a la vez, el mismo día convenido, los trabajadores emplacen a los poderes públicos ante la obligación de reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo…¨. En consecuencia con lo anteriormente expresado, a partir de 1890, comenzaron a celebrarse todos los años en una cantidad creciente de países, diversos actos en los que el proletariado se movilizaba en torno a sus reivindicaciones económicas y políticas, que han adquirido, a lo largo de los años, connotaciones diversas, según el área del planeta donde se desarrollan. La clase obrera cubana, pese a su incipiente nivel organizativo y las difíciles condiciones coloniales que imperaban en la Isla para ese entonces, tuvo la gloria de encontrarse entre los que celebraron por primera vez la fecha en el mundo. De la revisión del manifiesto que se promulgara con motivo de la convocatoria a este evento, puede deducirse aún un amplio sometimiento al colonialismo imperante , pues se expresa que se realiza dicha manifestación por el 1ro de mayo ¨…para que el gobierno, las clases elevadas y el público general sepan o puedan apreciar cuáles son las aspiraciones de este pueblo obrero ¨, estableciéndose en este propio llamamiento, límites tales como: la realización en un tiempo dado (entre las tres y las siete de la tarde) ¨…con el fin de que los trabajos no se interrumpan¨ y por otro lado se exige que ¨los oradores se sujeten a exponer las necesidades y aspiraciones de la clase obrera únicamente , en forma ordenada, para que nuestros conceptos puedan ilustrar la opinión¨. En esta convocatoria, librada el 20 de abril del mismo año, justo diez días antes de la celebración, se observa la intención pacifista y meramente expositiva que enmarcarían, sin embargo constituyó un paso revolucionario para su época, que demostró la existencia de una fuerza laboral activa, con capacidad de aglutinarse. El clásico de la doctrina marxista, Federico Engels, fue el primero en afirmar que el proletariado no sólo constituye una clase que sufre, sino que precisamente la miserable situación económica en que se encuentra, lo impulsa inconteniblemente hacia adelante y le obliga a luchar por su emancipación definitiva, y, con ella, la de toda la sociedad.¨ Esta idea que expresa la misión histórica universal de la clase obrera, se plasmó en Cuba, cumpliendo un indispensable y necesario camino de etapas. Fue la necesaria toma de conciencia de una clase en desarrollo, que a partir de ese inicial 1ro de mayo haría suyo los principios de los oprimidos y sufrientes del universo. A lo largo del siglo XX, los progresos laborales se fueron acrecentando con leyes para los trabajadores, para otorgarles derechos de respeto, retribución y amparo social. En la última década del siglo esos progresos retrocedieron bajo la influencia del neoliberalismo.

En otros países

En la actualidad, muchos países rememoran el Primero de Mayo como el origen del movimiento obrero moderno. Hay algunos que no lo hacen, siendo en general países de colonización británica, como Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, que celebran el Labor Day (Día del Trabajo) el primer lunes de septiembre; Nueva Zelanda, el cuarto lunes de octubre. En Australia, cada estado federal decide la fecha de celebración: el primer lunes de octubre en el Territorio de la Capital Australiana, Nueva Gales del Sur y Australia Meridional; el segundo lunes de marzo, en Victoria y Tasmania; el primer lunes de marzo, en Australia Occidental; y el primero de mayo en Queensland y el Territorio del Norte.

En 1954 el papa católico Pío XII apoyó tácitamente esta jornada de memoria colectiva al declararla como festividad de San José Obrero. Últimamente se viene denominando a este día como Día Internacional del Trabajo.

En Portugal el Día Internacional de los Trabajadores se comenzó a celebrar libremente tras el triunfo de la Revolución de los claveles el 25 de abril de 1974. Mientras que en las grandes ciudades se realizan manifestaciones promovidas por los sindicatos como la Inter-CGT (Confederación General de Trabajadores Portugueses - Inter) o la Confederación Sindical de UGT (Unión General de Trabajadores) en otros lugares como en el Algarve se acostumbra a realizar comidas campestres.

Primera celebración del 1ro de mayo en Cuba

La conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores en 1939 fue la primera organizada por la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), precisamente a sólo tres meses de efectuarse su congreso constituyente, luego de un extenso y arduo camino en pro de la unidad del proletariado en la Isla. El estreno de esa celebración fue un gran desfile que partió desde la sede donde en aquel momento se encontraba la central obrera, en la intersección de las calles Belascoaín y San Lázaro, en La Habana. La marcha avanzó hasta la Avenida de las Misiones, pasó junto al Palacio Presidencial, el Paseo del Prado y concluyó en el Parque Central. En la tribuna ubicada allí hablaron varios líderes obreros,entre ellos Lázaro Peña, secretario general de la CTC, quien hizo el resumen del mitin

En nombre de los trabajadores del país, una representación de sus dirigentes entregó al Secretario del Trabajo un pliego de demandas que exigían el reconocimiento legal de esa organización, el cese de los desalojos campesinos, la defensa de la industria nacional y el establecimiento de leyes para el retiro.

Otras propuestas fueron, asimismo, la penalización a empresarios que burlaban las pocas leyes sociales y laborales existentes, medidas contra la carestía de la vida, reposición de los trabajadores desplazados, la puesta en práctica de un programa de obras públicas como vía para contrarrestar el desempleo y el repudio al régimen falangista implantado por Francisco Franco en España.

Desde 1939 la celebración del Primero de Mayo en Cuba tuvo un carácter unitario hasta que a partir de 1947 elementos gangsteriles amparados por el gobierno y a la sombra del anticomunismo derivado de la Guerra Fría lograron imponer por la fuerza la escisión del movimiento obrero y opacaron la fecha en aquellas instituciones sindicales en manos de los divisionistas quienes realizaban actos demagógicos, en locales cerrados y ajenos a la fibra proletaria que le imprimía combatividad.

Así transcurrió una etapa de 11 años, sin embargo los verdaderos representantes de las masas obreras celebraban riesgosas manifestaciones y mítines públicos para denunciar la explotación, el atropello, la tortura y el crimen por parte de los regímenes al servicio del imperialismo yanqui.

Actualidad en Cuba

Con llegada del poder revolucionario, en enero de 1959, el Primero de Mayo se convirtió en fiesta de pueblo trabajador a la cual se suman estudiantes, campesinos y combatientes de las instituciones armadas. La CTC y sus sindicatos arriban a la cita proletaria no para exigir trabajo, salud, asistencia médica, justicia social, igualdad de deberes y derechos u otras tantas conquistas tan anheladas en diversos rincones del orbe.

El gran poder de convocatoria de los primeros de mayo los ha convertido a lo largo de más de cinco décadas en renovadoras jornadas de reafirmación revolucionaria y de unidad nacional.

Esa determinación está presente en esta fiesta proletaria con la presencia entusiasta de millones de trabajadores en toda la Isla junto a sus familiares en actos y marchas por plazas, comunidades, bateyes así como en cada colectivo laboral.


Véase también

Museo Obrero de Manzanillo Blas Roca Calderío

Fuente

  • Archivos del Museo de las Luchas Obreras.

Movimiento Obrero