La tía Tula (película)

La Tía Tula (Película)
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drama | España
NombreLa Tía Tula
Estreno1964
DirectorMiguel Picaso
PaisEspaña

La Tía Tula . Película del año 1964 de producción española.

Sinopsis

A la muerte de su hermana Rosa, Tula recibe en su casa la compañía de su cuñado Ramiro. La convivencia entre Tula y su cuñado, al principio, no está exenta de roces y tensiones, sobre todo cuando Emilio, que desea casarse con Tula, pretende que Ramiro haga valer su influencia sobre ella para facilitarle sus planes de boda. Pero Ramiro se siente atraído por su cuñada, atracción que se ve favorecida por la vida en común.

Reparto

  • Aurora Bautista
  • Carlos Estrada
  • Enriqueta Carballeira
  • Irene Gutiérrez Caba
  • Laly Soldevila
  • Paloma Lorena
  • Paul Ellis.

Premios

Una muestra de la importancia clave de La tía Tula en la cinematografía española es que, medio siglo después, aún recibe premios, como el de Película de Oro del Festival de Cine Español de Málaga en 2012. La cinta fue el debut en el largometraje de Miguel Picazo, que pocos años antes no pudo rodar Jimena (este guion original también puede verse en la exposición de la Academia), por impedimento también de la censura, pues era "una visión bastante atrevida de la España medieval", señala Iznaola, que recuerda que el cineasta jienense solo rodó cinco largometrajes a lo largo de su carrera (Once sueños de agosto, 1967; Los claros motivos del deseo, 1977; El hombre que supo amar, 1979; y Extramuros, 1985, su último trabajo como realizador). No obstante, Picazo desarrolló una prolífica como realizador para TVE, como la serie Entre visillos (1974) y adaptaciones de obras como Soledad, Rinconete y Cortadillo, Cartas a mamá, El jardín de senderos que se bifurcan o Sonata de primavera. Ahora, la Academia de Cine permite redescusbrir la mayor joya de su filmografía. Y RTVE.es se permite el lujo de rescatar de su archivo otra joya, los comentarios del propio Picazo sobre su película, junto a Alejandro Amenábar en Versión Española.

Análisis

“No sólo no financiaremos esta película, sino que haremos todo lo posible para que no se ruede” Esta fue la contestación que recibió Miguel Picazo del director de la productora del Opus, Procusa, al presentarles el guión de su película La tía Tula. Sucedió tras el abandono del impulsor del proyecto, Marco Ferreri debido al éxito internacional obtenido con su película El cochecito, cerrando de golpe su etapa en España. Será de la mano de las productoras “Surco Films” (constituida para la ocasión) y “Eco Films”, que La tía Tula evitó “dormir el sueño eterno” al que estaba amenazada, suerte que no tuvieron otros guiones de Picazo como el de “Jimena” que nunca llegó a rodar. Cineasta de marcada personalidad, con gran inteligencia y sensibilidad, Miguel Picazo actualiza la obra homónima de Miguel de Unamuno demostrando que los valores familiares, morales y religiosos que condicionan al personaje de la novela están vigentes en la sociedad española de los años 60 del pasado siglo. Una sociedad en la que a pesar de los intentos de apertura de García Escudero, Director General de Cinematografía y Teatro desde 1962, con medidas que recogían algunas de las aspiraciones de la profesión debatidas en las conversaciones de Salamanca (1955), y la intención de sustituir las viejas estructuras del cine “de régimen”, apostando por un cine de autor, por una nueva generación de cineastas salidos de la Escuela Oficial de Cinematografía según el modelo francés de la Nouvelle Vague, el control de la censura seguía existiendo en todo su esplendor. En 1963 se elaboran las Normas de Censura Cinematográfica que si bien su objetivo es acabar con la arbitrariedad de las juntas de censura, como código, pretendía el control político, moral y religioso. La tía Tula sufrió ocho cortes de la censura y como reconoce Miguel Picazo “todos son esenciales, y por desgracia irrecuperables porque se destruyó el negativo…” Se cortaron escenas completas de hasta seis minutos provocando unas airadas declaraciones en las que Picazo afirmaba que habían dejado la película en un “trailer”. Lo cual sin duda se contradice, marca del régimen franquista, con el hecho de conservar la calificación de Interés Especial concedida en el guión si bien se frenó su asistencia a festivales. Lo que no evitó fue que con una puesta en escena moderna y una gran dirección de actores, La tía Tula se convirtiera en punta de lanza de esta generación de cineastas, conocida como Nuevo Cine Español, que golpeó incesantemente el férreo escudo de una sociedad hermética hasta encontrar rendijas por las que dejar escapar la frustración que provoca la ausencia de libertad en toda formación intelectual y de la que Miguel Picazo es sin duda destacado representante.

Censuras

En alguna ocasión Picazo ha dicho que la censura franquista metió tanto la tijera que había dejado la película en un tráiler. Y es verdad que se cortaron hasta secuencias enteras de seis minutos. Todo aquello contrario al 'orden establecido', Iglesia y Patria, aunque a veces de modo "absurdo", asegura Iznaola. Por ejemplo, una escena en la que el personaje de Ramiro, contemplado por Ramirín (Carlos Sánchez Jiménez), está sentado bajo el muro de un cementerio bajo un cartel que reza "Cementerio. Lugar sagrado. Se prohíbe el paso en el cementerio a las señoras y señoritas que vayan sin medias y a las parejas que no guarden la debida compostura y moralidad”. "Es verdad que Picazo incluyó el plano por fastidiar, pero es que el cartel estaba puesto en el cementerio de Guadalajara donde se rodó", cuenta el comisario de la muestra. Como era de esperar, la censura no dejó pasar la escena en la que Ramiro viola a Juanita y otra en la que Tula se desnuda en la habitación, para quedarse en combinación, y se aplica desodorante frente al espejo, algo que a los censores les debió parecer peligrosamente erótico. También sufrió el tijeretazo una secuencia completa de una reunión canónica de la sección femenina de la Falange leyendo pasajes de la Biblia que invitan a Tula y otras beatas -entre ellas Irene Gutiérrez Caba como Herminia y Laly Soldevila como Amalita- a meditar sobre cuestiones como la virginidad y la castidad. Pese a todo el esfuerzo censor, La tía Tula resulta "una de las piezas esenciales del cine español superando el problema de la censura y ofreciendo una visión real de la España de la época", asegura el comisario de la muestra, que recuerda que Picazo adaptó el argumento de la novela homónima de Miguel de Unamuno (escrita en 1907 y publicada en 1921 y que versa sobre los sacrificios que Tula realiza durante su vida para llenar sus ansias de maternidad) a la España de los años 60

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