Lecturas en Steck Hall

Lectura en Steck Hall
Información sobre la plantilla
LecturaSH.jpg
Martí con los emigrados cubanos en Nueva York .
Fecha:24 de enero de 1880
Lugar:New York.
Descripción:
Célebre discurso, conocido como Lectura en Steck Hall, pronunciado por José Martí ante la emigración cubana, en el cual convoca a la superación de las divisiones y rencores a que había conducido el Pacto del Zanjón. Publicado en formato de folleto con el título: “Asuntos cubanos”.
País(es) involucrado(s)
Estados Unidos y Cuba

Lectura en Steck Hall. Discurso ofrecido por José Martí el 24 de enero de 1880 y pronunciado en la calle 14 número 11, cerca de la University Place en una reunión de emigrados cubanos en Steck Hall, Nueva York.

Circunstancias

El 3 de enero de 1880, llegó José Martí a Nueva York, a bordo del trasatlántico-correo Francia. El día 9 de enero era designado vocal del Comité Revolucionario Cubano y el día 16 asistió en la vivienda de Calixto García Iñiguez a la primera de sus reuniones en dicha organización patriótica. El 26 de marzo asumía interinamente la presidencia del Comité, que trataba de ayudar a los patriotas que luchaban de nuevo en Cuba desde el año anterior. Se había nutrido, por mucho tiempo, del estudio de la Guerra de los Diez Años, la cual marcó su evolución política. Apenas tres semanas lo separan de su arribo a la ciudad estadounidense cuando hizo su estreno como orador entre la colonia de emigrados revolucionarios con este discurso.

Alocución

En el célebre discurso, conocido como Lectura en Steck Hall, Martí hace un recuento de las hazañas de los héroes de la guerra del 1868 que con ramas de árbol empezaron una campaña que duró diez años.

Inicia la Lectura señalando que él viene a animar, a exaltar, a despertar con voces de amor a los perezosos o cansados, a llamar al honor severamente a los que han desertado su bandera, para que los cansados se fortalezcan, las armas oxidadas salgan de las hendiduras donde sus dueños prudentes las dejaron en reposo.

Reconoce en su discurso que la Guerra de los Diez Años constituyó una hazaña de hombres, expuso que en aquellos tiempos las esposas se habituaron al sublime dolor de ver partir cada día para la muerte a sus maridos. Con bellísimas palabras recuerda los días tristes de la guerra:

"¿Y mis hijos?-se dirían las madres ¿Y mi esposo?- Se diría la viuda ¿Y mi amigo? -se diría el amigo. ¿Y mi desventurada compañera?- se diría el que cavó la tierra con sus manos y echó en el hueco frío el cuerpo de su amada, o con los pies desnudos, y el pecho lleno de sollozos, cruzó llorando por montes y por ríos con el cadáver a la espalda!"

Martí reconoce que la pasada contienda constituyó una escuela para las futuras campañas bélicas en Cuba. Al respecto expuso que aunque aquella guerra acabó, los recuerdos, las causas por las que los cubanos se lanzaron a la lucha, no deben morir, que los caballos que han perdido a su jinete, buscarán jinetes nuevos y entrando en tropel por donde van la utilidad y la razón, se levantará el estandarte de la guerra nueva.

En su alocución a los emigrados, José Martí reconoce que los errores de la Guerra de los Diez Años, constituyeron una utilísima semilla, que la tregua que sobrevino tras el Pacto del Zanjón se debió más a causas individuales que a causas generales, que aún no han desaparecido; a engaños, y no a cansancio y flojedad de los cubanos. En torno a los cambios que hubo, tras el Pacto del Zanjón, para los habitantes de la comarca occidental, alegó que fueron cambios sensibles; para el centro y el oriente, el cambio fue radical y absoluto. En el centro de la ciudad esclava quedaron en la ciudad esclava, en el oriente del campamento y de los bosques libres, vinieron a la esclavitud de la ciudad.

El orador enfatizó que esta revolución no debe ser de cólera, debe ser la revolución de la reflexión, llamó en su discurso a despertar para la guerra, a que no continuaran durmiendo un sueño terrible, aquellos que han perdido las esperanzas. Significó que son pobres pensadores los que creen que después de una conmoción tan honda y ruda como la que sufrió Cuba, puedan ser bases para calmar la agitación, el aplazamiento, la fuerza, el engaño. La hora es de lucha, por la libertad de la Patria hay que hacer lo imposible, porque la libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.

Con trascendentales palabras anuncia finalmente que es la hora de la lucha por la emancipación definitiva y:

"Antes de cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, se unirá el mar del Sur al mar del Norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila!"

Enlaces relacionados

Fuentes

  • ain.cu Lectura en Stenck Hall
  • Discurso
  • Pichardo, H. (1977). Documentos para la historia de Cuba. La Habana: Editorial Nacional de Cuba
  • Toledo Sande, L. (1996). Cesto de llamas. Biografía de José Martí. La Habana: Editorial Ciencias Sociales.